Un día de luto convertido en fiesta
Juan Téllez, Agencia Libertad
LAS TUNAS, agosto - Banderas, pancartas, consignas, propaganda radial y fachadas pintadas ha caracterizado a Puerto Padre en los días finales de julio. Porque la cúpula gobernante le otorgó la sede de la celebración del 26 de julio en Las Tunas.
Todo este festejo está lleno de ironía. Es lo que viene haciendo la dictadura en sus 41 "cuenta cuentos", lo que es igual que celebrar el cumpleaños en casa del velorio.
Este depauperado pueblo tiene hambre estomacal y de libertad, esperando lo que nunca acaba de llegar. El gobierno, como un regalo por el 26, le oferta en la nueva carnicería que está en la calle Carlos Manuel de Céspedes, la masa de cerdo a 25 pesos y al corte a 16.56 pesos
en moneda nacional. Esto es otra ofensa para los habitantes de la "Villa de los balseros".
Todo por aquí anda mal desde que llegó al poder "cámbialo-todo" y dijo: "Antes de mí nada, después de mí todo", y con su afán de acabarlo todo convirtió al país en una prisión gigante.
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