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Soberanía alimentaria sin alimentos

Alimentos, Soberanía alimentaria en Cuba

LA HABANA, Cuba. – La llegada a La Habana de un barco con pollo para distribuir una libra por persona y 1,5 libras por cada menor de 13 años fue la gran información del noticiero de televisión de este 8 de mayo. Los muslitos de pollo serán enviados a las provincias según se descarguen. Ya no se necesitará suplir la cuota de pollo con jamonada o picadillo de pésima calidad, como ocurrió en marzo y abril. 

Sí, algo bueno llega del Norte de vez en cuando. El “bloqueo” afortunadamente permite la compra de alimentos, pero las autoridades tienen que pagar en el muelle, si tienen dinero. El embargo de Estados Unidos impide los créditos, aunque el Gobierno tampoco los recibe de otros países e instituciones por sus impagos de las deudas desde hace años. 

El elevado envejecimiento de la población cubana pronto dejará de ser una preocupación, pues la falta de alimentación, la escasez de medicinas y la casi nula asistencia médica actuales van a garantizar el acortamiento de la esperanza de vida, si seguimos por el mismo camino. 

La esperanza de vida al nacer entre 2018-2020 fue de 77,7 años, lo cual representa una disminución respecto a 2014-2016, cuando resultó 78,07 años, según la Oficina Nacional de Estadística e Información. La reducción se relaciona, entre otras causas, con el elevado grado de envejecimiento poblacional, el incremento de factores de riesgo que elevan la mortalidad por enfermedades crónicas no transmisibles, la tendencia ascendente a la mortalidad prematura en adultos jóvenes menores de 60 años por accidentes, enfermedades cardiovasculares y tumores malignos, así como el impacto de la pandemia provocada de COVID-19 en el año 2020, según informó el ministro de Salud Pública en la reunión de balance del organismo celebrada el pasado 8 de mayo. 

Además de la inexistencia de medicamentos para la presión, ansiolíticos y otros, es notoria la precaria situación en los centros asistenciales por carencia de insumos y rotura de equipos, lo que podría estar incidiendo en el incremento de las muertes, particularmente por infartos. 

Ancianos y bebés anémicos y con muy bajo peso luchan por sobrevivir el “Período de Continuidad”. Por selección natural sobrevivirán los más fuertes y sanos, los hijos de los dignatarios, los que tienen FE (Familiares en el Exterior que envían remesas, medicinas y comida) y algunos cuentapropistas y campesinos.

Los dirigentes probablemente no tengan vidas tan prolongadas como sus antecesores, debido a la obesidad por exceso de carne, quesos, dulces, bebidas, y la falta de ejercicio.

Fidel Castro rechazó las donaciones, pero el Gobierno continuista ha tenido que recurrir a ellas para sobrevivir por la incapacidad de producir alimentos para garantizar las pequeñas cuotas de alimentos. La desnutrición en los niños es muy alarmante, mientras que el bajo peso afecta a las mujeres gestantes y bebés recién nacidos.

Cada día la situación alimentaria es peor, sin que las autoridades nacionales decidan dar libertad a los productores. Sin exportaciones, el Gobierno no podrá importar los alimentos indispensables. Las donaciones de arroz, trigo y variados productos por Vietnam, Rusia y otras naciones, organismos internacionales, organizaciones de amistad y cubanos residentes en el exterior no serán eternas.  

La hambruna se ensañará y la población demandará cambios, como ya ha empezado a suceder. 

ARTÍCULO DE OPINIÓN
Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no necesariamente representan la opinión de CubaNet.




Pésame a la industria alimentaria cubana

Industria Alimentaria

LA HABANA, Cuba. – El pasado 25 de enero se celebró en Cuba el día del trabajador de la Industria Alimentaria, un sector que también incluye a los que laboran en las actividades de la pesca. La sede del acto conmemorativo por la fecha fue la Empresa Provincial de la Industria Alimentaria de Cienfuegos.

Mas, el estado calamitoso que exhibe este sector productivo es tal que en realidad no era oportuna ninguna celebración. Un trabajo periodístico aparecido en el semanario Trabajadores da cuenta de que para este año se prevé que 5000 trabajadores de este sector queden disponibles, es decir, que pierdan sus empleos, debido a las interrupciones productivas que ocurrirán. 

Habrá interrupciones, entre otras, en las producciones de la industria láctea, la cárnica, la producción de bebidas y también de café. Todas con un impacto directo sobre el deprimido consumo de la población.  

