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Estatal cubana se asocia con la empresa española ERKA para operar servicios de agua

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MIAMI, Estados Unidos.- La empresa estatal cubana de mantenimiento y reparación a obras hidráulicas y la compañía española de suministros eléctricos ERKA establecieron una asociación para brindar servicios integrales a sistemas de agua y saneamientos en Cuba y otros países, según informó este domingo la agencia de noticias EFE.

De acuerdo a un comunicado del Ministerio del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, la Asociación Económica Internacional (AIE) Hidrosistemas y Automatismo “brindará servicios integrales a sistemas de agua y saneamiento”, y ofrecerá estos servicios a otros sistemas “vinculados con la protección, automatización y control de procesos tecnológicos y sistemas de bombeo en Cuba y en el extranjero”.

EFE asegura que el acuerdo también incluye todas las actividades necesarias para estos fines, como el diagnóstico, la construcción, la reparación, la rehabilitación, el montaje, la puesta en marcha y los servicios de posventa, además de brindar garantía en redes e instalaciones.

Según la nota, la parte cubana pertenece al grupo estatal de aguas y saneamiento OSDE, que lo integran 24 empresas de acueducto y alcantarillado, cinco empresas constructoras de obras hidráulicas y un centro de superación.

“Esta asociación funcionará como “un centro de gestión técnico, comercial y logístico” con sede en La Habana para la promoción, control y contratación de la prestación de servicios integrales, dijo por su parte Manuel Eloy Domínguez Morales, especialista de Negocios de la OSDE.

Los servicios de la AIE Hidrosistemas y Automatismo incluyen “la fabricación y reparación de paneles eléctricos para la protección y automatización de todos los sistemas”, con el objetivo de incentivar los sistemas de bombeo solar, el uso de fuentes renovables, y la creación de sistemas híbridos que garanticen el abasto de agua.

Según Domínguez Morales la capacidad importadora y exportadora de esta Asociación, con diferentes modalidades de negocios involucrados en la economía nacional, es una de las fortalezas del acuerdo, que se concibió a través de la cartera de oportunidades del Ministerio, un plan anual del régimen cubano que ofrece “oportunidades de negocio e inversión” a empresas extranjeras bajo ciertas condiciones.

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EnZona se actualiza con nuevas opciones para pagar servicios

EnZona servicios

LA HABANA, Cuba.- La reciente actualización de la aplicación para teléfonos inteligentes EnZona, lanzada este viernes, añade nuevos servicios para poder pagarlos desde la plataforma, anunció la edición digital del diario oficialista Granma.

El software de Android desarrollado por Xetid (Empresa de Tecnologías de la Información para la Defensa) ahora permite “el envío de giros postales, el pago de impuestos a la ONAT, del gas manufacturado y de los servicios de ETECSA como el teléfono fijo, las cuentas Nauta y las tarjetas propias.”

También incluye una opción llamada “retiro de efectivo” para un nuevo servicio por parte del Banco Metropolitano y la Empresa de Comercio Habana, que se pondrá en marcha próximamente y tiene que ver con “facilitar a la población la obtención de efectivo en establecimientos”. Cuando se accede a esta opción se abre la cámara para escanear un código QR, pero la nota no ofrece más detalles respecto al tema.

Un equipo de CubaNet examinó algunas de las nuevas características. En cuanto al pago de la telefonía fija, la aplicación usa como identificador el número de teléfono, lo cual deja al descubierto las facturas de cualquier persona propietaria de un teléfono fijo, basta con introducir su número y la aplicación devuelve los detalles del estado de la cuenta, nombre del titular, cuota mensual y consumo en CUP en un período determinado.

EnZona
Foto del autor

“Si pones cualquier número fijo de otra persona te enteras de sus gastos. ¡Qué falta de Respeto! No tiene privacidad”, dijo en un comentario en Twitter Yonell Vizco González, usuario de EnZona.

Cuando se accede para pagar en la opción destinada al gas manufacturado siempre se cierra la aplicación abruptamente, una vez tratas de regresar al menú anterior.

Por su parte, causó un gran descontento que las recargas a las cuentas Nauta no descontarán un 10 por ciento del pago, en este apartado tampoco existe la opción para recargar el saldo móvil como lo hace Transfermóvil, otra aplicación para el comercio electrónico desarrollada por ETECSA.

Los usuarios de Iphone deberán continuar usando los servicios por medio del portal enzona.net ya que no existe una versión para este público.

Según datos oficiales, al cierre de mayo EnZona había gestionado 15 009 236 operaciones, 1 457 013 transferencias bancarias, 560 545 pagos a tiendas virtuales y por QR EnZona en establecimientos 251 165 pagos en servicio de electricidad y 17 671 comercios.

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Estos serán los precios de ETECSA para los cubanos a partir del 1ro de enero

ETECSA Nauta mantenimiento
Foto archivo

MIAMI, Estados Unidos- Las tarifas en pesos cubanos de los servicios de telecomunicaciones que brinda el monopolio estatal ETECSA también sufrirán cambios a partir del 1 de enero de 2021, como parte de la “Tarea de Ordenamiento” del régimen cubano.

