Dos niños habaneros en situación desesperada
LA HABANA, 31 de julio (Eulalia Mesa, Cuba-Voz) - El derecho a un entorno sano y saludable que tienen todas las personas, en Cuba frecuentemente se ven violados. Presentamos a continuación dos casos de víctimas de su carencia. Niños que no han contado con el apoyo
gubernamental con que contó y cuenta el niño Elián González, pese al estado crítico de salud que presentan.
El niño Javier Humberto Sánchez Junco, de 3 años. Su madre, Margarita Junco Keiser, de 30 años, divorciada y madre de otros dos niños, reside en Calle Oncena 8611, Ciudad Habana, en un apartamento de una habitación. El núcleo familiar de esta
vivienda está compuesto de diez personas. Este niño presenta una patología de leucemia linfoblástica aguda (cáncer en la médula). Por las características de esta enfermedad, requiere condiciones aisladas de vida.
El 27 de octubre de 1999 ingresó en el hospital pediátrico Juan Manuel Márquez, en Marianao, y el 2 de noviembre se le diagnosticó la patología mencionada, en la sala Onco cama A1. En el hospital se le recomendó una vivienda adecuada, ya que cuando el niño
recibe pase hay que recompensarlo, debido a que no asimila más de tres o cuatro días fuera del hospital.
La señora Margarita Junco ha realizado diferentes gestiones en instituciones del Estado dando a conocer las precarias condiciones de vida en que se desenvuelve su hijo. Entre estas gestiones se encuentran cartas enviadas en noviembre de 1999 al señor Carlos Lage, secretario
ejecutivo del Consejo de Ministros; en mayo de 2000 al primer secretario del Partido Comunista de Ciudad Habana, Esteban Lazo, al presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Ricardo Alarcón y a la dirección provincial de la Vivienda de Ciudad Habana.
Una vez investigado el caso, las autoridades enviaron un abogado a la casa de la señora Junco y al hospital. De estas visitas surgió una reunión con un señor nombrado Juan Carlos, director de la división municipal de la Vivienda en Playa, y éste sólo
le ha respondido que debe esperar. Al mismo tiempo, en el hospital le han planteado que necesitan la cama, y que el niño debe abandonar el hospital y retirarse a su casa por un periodo. En la casa, el niño no asimila las condiciones de vida allí existentes.
La señora Junco está desesperada, y se encuentra realizando gestiones a través de la oficina de Caritas Internacional por recomendación de un religioso.
Otro caso, que solicitó no ser identificado, está relacionado con una niña de cinco años de edad que ingirió en enero de 2000 una sustancia tóxica que provocó le fuera implantado un sistema digestivo artificial. Los padres de esta niña están
solicitando, desde hace 15 años, que se les asigne una vivienda, ya que residen en domicilios separados en precarias condiciones. Su madre vive en el municipio 10 de Octubre y su padre en el municipio Plaza.
Por la patología que esta niña presenta tiene un tiempo de vida limitado, y sus padres necesitan convivir todos juntos durante este tiempo. La solicitud de vivienda está hecha en el municipio Playa, a nombre de su padre, y luego de quince años esta entidad le comunicó
que debe realizarla por el municipio 10 de Octubre, donde reside la madre. Es decir, que debe reiniciar todo el proceso de solicitud nuevamente.
Esta familia está desesperada.
En estos casos no se pone de manifiesto la consigna que tanto menciona el régimen por sus medios de difusión, en relación al niño Elián González: "Un niño que es todos los niños; una familia que es todas las familias..."
Estas familias, hasta el presente, no han recibido respuestas positivas para sus casos, pese a que el tiempo para ellos es decisivo. En el municipio 10 de Octubre se conoce de familias de altos ejecutivos de entidades estatales que han recibido viviendas lujosas. El derecho básico a la
vida y a los derechos sociales que garanticen mejores condiciones sanitarias exigen para estos infelices un entorno sano.
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