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Gobierno cubano intensificó represión contra religiosos en el 2022

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MADRID, España.- El informe anual sobre Libertad Religiosa Internacional del Departamento de Estado de EE. UU. expuso numerosos hechos que reflejaron el aumento de la represión a los religiosos en Cuba durante el 2022.

Entre estas acciones de hostigamiento se encuentran la detención a líderes religiosos de múltiples comunidades religiosas, duras sentencias de prisión por participar en las protestas del 11 de julio de 2021 (11J), exilio, multas arbitrarias, vigilancia, negación de licencias y visas religiosas, ataques físicos y mentales.

El documento, publicado este lunes, menciona los casos específicos, entre muchos otros, del pastor Lorenzo Rosales Fajardo, condenado a siete años de prisión por los presuntos delitos de desacato, agresión, instigación al delito y desorden público; de la presidenta de la Asociación Religiosa de Yorubas Libres de Cuba, sentenciada a ocho años de prisión, y de la vicepresidenta Loreto Hernández García, con sentencia de siete años. Todos condenados por oponerse a la ideología del Partido Comunista.

Asimismo, denuncia los arrestos a la opositora Berta Soler, líder de las Damas de Blanco y a otros miembros del grupo todos los domingos cuando intentaban asistir a misa para orar por la libertad de los presos políticos.

El nuevo Código Penal, recuerda el texto, amplió la pena mínima para quien “contraponga la creencia religiosa a la educación, al deber del trabajo, a la defensa de la Patria con las armas, a la reverencia a sus símbolos o a cualesquiera otros que establezca la constitución” de seis meses a un año de prisión, una multa de 3.000 pesos ($130), o ambas. La pena mínima de prisión del código penal anterior para esta cláusula era de tres meses.

A comienzos del mes en curso la Comisión de Libertad Religiosa Internacional de Estados Unidos (USCIRF), al presentar su informe anual sobre libertad religiosa, había recomendado incluir a Cuba entre los “países de especial preocupación”, debido al incremento de la represión a los religiosos durante el pasado año.

En su más reciente reporte la Comisión, encargada de supervisar e informar sobre la libertad religiosa en el extranjero, expuso de manera detallada el atropello y “control férreo” del Gobierno cubano a líderes y actos religiosos durante el 2022.




Obispos Católicos de Cuba se reúnen con Díaz-Canel

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MADRID, España.- El mandatario cubano Miguel Díaz-Canel se reunió este miércoles con representantes de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba en el Palacio de la Revolución de La Habana.

Según dijo en Twitter la Presidencia de Cuba, la reunión formó “parte de los encuentros con diferentes sectores” que desarrolla Díaz-Canel.

De acuerdo a la información, en el intercambio se abordaron temas “relacionados con la labor de la Iglesia Católica, la situación socioeconómica del país, el fortalecimiento de valores en la sociedad, entre otros asuntos de interés común”.

Hasta el momento la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba no se ha pronunciado al respecto.

“La reunión transcurrió en un clima de respeto mutuo, en correspondencia con la política de la Revolución hacia la religión y los creyentes y la plena libertad religiosa consagrada en la Constitución de la República de Cuba”, señala la prensa oficialista.

Sin embargo, el régimen cubano ha sido denunciado en numerosas ocasiones por controlar la Iglesia de acuerdo con su ideología comunista y de reaccionar con represión contra los activistas cristianos que lo critican.

En el intercambio de este 26 de abril participaron el Cardenal Juan de la Caridad García Rodríguez, Arzobispo de La Habana; el Presidente de la Conferencia de Obispos Católicos, Monseñor Emilio Aranguren Echeverría, Obispo de Holguín-Tunas, entre otros representantes episcopales.

Mientras que a Díaz-Canel lo acompañaron el primer ministro cubano, Manuel Marrero Cruz; el titular de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández; el miembro del Secretariado del Comité Central del Partido y jefe de su Departamento Ideológico, Rogelio Polanco Fuentes; la jefa de la Oficina de Atención a los Asuntos Religiosos del Comité Central del Partido, Caridad Diego Bello; y otros funcionarios del Partido y el Gobierno.

Este encuentro ocurre unos meses después de que el cardenal Beniamino Stella visitara Cuba como enviado del papa Francisco, en el contexto de la conmemoración del 25 aniversario del viaje a la Isla del pontífice Juan Pablo II.

En noviembre de 2021 la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba pidió que se evitara la violencia en el marco de las manifestaciones convocadas para el 15 de noviembre (15N) de ese año en varias provincias de la Isla.

En febrero pasado los Obispos Católicos de Cuba expresaron su solidaridad con los más de 200 presos políticos desterrados  por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo; entre los que se encontraba monseñor Rolando Álvarez Lagos, quien se negó a ser deportado. Por ello recibió una condena de 26 años de prisión acusado de cometer traición a la patria, propagar noticias falsas y desacato a las autoridades.




Régimen expulsa de la Isla al sacerdote David Pantaleón

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MADRID, España.- En horas recientes trascendió que el régimen cubano expulsó del país al sacerdote David Pantaleón, quien desde el boletín dominical Vida Cristiana exponía la realidad de Cuba. 

La noticia fue confirmada por la monja Sor Ariagna Brito Rodríguez, de las Hermanas de la Caridad del Cardenal Sancha. 

