Verde... ¿como las palmas?
Amarilis Cortina Rey, Cuba-Verdad
LA HABANA, agosto - Cuando en el año 1959 triunfa en Cuba una revolución popular, la casi totalidad de los cubanos vieron transitar sus vidas por rumbos diferentes: muchos marcharon al exilio por no estar de acuerdo con el sistema que se iniciaba; otros, incorporados al proceso, se
dejaron arrastrar por una ideología que aunque se aseguraba era "más verde que las palmas", nada tenía que ver con la idiosincrasia de este país.
Así fue como, entre otras cosas, en un acto increíble, desaparecieron de muchos hogares de Cuba imágenes como la del Corazón de Jesús para dar paso a otras como la de los líderes que promovían los cambios sociales.
Las urnas con figuras religiosas que se encontraban por doquier, en jardines y fachadas de las casas, fueron igualmente retiradas por sus moradores e iban a parar, salvo excepciones, a lo más intrincado de los rincones hogareños.
Pues bien, después de más de 40 años y de manera voluntaria, ahora las imágenes y figuras desaparecidas están siendo colocadas nuevamente en sus antiguos puestos de manera casi general, quizás por las mismas manos que otrora las había quitado o
por otras que por un problema de tiempo no pudieron subsanar el error de los más viejos de la familia.
Así es como imágenes de Santa Bárbara, la Caridad del Cobre y de San Lázaro, entre otras, son exhibidas otra vez en los hogares, reabriéndose las pequeñas capillas de los jardines alumbrados, en muchos casos con focos en colores, como si en alguna medida
también se quisiera manifestar el arrepentimiento por la negación y la falta de confianza a los orígenes de todo un pueblo.
Y como una paradoja del destino esto ocurre cuando la violencia es más manifiesta en nuestra sociedad; cuando el respeto entre las personas está prácticamente abolido; cuando la droga, la prostitución y otros flagelos sociales amenazan con extenderse en todas
direcciones pero, además, también cuando han pasado cuatro décadas de constantes sufrimientos.
Y aquella revolución que por los años 60 cambió la vida de todo un pueblo hoy sí es "más verde que las palmas": hoy discrimina a ese propio pueblo por la verde moneda del "enemigo del Norte", ese tipo de dinero sin el cual en Cuba es muy difícil
poder vivir hoy.
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