La libreta de racionamiento y su código oculto
Pedro Crespo, Grupo Decoro
LA HABANA, agosto - Confieso que cuando leí "El código oculto de la Biblia", interesante artículo de Ricardo Guerra publicado en los números 24 y 25 de la revista Amanecer, al instante -y en voz alta- me pregunté: ¿No tendrá un código
oculto nuestra libreta de racionamiento?
Según la referida crónica, aplicando técnicas de búsqueda de informaciones secretas mediante las casi infinitas posibilidades de las computadoras, se descubrió que en la Biblia -escrita hace más de 2 mil años- se encontraban ocultas informaciones
sobre hechos históricos ocurridos en nuestro siglo, y casi con seguridad hechos que están por ocurrir.
¿Se imaginan poder saber con un mes de antelación cuándo nos tocará la media libra de aceite, el jabón de baño o si se suministrará completa o no la cuota de luz brillante con que hacemos funcionar nuestros fogones?
Con esta extravagante idea me fui a proponerle a mi amigo Arturo, un excelente estadístico-matemático y experto programador de computadoras, que buscáramos y descifráramos, si existía, el código oculto de la llamada, por el gobierno de la isla, libreta
de abastecimiento.
Encontré a mi amigo donde habitualmente realiza su trabajo complementario a las clases de computación que imparte: vendiendo aguacates frente a la panadería. Por cierto, a muy buen precio.
Como mi amigo Arturo siempre ha sido un hombre de amplísima visión, cuando le propuse la idea me contestó: "A las ocho de la noche en mi casa. Si la libreta también se diseñó con un código oculto, despreocúpate, nosotros lo vamos a
descifrar".
Y qué grande fue nuestra sorpresa cuando ya en el primer intento, al convertir la totalidad del texto de la libreta de racionamiento en un bloque de 14 mil 516 letras y tomar como primera palabra clave "pescado", relacionadas a ésta surgieron las palabras "1999,
jurel, cinco laticas, junio". Efectivamente, el día cinco del pasado mes de junio por primera vez nos tocó el pescado en laticas. ¡Allí, en la libreta de racionamiento -que nos entregaron en diciembre del año pasado- estaba oculto, pero registrado, un hecho
inesperado que ocurriría seis meses después! ¡Todavía hoy, al recordarlo, me dan escalofríos!
La computadora con la cual comenzamos nuestro experimento sufrió un desperfecto por lo que no hemos podido continuar la tan prometedora investigación, y así comprobar si es verdadera o no nuestra suposición. Pero les prometemos que no descansaremos hasta dejar
esclarecido tan importante misterio.
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