Cuando el mal es de cantaletas no se respetan las libertades
Ambrosio Sixto, APO
LA HABANA, agosto - Difíciles e históricos momentos ha tenido que vivir el pueblo cubano. Aguerrido, sacrificado, valiente, enérgico, inteligente, en fin, todos los atributos bellos sublimes y heroicos que se le puede atribuir al ser humano son parte de la cantaleta oficial
del sistema gobernante.
Pero ciertamente es así, porque la falta de libertades individuales y de iniciativas privadas son inflingidas al pueblo. Siempre lo fueron desde 1959, pero el estrechonazo económico que produjo el derrumbe del llamado campo socialista al destetarnos como insostenibles terneros de
la teta soviética trajo las medidas del sálvese quien pueda o período especial, creando espacios para explotar la imaginación del cubano autorizando oficialmente una larga lista de actividades privadas, para dar solución a la grave crisis económica que
sumergió al país.
Parecía que esos espacios iban a aliviar al pueblo. Y aunque en cierta medida nos ayudaron, aprendiendo nosotros a comer bisté de toronja y arroz micro-jet fue sólo un espacio para que el Estado, ducho en crear lemas, consignas y teorías lanzara la de la economía
insertada como alternativa para salvar la revolución.
Se despenaliza el dólar como moneda agresiva, para sentarla en la silla del ábrete sésamo. Los mercados o tiendas de productos industriales cierran sus puertas para abrir después resplandecientes, bellas y climatizadas a los productos tan distinguidos del
capitalismo. Pero no para que el pueblo trabajador tuviera acceso a ellos con el fruto de su trabajo, porque la moneda para alcanzar todos esos productos era y es en inglés y no en español, todo lo contrario a los versos de Guillén o a una parte de los versos, porque el título
se respeta: tengo lo que tenía que tener.
Los pequeños espacios para la economía privada del pueblo se han ido cerrando, y se han congelado los nuevos permisos de trabajo. La estrategia oficial está trazada: "Deben desaparecer todos. Los espacios de libertad individual son nocivos, a fin de cuentas parece que
la revolución está salvada. Lo importante ahora es seguir con la cantaleta del gobierno".
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