“Lamentamos que el Gobierno cubano, en uso de sus facultades de poderío dictatorial, sin principios ni valores, le obliga a abandonar el país: temen a la verdad, temen al rostro del bien y deshacerse de lo que les molesta, es su único modo de proceder”, dijo Brito Rodríguez.

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“Esto no debería pasar. Los que deben abandonar el país  son los que usan el poder para vivir como reyes, a costa de un pueblo esclavo, castigado, azotado y obligado a huir”, manifestó. 

Pantaleón, superior de los Jesuitas en Cuba y presidente de la Conferencia Cubana de Religiosas-os (CONCUR), estuvo entre los pastores que pidieron al régimen llevar asistencia a los activistas del Movimiento San Isidro (MSI).

Tras la negativa, David Pantaleón explicó a través de Facebook: “Una hermana religiosa intentó llegar, sin publicidad y sin cámaras, hasta el grupo de jóvenes de San Isidro que están hace varios días encerrados en su local. Ellos permanecen allí pidiendo la liberación de uno de sus compañeros que consideran apresado injustamente y condenado sin defensa. La monja solo quería dar un poco de asistencia religiosa ante la seria amenaza de muerte de los que llevan varios días en huelga de hambre y sed”. 

“No se trata de ideologías de izquierda o de derecha. Se trata de cosas tan simples como el derecho a vivir, a expresar lo que se piensa, a dialogar las diferencias sin `satanizar´ al contrario, a que se respete la dignidad de todos y todas”, agregó el sacerdote en sus declaraciones. 

Cuba

Durante los últimos años han aumentado las denuncias al régimen de la Isla por su persecución a los religiosos, principalmente cuando manifiestan ideas contrarias a la gestión gubernamental. 

La Encuesta sobre Libertad Religiosa 2022 realizada en junio pasado por el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) reveló que el 67 % de los cubanos conoce a alguien que profesa una religión y ha sido acosado, reprimido, amenazado u obstaculizado en su vida diaria por motivos relacionados con su fe.

En enero de este año la ONG evangélica Open Doors incluyó a Cuba en su ranking anual de los 50 países con mayor persecución y discriminación hacia los cristianos. 

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Régimen cubano crea departamento para atender a los religiosos

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MADRID, España.- El régimen cubano creó un Departamento de Atención a Instituciones Religiosas y Asociaciones Fraternales, como parte del fortalecimiento de la estructura del Gobierno, según informó el Partido Comunista de Cuba (PCC) a través de Twitter. 

De acuerdo a una nota de la Agencia Cubana de Noticias (ACN), tendrá como objetivo “conducir y ejecutar las tareas administrativas relacionadas con esas entidades”, aunque la Oficina de Atención a los Asuntos Religiosos del Comité Central del PCC continuará “su labor, en la implementación de la política de la Revolución hacia la religión y los creyentes”.

Al frente del departamento estará la licenciada en Ciencias Sociales, Eloísa Valdés Pérez, quien durante años ha trabajado en la Oficina de Atención a los Asuntos Religiosos del Comité Central.

“La Constitución de la República declara que el Estado cubano es laico y reconoce, respeta y garantiza la libertad religiosa, así como que las instituciones religiosas y asociaciones fraternales están separadas del Estado y todas tienen los mismos derechos y deberes”, indica ACN.

Sin embargo, en enero pasado la ONG evangélica Open Doors incluyó a Cuba en su ranking anual de los 50 países con mayor persecución y discriminación hacia los cristianos.

Según explicó la organización, la crisis de la COVID-19 se ha utilizado en la Isla como pretexto para obstaculizar las actividades de la iglesia y la comunidad, monitorear a sus líderes, realizar arrestos arbitrarios, confiscar propiedades privadas e imponer tarifas de extorsión.

Además denunció que desde 1959 el Partido Comunista ha buscado controlar la iglesia de acuerdo con su ideología comunista y el gobierno ha reacciona con dureza contra las voces de la oposición y los manifestantes, por lo que cuando los activistas cristianos critican al régimen, enfrentan arrestos, el cierre de sus iglesias o negocios, penas de prisión y hostigamiento por parte del gobierno y sus simpatizantes.

Este mes el régimen cubano forzó al exilio al pastor Enrique de Jesús Fundora Pérez por su apoyo a más de cuarenta familias de presos políticos.

Fundora Pérez explicó a CubaNet que oficiales de la Seguridad del Estado lo amenazaron con condenarlo hasta 30 años de prisión bajo delitos como “sedición” e “instigación a delinquir”.

El líder religioso lideraba en su poblado de residencia, San José de las Lajas, unas diez iglesias vinculadas a la red del Movimiento Apostólico, red de iglesias evangélicas que el régimen se ha negado a reconocer y legalizar a través del Registro de Asociaciones.

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Cintio Vitier traicionó al catolicismo para ser aceptado por el castrismo

Cintio Vitier

LA HABANA, Cuba.- Este 25 de septiembre se cumplen 100 años del nacimiento del poeta y ensayista cubano Cintio Vitier, integrante del famoso grupo literario Orígenes que fuera liderado por el también poeta y novelista José Lezama Lima.

