1

La ‘escoria’ de las cárceles cubanas

LA HABANA, Cuba.- Creo en Dios, y quizá sea ese credo el que me hace pensar que mi prisión sirvió para algo, que no pasé en vano tantos días, meses y años, encerrado. Por despreciar a esta cruel dictadura, por pensar diferente, fui aislado, y ese aislamiento consiguió que aquel escritor de ficciones derivara luego en un periodista que quería hablar de lo que no hacían esos otros periodistas que paga el gobierno. Ahora soy un  “presidiario” que hace visible, con su escritura, los desmanes que un gobierno despótico comete contra los cubanos que se le oponen, un periodista que vive orgulloso de estar bien lejos del discurso oficial.

No he podido dejar a un lado, ni siquiera por un segundo, esos días de encierro; y como desde esta “libertad” recuerdo esos instantes, pienso también en esos que aún están entre rejas por oponerse a un gobierno que trajo tanto dolor a los cubanos, lo mismo a quienes están en “libertad” que a los encerrados. Por eso defiendo y defenderé los derechos que deben disfrutar los reclusos, esos derechos que las autoridades intencionadamente olvidan. Porque recuerdo no me cansaré de denunciar.

Y es que en Cuba, en pleno siglo XXI, mientras el gobierno avanza en sus relaciones con los Estados Unidos de América, y anuncia que actualiza su modelo judicial, y hasta tiene el descaro de asegurar que sus presos disfrutan de gran respeto en cada una de las cárceles del país, yo hago una y otra denuncia. Porque la verdad es totalmente diferente, y cada vez se pisotea más el respeto que debían disfrutar esos hermanos presos en las cárceles de la isla, esas que el gobierno supone, descaradamente, cada vez más cercanas a los modelos del mundo moderno.

A veces recibo cartas de mis colegas de encierro, y de otros que ni siquiera miré alguna vez. En esas cartas siempre hay alguna línea que hace evidente lo terrible que son esos sitios, sobre todo para los presos que son catalogados como “Categoría especial”. ¿Y quiénes son esos presos que son llamados así: “Categoría especial?”. Esos no son otros que aquellos cubanos que cometieron un “delito” en territorio nacional cuando eran residentes de otros países.

En la cárcel de Toledo I, con una capacidad para 600 presos, existen 22 de esos que son clasificados con esa categoría discriminatoria, aun cuando los artículos 41 y 42 de la Constitución de la República de Cuba “protejan” el derecho a la igualdad de todos los cubanos; una flagrante violación. El precepto No. 7, de la Declaración Internacional de Derechos Humanos habla de lo repudiable que es esa discriminación que se produce por el simple hecho de ser residente en el exterior.

Colocados en un limbo jurídico donde no son ni cubanos ni extranjeros, se les aplica el reglamento penal solo en sus aspectos negativos. Los que así se clasifican se ven obligados, en casi el 99% de los casos, a extinguir la totalidad de la pena sin que se les permita acceder al beneficio de la Libertad Condicional.

Muchos de estos presos han pasado por diversos regímenes de reclusión, desde “máxima seguridad” hasta el de “mínima seguridad” (tercer grado penitenciario), pero aún así son mantenidos en prisión cerrada, lo que no se corresponde con las leyes del Estado para los reclusos en general, donde ningún acápite recoge tal grado de penitencia.

A ellos se les excluye de esas brigadas que laboran en el exterior del penal, esas en las que sus miembros perciben un salario “mejor”, si es que se compara con los pagos notablemente inferiores que reciben quienes trabajan dentro del penal; lo que impide que estos segregados puedan ayudar a sus familias y aliviarlos, al menos, en los gastos que se ven obligados a hacer por sus parientes presos.

Son muchos los que hoy se encuentran con la suspensión de permisos de salida al hogar, evitando así el acercamiento con sus familiares en Cuba, y también con el resto de los cubanos, lo que va en contra de la reinserción social establecida para las penas privativas de libertad, solo por el hecho de que esas leyes “revolucionarias” los han convertido en “apátridas”. Esos presos, olvidados por muchos, no son ni de “aquí”, ni de “allá”.

Esto se hace extensible a todos los que viven fuera de Cuba y que son procesados por delitos en Cuba, lo que hace que desde el inicio se les diferencie. Desde el comienzo conocerán esos hombres la exigencia del pago de grandes sumas de dólares para poder acceder a una infructuosa “defensa”, y también sabrán del trato discriminatorio en la prisión, donde se encuentran en un evidente aislamiento jurídico, donde no son escuchadas ni respondidas las quejas que estos hombres dirigen al gobierno. Ellos piden auxilio a los buenos cubanos, a esos que quieran, y puedan escucharlos, para que hagan algo a favor de la justicia.

