¿Tienen los cubanos buena ortografía?

HOLGUÍN, Cuba.- “Se bende bisi”, el cartel con falta de ortografías cuelga detrás de un bicitaxi que recorre la ciudad. “Lo vendo en 20 000”, grita el dueño a alguien que le pregunta. Para muchos los dos errores ortográficos pasan desapercibidos. Nadie los corrige: quizás lo más importante es que se entienda el mensaje.
Este es uno de los tantos carteles mal escrito exhibidos en fachadas de casas, autos, negocios privados y hasta en establecimientos estatales de esta ciudad nororiental cubana. Sin dudas, un indicador visible de la crisis de la educación en la isla, que podría tener sus causas en el deterioro constructivo de las escuelas, el éxodo de maestros por los bajos salarios, las malas condiciones laborales y la desatención del personal docente.

En un reciente informe, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) afirmó que “los estudiantes cubanos necesitan mejorar su ortografía”.
Es común leer la palabra nasobuco escrita con la consonante Z cuando lo correcto es escribirla con S por hacer referencia a la porción nasal de la faringe.

Un anuncio con errores ortográficos lo exhibe el Registro Central Comercial. En el mismo se informa que debido a la COVID-19 sus “Operaciones generales estan aplasadas por un término de 90 diaz”. Un padre que pasa por el lugar se ríe y le dice a su hijo: “la palabra ‘están’ se acentúa, aplazadas se escribe con Z y días se acentúa y se escribe son S”.

Todo indica que el dueño de una camioneta blanca no ha necesitado de la buena ortografía para lograr sus éxitos. En ambas puertas de su vehículo está rotulado un sugestivo mensaje “Si mi prosperidad te molesta, has como yo, trabaja”. Evidentemente, este chofer ignora que haz es la segunda persona en singular del modo imperativo del verbo hacer y se escribe con Z, un tema impartido en la escuela primaria y recalcado en la enseñanza secundaria y preuniversitaria.
Otro que trastoca la S por la Z es un vendedor de maíz que anuncia su producto a siete pesos la masorca, cuando lo correcto es escribir mazorca.

“Se vende reciténcia de olla arrozera” es la propuesta de un cartel amarrado en la reja de una casa de la calle Arias, cuyos habitantes desconocen que lo correcto es ‘resistencia’ y ‘arrocera’.
En una bodega del reparto Vista Alegre hay arroz normado a siete pesos la libra. Pero en el cartel que anuncia al producto está escrito arros.
El error ortográfico se repite en la pizarra que muestra el menú de La Bodeguita del Medio, un restaurante estatal situado entre las céntricas calles Martí y Mártires de la ciudad capital, donde la falta ortográfica es tan desestabilizadora como los precios de las ofertas. “¿Será que ese arros escrito con S es un arroz especial?”, ironiza un señor que imita el sonido de la Z de los españoles para distinguir la correcta escritura.

En la mayoría de los carteles donde se exhorta a la higiene de las manos, se lee ‘Labate’ escrito con B y no con V. También se omite el acento de la primera A. En el centro de la ciudad un copiador privado de memorias anuncia su negocio con una falta de ortografía: escribió “gravan” con V y no con B.
Mientras que en la reja de una casa de la calle Agramonte cuelga un cartel que pide “No hacer caso la anciana está cenil”, cuando lo correcto es escribir senil con S. Y en un muro de una casa del reparto Pueblo Nuevo se lee “Yame no pase” cuando lo correcto es escribir llame con doble ele.

La ortografía indica el nivel educacional de una nación. A través de la asignatura Español y Literatura se aprenden las reglas ortográficas. “Muchos estudiantes bajan su puntuación o desaprueban los exámenes por errores ortográficos. Este es un parámetro que se mide en todas las asignaturas. Los estudiantes llegan al preuniversitario con una mala base de la escuela primaria y la secundaria básica”, dice una profesora del preuniversitario urbano Luz Palomares, quien prefirió el anonimato por temor a ser despedida.
La afirmación la corrobora un profesor de historia de la facultad de humanidades de la Universidad Oscar Lucero Moya. “Es lamentable que los estudiantes universitarios escriban con errores ortográficos. Eso indica que algo anda mal en el sistema de educación cubana. Incluso he visto faltas de ortografía en las redacciones de dirigentes de organismos y empresas. Podrá ser simplista, pero el desarrollo de un país también depende de los conocimientos ortográficos”, dice el profesor.

En un informe presentado el 23 de marzo, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) afirmó que “los estudiantes cubanos necesitan mejorar su ortografía”. El estudio abarcó 16 países de América Latina y el Caribe con el objetivo de evaluar los modelos de enseñanza actuales.
“Hace más de 60 años el Gobierno cubano presenta a la Educación como una de sus conquistas. A pesar de que es gratuita y para todos, los resultados indican que no hay calidad. La falta de ortografía generalizada es uno de los indicadores que lo corroboran. Da pena ver como abundan por toda la ciudad carteles mal escritos. Eso deja mucho que desear”, dice un profesor de la secundaria básica Panchito Gómez Toro que se identificó como Rafael.

Con la red escolar más deteriorada del país y una de las provincias con mayor éxodo de docentes, Holguín es la segunda provincia cubana con más bajo nivel de escolaridad y el municipio Calixto García es el de peor resultados en el país en ese negativo indicador, según datos publicados en el Censo de Población y Vivienda en el 2012. Cifras que, a juzgar por los resultados actuales, se mantienen.

“No es un secreto para nadie que la red escolar más deteriorada del país la tenemos en la provincia de Holguín”, reconoció en 2016 Odalis Corpas Brito, presidenta provincial de la Organización de Pioneros José Martí (OPJM). El 94 % de los centros educativos del territorio estaban evaluados entre regular y mal en cuanto a su estado constructivo.
Mientras que Luis Felipe Batista Rodríguez, director provincial de Educación, informaba en 2019 que la provincia estaba entre las de más déficit de maestros del país.
El pago fuera de fecha y prestar más atención al personal docente están entre los principales reclamos de los afiliados al sector, reconoció María Victoria Martínez, secretaria general del Sindicato de los Trabajadores de la Educación en Holguín.

“Estamos recogiendo lo que sembramos. Son muchos años con problemas acumulados en el sector de la Educación. Los resultados son adversos. No basta con una felicitación y una postal el Día del Educador el 22 de diciembre. Es importante crear condiciones laborales y satisfacer las necesidades de los profesores”, opina Rafael.

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