La Gaceta Oficial de la República de Cuba publicó este viernes los nuevos precios para los cubanos, en un proceso que no implicará la desaparición inmediata del peso convertible (CUC), que mantendrá su valor de cambio con respecto al CUP y circulará por un plazo de 180 días, hasta junio de 2021.

Según ETECSA, los servicios para celulares tendrán una cuota de activación de 750 pesos cubanos, el cambio de tarjeta SIM queda en 75 CUP, el cambio de número en 250 CUP, y en 75 CUP la factura detallada y el reporte de llamadas.

El acceso móvil celular a servicios de datos tendrá un costo de 2.50 CUP por cada 1.0 MB transferido.

Por su parte, en cuanto a la mensajería móvil, el envío de SMS nacionales será de 2.25 CUP, de MMS nacional 7.50 CUP, y la recepción de estos quedan libre de costo.

Aquellas personas que realicen llamadas desde su teléfono celular deberán pagar 8.75 en el horario de 7:00 am a 22:59 p.m., y una tarifa reducida de 2.50 en el horario de las 23:00 p.m. a 06:59 a.m.

La cuota mensual de navegación internacional estará entre los 350 CUP y los 185 360 CUP, en el caso de enlaces directos. En el caso de enlaces por VPC-FR entre 175 CUP y los 55 825 CUP.

Entretanto, para la navegación nacional los cubanos deberán pagar entre 315 y 44 100 CUP para enlaces directos, y de 210 a 11 025 para enlaces por VPC-FR.

Así mismo, el valor máximo de la Tarifa Nacional por kbps queda en 1.82 pesos cubanos, y el valor máximo de la Tarifa Internacional por kbps en 9.10 pesos cubanos. Y la tarifa máxima en pesos cubanos del servicio de transmisión de datos entre personas naturales a través del servicio Nauta será de 25 CUP por hora en caso del acceso a Internet, y de 2.50 CUP por hora de navegación nacional.

Por su parte las tarifas máximas del servicio de acceso a Internet mediante la tecnología por línea de suscripción asimétrica (ADSL) a través de la plataforma tecnológica NAUTA serán de 250 pesos cubanos. Y las tarifas máximas del servicio de acceso a Internet mediante la tecnología por línea de suscripción asimétrica (ADSL) estará entre los 1 250 y los 48 375 CUP.

Redireccionar la cuenta de correo costará 125 pesos cubanos, la instalación 250 pesos cubanos y la activación de todos los servicios 500 pesos cubanos.

Según ETECSA, los precios y tarifas publicados son los valores máximos regulados, por lo que las ofertas comerciales de los servicios tendrán un valor menor o igual a los valores máximos aprobados.

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“¿Debemos tener ciudadanía americana o española para ser bien tratados?”

Hotel Costa Verde en Holguín

Hotel Costa Verde en Holguín
Cola en el Hotel Playa Costa Verde, en Holguín (Foto: cortesía de la autora)

SANTIAGO DE CUBA. – Los tumultos, la suciedad, el desorden, los aires acondicionados rotos, el bufé agotado y las largas colas están a la orden del día en el Hotel Costa Verde en Holguín, a pocos  días desde su reapertura tras las medidas de confinamiento por la pandemia de COVID-19.

La instalación reabrió el pasado 15 de julio para el turismo nacional e inmediatamente después sus clientes comenzaron a publicar sus críticas en redes sociales.

La internauta Patricia Piñeiro y su familia fueron algunos de los turistas locales insatisfechos. Tres días después de la reinauguración, el día 18, estuvieron en el hotel por algunas horas, hasta que se vieron obligados a cancelar su reservación.

Según la joven, el Costa Verde no era su reserva inicial. Ella y tres familiares más fueron trasladados allí porque su anterior elección no procedía por falta de capacidad. Al llegar, se encontraron con una inmensa fila para obtener las habitaciones.

Tras horas de espera, por fin les entregaron un cuarto en el cual los aires acondicionados no funcionaban, las camas estaban desarregladas y las cortinas caídas. De inmediato reportaron los inconvenientes a la recepción, pero la gerencia del hotel no hizo nada al respecto.

“No solo mi familia se quejó con el gerente, también lo hicieron decenas de personas. Sinceramente nos sentimos muy ultrajados, por eso decidimos cancelar”, aseguró la fuente a CubaNet.

Piñeiro y su familia habían pagado 15 000 pesos equivalentes a 600 CUC por tres noches con “todo incluido”. Luego de la cancelación, recibieron el dinero de vuelta pero no obtuvieron ninguna reparación por las molestias que sufrieron.

“¿Debemos tener ciudadanía americana o española para ser bien tratados? ¿A quién se le ocurre abrir un hotel para llenarlo con 850 personas si no están las condiciones creadas?”, se cuestionaban los huéspedes, según Piñeiro.

Otros visitantes se quejaron debido a la falta de agua caliente en los baños, la arrogancia del personal de la recepción ante las quejas y la poca variedad de opciones recreativas.

