Él es el rey de la sala. Con su pantalla y sus bocinas, nadie aparta la vista ni lo ignora. Frente a un televisor millones de cubanos hemos llorado, reído y pasado una buena parte de nuestras vidas. Ahora, gracias a las nuevas tecnologías, la relación con esa “caja tonta” podría empezar a cambiar. Los dispositivos que convierten nuestra pantalla chica en una computadora ya están aquí y son una opción para informatizar a nuestras familias.
Google se ha lanzado al mercado de los dispositivos para convertir televisores en máquinas inteligentes que ayuden a calcular, escribir, conectarse a Internet y un sinnúmero de funciones más. El artilugio que logra tal maravilla parece a la vista una memoria USB, como esas que estamos acostumbrados a pasarnos de mano en mano, para transmitir información, audiovisuales, videoclips y programas. Sin embargo, a diferencia de esas memorias flash que sirven para almacenar datos, la nueva criatura concebida en Mountain View, California, guarda en su interior el potencial de un ordenador.
En el último censo de población y vivienda, realizado en 2012, los cubanos confesaron tener 759.164 televisores en blanco y negro, mientras que había 2.922.099 de sus parientes más sofisticados con pantallas en colores en todo el país. Vale la pena decir “confesaron”, porque sigue siendo una práctica muy extendida esconder de los ojos escrutadores del Estado la infraestructura tecnológica con la que se cuenta. “A la ‘policía’ mejor despistarla”, nos enseñan en casa desde chiquitos y todas las encuestas oficiales terminarán lastradas por ese componente de suspicacia popular… (Leer más en 14YMedio)