EL PAÍS – Lo suyo no es la geolocalización, al menos su versión analógica. “No sé ni dónde me encuentro. Me han traído aquí, y desde aquí me llevarán a otro sitio”. Jimmy Wales (Alabama, 1966) se explaya en una larga conversación con EL PAÍS en el interior de una carpa alojada en el Palacio de Cibeles, fastuosa y quizá provisional sede del Ayuntamiento de Madrid. Es el gurú estrella de la Accenture Digital Conference, que impartirá poco después de la entrevista. No se priva de comentar la influencia de la tecnología en el auge de las protestas sociales y confiesa que entra a editar artículos de la Wikipedia a menudo, aunque no recuerda ni el primero ni el último. Acude a leer la enciclopedia virtual tanto como un usuario medio. “Todos los días”, recalca, por si no quedase claro.
Con el ritmo de crecimiento de nuevos artículos en Wikipedia, ¿le preocupa que el conocimiento quede demasiado fraccionado?
La verdad es que no. Por el tipo de clasificación de los contenidos y por los hipervínculos. También por los wikiprojects, que usamos para organizar el conocimiento de un gran área, como la medicina. Fraccionar el conocimiento no supone un gran problema. Puedes empezar por una parte y luego la conectas con el resto. Así funciona el conocimiento, en realidad.
¿Hay algún tipo de forma emergente de conocimiento que escape de Wikipedia actual? ¿Quizá los datos?
Sí, por supuesto. Y no hay que irse a los datos, sino a otras formas más tradicionales. Hay mucho conocimiento que per se no pertenece a una enciclopedia: las recetas, las críticas de cine… También lo son los horarios de autobús, pero esto ya te lo da una app, no pertenece a Wikipedia. Pero sí, hay muchos datos interesantes y tenemos un proyecto, Wikidata, que aborda cómo incorporarlos y usarlos con sensatez en Wikipedia.
Estamos en una época interesante para la censura: en el pasado los gobiernos creían de verdad que podían impedir que la gente se enterase de las cosas y ahora todo lo que pueden hacer es evitar que hablen demasiado”
¿Podría citar un ejemplo?
Aún es un sueño para nosotros, pero cuando se publican nuevos datos de población tras un gran censo, de Madrid por ejemplo, deberíamos ser capaces de actualizarlos en Wikipedia y que esos datos quedasen actualizados en todos lados. Estos pequeños fragmentos de conocimiento, como los datos, son tan universales y tan directos que tenemos que ser capaces de actualizarlos rápidamente y a escala global. Ahora tienen que actualizarlos mucha gente distinta, en diferentes idiomas.
Leer el artículo completo en EL PAÍS.