MIAMI, Estados Unidos.- El gobierno de Venezuela inició esta semana la “ocupación temporal” de 97 mercados municipales por orden Nicolás Maduro. El dictador aseguró que el país enfrenta “una guerra económica”, y por ello militares armados con fusiles ejecutarán una operación creada con el objetivo de luchar contra la implacable escalada de precios, dijo Tareck El Aissami, a cargo del recién creado ministerio de Industria y Producción.
De acuerdo a la nota publicada por Infobae, Maduro afirmó, durante un acto político en Caracas la noche de este miércoles que “la toma de los mercados municipales ha sido todo un éxito. Presos están un grupo grande de mafiosos, mayoristas, ladrones, capitalistas. Encontramos de todo ahí, hasta prostitución”.
“¡Es un pote de humo!”, gritó escéptico un vendedor de verduras en Coche, uno de los mayores mercados de Caracas, donde varios locales estaban cerrados, advertidos del operativo.
“Necesitamos que pongan orden”, lanzó por su parte Rodolfo Amell, comprador habitual.
Los sueldos de los venezolanos se diluyen día tras día por la hiperinflación, y todo esto en medio de una severa crisis económica proyectada en 13.800% por el FMI para 2018 y en 200.000% por el Parlamento de mayoría opositora.
Algunos especialistas sostienen que la inflación se dispara por la emisión de dinero sin respaldo para cubrir un déficit fiscal cercano al 20% del PIB, mientras que la escasez de alimentos básicos -causada por el deterioro del aparato industrial por férreos controles de cambio y de precios- también ha empujado los precios de los productos.
Los comerciantes protestan. Javier Pérez, el dueño de un pequeño puesto en el mercado de Coche, en el oeste de Caracas, dice que el alto costo de la vida no se resuelve con controles militares.
“Si el problema lo resuelven desde la punta hasta la cola, nos acomodamos. Si no, vamos a seguir igual. Cuando los productos llegan al mercado, ya los precios están elevados”, afirmó.
Sus ventas se desploman por la falta de efectivo, problema crónico en Venezuela que el gobierno achaca a “mafias” que trafican el papel moneda, y analistas a la imposibilidad de imprimir billetes -que cada día pierden valor- a la velocidad requerida para cubrir la demanda.
Un mismo producto es vendido a dos precios: uno en efectivo y otro, más alto, si se cancela con tarjeta de débito.
Alfredo González, habitante de los Valles del Tuy -estado Miranda-, tiene poca fe en la militarización. “No se burlen más del pueblo, amor con hambre no dura”, pide.