La fortuna del cóndor
Víctor Rolando Arroyo, UPECI
PINAR DEL RIO, agosto - Por increíble que parezca, millones de cubanos envidian hoy en día la fortuna de un pichón de cóndor nacido en cautiverio.
Residente del Zoológico de la capital de Cuba, su nacimiento estuvo marcado por no pocas peripecias, incluso el huevo fue llevado al exterior del país donde nació. No sólo su viaje y nacimiento en el exterior son motivo de los celos de muchos nacionales, sino que
también sus siete kilogramos de peso los alcanzó comiendo diariamente 500 gramos de carne, algo realmente imposible de realizar para millones de personas en nuestro país.
Desde hace décadas la venta de carne vacuna a la población está bajo estricto control del régimen de Cuba, y en el último lustro las medidas para regular ese producto se han endurecido. Los niños hasta los seis años reciben 115 gramos de carne al
mes y a las personas de avanzada edad se les privó del derecho a consumir carne, excepto que una Comisión Médica los autorice siempre y cuando exista el diagnóstico de una enfermedad penosa.
A todo esto debemos agregar las reiteradas irregularidades en la distribución de la carne, que en muchas ocasiones no llega a los comercios en la fecha prevista.
El joven rapaz será liberado en los Andes chilenos de donde proceden sus progenitores, los que en la década del 70 fueron obsequiados al presidente Fidel Castro.
¡Caramba, creo que esto sí es tener fortuna: alimentarse como Dios manda y alcanzar la libertad!
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