La situación de violencia que se viene registrando en Venezuela llegó esta tarde al seno de la Organización de Estados Americanos (OEA), en Washington, en donde los países miembros se dividieron en torno al análisis y soluciones frente al conflicto.
El tema fue puesto sobre la mesa por la embajadora de EE. UU. ante esta institución, Carmen Lomellin, que se mostró profundamente preocupada por la violencia y le pidió al gobierno de Nicolás Maduro respetar los derechos de congregación y expresión.
“Son derechos universales y el Gobierno debe respetarlos. Hacemos un llamado al diálogo entre el gobierno y la oposición. Es el único camino para una solución pacífica y justa”, dijo Lomellin.
Otros países, entre ellos, Panamá, Canadá, Colombia, Perú y Chile hicieron eco al mensaje estadounidense abogando por espacios de conciliación para zanjar las diferencias.
“Mi gobierno ha expresado su voluntad, en caso de que así sea solicitado, de contribuir de manera positiva a que mediante el diálogo y el entendimiento se puedan resolver los problemas que en la actualidad enfrenta la vecina nación”, dijo por su parte el embajador colombiano ante la OEA, Andrés González, quién de pasó agradeció el apoyo que Caracas le brinda al proceso de paz con las Farc.
Venezuela, que fue respaldada por Argentina y los países del llamado ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América), es decir Bolivia, Ecuador y Nicaragua entre otros, acusó a EE. UU. de estar tras las protestas que se vienen registrando y que buscan “derrocar a un gobierno electo por vías democráticas”.
“Estamos en la mira y solo hace falta que algunos políticos venezolanos estén listos¨, denunció Roy Chaderton, embajador de Caracas ante este órgano hemisférico.
Según Chaderton, a la oposición se le han ofrecido todos los espacios para dialogar pero ahora se levantan pues cuentan con el apoyo de Washington.
Recordó, a su vez, que el presidente Maduro fue quién ganó las elecciones de manera legítima e insistió en que el gobierno sigue dispuesto a dialogar pero con el “sector democrático” de la oposición.
El embajador ecuatoriano, Marco Albuja, advirtió que ni la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) ni la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) permitirán un quebrantamiento a la democracia a través de golpes de estado enmascarados en protestas populares.
“No toleraremos que las elites burlen las decisiones democráticas de los pueblos”, sostuvo el funcionario.