El poder ficticio
Héctor Maseda, Grupo Decoro
"Yo conozco la pujanza que necesitamos para echar al mar nuestra esclavitud y aborrezco la elocuencia inútil" - José Martí.
LA HABANA, agosto - La inoperancia asumida por el Poder Popular en Cuba durante los 25 años que lleva de creado se pone de manifiesto si observamos el resultado común de sus órganos municipales (169 en total), reflejo fiel de lo que ocurre en las instancias superiores
incapaces de solucionar no ya las situaciones críticas de gobernabilidad, sino incluso las intrascendentes. Se verifica, además, un elevado por ciento de indiferencia ciudadana en cada nuevo proceso electoral.
En las recién concluidas elecciones llevadas a cabo en las instancias municipales de gobierno, el 80 por ciento de los presidentes de esos niveles y el 50 por ciento de los delegados de circunscripción fueron reelectos, a pesar de no haberse anotado en sus hojas de servicios
relevantes resultados ante las poblaciones que representan.
Por otro lado, son múltiples los problemas que deberán enfrentar tanto los nuevos funcionarios como los repitentes: Una burocracia sostenida que lejos de reducirse amenaza con aumentar; poca transparencia y espacios muy limitados para debatir temas de importancia medular; el
formalismo y la obediencia seguirán presentes en la gestión de los delegados. Las instancias municipales están funcionando en la práctica en forma inversa a lo establecido; las Asambleas de Delegados están concebidas como máximos órganos de dirección
municipales, pero obedecen las órdenes y sugerencias que disponen sus Comités Ejecutivos en la mayoría de los casos, cuando debería ocurrir al revés.
La gestión de los delegados se ha convertido en puro trámite. Cada vez reciben menos visitas de sus electores en las sesiones programadas de despacho. A las asambleas semestrales de Rendición de Cuentas la asistencia es mayoritariamente formal y se desarrollan en el entorno
entre la comida familiar y el inicio de las telenovelas extranjeras que oferta la TV nacional. No hacerlo en este horario podría poner en peligro su terminación por la defección de los asistentes. En realidad es mayor el interés en los nuevos capítulos televisivos
que en los asuntos a tratar en la reunión.
La ausencia casi total de los recursos que entrega el Estado a la población por esta vía coloca a los delegados en crítica posición ante éstos. Los funcionarios están convencidos que no pueden hacer nada. Este es el motivo por el cual el mecanismo que
aplican se reduce a recibir las quejas y/o solicitudes, tramitarlas, esperar un tiempo y responder al solicitante con la clásica negativa, no sin antes tratar de convencerlo de los graves problemas por los que atraviesa el país, que le impiden entregarle lo indispensable para reparar
su residencia u otras necesidades menores.
Una mirada retrospectiva a los 25 años que lleva de constituido el llamado gobierno popular en nuestro país nos convence que sus estructuras se comportan no como el dispositivo que debe dar respuesta a los asuntos fundamentales de la población, sino como un muro de contención
entre ésta y el gobierno real, por no gozar de poder alguno y haberse convertido en simples instrumentos de la demagogia institucional.
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