Por el color de la piel
Lucas Garve, CPI
LA HABANA, agosto - Ahora dicen que en Cuba hay pocos negros. Nos borraron casi. Un burócrata jefe de las estadísticas encargadas de reflejar la población emitió el martes 11 de julio, en una edición de un programa semanal dedicado ese día al tema de la
población, la información de que aproximadamente el 65 o 66 por ciento de los cubanos son blancos y un 37 o 38 por ciento mestizos o negros.
Cálculos, por demás, muy imprecisos. Pero no sólo estas cifras son lo mejor, quizás lo peor. El asunto más interesante fue la respuesta del funcionario acerca del criterio usado sobre la estadística de la diferencia racial en la Isla. Según el
entrevistado -un blanco por añadidura- en Cuba parten del criterio del color de la piel para obtener las estadísticas. No de la pertenencia racial, es decir, de un biotipo.
Hace cincuenta años se usaba en Cuba un eufemismo para no decir negro, mulato, moreno, etc. Se decía "de color". Fulana es de color. Zutano de color. Y siempre me pareció una forma de edulcorar un racismo latente que más de 200 años de esclavitud habían
cimentado.
Hoy, a las puertas del siglo XXI, vuelvo a escuchar lo mismo. Ahora, no puedo con orgullo decir que soy negro. Por el color exacto de mi piel debo aparecer en las estadísticas cubanas como "carmelita". (Cuando el nivel excesivo de soya en el picadillo sube al cerebro ocurren
trastornos vasocerebrales bastante turbulentos).
Sucede además que lo visto en imágenes de concentraciones y marchas, muy comunes en los últimos meses, no corresponde con la realidad. ¡Cuidado! La mayoría aplastante de negros y mestizos en Cuba no es cierta. Lo que veo en las calles de La Habana no es real.
Vivo en una realidad virtual.
La conga que estremeció la añeja Calzada de la Reina el martes 11 de julio a las 6:30 de la tarde, era una conga sabrosa y jocunda. Pero no vi negros arrollando con un insólito abandono de la compostura danzaria clásica. ¡Nada más que cubanos "de
color"!
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