Prado 109: tergiversación de la historia
Reinaldo Cosano Alén
LA HABANA, agosto - Cada año, al acercarse la fecha luctuosa del 16 de agosto, se aviva en el pueblo cubano la figura de Eduardo Chibás Rivas, a quien la historiografía actual no acaba de darle espacio, aunque es inevitable dejar de mencionarlo. Al parecer, hay toda una
intención oficial en sustraer su figura y su recuerdo al extremo que en los textos escolares de historia en todos los niveles de enseñanza es ignorado. A lo mejor, si no fuera contemporáneo político de Castro a los inicios de éste, se hubiera dicho de Eddy Chibás
que fue el autor intelectual del Moncada. Pero Martí viene mejor al propósito, tan remoto en el tiempo.
¿Por qué se ha silenciado al líder ortodoxo? ¿Acaso porque aunque muerto pueda tener mayor relumbre político y protagonismo? ¿O porque su conducta de denuncia cívica prefirió la liza política en la tribuna y no la guerra fraticida
asaltando cuarteles?
A tal extremo ha llevado la ignorancia oficial al carismático líder que arrastraba muchedumbres que en el ruinoso local que era la sede de su accionar revolucionario en Prado 109, en La Habana, una tarja colocada en el frente, obra del gran artista Delarra, entre hombres armados,
descollando en primer plano la figura de Fidel Castro, se lee: "Local del Partido Ortodoxo donde al mando de Fidel Castro Ruz se organizaron jóvenes dignos de la generación del centenario". De Chibás, ¡ni una palabra!
Por obvio, no es necesario poner al descubierto cómo y cuánto se tergiversa la historia, que el pueblo cubano debe rescatar.
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