Comoquiera que Vitier terminó sus días en total sintonía con la política cultural del castrismo, son  muchos los homenajes que la cultura oficialista anuncia por estos días para conmemorar el centenario de su natalicio. No obstante, valdría la pena rememorar el espinoso camino que hubo de transitar el poeta para ser finalmente aceptado por la cultura castrista. En especial, debido a su fe católica.

En 1958 vio la luz el libro Lo cubano en la poesía, un valioso texto de Cintio Vitier que recorría el itinerario de ese género literario en la isla. Ese ensayo, sin embargo, fue objetado por algunos críticos debido a que ignoraba por completo la situación política y social por la que atravesaba Cuba en ese momento. En defensa de su texto, Cintio argumentaba que “la Poesía nos cura de la Historia”

Doce años después, en 1970, se publicó una nueva edición de Lo cubano en la poesía, en la que el autor escribe un prólogo donde da a entender que ya no había tal contradicción entre la Poesía y la Historia. Evidentemente, ya por esta época Cintio intentaba penetrar en las filas de la cultura castrista.

Llegamos al año 1975 y con él la publicación en México del ensayo Ese sol del mundo moral, un texto de encendido fervor martiano y hasta fidelista, que analizaba la tendencia seguida por la eticidad cubana desde los albores de nuestra nacionalidad. Sin embargo, este nuevo libro de Vitier contemplaba la eticidad separada del acontecer económico, político y social del momento. Todo al margen del Materialismo Histórico de Carlos Marx, que signaba las ciencias sociales que se impartían en el país.  Además, la condición católica del autor se alejaba del ateísmo científico que por aquella época preconizaban los manuales soviéticos que abundaban en Cuba.

Como consecuencia de ello, el libro de Cintio Vitier fue ignorado por las editoriales cubanas. Y cada vez que le preguntaban a él acerca del porqué de la no publicación en la isla de su ensayo, su respuesta era que había muchas “incomprensiones”. En el fondo imaginamos el sufrimiento del poeta, que ya daba muestras de comulgar con el castrismo, y sin embargo ese mismo castrismo no acababa de admitirlo en sus filas.  ,

Así las cosas, llegó el período especial de los años 90. Y en 1993, cuando la situación económica y social de la isla parecía haber tocado fondo, apareció el mensaje pastoral “El amor todo lo espera”. Un documento en el que la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba denunciaba la política gubernamental que había, en buena medida, dado lugar a ese lamentable estado de cosas. Incluso, los obispos proponían que el gobierno dialogara con aquellas personas que pensaban de una manera diferente con vistas a destrabar la crisis que afrontaba la nación.

De inmediato la prensa oficialista la emprendió contra los obispos, calificados por algunos medios oficialistas como traidores a la patria.

Se podrá imaginar el dilema que enfrentaba el poeta Cintio Vitier. De un lado sus obispos católicos, pero del otro el oficialismo castrista del que aspiraba a formar parte.

A la postre, el desenlace sobrevino mediante el artículo de Cintio titulado “Observaciones al mensaje de los obispos”, aparecido en el periódico Granma, en su edición del 22 de septiembre de ese año 1993.

“Antes que aceptar el derecho a la diversidad, hay que defender el derecho del país a la supervivencia como nación independiente”, fue lo que escribió el poeta. De esa manera, Cintio le daba la espalda al mensaje pastoral y se alineaba junto al castrismo en aquel momento definitorio.

En recompensa, pronto el castrismo premió al poeta. En 1995, al fin, vio la luz la edición cubana de Ese sol del mundo moral, y ese propio año Cintio y su esposa Fina García-Marruz fueron las figuras centrales con que el gobierno conmemoró el centenario de la caída en combate de José Martí.

Cintio Vitier podía proclamar que, tras mucho bregar, la Historia entraba en el hogar de la Poesía. Pero, claro, no era una Historia cualquiera, sino la interpretada por el castrismo.

ARTÍCULO DE OPINIÓNLas opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no necesariamente representan la opinión de CubaNet.

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Los religiosos cubanos y su papel ante el régimen comunista (II)

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LA HABANA, Cuba.- En el veinte aniversario de la visita a la Isla del Papa Juan Pablo II, en enero de 2018, tres sacerdotes católicos cubanos enviaron una carta al entonces presidente del país, Raúl Castro; en ella pedían “elecciones en libertad” y un país “donde se respete más la vida”.

“Los cubanos saben que no tienen libertad de expresión, se cuidan para decir lo que piensan y sienten, porque viven con miedo, muchas veces, incluso, de aquellos con quienes conviven cada día (…). Los cubanos necesitan vivir la alegría de ‘pensar y hablar sin hipocresía’ con distintos criterios políticos. Estamos cansados de esperar, cansados de huir, cansados de escondernos. Queremos vivir nuestra propia vida”, señalaron en la misiva los padres Castor José Álvarez de Devesa, José Conrado Rodríguez Alegre y Roque Nelvis Morales Fonseca.

Respecto a la libertad religiosa en el país refirieron: “La Iglesia es tolerada, pero no deja de ser vigilada y controlada. (…) Se reduce la plena libertad religiosa con una controlada libertad de permisos de culto. Los cristianos pueden reunirse a compartir su fe, pero no les es permitido construir un templo. La Iglesia puede hacer procesiones e incluso misas públicas, pero siempre a condición de un permiso expreso de las autoridades que, de no otorgarlo, no permite apelación ni da explicación”.

