Prolifera en Cuba la falsificación de obras de arte
LA HABANA, 7 de agosto (Eduardo G. Estrada, ANC) - La falsificación de obras de arte se ha convertido en un negocio lucrativo en la Isla; coleccionistas cubanos califican este fenómeno como "un obstáculo para el comercio de los creadores artísticos y de las antigüedades".
En un estudio efectuado por ANC se evidenció la falsedad de un elevado por ciento de las pinturas de autores cubanos vendidas en el extranjero clandestinamente.
La investigación comprobó que un considerable número de pintores se dedican a falsificar cuadros notorios en vez de asumir el trabajo creador con fines comerciales, debido a la escasa demanda en ese tipo de mercado.
Un falsificador de obras pictóricas cubanas, que prefirió no revelar su nombre, declaró: "Un lienzo pintado al óleo o con acrílico se vende en no más de cien dólares en la Plaza de la Catedral, lo que no es costeable porque los materiales
tienen que ser adquiridos en dólares y a precios altísimos. Pero un Portocarrero o un Amelia Peláez se comercializa en cientos o miles de dólares según su formato".
A la pregunta de cómo se lleva a cabo la falsificación, la fuente respondió: "Compramos lienzos pintados al óleo que daten de la época en que vivió el pintor que se pretende falsificar para evitarnos el proceso de envejecer la tela. Luego, obtenemos
la mezcla de pinturas que utilizaba ese artista y pintamos una obra a su estilo. Por último, envejecemos el óleo y ponemos la pieza en venta".
Este falsificador asegura que para lograr que el comprador extranjero crea auténtica la pintura, la mayoría de las veces se usan a ancianos en el papel de propietario de las obras.
En el caso de esculturas en bronce, mármol y otros materiales se conoció que la falsificación consiste básicamente en grabarle firmas de artistas europeos a piezas hechas en el país. Este trabajo lo llevan a cabo casi siempre escultores restauradores.
Por otro lado, anticuarios de esta capital subrayaron que la proliferación de falsificaciones está disminuyendo el interés de coleccionistas extranjeros de negociar con privados.
"La cantidad de obras falsas que se trafican ha causado que muchos clientes foráneos sólo negocien con el Estado y sus galerías de arte -dice un anticuario de Miramar que prefirió el anonimato. Las pérdidas que sufrimos los coleccionistas privados por ese
motivo son cuantiosas".
Finalmente, la fuente aseguró que en Cuba también se falsifican obras de pintores europeos como Picasso. "Algunas de esas falsificaciones se encuentran en Europa y Asia dadas como originales", concluyó.
Esta información ha sido transmitida por teléfono, ya que el gobierno de Cuba no permite al ciudadano cubano acceso privado a Internet.
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