No obstante, casi todos ellos coinciden en que resulta inaceptable que se agoten los alimentos o que se deban hacer colas para comer, teniendo en cuenta el precio excesivo del hotel. Ni siquiera las tarifas más bajas (alrededor de 45 CUC la noche) están por debajo del salario medio en la Isla, que ronda los 42 CUC.

Sobre el tema, un huésped que prefirió no identificarse para evitar represalias y que estuvo recientemente en el hotel comentó a nuestra redacción: “Esta fue la peor estancia de mi vida. Durante los tres días estuve reclamando porque fallaba el sistema de agua caliente en mi habitación. Llamé varias veces a la recepción y me trataron muy mal. Soy cubano y me hicieron sentir de la peor manera”.

Igual desilusión tuvo Catalina Pita, quien realizó una publicación en su página de Facebook contando su experiencia.

“Este hotel es un desastre. No me sentí a gusto pues lo encontré sucio, debido al poco personal de limpieza disponible y la gran cantidad de turistas hospedados, más los que van de visita por el día. ¡Y qué contar del bufé! Colas y más colas para comer”, denunció.

El Hotel Costa Verde de Holguín, antiguo Fiesta Americana, está ubicado en la playa conocida como Pesquero y ―a pesar de las constantes quejas y cancelaciones de los huéspedes― ostenta la categoría de cuatro estrellas.

En cuanto a su capacidad, cuenta con 480 habitaciones distribuidas en bloques de dos pisos cada uno. Las dependencias solo pueden albergar a cuatro personas como máximo ya sean niños o adultos.

En casi todo el país, los hoteles reanudaron sus servicios ―solo para turistas nacionales― el 24 de junio como parte de la recuperación post COVID-19. Dentro de la reapertura, el distanciamiento físico debía ser una de las principales medidas para evitar el repunte de la epidemia.

Para lograrlo, el Ministerio del Turismo dispuso que en esta tercera fase, que inició en todas las provincias del país el pasado día 20, excepto en La Habana y Mayabeque, los clubes, cabarets, salas de fiestas y discotecas de las instalaciones hoteleras abrirían con la ocupación de hasta el 60 por ciento. Además, debían cumplirse todos los protocolos sanitarios.

Sin embargo, los huéspedes del Costa Verde contradicen las pautas oficiales. “(Al llegar) lo único que hicieron fue tomarnos la temperatura y echarnos gel antibacteriano en las manos, pero hasta ahí. En lo que menos pensaban ellos (el personal) era en la COVID-19. Sin tan solo hubiese habido una persona con la enfermedad, yo guisas no estaría aquí ahora”, analizó Piñeiro.

Desde que Holguín pasó a la segunda fase recuperativa post pandemia, el 3 de julio, las autoridades previeron la reapertura de siete hoteles, entre los cuales no figuraba el Costa Verde, porque supuestamente todavía estaba siendo reacondicionado para “garantizar el pleno disfrute de los turistas locales”.

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Ferias agropecuarias de fin de año: el régimen no da abasto

Cuba; Ferias;

Venta de cebollas (Foto de la autora)

LA HABANA, Cuba. – Varias ferias agropecuarias se efectúan en toda Cuba desde el pasado 26 de diciembre. El gobierno ha dirigido sus medios de propaganda a ensalzar los productos y servicios de establecimientos gastronómicos que se ofertan a la población. El relato televisivo muestra a  directivos del Partido Comunista, del Poder Popular y del Ministerio de la Agricultura amaneciendo en las ferias y saludando a los pobladores.

El objetivo de estos eventos es que la gente compre productos usualmente deficitarios. También sirven para celebrar los hitos del castrismo, como el advenimiento del Triunfo de la Revolución.

Los espacios que ocupan las ferias y los productos puestos a disposición del público han sido ampliamente cubiertos por la prensa oficial.

El pasado 13 de diciembre, Yasser Hamed Jassen Santiesteban, jefe de la División Tecnológica Porcina del Ministerio de la Agricultura, había asegurado en conferencia de prensa que se comercializarían alrededor de 8 600 cerdos, la mayor parte en Santiago de Cuba y La Habana.

El país tiene 11 209 618 habitantes. La capital alberga a 2 117  343 y la ciudad de Santiago de Cuba 509 971, a lo que se añaden los visitantes y procuradores de alimentos (Datos del Anuario 2018 de la ONEI). La cría de cerdos, al igual que la producción de huevos, no aumenta debido a la carencia de pienso por la falta de liquidez del gobierno para importarlo.

Las ferias agropecuarias pueden considerarse grandes acontecimientos, porque el resto del año los Mercados Agropecuarios Estatales (MAE) permanecen con poco surtidos y con productos de baja calidad.

Podría pensarse que esto solo ocurre en La Habana, dependiente de los abastecimientos de la llanura Habana-Matanzas, y de provincias lejanas.  No obstante, también allí las ofertas son escasas y los precios estratosféricos para los salarios y pensiones que, a pesar de algunos incrementos en 2018, no se acercan a la capacidad de compra existente en 1989.

