“Diario de Ana Frank”: una niña ante el horror de la guerra

LA HABANA, Cuba.- En 1947 fue publicado por primera vez El Diario de Ana Frank, considerado entre los más valiosos testimonios sobre lo que fue la expansión del terror fascista por Europa. Escrito entre los años 1942 y 1944, su autora fue una adolescente holandesa que padeció los horrores de la Segunda Guerra Mundial en un escondite primero, y luego en un campo de exterminio nazi.
Durante esos dos años, Ana Frank, su hermana, sus padres y otras cuatro personas de origen judío, estuvieron ocultos en unos almacenes de la ciudad de Ámsterdam. La niña, que entonces tenía trece años, decidió narrar la vida de los enclaustrados, que habían logrado burlar la vigilancia de las tropas fascistas gracias a la complicidad de algunos trabajadores.
El 4 de agosto de 1944, producto de una delación, fueron descubiertos y enviados a los campos de exterminio. Ana y su hermana Margot estuvieron recluidas en el temido Auschwitz-Birkenau, en Polonia, donde su madre sucumbió al hambre. Luego, ambas fueron deportadas al Bergen-Belsen, en Alemania. Allí murieron por causa de una epidemia de tifus, en una fecha no precisada entre febrero y marzo de 1945, un par de meses antes de que el Tercer Reich se rindiera incondicionalmente, y las fuerzas aliadas comenzaran a desmantelar aquellos campamentos del horror. Ana tenía quince años, y su hermana diecinueve.
Los vecinos que estuvieron escondidos con ellas y sus padres en Ámsterdam también perecieron en las cámaras de gas o a consecuencia de las enfermedades. Solo el padre, Otto Frank, sobrevivió a la brutalidad del nazismo. Cuando volvió a Ámsterdam, recibió los diarios de su hija de manos de uno de los empleados del almacén que los había ayudado a ocultarse durante aquellos dos largos años.
A finales de marzo de 1944 el Gobierno holandés en el exilio desde Londres había realizado una transmisión de radio en la que instaba a los holandeses a escribir diarios, cartas y artículos que reflejaran la vida bajo la ocupación alemana. Motivada por este anuncio, Ana Frank comenzó a editar su diario con la esperanza de publicarlo después de la guerra. Desde el 20 de mayo hasta su arresto el 4 de agosto de 1944, transfirió casi dos tercios de su diario original al que le realizó varias modificaciones.
Cumpliendo la voluntad de su Ana, Otto Frank decidió publicar el diario, que desde entonces figura entre los libros más leídos en todo el mundo.