La carencia de materias primas, así como la escasa calidad de estas, es otro elemento que influye en el negativo rendimiento de este sector productivo. Especialmente se observa en el pésimo pan que se brinda a los consumidores por la libreta de racionamiento. Al parecer, el consejo del teólogo brasileño Frei Betto de obtener el pan a partir de la yuca no ha dado los resultados que esperaban las autoridades. También incide en esta debacle el gran éxodo laboral, en el que parten muchos trabajadores con experiencia, entre ellos maestros panaderos, hacia otros sectores de la economía en busca de mayores ingresos.  

Tampoco se puede dejar de mencionar la manera en que los incumplimientos de la agricultura repercuten sobre la industria alimentaria. En este sentido hay que destacar los bajos niveles de leche que los ganaderos entregan a la industria, lo cual profundiza el desabastecimiento de los productos que se derivan de esa materia prima. 

Pero nadie piense que la debacle de la industria alimentaria es una situación derivada únicamente de la pandemia de coronavirus. Revisemos las cifras que aporta el Anuario Estadístico de Cuba de 2021 y comprobemos que, aun sin considerar los años 2020 y 2021, las producciones de esta industria habían caído en picada ya en el año prepandémico de 2019. 

Tomando como base el año 1989, observamos que en 2017 la industria alimentaria solo alcanzó el 78,1% de lo logrado en aquel período, mientras que en 2019 apenas rozó el 70%. Además son muchos los renglones productivos que hacia el 2019 disminuían con respecto al 2017. 

Entre ellos tenemos la carne deshuesada de res, la carne de cerdo en bandas, las carnes en conserva, la carne fresca de aves, la harina de trigo, los quesos, la leche evaporada, la mantequilla, el yogurt, los helados, el aceite vegetal, el pan, las galletas de sal, las galletas finas, las pastas alimenticias, los caramelos y confituras, las conservas de frutas y vegetales, el café, la masa de pescado, el pescado entero congelado, el filete de pescado, la langosta, el ron, los vinos, la cerveza, las maltas, los refrescos y el agua mineral. 

Bueno, ¿y qué decir de la pesca? Basta con comprobar que se trata del sector más deprimido de la economía cubana. O sea, el que menos aporta al producto interno bruto (PIB) de la mayor de las Antillas. En 2021 la pesca representó solo el 0,05% del PIB cubano.  

En verdad, en lugar de felicitar a los trabajadores de la industria alimentaria en su día, debíamos haberles dado el pésame por el modo en que las autoridades castristas han destruido este importante sector productivo. 

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Soberanía en Cuba: ni siquiera alimentaria

Planta de granos de Granma, Soberanía alimentaria en Cuba

LA HABANA, Cuba. – El maíz, ahuyentado por la Tarea Ordenamiento, no llega a la nueva planta de secado de granos, construida en Bayamo en el marco del Proyecto de Desarrollo Rural Cooperativo en la Región Oriental (PRODECOR).

Los bajos precios de compra a los campesinos, los altos costos de los insumos y los servicios, la escasa entrega del paquete tecnológico (fertilizantes y plaguicidas) y la falta de combustible neutralizaron los beneficios de la planta, que había eliminado el secado de los granos al borde de las carreteras y en los techos de las casas. Ante los incumplimientos de los contratos, los campesinos han aprovechado la posibilidad de vender a precios de mercado. La realidad se impone a la economía centralizada socialista.

La agricultura, declarada como sector estratégico, es la mayor evidencia del fracaso de las 63 medidas de la agroindustria y las decenas de medidas para las empresas estatales socialistas, adoptadas por el Gobierno en el marco de su Nueva Política Económica. El objetivo de eliminar las trabas no se está logrando, precisamente por la nueva red tejida por esas medidas, las autolimitaciones de los directivos y la desconfianza de los productores.

Una muestra fehaciente de ello es la planta de secado de granos de la provincia Granma (60 toneladas/día), que desde enero a octubre de 2021 solo había recibido 820 toneladas de maíz entregadas por 80 cooperativas. Con una capacidad anual de 18 000 toneladas, luego de su puesta en marcha en julio de 2020, la planta procesó 5 000 toneladas de maíz para consumo animal, según informó el periódico Granma

La construcción de la planta fue motivo de reportajes de la televisión y la prensa escrita que resaltaron los esfuerzos gubernamentales y soslayaron la envergadura de la cooperación internacional que propició la inversión y fomentó el desarrollo agrícola de las zonas más pobres y atrasadas de Cuba. 

El Proyecto de Desarrollo Rural Cooperativo en la Región Oriental se extendió de septiembre de 2013 a marzo de 2021. Con  un costo total de 45,3 millones de dólares, PRODECOR ha beneficiado a 157 cooperativas (CCS, CPA y UBPC) dedicadas al cultivo de maíz y/o frijol.

