Estamos a las puertas de una nueva revolución tecnológica en el campo de la Realidad Virtual. Aunque esta tecnología no es nueva, pues desde los años 80 se ha estado experimentado con la misma, las altas prestaciones y los bajos precios de los equipos actuales prometen cambiar las reglas del juego y cambiar al mundo como lo conocemos.
¿Qué es la Realidad Virtual?
Se trata de un conjunto de tecnologías que buscan producir en el consumidor la sensación de sumergirse en un mundo virtual generado por computadoras. Gracias a la combinación de diferentes dispositivos (anteojos, sensores de movimiento, auriculares) con programas especialmente diseñados, se le da al usuario la posibilidad de “vivir” en una realidad construida enteramente en las computadoras o en consolas de videojuegos, y sentir como si de veras estuviera allí. Películas como Tron o Matrix son ejemplos de cómo se imaginó inicialmente esta tecnología, que desde su nacimiento ha sido noticia pero no ha logrado aún llegar a las masas.
Hasta el momento los equipos de Realidad Virtual han sido extremadamente caros y, por lo tanto, solo accesibles a investigadores en grandes compañías, el gobierno y personas pudientes. Además, para lograr simulaciones realistas son necesarias computadoras poderosas al alcance de pocos.
Los gigantes apuestan
Pero, esto está cambiando aceleradamente y compañías como Facebook y Google comienzan a apostar hacia un futuro donde reinará la Realidad Virtual. La explosión en la capacidad de los chips modernos, combinada con sus bajos precios y sus pequeños tamaños, prometen en corto tiempo revolucionar la manera en la que interactuamos con las computadoras.
El Cardboard es la apuesta de Google en este campo en el que hasta ahora no había demostrado experiencia. Esta iniciativa apunta a una realidad virtual barata. En términos simples, es un aparato hecho, como su nombre en inglés lo indica, de cartón.
El secreto de su funcionamiento es simple: una estructura de cartón sirve para sostener un móvil Android a unos 4 centímetros de nuestros ojos, y restringe el resto del campo visual. En la pantalla, las imágenes aparecen duplicadas, pero al estar tan cerca de nuestros ojos, se transforman en una sola imagen tridimensional. El sensor espacial del móvil permite al software conocer cuándo y en qué dirección movemos nuestra cabeza para ajustar la imagen de acuerdo al movimiento. Este anteojo de cartón cuesta menos de $20 y los planos para crearlos se pueden incluso descargar e imprimir para hacerlos a mano.
En julio 2014, Facebook, compró por la impresionante cifra de 2.000 millones de dólares, a Oculus Rift, una pequeña compañía especializada en equipos de Realidad Virtual. El precio pagado sorprendió a muchos en Wall Street, que no entendían que una compañía relativamente nueva, especializada en una tecnología experimental pudiera costar tanto dinero. Pero, para quienes entienden el negocio de Facebook no hubo tal sorpresa. Si la red social es ya adictiva para billones de usuarios, imaginen un futuro donde visitar Facebook sea una experiencia completamente realista. Estos mundos virtuales serán la cuna de nuevas industrias que crearán productos virtuales, surgirán nuevas fuentes de trabajo y las posibilidades de ocio serán casi infinitas.