En los últimos años varios líderes cristianos han sufrido la represión de la dictadura; el pastor evangélico Alain Toledano ha sido detenido e interrogado por la Seguridad del Estado cubana en varias ocasiones por denunciar las violaciones a las libertades religiosas. El periodista independiente de fe evangélica, Yoe Suárez, también ha sido víctima de acoso por parte de los órganos represivos. En 2019 se conoció del caso de Ramón Rigal y su esposa Ayda Expósito, dos pastores de la Iglesia de Dios en Cuba, en Guantánamo, que fueron condenados a prisión por querer educar a sus hijos desde su casa.

“La Iglesia sí se tiene que meter en política”

Ante el monopolio estatal de los medios de comunicación, las redes sociales han posibilitado una mayor divulgación de la realidad nacional cubana. Gracias a internet y las redes sociales, en octubre de 2020 se conoció la valiente homilía del padre Jorge Luis Pérez Soto, párroco de San Francisco de Paula, en el municipio de Diez de Octubre, en La Habana. Mediante la lectura de pasajes de la Biblia cuestionaba el sistema imperante en la Isla.

“Pa’ lo que sea. ¿Se acuerdan de esa consignita, ¿verdad?”, preguntó a sus fieles en alusión a la consigna que solían exclamar los adeptos a Fidel Castro en los mítines políticos. “¡Eso solamente se le puede decir a Dios!”, sentenció.

En cuanto a las posturas de la Iglesia, explicó: “A veces la gente dice: la Iglesia no se tiene que meter en política. Perdón, la Iglesia sí se tiene que meter en política. (…) Cuando la Iglesia ve cosas, actitudes, planteamientos, que son contrarios al Evangelio de dignidad de Jesucristo, la Iglesia tiene que decir esto no va bien, esto traiciona al ser humano. (…) El católico no puede ser apolítico, esa es una palabra mentirosa que de lo único que habla es de cobardía. El cristiano está invitado por Dios a darle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”.

Y añadió: “Cuando un gobernante no está dispuesto a dimitir, no está dispuesto a quitarse de enmedio por el bien común, por el bien de su pueblo, por el bien de su sociedad, ese César es un tirano”.

Poco después, en noviembre de 2020, el párroco Alberto Reyes, perteneciente en la Arquidiócesis de Camagüey, desde su perfil de Facebook refirió: “Cuba es una cárcel grande donde, si te portas mal, te meten en otra más pequeña. Y como cárcel al fin, nos sentimos controlados. Tenemos miedo a decir lo que pensamos, a decir lo que queremos. Tenemos miedo a que de un modo u otro nos bloqueen el estudio o el trabajo, que nos hagan la vida más difícil de lo que ya es (…). Siempre quise decir esto: el comunismo es una gran mentira”.

Ese mismo mes, la huelga de hambre y sed desarrollada por varios jóvenes en la sede del Movimiento San Isidro (MSI), en La Habana, como protesta a la represión desatada contra el grupo de artistas, y el posterior desalojo de la vivienda en donde se encontraban generó un gran movimiento de solidaridad en el que también se cuentan varios religiosos.

Mediante las redes sociales se divulgó una carta abierta firmada por más de 200 personas, entre los que se hallaban tanto laicos como sacerdotes y monjas. En ella manifestaban las ansias de vivir en un país donde se pudiera “pensar diferente y manifestarlo”, y solicitaban a las autoridades cubanas una solución pacífica para evitar la muerte de los huelguistas.

“Algunos tenemos posiciones políticas semejantes a las de los miembros del Movimiento, otros estamos en desacuerdo total o parcialmente con sus ideas o con sus modos de expresarlas; pero todos estamos convencidos de que el hostigamiento, sea coordinado o permitido por los agentes del orden, no es solución”.

Menos de seis meses más tarde, durante una segunda huelga de hambre y sed desarrollada por el líder del MSI, Luis Manuel Otero Alcántara, al menos dos sacerdotes y un diácono intentaron acercarse al lugar para asistir espiritualmente al artista; el cerco desplegado por la Seguridad del Estado lo impidió.

El mensaje navideño de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, culminando el 2020, sería convocando al diálogo y negociación como forma de disminuir las diferencias entre los cubanos. El comunicado se publicó justo a dos semanas de la masiva manifestación de artistas y ciudadanos -reunidos en la plataforma 27N- frente al Ministerio de Cultura, exigiendo al régimen diálogo y respeto a los derechos humanos.

“El pueblo no aguanta más”

En enero de 2021, otro sacerdote cubano sorprendería con las denuncias hechas en su homilía, también divulgada en redes sociales. Kenny Fernández Delgado, párroco de la Iglesia de Madruga, en la provincia de Mayabeque, instó a “romper la cadena de miedo, mentira, división y silencio cómplice que nos esclaviza. (…) Esa cadena la romperemos con la fuerza del amor, la verdad, la unidad, y protestando sin violencia, sin rencor”.

Y afirmó además que “si callamos ante la corrupción gubernamental, somos cómplices. Si callamos ante el maltrato, el hostigamiento, la tortura y el encarcelamiento de los que piensan y se expresan diferente al Gobierno: somos cómplices. Si apoyamos un acto de repudio a los que piensan o se expresan diferente al Gobierno, somos cómplices”.