A las cooperativas se entregaron equipos e insumos valiosos como sistemas de riego, tractores, arados, chapeadoras, neumáticos para tractores, camiones, baterías, implementos de tracción animal y carretas para bueyes. 

En ese marco, cuatro plantas de secado y beneficio de granos se construyeron. En Holguín la planta deberá empezar a procesar la cosecha de frijol de la campaña de invierno; en Las Tunas se previó las pruebas en vacío el 10 de diciembre. Por su parte, la planta de Santiago de Cuba, la más grande de todas (120 ton/día), debería estar concluida hacia finales del mes de diciembre, según el Informe de la Misión Final de PRODECOR. 

En el artículo “Granos sueltos en la cadena productiva del maíz”, de Granma, se critica a los campesinos beneficiados por PRODECOR debido a la baja entrega de maíz y que el 40% de las tierras se haya destinado a otros cultivos, para concluir que es preciso organizar mejor y con prontitud el proceso de siembra y cosecha del maíz, así como ajustar los eslabones sueltos de la cadena productiva y de comercialización. 

Por su parte, el productor de maíz Manuel Garcés Rosales aseguró que aún hay mecanismos enrevesados y varios cabos sueltos. Jorge Suárez Arévalo, vicepresidente de la cooperativa Ulises Góngora Varela de Bayamo, opinó que es complejo exigirles a los productores las ventas a la industria, cuando los cálculos demuestran que las cuentas no siempre dan. 

El delegado de la Agricultura, Alexander Rojas, explicó que este año se sembró mucho maíz en la provincia, pero no se contó con el respaldo de los paquetes tecnológicos, y eso influyó en que los rendimientos no alcanzaran la tonelada por hectárea y en que una parte de los granos no se cosechara. 

Otra vez el Gobierno cubano ha quedado a la zaga, cuando la hambruna animal y humana acecha.

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¿Soberanía alimentaria en Cuba?

Industria Alimentaria, Soberanía alimentaria, Cuba
Dirigentes de la Industria Alimentaria visitan la Fábrica de Pastas Alimenticias “Marta Abreu”, de Cienfuegos (Foto: Twitter / MINAL)

LA HABANA, Cuba. – Las producciones de la Industria Alimentaria en 2021 no se recuperarán respecto a 2020, cuando solo alcanzaron el 52% de lo previsto, una cifra muy inferior a las necesidades reales de la Isla, según información publicada en los medios oficiales el pasado 12 de febrero. 

Los cubanos continuarán con una deficiente nutrición, sin productos cárnicos, lácteos o derivados de la harina de trigo como los socorridos espaguetis. Además, seguirán haciendo grandes colas para adquirir las escasas ofertas en moneda nacional e incluso en dólares.  

La tendencia decreciente e inestable de las entregas de materias primas agrícolas, la falta de respaldo en MLC, el déficit en las balanzas de azúcar, mieles, alcohol; y la asignación de combustibles que no respalda los niveles de actividad, estuvieron entre los principales problemas, según el ministro Manuel Sobrino. Las diversas ramas de la industria no fueron desglosadas. 

“La historia nos vuelve a ratificar que tenemos que desarrollarnos y resolver nuestros problemas por nosotros mismos”, expresó el gobernante Miguel Díaz-Canel, según el periódico Granma. Reconocimiento de una verdad de Perogrullo: nadie vendrá a cargar con el desastre. El Gobierno cubano dilapidó las multimillonarias subvenciones soviéticas y venezolanas, y ahora los cubanos tienen que sufrirlo y resolverlo. 

El sistema empresarial se tiene que estremecer, expresó Díaz-Canel en la reunión de análisis sobre la labor del Ministerio de la Industria Alimentaria y su sistema empresarial en 2020, efectuada el 11 de febrero. El dirigente convocó a darle una respuesta al pueblo cubano este año y a buscar un punto de inflexión en la economía. Los cuadros de las empresas tienen que resolver la debacle, aplicando las 43 medidas para la autonomía decretadas en el marco de la Tarea Ordenamiento, iniciada el 1 de enero de este año. 

Por su parte, el primer ministro dijo que no será un análisis similar a los anteriores. Debido a la pandemia de COVID-19, el año 2020 no tiene otros períodos de referencia. Tampoco los tiene 2021 por la implementación de la Tarea Ordenamiento. Marrero orientó concentrar las presentaciones y debates en las potencialidades que se tienen y no solo en datos comparativos. Serán reuniones cortas para intercambiar, escuchar y discutir cómo se van a enfrentar los desafíos que presenta el año 2021. Puso énfasis en la calidad, la inocuidad de los alimentos, la variedad, la sustitución de importaciones, las exportaciones, el desarrollo de la pesca y la acuicultura, según Granma. Sin embargo, no se divulgó cómo el premier espera lograr esos propósitos elementales de larga data.