Quizás la situación sea un poco menos difícil en lugares donde existen los Planes de la Agricultura Urbana y autoabastecimiento local. Sin embargo, el fomento de la agricultura no se está revirtiendo en la población, pues las cosechas son mínimas, se destinan al llamado encargo estatal, la producción industrial y la venta  al turismo para recaudar las divisas, que usualmente se invierten en importar mangos, aguacates, tomates y más.

La carne de cerdo dejó de ser un plato tradicional al alcance de la mayoría. Ni pensar ya en alguna oferta de carne de res. La ganadería de Cuba era tercera en América Latina -después de Argentina y Uruguay- y tenía casi tantas cabezas de ganado como habitantes. Ambas carnes se venden a las empresas del turismo nacional, como hace la moderna industria cárnica con el ganado preservado en la Isla de Turiguanó, mostrada por la televisión.

En las ferias, las colas para adquirir carne de puerco comenzaron la noche antes. Probablemente, en algunos lugares hubiese gente “marcando” durante varios días. Pero todo se acabó muy temprano.

En La Habana miles de personas concurrieron a las ferias, ansiosas de encontrar plátano “macho”, yuca, malanga, tomates, frijoles negros y colorados. Difícilmente se avanzaba por la calle bordeada de camiones con cebolla y otros preciados alimentos, que se vaciaban a pesar de la limitación de cantidades por cliente, el escaso dinero de los bolsillos y la lentitud de los vendedores. Algunos policías merodeaban las colas.  Las lechugas y acelgas, exhaustas del viaje y el sol, se tornaban mustias a media mañana. Las pequeñas carpas de las cafeterías y restaurantes eran asediadas por abuelos y padres con niños de la mano, pues el principal atractivo de las actividades públicas en Cuba es comer, lo que cotidianamente está ausente del hogar cubano.

Quizás en lugares usualmente visitados por turistas -como el Vedado- y en los barrios donde viven los dirigentes hubo más surtido, pero en las ferias, como la de la calle 13, en el Municipio de Playa, no existió variedad ni calidad. En el cuarto trimestre del año se realizaban las mayores cosechas de vegetales y tubérculos en el país. Planes de recuperación e incremento de los cultivos se anuncian y la Empresa de Acopio se restableció. Pese a ello no aparecen el boniato y la calabaza, que décadas atrás se daban casi silvestre. El recorte de combustible, con énfasis desde septiembre, pospuso las siembras de frío y el traslado de los productos. Gran propaganda ha realizado el gobierno sobre las siembras de ciclo corto, sin que se constaten sus resultados. Quienes buscaban tomates en las ferias tendrán que recurrir nuevamente a los Mercados de Oferta y Demanda o las carretillas, y pagar precios relacionados con la calidad y la puja del mercado de eficientes productores y comerciantes.

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Tope de precios genera crisis en Santa Clara

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Pobladores aguardan en una parada de Santa Clara (Foto de la autora)

VILLA CLARA, Cuba. – “Son tres pesos, socio”, le aclara el propietario del coche a uno de los pasajeros que acaba de sacar dos billetes sucios y estrujados de su bolsillo para pagar el viaje. “Antes eran dos”, espeta el hombre. “Ahora son tres, lo dice el gobierno, eso ha salido por todos lados, compadre”. Dentro del carretón tirado por un caballo enjuto la gente comienza a opinar, a narrar sus experiencias de los últimos días, desde que el Consejo de la administración provincial de Villa Clara dispuso los precios máximos para el sector no estatal.

“Ayer pasé una hora en la parada para ir hasta el hospital materno”, cuenta una viajera que se presenta como Yireisis Gómez y que no tiene reparos en ser grabada para dar su testimonio. “No había guaguas, ni motonetas. Los motoneteros estaban en huelga, te decían que si no pagabas el viaje completo no te llevaban, porque no les daba la cuenta. Después de mucho rato, uno de ellos se acercó al grupo y nos dijo que por cinco pesos nos llevaba, para resolvernos el problema, pero que, si lo paraba un inspector, teníamos que decir que solo pagamos tres pesos”.

“Los de los precios beneficia a unos y jode a otros”, interviene el cochero, que se nombra Ignacio León y que vive en las afueras de Santa Clara. “Nadie sabe lo que lleva mantener a esta bestia”, agrega. “Solamente, herrar al caballo me cuesta 150 pesos, para no contar todo lo demás que lleva y que hay comprarlo en la candonga. Mira, este animal se come una cubeta de miel de purga que me cuesta 50 pesos. La gente piensa que nada más se mantiene con hierba, pero no, con estos soles hay que tenerlos alimentados porque, si no, no te quieren tirar ni tres kilómetros por día”.

(Foto de la autora)

El tope de los precios para el sector privado a partir de este lunes 12 de agosto ha traído consigo una desaparición repentina de motonetas, carros y coches de tracción animal en la ciudad de Santa Clara. Aparejado a la escasez de combustible para abastecer el parque de ómnibus estatales en Cuba, los habitantes de esta céntrica urbe sufren actualmente la negativa de muchos cuentapropistas que se han declarado en una especie de huelga silenciosa por estar en desacuerdo con la tarifa establecida.