Días más tarde, el 24 de enero, se hizo pública la carta “He visto la aflicción de mi pueblo”, respaldada por más de setecientas personas, entre laicos, monjas y curas. En ella se exponía la crisis nacional cubana: “Estamos viviendo el colapso de un modelo económico, político y social. (…) Necesitamos superar el autoritarismo, de manera que se evite ‘la tentación de apelar al derecho de la fuerza más que a la fuerza del derecho’ y todos los hijos de esta tierra podamos sentarnos, en igualdad de condiciones, en la mesa de un diálogo nacional, pues Cuba es de todos y para todos los cubanos. No es ético adjetivar la Patria y conceder carta de ciudadanía a unos pocos privilegiados miembros de un partido”.

Algunos de los firmantes religiosos de esta misiva fueron amenazados por la policía política.

En abril de 2021 se pronunciarían igualmente los integrantes de la Conferencia Cubana de Religiosas y Religiosos (CONCUR), en Camagüey, en carta dirigida a las autoridades locales: “Sentimos que el pueblo no aguanta más, es una situación insostenible”, los cubanos viven “con las manos atadas, sin oportunidades”, lo cual provoca “mucha angustia, sufrimiento y agotamiento”.

La organización -que agrupa a 18 órdenes católicas de la Isla- exigió, además, garantías para la libertad de expresión y el respeto a la integridad y dignidad humanas independientemente de las ideas.

Asimismo, en el mes de abril, durante la huelga de hambre de más de una veintena de activistas de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), en Santiago de Cuba, un grupo de sacerdotes y laicos les enviaron un mensaje de apoyo: “Porque ellos, como todos, son necesarios para Cuba; porque pensar diferente y actuar en conciencia no puede ser un delito; porque ayudar a los necesitados no puede ser un derecho solo del Estado; porque la intolerancia y la represión los destruye como país; porque la Cuba de la inclusión y el respeto a los derechos humanos ha nacido ya. No podemos seguir indolentes ante el sufrimiento; porque todos merecemos ser escuchados; porque Cuba tiene que ser para todos”.

Pocos días antes, y pese al cerco policial, el Arzobispo de Santiago de Cuba, Monseñor Dionisio García, había visitado la sede de la UNPACU, en donde se hallaba José Daniel Ferrer y el resto de los activistas que desarrollaban la protesta pacífica.

Expresiones en el contexto del 11J

Luego de las masivas protestas contra la dictadura acaecidas el 11 de julio (11J) de 2021 -y en jornadas posteriores- la situación del país se tornó más polarizada. Incluso sectores que aún confiaban en el gobierno o se mantenían ajenos o inertes al contexto nacional se proyectaron en contra de la violencia policial desatada por las autoridades. El rechazo a estas acciones se ha generalizado.

Dos días más tarde, sacerdotes, pastores y laicos del exilio cubano divulgaron una carta abierta respaldando las acciones del pueblo cubano que había salido pacíficamente a exigir sus derechos; advirtieron que guardar silencio sobre la situación en el país no era una opción.

Durante las protestas del 11J también resultaron detenidos religiosos, entre ellos el padre Castor José Álvarez, de Camagüey. Su arresto, y el de miles de cubanos, fue denunciado por la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba a través de un comunicado en el que, además, defendieron el derecho a la manifestación:

“(…) no podemos cerrar los ojos o entornar la mirada, como si nada estuviera sucediendo. (…). No se llegará a una solución favorable por imposiciones, ni haciendo un llamado a la confrontación, sino cuando se ejercite la escucha mutua, se busquen acuerdos comunes y se den pasos concretos y tangibles que contribuyan, con el aporte de todos los cubanos sin exclusión, a construir la Patria. (…) La violencia engendra violencia, la agresividad de hoy abre heridas y alimenta rencores para mañana que costará mucho trabajo superar, por eso invitamos a todos a no incentivar la situación de crisis, sino con serenidad de espíritu y buena voluntad, ejercitar la escucha, la comprensión y la actitud de tolerancia, que tenga en cuenta y respete al otro para juntos buscar caminos de una justa y adecuada solución”.

 

Posicionamientos como estos serían normales en cualquier país, no en Cuba, en donde el miedo se ha impuesto, y en donde la represión alcanza a todo aquel que muestre el más mínimo criterio divergente al sistema político.

La respuesta de las autoridades cubanas a pronunciamientos de este tipo, en este caso de los religiosos, ha sido tanto la intimidación como la difamación; pero criterios como estos evidencian que “la Cuba de la inclusión y el respeto a los derechos humanos ha nacido ya”, y que, entre los religiosos cubanos, definitivamente, no prevalecen criterios afines al régimen.

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Los religiosos cubanos y su papel ante el régimen comunista (I)

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LA HABANA, Cuba.- El 24 de agosto de 2021 el gobernante cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, sostuvo una reunión con varios líderes de organizaciones fraternales y religiosas del país. El encuentro forma parte de una agenda implementada por el mandatario luego de las masivas manifestaciones del 11 de julio. Sin embargo, a la cita solo fueron invitados aquellos que, o “se portan bien”, o sostienen posiciones afines al régimen.

