El turismo internacional y la agricultura cubana
Héctor Maseda, Grupo Decoro
LA HABANA, agosto - "Cuando se cosecha mal, se hace mal manejo del producto, se transporta en horas inadecuadas y no se selecciona y envasa correctamente lo que vamos a vender, se pierde el viaje, al cliente, gastamos combustible y no se recupera la inversión", expresó
recientemente en la reunión de directores del Ministerio de la Agricultura de Cuba (MINAGRI) Olga Otero, miembro de la dirección de Ciencia y Técnica de ese organismo.
Estas deficiencias habían sido deñaladas anteriormente en el último Congreso de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) en el que se criticaron hechos tales como importar flores para ambientar hoteles y eventos, lechugas de Canadá y mangos
de República Dominicana. Estos elementos, entre otros, ponían de manifiesto la crítica realidad por la que atraviesa la agricultura cubana.
La industria turística es uno de los sectores que más se quejan. Este organismo admite los esfuerzos que realiza la agricultura, pero reconoce no ofertan sus productos con la calidad requerida, a precios competitivos, variedad y cantidades que exige el aumento anual de visitantes
foráneos en los diferentes polos turísticos del país.
Fuentes gubernamentales señalan que el MINAGRI colocó en la industria sin chimeneas alimentos provenientes del agro por valor de 60 millones de dólares durante 1999, cuando en realidad pudo haberlo hecho por 360 millones ese año.
En opinión de varios directivos del turismo, es inestable el suministro de frutas y vegetales cubanos al sector y se agudiza la falta de seriedad de la Empresa de Frutas Selectas en el cumplimiento de sus contratos. Los precios de esta entidad son superiores a los propuestos por sus
similares extranjeras que operan en el país, de forma estable y con superior calidad.
La industria turística cubana ha tenido la oportunidad de exponer sus puntos de vista en los medios de difusión masivos del país, acerca de sus relaciones con la agricultura y los retos que se supone debe enfrentar. ¿Qué ocurriría si esas mismas
posibilidades se le brindaran al cubano de a pie? Críticas como lo elevado de los precios, las pocas ofertas, la mala calidad en los productos, el desabastecimiento crónico de los artículos agrícolas normados y los insuficientes percápitas asignados; serían
algunos de los muchísimos temas que el pueblo de Cuba está ansioso por discutir si se le ofreciera la oportunidad para ello.
El sector turístico se queja y propone que el MINAGRI es un organismo creado para producir y no para la comercialización, y aclara que esa mentalidad debe ser cambiada. El pueblo de Cuba podría añadir a esas propuestas que el MINAGRI se creó no para satisfacer
las necesidades exclusivas del turismo internacional en la nación, sino para abastecer de alimentos cárnicos y del agro a nuestra población por ser ésta su máxima obligación. Después... y sólo después, podrán cumplirse los demás
compromisos que tienen las autoridades gubernamentales.
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