“Yo trabajo así mismo, pero hay otros que no se la quieren jugar”, cuenta un chofer de la piquera interprovincial que pide el anonimato. “Lo que pasa es que yo tengo cómo conseguir el combustible, un poquito por aquí y por allá, pero hay muchos de los que tiraban pasaje para los municipios que lo compraban en los servicentros, le tienes que sumar las piezas del carro que no se encuentran en Cuba y el pago de la patente, que no es barata. Además, algunos choferes ni siquiera son los dueños de la máquina, le hacen la pincha a otro y tienen que soltarle más de la mitad de lo que hagan por el alquiler del taxi”.

En esta misma piquera, situada frente a la terminal de ómnibus, disminuyeron considerablemente los taxis disponibles para viajar dentro y fuera de la provincia. Asimismo, esta semana, la mayoría de los motoneteros optaron por mantenerse fuera de circulación y parqueados en el borde de las carreteras. Mientras, en las paradas de ómnibus se acumulan grandes masas de personal, sobre todo en el horario de la mañana y la tarde.

Además de la situación originada con el transporte en Cuba, la gran mayoría de los cuentapropistas y campesinos que vendían sus productos en el mercado de Buen Viaje se han retirado de sus puestos o bien esconden la mercancía para evadir las multas de los inspectores. Varios propietarios de carretillas y negocios de viandas y granos prefieren mantener su negocio a puertas cerradas para clientes escogidos. Muchos de ellos funcionan como intermediarios y no son productores directos de la cosecha que comercializan.

“Nadie se figura lo difícil que es mantener un campo de malanga. Si es a diez pesos es porque le tengo que sacar algo, incluyendo el transporte. Yo no ponía esos precios así por gusto. Ahora me da más negocio sembrar plátano”, cuenta Felipe, un agricultor del Valle del Yabú que decidió retirar varios de los productos que antes vendía en su puesto por estar en desacuerdo con la reciente medida. Y sentencia: “Lo que más me molesta es que quieren que la gente se vuelvan chivatos, que anden echando pa’ lante a todo el que no cumpla con eso. De que va a ver crisis, eso no lo dudes”.

Por otra parte, los paladares y restaurantes privados de la ciudad han dejado de ofertar cervezas nacionales con el argumento de que la mayoría de los establecimientos en divisa la comercializan a precios de 1.25 o 1.50 CUC, monto mayor o similar al exigido para el sector cuentapropista en Cuba.

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Televisión Cubana denuncia mala calidad de los servicios de empresas estatales

Zoológico de 26

MIAMI, Estados Unidos. – El Noticiero de la Televisión Cubana dedicó este lunes uno de sus espacios de debate para analizar la situación de varios centros estatales donde no se brinda un servicio de altura a la población.

El segmento hizo hincapié en sitios como el Jardín Zoológico “La Edad de Oro” o el remozado Coppelia, instalaciones visitadas por miles de personas de todas las provincias del país y que aún no colman las expectativas.

En el caso del Jardín Zoológico “La Edad de Oro”, popularmente conocido como Zoológico de 26, los analistas denunciaron las largas colas para comprar los módulos de comida para niños, hecho generado por el poco personal con que funciona esa instalación.

“Muchos padres se quejaban de la largas colas, casi dos horas”, comentó la periodista de la TV, Gisela García.

Coppelia, por su parte, tampoco escapó de las críticas. La denominada “Catedral del Helado”, que cuenta diariamente por más de 8 mil visitantes, ya comienza a ofrecer síntomas de “desgaste” en el servicio.

Coppelia
Sabores y oferta de helado en Coppelia (Foto: Captura de pantalla/Facebook)

Imágenes compartidas por usuarios en redes sociales muestran cómo empieza a disminuir la oferta de sabores. También es visible la mala presentación del producto al cliente. En ese sentido, el empaque de ofertas como la ensalada es muy similar a la imagen habitual del producto durante los últimos años. Nada ha cambiado.

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Guantánamo: Restaurantes cerrados por falta de comida

Restaurantes

Restaurantes
Restaurante “Venus” cerrado (Foto del autor)

GUANTÁNAMO, Cuba. – La situación era evidente este viernes en el restaurante de la Feria El Guararey del reparto Pastorita, situado en el noroeste de la ciudad. Al presentarnos allí preguntamos por qué no estaban prestando servicios y una camarera nos respondió que desde hacía tres días no había comida.

Igual situación pudimos apreciar en el restaurante “La cienfueguera”, ubicado en la calle 16 norte y el 2 Oeste, en el reparto Caribe. Allí fuimos sobre las  7:45 p.m. de este viernes y nos dijeron que estaban cerrados. Al preguntar por la causa y hasta cuándo iban a estar cerrados, un dependiente nos dijo que no había comida y   que no podía decirme hasta cuándo estarían en esas condiciones.

Restaurante "Venus"
Restaurante “Venus” cerrado (Foto del autor)

En el restaurante “El Bosque”, situado en la calle 9 Oeste y Bernabé Varona, al cual llegamos  a las 8:32 p.m., la dependienta que nos atendió nos dijo que ya habían cerrado, aunque al mirar hacia el interior nos percatamos de que no había ningún comensal en el salón.