Por tales motivos, en las intervenciones de los participantes en esa reunión, que solo se conocieron por un resumen publicado en la televisión nacional, como suele suceder, no se escucharon cuestionamientos al gobierno. Tales criterios hacen suponer un clima favorable al régimen cubano entre los creyentes. Pero las redes sociales muestran todo lo contrario: líderes religiosos constantemente publican criterios o posicionamientos políticos críticos, que van desde cartas abiertas, homilías y mensajes pastorales, a declaraciones directas denunciando las violaciones de derechos humanos en el país.

Pero, para entender esta compleja realidad es necesario primero conocer lo que ha sucedido con las religiones en Cuba desde 1959.

Historia

Los primeros años del sistema impuesto por los hermanos Castro fue convulso para todas las instituciones del país. Las nacionalizaciones, incluso de centros de enseñanza, también afectaron. Muchos se opusieron abiertamente a la dictadura y fueron apresados, sancionados a cumplir largas condenas en prisión, fusilados u obligados al exilio. Esta situación fue reprobada por los obispos cubanos mediante una serie de pronunciamientos.

En la Constitución de 1976 se estableció y justificó el totalitarismo y sus atropellos, así mismo, se declaró implícitamente el Estado ateo, pues el comunismo prioriza e impone concepciones científico-materialistas.

Hacia la década de los 80’ se generaron amplios debates de inclusión social. Fidel Castro sostuvo varios intercambios con líderes religiosos y en 1985 Frei Betto, teólogo de la liberación brasileño, publicó el libro “Fidel y la Religión”, resultado de extensas entrevistas sostenidas con el cabecilla cubano. En este mismo año se crea la Ley No. 54, más conocida como Ley de Asociaciones, la que declara la libertad de asociación para la población cubana.

En 1985 también se fundó la Oficina de Atención a Asuntos Religiosos del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC). Hasta ese momento, el Registro de Asociaciones, bajo la dirección de Luis Felipe Carneado, había sido el vehículo de mediación entre las instituciones religiosas o fraternales y el régimen cubano. Carneado se mantuvo al frente de la Oficina hasta su fallecimiento, en 1993. A partir de entonces, ha sido Caridad Diego la encargada de su regencia.

Este dato es sumamente importante porque, desde entonces, esta Oficina del PCC ha funcionado como órgano de instrucción de la Seguridad del Estado, llegando a inmiscuirse, manipular e intimidar a las organizaciones religiosas y fraternales de tal manera, que ha sido capaz de tomar decisiones por ellas o de presionar para que se desarrollen o proyecten de la manera más conveniente para el régimen. De estas “buenas relaciones” depende, por ejemplo, si se acepta la entrada de ayudas humanitarias enviadas al país por mediación de instituciones religiosas, o si les son permitidas labores sociales u otras actividades, o simplemente existir con amparo legal en el país. Hasta ese punto llega la coerción de la libertad religiosa o de asociación y reunión en la Isla.

En 1991, como parte de los acuerdos del IV Congreso del PCC, se efectuaron reajustes a la Constitución de 1976. Así, el Estado cubano pasó de ateo a laico, lo cual no se especifica, pero se infiere a partir del reconocimiento de la libertad religiosa. Asimismo, por ejemplo, se permitió el ingreso de miembros del PCC a instituciones fraternales y religiosas, y viceversa, lo cual estaba vedado antes de estos reajustes; incluso se impedía a los practicantes de alguna religión o asociación fraternal el acceso a determinados trabajos o estudios. Es en la Constitución de 2019, en su Artículo 15, que se declara explícitamente que el Estado cubano es laico.

Producto de más de seis décadas de intimidación y control, el miedo y el ostracismo se ha impuesto en las entidades religiosas. No obstante, fundamentalmente en las últimas décadas, muchos religiosos han denunciado el sistema dictatorial cubano. Aunque las instituciones religiosas han tenido varios pronunciamientos al respecto, han sido más abundantes y relevantes las posturas individuales.

Posiciones de religiosos ante la dictadura

Debido a la carencia de estudios actualizados al respecto, es imposible determinar la cantidad de denominaciones religiosas existentes en Cuba. Las religiones más influyentes son la católica, aunque con cierto grado de sincretismo; en el país predominan igualmente las creencias de origen africano y decenas de organizaciones cristianas, muchas de ellas sin reconocimiento oficial.

Hacer un recuento de las posturas institucionales o personales asumidas por los religiosos en Cuba en 62 años conllevaría un trabajo mucho más extenso. Por lo que solo mencionaremos algunas de las más trascendentales, en donde han prevalecido las expresiones de católicos y protestantes.

Las proyecciones de la Iglesia Católica, como Institución, han sido escasas; una de las que más repercusión tuvo ocurrió en 1993 con la Carta Pastoral conocida como “El amor todo lo espera”. En ella los obispos denunciaban la miseria y la falta de libertades políticas, así como las acciones represivas de la Seguridad del Estado. En respuesta, Fidel Castro convocó a marchas contra la Iglesia. Veinte años más tarde, los obispos volvieron a analizar y denunciar la cruda realidad nacional mediante un mensaje conocido como “La esperanza no defrauda”.

Otra de las expresiones del sentir de esta institución se dio a conocer el 24 de octubre de 2018, con un Mensaje Pastoral de los Obispos Católicos de Cuba, en ocasión del proceso de consulta popular del Proyecto de Constitución para la República de Cuba, en el que, entre otros, abogaron por el respeto a los derechos humanos.

