¿Qué pasará el 13 de agosto?
Dr. Sunset Nogueras Rofes
CIENFUEGOS, agosto - En Cuba nada es casual. Últimamente se agudizan una serie de movimientos o discursos políticos de diversos hombres públicos. El gobierno aprovecha todo tipo de evento sociopolítico y cultural para tratar de camuflagear la crisis económica
cubana. Para ello, el país se da el lujo de ser sede de cuanto evento o reunión tenga que celebrarse, sin importar los gastos que esto conlleva. Pero la vida continúa con sus males.
El venidero 13 de agosto será para la propaganda oficialista un motivo más, con motivo del 74 cumpleaños de Fidel Castro, quien tiene el honor de ser el causante de los males de Cuba. Su experto equipo de desinformación se encargará de hacer todos los arreglos
para lograr un acontecimiento.
Todo hace indicar que un "interesante acto" se celebrará en la Plaza Antiimperialista José Martí, que con todo respeto al Apóstol prefiero llamar "Plaza de la Mentira", cuyos gastos de construcción el propio futuro homenajeado se atrevió
a decir que irían por su cuenta, en una de sus seculares intervenciones televisivas. Segundos más tarde, anunciaba el costo nada modesto de la misma, y consideraba la preconcebida utilidad de la instalación.
Volviendo a la sorpresa antes referida, este próximo día 13 de agosto se congregarán miles de estudiantes de Medicina, Estomatología y Enfermería, para rendir tributo a su dueño, quien les da la posibilidad de estudiar y luego les cobrará tratándolos
como pertenencia.
A pesar de todo, todavía hay en Cuba algunos ingenuos que dicen que los médicos son los niños privilegiados de "papá Fidel".
Pero lo que quizás muchos de los concurrentes al acto de graduación nacional masiva, antiimperialista y fidelista (recuerden que se trata de su cumpleaños) desconocen es que algo les va pedir, digamos un juramento de lealtad y servilismo.
Según testimonios de estudiantes próximos a graduarse, la participación de los mismos en el acto es inexorable, o de lo contrario serían considerados traidores al caudillo y su revolución. También se espera que los estudiantes salgan de sus respectivas
provincias de origen unos dos días antes del mencionado día 13. Los nuevos galenos, estomatólogos y enfermeros serán alojados en diferentes centros y escuelas de la capital, donde seguramente recibirán adoctrinamiento rápido para el desenvolvimiento efectivo
del acto político.
En cuanto a las palabras que pronunciará el gobernante cubano u otra persona, no son un misterio: se referirá a la Escuela Latinoamericana de Medicina como estandarte de la virtud fidelista, creada después de los huracanes Mitch y George, a fines de 1998, la cual alberga a
cerca de 3 mil jóvenes de 18 países de América Central, América del Sur y del Caribe. Esta escuela tiene el propósito de graduar 5,500 galenos en un período de diez años.
Lamentablemente, no hará referencia al régimen interno que tiene la escuela, con sus normas quasi militares. Los estudiantes no pueden salir de la escuela durante los días laborables. Tampoco se abordará el escaso contacto que tienen estos jóvenes extranjeros
con los del patio, y mucho menos la cifra de desertores, o bajas solicitadas por los descontentos, ni la cifra de accidentes e intentos de suicidio ocurridos dentro de la instalación.
Los oradores cubanos no asumirán las abismales diferencias de trato y alimentación que existen en las escuelas superiores médicas entre jóvenes nacionales y de otras tierras.
Seguramente hablarán de los 1,600 -aunque parece ser mucho más- médicos y técnicos de la salud que laboran en 14 países del mundo, pero no darán la cifra de los desertores de estas filas, ni de los que salen a eventos internacionales y se quedan en el
extranjero, huyendo de la absurda ideología castrista.
Otra de las cuestiones que no se tocará es la emergente crisis médica cubana, matizada por el latente originado por los cerca de 18 mil profesionales que han solicitado su salida del país, que deberán guardar sus visas. No creo que los oradores deseen desenterrar las
causas de este éxodo "retenido" y el verdadero caos provocado por las medidas dispuestas por el ministerio de Salud Pública de Cuba.
Durante la graduación de 1999, cerca de 5 mil nuevos profesionales de la salud repartidos en 2,390 médicos, 2,158 licenciados de Enfermería y 190 estomatólogos engrosaron las filas de los nuevos siervos al servicio del "rey". El curso que recién
terminó (1999-2000) puso en formación 7,500 nuevos estudiantes en las diversas especialidades de las Ciencias Médicas. Entre ellos figuran 1,800 estudiantes extranjeros procedentes de 21 países.
Así las cosas, aunque parecen reconfortantes estas cifras oficiales (exceptuando la cifra de sanitarios que reclaman salir del país), nada puede resolver el descontento, la pobreza y la confirmada crisis de los profesionales cubanos. El día 13 de agosto servirá para
hacer propaganda conveniente y enmascarar una vez más el abuso a que son sometidos los sectores emergentes de los centros universitarios de salud de Cuba.
Los ideólogos doctrinarios no encontrarán mejor ocasión para lamerle las botas (últimamente usa tenis) al "todopoderoso de Cuba" y obligarán a las masas juveniles a leerle cartas de agradecimiento y felicitaciones. Sin embargo, muy duro y penumbroso
es el futuro que les espera. Castro recibirá sin lugar a dudas sus felicitaciones (que seguramente él no espera) mientras un número de jóvenes recibe los primeros aires de decepción oficial.
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