De regreso a mi casa decidí contactar vía telefónica con otros restaurantes de la ciudad y llamé a “La Avellaneda” (Teléfono 21324644), uno de los más populares debido a la calidad de su cocina y a los bajos precios, pero nadie respondió la llamada a pesar de que todavía no eran las 9:00 p.m. Lo mismo me ocurrió pocos minutos después al llamar al restaurante “Baitiquirí” (21382904), situado en el reparto Santa María, y al “Jaibo” (2132 4453), sito en la Avenida Camilo Cienfuegos y el 9 Oeste.

Restaurante "La criolla"
Restaurante “La criolla” cerrado (Foto del autor)

Sin embargo, al llamar al restaurante “El caracol”, situado en la calle Martí, número 218, en Baracoa, quien nos atendió nos dijo que en ese momento estaban ofertando bistec de carne de res, filetes de varios tipos de pescado, carne de cerdo frita y asada, camarones, langosta, y pollo. Al parecer, esta oferta se debe a que ese municipio tiene una alta incidencia en el turismo.

Restaurante "La Avellaneda"
Restaurante “La Avellaneda” cerrado (Foto del autor)

En horas de la mañana de este sábado 6 de abril, el restaurante “Noche azul”, situado en la calle Paseo y San Lino estaba cerrado. Al preguntarle a uno de los trabajadores, nos respondió que no había comida. En igual situación se hallaba el restaurante “Los Corales”, especializado en productos marinos. En “La bodeguita de Paseo”, una cuadra más abajo, una dependiente me informó que si quería comer tenía que pasar por allí a las 11 a.m. para preguntar si iban a abrir porque a esa hora -9.30 a.m.- no había nada decidido.

Pasadas las 6:00 p.m. el restaurante “Las Antillas”, sito en la Avenida Cienfuegos y Pedro A. Pérez, estaba cerrado. Lo mismo ocurría con los restaurantes “La Avellaneda”, “Venus” y “La criolla”, todos en el centro de la ciudad.

Por su parte el restaurante “Bodegón el León de Oriente” sólo estaba ofertando pollo -no había cerveza- y la taberna “El saltadero” solo bistec de cerdo. Ambos están situados en los alrededores del parque “24 de febrero”.

Restaurante
El restaurante “El león de Oriente” sólo tenía bistec de pollo y no había cervezas (Foto del autor)

Incluso la pizzería “Génova”, sita en la calle Pedro A. Pérez entre Crombet y Emilio Giro, y la cafetería aledaña estaban cerradas pasadas las 6:00 p.m.

En todo el centro de la ciudad el único restaurante que estaba brindando servicio era el “1870”, situado en el parque José Martí, pero este cobra en divisas.

Restaurante
Restaurante “1870”, uno de los pocos que permanece abierto (Foto del autor)

En múltiples ocasiones los restaurantes estatales guantanameros cierran y justifican la falta de servicios aduciendo que no hay agua, que los equipos de refrigeración están rotos, etc., pero en las actuales condiciones sus empleados y administradores han tenido que reconocer que no tienen alimentos.

Por esa misma razón, la “Noche guantanamera”, que habitualmente se celebra dos sábados al mes, ha tenido que ser suspendida.




No atiendo en horario de almuerzo: apología del maltrato en las tiendas

Clientes fuera de la tienda Maisí

Clientes fuera de la tienda Maisí
Clientes fuera de la tienda Maisí, en La Habana (Foto Ana León)

LA HABANA, Cuba. – “Un momento, que estoy almorzando”, dijo a los clientes de turno una de las tenderas de la céntrica tienda “El cadete”, ubicada en la intersección de las calles Monte y Águila, en la Habana Vieja. Nada ha cambiado desde que el pasado 3 de junio entrara en vigor la Resolución No. 54 del 2018, relacionada con la protección al consumidor en el sistema de comercio interno. Para Leticia, residente en Centro Habana, “la cosa no es solo que tengamos derechos nosotros como consumidores, sino que ellas también tengan como vendedoras”. Un análisis justo que muy pocos lograrían entender, porque nadie puede solidarizarse con la ineficiencia y el maltrato en los establecimientos estatales.

Basta pararse en un mostrador por cinco minutos y recoger algunas impresiones para entender la odisea que es comprar entre las 11 y media de la mañana y 2 de la tarde.

“¿Tú sabes cuántas veces me he ido sin comprar nada por no buscarme ningún problema?”, se cuestiona una clienta. Otra alega que, si tienes relación con alguna dependienta, tal vez corras con mejor suerte.

“Si te llevas con alguna de ellas, va y suelta el pozuelo y te atiende. Ellas tienen derecho a almorzar y nosotras ¿qué?”, se pregunta la mujer.

“En Carlos III, encantados de la vida, te cierran un departamento completo porque la muchacha se fue a almorzar”, dice otra cliente sobre una situación que se repite una y otra vez en la mayoría de las tiendas cubanas.