El ministro informó que el embargo de Estados Unidos generó pérdidas por 78 millones de dólares y la pandemia de la COVID-19 provocó afectaciones por 55 millones de USD en 2020. Entre las prioridades para 2021 está incrementar la producción industrial de alimentos, desarrollar los procesos inversionistas y el fortalecimiento de la política de cuadros. Tampoco él expuso los medios para lograr resultados productivos, la razón de ser del MINAL, y poder efectuar inversiones cuando no hay liquidez. Hasta ahora ni siquiera se paga a los países que condonaron la mayor parte de la deuda cubana, montos que las empresas extranjeras podrían utilizar para invertir en Cuba.

En cuanto a la aplicación de la Tarea Ordenamiento, Sobrino refirió la aplicación incorrecta de precios mayoristas centralizados por las empresas, con mayor incidencia en el área de carnes y pesca de La Habana, Matanzas, Holguín y Santiago de Cuba, así como la aplicación generalizada del llamado Índice Máximo de la media de la clase (para formar los precios), que fue revisado y rectificado en un 66%, en enero. Esos elevados precios han provocado gran rechazo por la población, debido a la neutralización del incremento de los salarios. El Gobierno no reconoce errores en la política de precios a su nivel, sino que culpa a los cuadros empresariales y locales, pero ha tenido que ordenar la revisión a la baja. 

Asimismo, el ministro criticó los problemas de calidad-precio en las producciones, fundamentalmente las destinadas a la canasta familiar normada (racionamiento). Se reportaron afectaciones salariales a trabajadores de la actividad pesquera y de la descarga de buques, donde se aplicaba el sistema de estimulación en CUC (moneda libremente convertible eliminada), que no se cubría con los nuevos salarios y que ya se resolvió, dijo el funcionario. No se concretaron los contratos con el turismo ni con las cadenas de tiendas debido a inconformidades e interpretación en el método de formación de precios aprobados en la norma, y hubo demora en la aprobación del índice a aplicar a las producción de las empresas mixtas, lo que se evalúa por los ministerios de Finanzas y Precios y del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, refirió Granma

Díaz-Canel expresó que se requiere la investigación e innovación para resolver los problemas, sobre todo al aprovechar el potencial del Centro de Investigación de los Alimentos y su vinculación con las universidades. “Esta es una industria en la que se pueden hacer muchísimas cosas, más diversidad de productos, más producción, más eficiencia, más calidad, mejor presentación, más oferta para la población, podemos tener productos de diferentes gamas”, manifestó. 

Usualmente, en el mundo, todo esos son los objetivos de los empresarios y trabajadores que reciben el resultado de sus emprendimientos y esfuerzos. En Cuba, podría ser igual si se contara con las materias primas nacionales para sustituir las importadas, que no podrán llegar mientras no haya liquidez, y se capitalizaran las fábricas obsoletas. En las condiciones actuales, la autonomía de las empresas no garantiza los éxitos: por el contrario, posiblemente una cantidad elevada de ellas quiebren.

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“Canelismo” itinerante y soberanía alimentaria

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Miguel Díaz-Canel, Agricultura, Cuba, Vietnamita
Miguel Díaz-Canel con trabajadores de la agricultura (Foto: Cubaencuentro)

LAS TUNAS, Cuba. – El jueves de la semana pasada concluyó en el municipio especial Isla de la Juventud -otrora Isla de Pinos- la enésima visita de Miguel Díaz-Canel a los gobiernos provinciales. Para variar, el delfín del castrismo se hizo acompañar de una profusa comitiva compuesta por ministros y comisarios. Según medios oficiales, el objetivo del recorrido fue “palpar temas fundamentales del contexto actual del país”.

Amén de la improductividad sistémica de los regímenes con economía estatizada -enmascarada en Cuba bajo una aparente descentralización gubernamental y flexibilización del trabajo por cuenta propia-, la depreciación del peso cubano, aunado al desabastecimiento alimentario, está causando angustias entre la población, particularmente en territorios con características demográficas, climatológicas y de suelos adversas para la producción agropecuaria, como es el caso de la provincia de Las Tunas.