Sin embargo, han sido las actitudes individuales de católicos y protestantes las que más han trascendido en los últimos años; muchos han apoyado activamente a grupos disidentes, así como han emitido pronunciamientos en los que exponen su desacuerdo con la realidad nacional y las dictaduras.

En 1998, durante la visita al país del Papa Juan Pablo II, el entonces obispo de Santiago de Cuba, Pedro Meurice, en presencia también de Fidel Castro, alegó: “este es un pueblo que sufre” y “necesita aprender a desmitificar los falsos mesianismos”; presentó a una nación que “a lo largo de su historia ha visto desarticulados o encallados los espacios de asociación y participación de la sociedad civil”, por lo que el Papa estaba ante el alma de “una nación que anhela reconstruir fraternidad a base de libertad y de solidaridad”. Indicó algunos daños provocados a la Iglesia producto de la confrontación con “el marxismo-leninismo estatalmente inducido”, y lamentó que muchos cubanos confundieran “la patria con un partido, la nación con el proceso histórico que hemos vivido en las últimas décadas, y la cultura con una ideología”.

Pedro Meurice junto a Juan Pablo II. Foto Otra palabra

Entre la crítica y la complacencia

Uno de los firmantes de la Carta Pastoral “El amor todo lo espera”, en 1993, que generó grandes tensiones con el gobierno, fue el Arzobispo de la Arquidiócesis de La Habana, Jaime Ortega Alamino.

Las gestiones de Ortega Alamino, que se convirtió en Cardenal en 1994, fueron esenciales para lograr la primera visita de un Papa a Cuba en la historia de la Iglesia Católica. Pero esta sería la primera vez que sirviera de anfitrión en tres visitas papales a la Isla en menos de veinte años: Juan Pablo II (1998), Benedicto XVI (2012), y Francisco (2015); en 2016 también Francisco haría una breve escala en Cuba.

Ortega Alamino conoció y sufrió de las violaciones a la libertad religiosa, pues entre 1966 y 1967 estuvo varios meses en los campos de concentración conocidos como UMAP (Unidades Militares de Apoyo a la Producción), en las que religiosos, homosexuales, disidentes y todos aquellos que no encajaban en el ideal de “hombre nuevo” fueron obligados a trabajos forzados como forma de reeducación.

Medió para que, entre 2010 y 2011, cerca de un centenar de disidentes y opositores cubanos fueran excarcelados y abandonaran el país hacia España, a través de acuerdos entre los gobiernos de Raúl Castro y José Luis Rodríguez Zapatero. Su intervención, por encargo del Papa Francisco, resultó clave en el restablecimiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, en 2014.

No obstante, en 2016, poco antes de jubilarse, y en momentos en que organizaciones de derechos humanos en el país denunciaban unos sesenta presos políticos y varios detenidos por realizar protestas pacíficas, el Cardenal afirmó que en Cuba no habían presos por motivos políticos. También llegó a negar apoyo a las Damas de Blanco cuando estas decidieron continuar sus protestas pacíficas luego de la liberación de los opositores encarcelados durante la Primavera Negra de 2003.

Acciones como estas, incluso sus mediaciones con el régimen cubano para propiciar el llamado deshielo con Estados Unidos, le han valido críticas fundamentalmente de la oposición cubana y del exilio. Algunos consideran que, pese a conocer la represión y las violaciones de derechos humanos, se volvió demasiado complaciente con el régimen a cambio de cuotas de poder o de priorizar algunas prebendas a la Iglesia Católica cubana.

Luego de su fallecimiento, en julio de 2019, el Coordinador del grupo opositor Estado de Sats, Antonio Rodiles, alegó que, pese a su postura confrontacional con el gobierno cubano en determinados momentos, el Cardenal había actuado como su emisario para lavar la imagen de la dictadura ante la comunidad internacional.

“Creo que Ortega, en los últimos tiempos, fue un freno muy lamentable para la Iglesia Católica cubana. Su papel, no solo defendiendo al régimen, sino también a miembros de la familia Castro, desató innumerables críticas por parte de los cubanos libres”, lamentó Rodiles.

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Seminarista católico multado por intentar llegar a la sede del MSI

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Foto cortesía del autor

LA HABANA, Cuba.- La policía política impuso este martes una multa de 500 pesos a Izuan R. López Martínez por “propaganda enemiga”. El seminarista católico intentó pasar el cerco militar para llegar hasta Damas 955, en La Habana Vieja, en donde se hallan cinco activistas en huelga de hambre y sed desde el miércoles último.

“Cuando iba llegando a la esquina de la Sede del Movimiento San Isidro, dos oficiales que se identificaron como de la Seguridad del Estado me interceptaron y me dijeron que no podía entrar a la Sede sin un permiso de Caridad Diego, la del Comité Central, y acto seguido llaman a una patrulla y me ponen la multa de 500 pesos cubanos por no sé qué cosa de circulación y por propaganda enemiga, según ellos”, declaró a CubaNet López Martínez.

El seminarista se proponía visitar a los activistas del Movimiento San Isidro (MSI) en huelga, rezar por ellos y asistirles espiritualmente.