Por su parte, la tendera de “Sensación”, uno de los quioscos de Belascoaín, reclama su derecho. “La gente está equivocada, uno es un ser humano también y yo tengo que almorzar. Esto no es el capitalismo”, señala.

“Si esto fuera capitalismo, estarían cagando pelos”, dice una mujer nombrada Xiomara. Según le cuenta una amiga, en otros países las cosas no paran, o sea, en lo que ella está almorzando, hay otra cajera reemplazándola para que la venta no pare y la gente siga consumiendo.

“Ni paran ni cierran por el horario de almuerzo”, explica Xiomara, quien parece tener una idea menos distorsionada de lo que son los servicios y los derechos en un sistema como el capitalismo, siempre caricaturizado en los medios oficiales.

Otra tendera de la tienda Ultra aporta sus razones al debate y cree que el principal problema es el poco compañerismo y la desconfianza.

“Yo prefiero que no me sustituyan ni un minuto, que, si me muevo, me dan. Ya me ha pasado varias veces, y lo que falte, lo tengo que poner de mi bolsillo”, señala la mujer, lo que explica cómo dentro de cada tienda puede haber un grupo de vendedoras que evidentemente no están haciendo nada y nunca pueden sustituir a quien necesita ausentarse por un instante de su puesto de trabajo.

“Aquí se tomó como medida que nadie sustituye a nadie para evitar malentendidos”, dice una vendedora en una tienda de Alamar, quien alega que “no todas saben hacer esto”, como si para atender al público, vender productos con una sonrisa y dar correctamente un vuelto, hubiese que hacer un master en ciencias.

Un administrativo del Focsa que no quiso identificarse correctamente asegura que “todo el que entra a trabajar en tienda no puede hacer cualquier cosa” y explica el entramado de “superación” que hace que suba la categoría y las posibilidades de los trabajadores.

“Porque la clavadera también es maltrato”, asegura Cecilia. “Después no quieren que se les diga ladrones, y nosotros somos los chivatones si se nos ocurre quejarnos”, agrega.

El listado de maltratos en tiendas y centros comerciales es largo. Muchas veces no tienen vuelto a ninguna hora del día por mucho que hayan vendido. Otras no permiten que haya más de cuatro clientes dentro de los mercados, mientras el resto hace cola bajo el sol. Los cárnicos y las neveras que permanecen cerradas con llaves. En muchas ocasiones no hay nadie que se encargue de sacar los productos. Todo eso unido a maltratos más institucionales que responden a normativas que nadie sabe de dónde salieron ni quién las dictó.

Cecilia cree que todo ese cúmulo de situaciones han llevado a que la gente pierda la perspectiva del asunto: “A veces nos tratamos como si fuéramos animales”.




Cuba: entre la escasez y el abuso

(Foto AFP)

GUANTÁNAMO, Cuba. – Las aglomeraciones de personas ante las tiendas son notorias cuando se conoce que van a vender productos deficitarios como el aceite, el pollo o la carne de cerdo. Por ejemplo, la pasada semana, en la Tienda Recaudadora de Divisas (TRD) “El Orbe”, situada en el centro de la ciudad de Guantánamo, anunciaron la venta de pollo y las personas que se posicionaron frente a la puerta perdieron la paciencia e irrumpieron violentamente en el local. En la trifulca para adquirir los dos paquetes autorizados fue roto el cristal de una de las neveras.

Desde hace varios meses no hay venta libre de huevos y escasean productos de primera necesidad, objetos de regulaciones administrativas para impedir el acaparamiento. La venta de pan normado ha presentado irregularidades en Guantánamo en estos días y la oferta de pan especial también ha estado limitada.

Personas aglomeradas en la Feria El Guararey, en Guantánamo
Personas aglomeradas en la Feria El Guararey, en Guantánamo (Foto del autor)

Las carnicerías que venden la ínfima porción de productos cárnicos que el Estado garantiza por la libreta de abastecimientos sólo han ofertado este mes cinco huevos por persona al precio de 0.90 centavos por cada unidad. A pesar de la crisis alimentaria que padece el país, no todos los ciudadanos pueden comprarlos debido al precio.

Barra de pan
Barra de pan (Foto del autor)

El abuso y el maltrato a los consumidores

Toda crisis potencia lo peor de muchos seres humanos y un sector tan desprestigiado en Cuba como el del comercio y la gastronomía no es precisamente la excepción.

Tanto en el sector estatal como en el privado -el mal llamado cuentapropismo- las violaciones a los derechos de los consumidores mantienen una presencia pasmosa que, increíblemente, cuenta con la permisividad casi absoluta de los perjudicados, tan es así que se ha vuelto algo excepcional presenciar la reclamación de un cliente ante la violación de sus derechos.

En el sector estatal las mañas van desde añadirle agua a la carne de cerdo, los embutidos y el pollo antes de congelarlos hasta “bautizar” -echarle agua- al ron que se expende directamente desde los tanques o al que se vende en botellas plásticas. De la adulteración no se salva el café normado -de hecho, ya adulterado porque está mezclado con chícharos- ni el que se vende en las TRD -de mayor calidad-, algo que daña la imagen comercial del producto. Tampoco escapan al fraude la cerveza nacional y el yogur.

