No dejemos que muera la esperanza
Rev. Pedro Crespo Jímenez, Grupo Decoro
LA HABANA, agosto - Conversando con un amigo sobre la vida, sus sorpresas y
desventuras, y sobre la constante lucha por la sobrevivencia, salió el
siempre optimista tema de la buena cara en la adversidad, de la mente positiva,
de las "más de cien razones para -como dice Joaquín Sabina-
no cortarse de un tajo las venas".
Sin darnos cuenta, pasó el tiempo y pasó el águila por
el mar, y cuando el sol se ponía detrás de un monte dorado, mi
amigo, ya extenuado, me dijo: "¿Oye ... por qué no escribes
sobre eso?
Y aquí estoy, poniéndome todo lo positivo que me es posible,
para cumplir con tamaño encargo. Pero, ¿qué significa tener
mente positiva? Ante todo, confianza ilimitada en nosotros mismos y en los
otros. Una buena autoestima es la clave del éxito en cualquier empresa.
Autoestima que significa saber que uno vale, que puede. Autoestima que
significa que los otros, sin forzarlos, reconozcan esto mismo en nosotros.
Suficiente autoestima como para no perder la humildad. También tener
mente positiva es tener confianza en el futuro, saber que lo malo pasa, que
vendrán tiempos mejores, que seremos felices. Pero no es la mente
positiva una actitud pasiva. Requiere de esfuerzo, dedicación de algunas
privaciones, una mente positiva y sana.
Por ejemplo: Huir del acomodo, de las manufacturadas justificaciones para
todo, de las pueriles resignaciones para no enfrentar lo mal hecho, las
injusticias, con esa nada popular espada que es la crítica. Requiere que
evitemos la negatividad, el conformismo, la destructividad, el egoísmo,
la mediocridad de una vida sin sentido.
Los hombres y mujeres que en Cuba trabajan por la construcción de la
sociedad civil, tienen la responsabilidad histórica de salvaguardar la
esperanza de nuestro pueblo, especialmente de los más débiles y
desposeídos.
Tenemos que trabajar codo a codo, muy unidos, más allá de
estrategias políticas, por salvaguardar nuestra identidad nacional,
nuestras raíces, nuestro legado patriótico. Será el único
modo de alcanzar una auténtica libertad.
Autoestima significa también levantar nuestra frente ante la
ignominia de no poder entrar a un hotel o a un restaurante o centro recreativo
por no poseer dólares.
No renunciar a nuestros sueños, proyectos de vida, cuando lo que
prevalece es el caos y la confusión.
Rebelarnos al status de ciudadanos de segunda categoría, cuando se
nos privan de nuestros más elementales derechos.
Autoestima significa asumir con decoro la grandeza de ser cubanos, de ser un
solo pueblo, aunque traten vanamente de dividirnos.
Tenemos que levantarnos del desaliento y asumir el desafío de
mantener intacta entre todos el alma de nuestra Nación.
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