Yo, desde estas líneas, reclamo el concurso de cada uno que las lea, reclamo a todas las comisiones de derechos humanos, a los hombres de buena voluntad, que exijamos juntos la liberación de estos cubanos que están en tierra de nadie y olvidados por casi todos. Estos hombres son víctimas de un régimen totalitario, y a nosotros nos corresponde hacer reclamos, gritar si es preciso, por la libertad de ellos.




Cuba y Rusia firman acuerdo sobre justicia penal

Tribunal cubano (foto: EFE)
Tribunal cubano (foto: EFE)

LA HABANA, Cuba.- Cuba y Rusia firmaron hoy en la Habana un tratado en el área de la justicia penal con el fin de facilitar la rehabilitación de los sancionados al permitir que cumplan las condenas en sus países de origen, según informaron medios locales de la isla.

“Este tratado busca facilitar la rehabilitación de esos infractores cerca de sus familias y a tono con la legislación de su nación”, afirmó la ministra cubana de Justicia, María Esther Reus, tras suscribir el acuerdo junto a su homólogo ruso, Alexander V. Konovalov, citó la estatal Agencia Cubana de Noticias.

Reus explicó que de este convenio se beneficiarán los ciudadanos de ambas naciones, quienes aseguran garantías en materia de derechos penales y jurídicos para rehabilitarse, y en el caso de los cubanos si alguno cometiera un delito en la Federación Rusa pueda ser trasladado a la isla para cumplir su sanción.

Refirió además que Cuba ha propiciado la firma de acuerdos similares con varios países dado el desarrollo del turismo que tiene la isla en la actualidad, al recibir ciudadanos de diferentes países del mundo, lo cual hace necesario establecer este tipo de acuerdos de cooperación.

Por su parte, el ministro Konovalov expresó la voluntad de los juristas rusos de “ampliar” los vínculos con sus pares cubanos en beneficio mutuo, y consideró que la colaboración entre Cuba y Rusia ha seguido desarrollándose y que tiene “amplias perspectivas”.

Afirmó, asimismo, que la firma de este mecanismo establece las bases para posteriores convenios que permitirán incrementar la colaboración entre Cuba y la Federación de Rusia, dos naciones que mantienen estrechas relaciones históricas.

Este nuevo acuerdo entre Cuba y Rusia, se suma a los suscritos el pasado 8 de diciembre en las áreas militar, de transporte, energía eléctrica, finanzas y medicamentos, al finalizar en la capital cubana una reunión de la Comisión Intergubernamental para la cooperación económico-comercial y científico-técnica.

La delegación rusa a esa reunión, integrada por varios ministros y directivos de empresas, estuvo presidida por el viceprimer ministro Dmitry Rogozin, quien durante un encuentro con el presidente cubano Raúl Castro confirmó la voluntad del Kremlin de asegurar su participación en la economía de la isla.

(EFE)




Salud de recluso en riesgo por indolencia de autoridades

Cárceles CubaLA HABANA, Cuba. -En inminente peligro se encuentra la salud de Julio César Cano Molina, de 45 años de edad, recluido en centro Penitenciario Km 5 ½ en la Provincia de Pinar del Río. Julio César, que cumple sanción de 35 años de prisión, padece de incontinencia urinaria, epilepsia y retraso mental severo.

A los 18 años de edad, en un accidente de tránsito, sufrió una fractura de pelvis ósea con estallamiento de vejiga y fragmentación de los nervios de la región. En 1995 profesionales de Medicina Legal del país certificaron que la salud de Julio César no era compatible con el régimen de vida penitenciario. Según fuentes consultadas por Prensa Yamayada, actualmente necesita de intervención quirúrgica urgente.

A solicitud del Centro de Información Legal (Cubalex), la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, (CIDH) otorgó el 13 de Agosto de 2014 la Medida Cautelar a Cano Molina, por peligro inminente para su vida. A su vez esta organización responsabilizó al Estado cubano por su situación actual y solicitó la protección del recluso.

Las fuentes aseguran que el Tribunal de Pinar del Río le ha denegado la Licencia Extrapenal en cinco oportunidades, a pesar de que no existen las condiciones para mantenerlo en régimen penitenciario.

El interno, voluntariamente, se aísla en una celda de castigo, pues el resto de reclusos lo rechaza debido a la fetidez que causa su padecimiento de incontinencia urinaria. Permanentemente lleva una sonda vesical y sangra por la uretra.

En el Hospital Hermanos Ameijeiras, de La Habana, tiene cama reservada para el tratamiento quirúrgico, pero al ser recluso la entidad no tiene permitido atenderle. Las autoridades locales de Pinar del Río, le niegan traslado y licencia extrapenal. Mientras, la salud de Julio César se continúa deteriorando de forma alarmante.