El Whisky brasileño Chanceler a pasó de 2.25 CUC a 6.60 CUC en Guantánamo
El Whisky brasileño Chanceler a pasó de 2.25 CUC a 6.60 CUC en Guantánamo (Foto del autor)

En los establecimientos estatales se hace sentir la mala educación y hasta la grosería de muchos de empleados, quienes actúan como si  estuvieran allí para hacer un favor y no para prestar un servicio por el que se les paga. A este sector también lo distinguen la excesiva demora en atender a los clientes, la alteración de los precios de los productos, las “multas” impuestas a los compradores -aumento del precio real de la venta- y el expendio de productos “ordeñados” -disminución ilícita del contenido del producto-.

En el caso de los líquidos envasados en cartón, como los jugos de frutas; o en plástico -como el ron, el detergente líquido y el aceite- es sabido que los dependientes usan agujas para robar el contenido. Si Ud. reclama le advierten que el sello de seguridad está intacto y que el producto llegó así de la fábrica.

Productos como los jugos son vaciados con una jeringuilla
Productos como los jugos son vaciados con una jeringuilla (Foto del autor)

Ni siquiera la pasta dental, los desodorantes o los creyones de labios se salvan de estos comerciantes inescrupulosos, quienes usan dichos productos y vuelven a colocarlos en los anaqueles.

En un reciente viaje que hice a Cienfuegos presencié la comisión de uno de esos actos deleznables en la cafetería situada al lado del Cine Luisa, que cobra sus servicios en moneda convertible. Una joven dependienta le cobró a un anciano por una pizza de atún (2.60 CUC) y una cerveza Heineken (1.30 CUC), la suma de 4.20 CUC (Pesos convertibles). El señor le pagó con un billete de 5 CUC y, además de haber sido “multado” con 0.30 CUC, se quedó sin su vuelto pues, cuando lo reclamó, la dependienta -una hermosa mulatica con un moño tenido de amarillo- le respondió conminatoriamente que ya se lo había dado. A pesar de los reclamos del anciano -que apoyé- la joven se mantuvo “en sus trece”. Cuando el hombre salió de allí le sugerí que se quejara ante la gerencia y me respondió: “¿Para qué? Lo que más me duele no es el robo de un peso y pico sino que me hagan pasar por loco delante de otras personas”.

En casi todos los pequeños puntos de venta dedicados a la comida rápida -pizzas, fritas, ensaladas, refrescos, bocaditos, etc.- se aprecian la mala higiene y la incorrecta conservación y manipulación de los alimentos.

En muchos restaurantes privados los precios de los alimentos y las bebidas son excesivos. Ya es vox populi que no debe pedirse pescado de mar en ellos si no se es un conocedor pues los cocineros -todos excelentes- convierten un pez gato, una tenca o una trucha en el más suculento de los pargos.

El precio de las maltas, refrescos y cervezas en algunos de estos negocios es igualmente abusivo, pues una cerveza nacional puede llegar a costar hasta 35 pesos y una importada 50.

En los puntos de venta existentes en la calle principal de Jatibonico, poblado de la provincia de Sancti Spíritus donde se detienen numerosos ómnibus de pasajeros, los refrescos que el Estado vende a 10 pesos corrientes o 0.50 CUC, son vendidos a 20 y hasta 25 pesos cuando están en falta. Lo mismo ocurre con las maltas, que cuestan 0.60 CUC y 0.80 CUC y son vendidas a 20 y 25 pesos corrientes. Es decir, cobran 10 y 15 pesos sólo por enfriarlos.

En los mercados de productos agropecuarios y cárnicos – estatales o privados- el primer obstáculo que confrontan los clientes es el pesaje de los productos, pues casi todas las pesas están preparadas para robar al cliente. Aunque está orientado que el pesaje se haga en kilogramos, los vendedores siguen usando la libra y, al hacer la conversión, engañan a los consumidores afirmando que esta tiene 400 gramos en vez de 453.59.

Tampoco varían el precio del producto cuando envejece en las tarimas ya que lo venden al mismo precio, aunque luego reportan que fue modificado. Las ganancias obtenidas no van a las arcas del Estado sino a los bolsillos de los dependientes.

En estos momentos, el precio de la libra de carne de cerdo en Guantánamo ha llegado hasta los 30 pesos, y si es deshuesada 35 pesos, aunque ya hay sitios que la venden a 40. A 30 pesos está la libra de carne de ovejo y “la prohibida” -la de res, cuando aparece- ronda los 40 pesos en el marcado negro, aunque rara vez el Estado la vende en las TRD al “módico” precio de 11 y hasta 13 CUC el kilogramo, es decir, entre 275 y 325 pesos cubanos. ¡Todo un salario mensual!

A pesar de la promulgación de las recientes medidas para proteger a los consumidores, todo indica que con ellas está pasando lo que ocurrió con las leyes de Indias: se acatan pero no se cumplen.