Los médicos cubanos: héroes en el extranjero y en Cuba
Dr. Sunset Nogueras Rofes
CIENFUEGOS, agosto - El presidente cubano dijo, en reunión con los periodistas, que los médicos cubanos eran verdaderos héroes. No tengo objeciones, pero me da la oportunidad de hacer algunas consideraciones. Los galenos salen de Cuba a cumplir su tarea, logran así
conocer otros país -algo que difícilmente de otra forma lo podrían hacer-, no buscan enriquecerse porque les es imposible. Genéticamente (nacer dentro de la revolución) no están capacitados para vivir con holgura económica.
Como médico cubano que soy, puedo asegurar que los colegas que laboran en Cuba también, sin lugar a dudas, constituyen héroes anónimos, pero no son motivo de reconocimiento o de propaganda.
Cumplí mi servicio social asistencial en una intrincada región montañosa de mi país conocida como el Escambray. Allí conocí gente en extrema pobreza, viviendo en pésimas condiciones. Tuve el atrevimiento de hacer una consulta de cirugía
menor donde practiqué sin recursos y sin ayuda del gobierno cientos de operaciones de este tipo, con lo cual brindaba una ayuda incalculable a los campesinos de la zona, que no disponían de transporte ni de tiempo suficiente para acudir a un servicio hospitalario en la ciudad.
Durante todos esos meses sólo recibí como premio que se me juzgara de atrevido, incluso por parte del gobierno.
Al contar estas anécdotas no busco mérito individual, sino demostrar que aún en la actualidad en estos parajes de Cuba existe una situación deficitaria en cuanto al transporte sanitario, hay escasez de médicos, las condiciones sanitarias son defectuosas. En la
Cuba de hoy se vive una desproporción asistencial de salud caracterizada por la mala distribución de médicos al extranjero, legado de los caprichos seniles en beneficio propio del gobernante cubano, lo que deja en crisis numérica a los consultorios de los médicos
de la familia, y como resultado, la peor atención al pueblo. Se aumenta así el esfuerzo laboral de los trabajadores de la salud en la isla y un generalizado descontento entre los que quieren emigrar.
Resumiendo, pudiéramos decir que en todo esto interactúan dos factores elementales: Primero, el significativo número de médicos que han decidido no trabajarle más al régimen ante la negación del ministerio de Salud Pública de Cuba de
permitirles salir del país y cumplimentar su derecho de visa, así como los muchos ya cansados de recibir la miserable suma de 18 dólares al mes.
El segundo factor es el creciente número de profesionales sanitarios reclutados que se alistan para salir en calidad de brigadas médicas de ayuda, con el visto bueno de los círculos de poder en la Isla.
Lastimosamente, crece por dentro, que es donde aflora la verdad, un hondo desaliento en grandes sectores de la sociedad y una auténtica irritación en las filas de la oposición democrática. No hay dudas que Castro sigue mucho más anclado en el pasado que
orientado al futuro que teme.
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