“Es vergonzoso que ni a los religiosos nos permitan ir a ver a los hermanos en huelga (…) pero la multa me imagino que fue por yo estar reconocido como opositor para ellos, pues pertenecí al Partido Pro-Derechos Humanos de Cuba Andrei Sajarov y apoyaba mucho a las Damas de Blanco y a José Daniel Ferrer”, explicó.

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Foto cortesía del autor

Este lunes a varias hermanas de la denominación religiosa Hijas de la Caridad les impidieron igualmente el acceso a la sede del MSI. Ellas se disponían a asistir humanitaria y médicamente a los huelguistas.

Hasta el momento, las explicaciones dadas a estos católicos es que deben solicitar antes un permiso de Caridad Diego, jefa de la Oficina de Atención a Asuntos Religiosos del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (CCPCC).

Sobre un posible pronunciamiento de la Institución sobre lo que está sucediendo con el MSI, López Martínez se muestra dudoso: “hay mucho miedo entre los católicos y Obispos en Cuba y también muchos de esos católicos y Obispos apoyan al régimen; la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba no se pronuncia a favor del pueblo ni de la oposición”.

Desde el 18 de noviembre, varios activistas del MSI se declararon en huelga de hambre, forzados por el cerco de la SE a la sede de la organización, pues les impedían la entrada de suministros.

Días antes, se manifestaron pública y pacíficamente, mediante lecturas de poesía, a las afueras de la estación policial de Cuba y Chacón, para exigir la libertad de Denis Solís. Este integrante de la organización fue condenado, en juicio sumario, a ocho meses de privación de libertad por un supuesto delito de desacato.

Hasta la fecha, se hallan en huelga de hambre: Iliana Hernández, Esteban Rodríguez (6 días) y Katherine Bisquet Rodríguez (72 horas). En huelga de hambre y sed: Luis Manuel Otero Alcántara y Maykel Castillo (6 días).

“Yo sé que por mis actos cristianos, que he hecho independiente, me pueden hasta expulsar del seminario, pero no me importa porque primero están mis principios y la libertad de Cuba”, afirmó López Martínez.

Según Izuan R. López Martínez, desde la Iglesia Católica se está negociando con Caridad Diego para asistir a los huelguistas, pero “yo no hago eso pues no trato con los esbirros de Castro ni necesito su permiso pues es un derecho mío”, afirmó.

La Oficina de Atención a Asuntos Religiosos del CCPCC se creó en 1985. Hasta ese momento, el Registro de Asociaciones, bajo la dirección de Luis Felipe Carneado, había sido el vehículo de mediación entre las instituciones religiosas o fraternales y el régimen cubano. Carneado se mantuvo al frente de la Oficina hasta su fallecimiento, en 1993. Desde entonces, ha sido Caridad Diego la encargada de su regencia.

Las instituciones religiosas y fraternales, reconocidas por esta Oficina de Atención a Asuntos Religiosos del CCPCC, en muchas ocasiones se ven obligadas a negociar cuestiones como visas o incluso ayudas humanitarias que lleguen al país.

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EE.UU.: Régimen de Cuba sigue acosando a los creyentes religiosos

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MIAMI, Estados Unidos.- La exencargada de Negocios en la Embajada de Estados Unidos en Cuba, Mara Tekach, aseguró que el régimen comunista de La Habana ve en los creyentes religiosos desde hace 60 años la vía de “tener un monopolio sobre la autoridad moral”.

Tekach ofreció estas declaraciones ayer miércoles en una conferencia virtual organizada por Outreach Aid to the Americas (OAA), en la que se analizó el papel de la iglesia, y del activismo basado en la fe en países con sistemas represivos como Cuba, Nicaragua y Venezuela.

Según la diplomática, que ejerció su cargo hasta el pasado 1ro de agosto, las figuras religiosas independientes son una amenaza en la Isla “porque tienen el poder de mostrar la inmoralidad” del régimen, que constantemente está reprimiendo y hostigando a los activistas, como es el caso del abogado y periodista de CubaNet Roberto Quiñones, el líder de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) José Daniel Ferrer, y el periodista y activista Guillermo del Sol.

Por su parte John Barsa, administrador adjunto de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), aseguró que particularmente en Cuba, Nicaragua y Venezuela, la situación de la fe dentro del activismo es un tema prioritario para la actual administración estadounidense.

“Estas tiranías tienen miedo porque están débiles”, además “el nivel de opresión le debe dar coraje a las iglesias. Yo personalmente, y USAID, reconocemos el momento histórico en Cuba, Venezuela y Nicaragua”, señaló.

Barsa, de origen cubano, recordó en la conferencia de OAA que defender la libertad de culto es uno de los objetivos en política exterior de la administración del presidente Donald Trump, ya que cuando los regímenes totalitarios suprimen la libertad religiosa obstruyen el progreso de las sociedades.

El régimen de La Habana sigue acosando a los opositores, “es una represión que no cesa”, dijo.

Entretanto, el experto legal Camilo Loret de Mola explicó que los pastores emergentes en Cuba se han convertido en un peligro para el régimen represivo Castro-Canel, ya que han logrado movilizar a personas en diferentes barrios, en tiempos de crisis. “Son un fenómeno social, porque fortalecen la sociedad civil”, y “pueden ayudar muchísimo en el futuro de Cuba”.

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