Cierre de centros laborales desmienten crecimiento económico
LA HABANA, 10 de agosto (Migdalia Rosado, Tamarindo 34 Derechos Humanos) - El régimen de Fidel Castro sigue cerrando centros de trabajo y desempleando personas a pesar de que en una alocución televisiva el secretario ejecutivo del Consejo de Ministros, Sr. Carlos Lage, afirmó
que el producto interno bruto (PIB) creció un 7,7 por ciento en el primer semestre del presente año con respecto a un plan de 4 a 4,5 por ciento.
Tales son los casos de la empresas "Emiliano Zapata", Florestal y CubaTabaco del municipio Mantua en la provincia Pinar del Río, que fueron paralizadas parcialmente. Los dirigentes comunistas a cargo de estas entidades dejaron un reducidísimo grupo de empleados laborando
y el resto, la mayoría, fueron enviados a sus casas.
Según le plantearon a los desempleados, esa decisión se debe a "la escasez de petróleo".
Lo cierto es que las empresas semiparalizadas en Mantua son las más grandes empleadoras de esa región de Pinar del Río.
Pinar del Río fue sede de la celebración del 26 de julio. Al respecto, uno de los cesanteados se quejó: "Para el acto político del 26 de julio sí hubo petróleo, transporte gratis garantizado y todos los recursos necesarios para la realización
de los discursos, pero para evitar que se quedaran sin empleo tantos padres de familia el gobierno no encontró solución. Este es el fracasado comunismo que, por desgracia, nos ha tocado vivir", concluyó el hombre, que no dio su nombre por temor a ser hostigado por la policía
política.
Pero Pinar del Río no es la única afectada en este asunto del cierre de centros laborales "por escasez de petróleo" u otros presuntos motivos. En ciudad de La Habana ya se pudo confirmar lo que antes era sólo un rumor: el cierre de Planta Habana, una gran
industria de elaboración de productos cárnicos (conocida como Swift antes de 1959) que está enclavada en la intersección de las calles Fábrica y Línea del Ferrocarril, en la barriada de Luyanó.
En Planta Habana quedaron sin empleo más de 200 trabajadores. Según el director de esa empresa planteó en una reunión extraordinaria con los obreros del lugar, "la reparación del centro costaba 3 millones de dólares y no había presupuesto
para acometer tal obra".
A ciencia cierta nada se sabe, porque en Cuba las cifras y estadísticas relacionadas con la economía han devenido en una especie de secreto concerniente a la seguridad del Estado. Pero por lo que se percibe aquí, en el lugar de los hechos, el régimen de Castro sigue
cerrando centros laborales y echando gente a la calle -medidas que tanto han criticado los comunistas en sus miles de millones de discursos contra el sistema capitalista- en unos casos "por escasez de petróleo", en otros porque "no hay dólares" para sostener las
empresas socialistas.
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