Desde que fuera designado Presidente por el general Raúl Castro y el Partido Comunista (PCC), y aun antes de ocupar ese cargo, Díaz-Canel ha realizado varias visitas gubernamentales por toda Cuba. En el caso específico de Las Tunas, el actual mandatario visitó el territorio por primera vez en funciones de gobierno el martes 7 de marzo de 2017, cuando todavía era primer vicepresidente del Consejo de Estado. Entonces, los turistas estadounidenses se gastaban miles de dólares en Cuba. Conviene recordar que, como parte de su recorrido por el municipio de Puerto Padre, Díaz-Canel llegó a la Escuela Pedagógica Rigoberto Batista Chapman. Allí, en el laboratorio de inglés, dijo a los estudiantes que debían usar ese idioma “como parte de su vida”.

Durante este arranque de 2021, La Habana ha retomado los mensajes conciliadores hacia Washington. Sin embargo, durante esta nueva visita a suelo tunero no se habló del idioma inglés, sino del “concepto de soberanía alimentaria”, el nuevo slogan del régimen continuista.

Pero “la soberanía alimentaria” y los suelos tuneros suelen ser incongruentes: en Los suelos de Cuba (Bennett y Allison), redactado en los años 20 del pasado siglo, los investigadores concluyeron que al menos un tercio del área total de la Isla tiene insuficiente drenaje, así como suelos impenetrables para el agua y las raíces de los árboles. Por tal razón, son proclives a inundaciones periódicas.

El Atlas nacional de Cuba (1970) cataloga los suelos de las regiones naturales donde se ubica Las Tunas en dos categorías: fértiles y mal drenados y medianamente fértiles, arenosos y erosionables. Un reportaje del Noticiero de la Televisión Cubana emitido el 24 de junio de 2017 informó que el 80% de los suelos de la provincia están catalogados como “poco productivos, o muy poco productivos”.

Así y todo, cuando el sábado 30 de enero Díaz-Canel y su gobierno itinerante estuvieron en Las Tunas, refiriéndose a la producción agrícola, el primer ministro Manuel Marrero sugirió “llevar el concepto de soberanía alimentaria hasta niveles de comunidad”.

Vamos a ver. La primera información escrita de la que se tenga noticia en relación a la “soberanía alimentaria” en la Isla, que hoy tanto repite la burocracia política y gubernamental dirigida por el Partido Comunista de Cuba (PCC), data del llamado Diario de abordo de Colón, un texto de autor desconocido, pero atribuido a un conocedor de la Cuba de su tiempo, Fray Bartolomé de las Casas.

La crónica colombina refiere que el 27 de noviembre de 1492 Colón observó en las montañas de Baracoa “grandes humos y grandes poblaciones y las tierras muy labradas”. El 3 de diciembre, el folleto registra la vista del Almirante sobre una zona “toda llana y sembrada de muchas cosas de la tierra… en medio de una gran población”.

Dicho de otro modo: lo que no poseemos los cubanos hoy, en pleno siglo XXI, abundaba junto a las casas de nuestros aborígenes en 1492: la comida.

Más cercano en el tiempo, en 1856, el abogado y escritor Antonio Bachiller y Morales publicó Prontuario de agricultura general, haciendo ver la necesidad de generalizar el cultivo de huertos y otras plantaciones en pequeñas áreas -entonces llamadas “estancias”- alrededor de las ciudades, concretamente en torno a La Habana, para su autoabastecimiento.

Hace ya 162 años que Bachiller y Morales nos hizo ver el atraso cultural existente en Cuba respecto al cultivo de hortalizas, viandas, granos y la cría de ganado mayor y menor de forma intensiva en espacios reducidos. El abogado estanciero -Bachiller poseía una “estancia”- hacía énfasis en el escaso uso de abonos orgánicos en el mejoramiento de los suelos. “Entre nosotros no hay horticultura”, refería.

Muy temprano en el siglo XIX, Bachiller sugirió la diversificación agrícola como vía segura para conseguir el reciclaje de nutrientes, incrementar los rendimientos en pequeñas extensiones de terreno y satisfacer las necesidades alimentarias de la población cubana, erradicando, o disminuyendo sustancialmente, su dependencia de las importaciones.

Reacomodadas las prácticas agrícolas de nuestros ilustres ancestros a nuestra época y a la ideología del PCC -partido único regente en Cuba-, el gobierno itinerante de Díaz-Canel, gastando toneladas de combustibles en viajes por todo el archipiélago -que mayor utilidad darían regenerando suelos improductivos- hace de la “soberanía alimentaria” y de la “sustitución de importaciones” una suerte de discurso novedoso. Los cubanos, por su parte, hacen oídos sordos a las nulidades obvias, aunque duelan los calderos vacíos.

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