Dos pájaros de un tiro y sin escopeta

LA HABANA, Cuba.- Al igual que sus predecesores, Miguel Díaz-Canel Bermúdez ha quedado con los dos cargos más importantes del país: Presidente y Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (CC del PCC); esto implica que donde quiera que esté presente, ya sea representando una función u otra, proyectará ambas ocupaciones, ya que resulta muy difícil separarlas de su persona, es como un todo que ha logrado, quizás pudiera compararse con un combo.
Desde el pasado 27 de mayo y en lo que va de junio, junto con el Secretariado del CC del PCC, ha estado visitando diferentes provincias, con el objetivo de “pensar y actuar en favor de Cuba”. Se reúne con el Partido Provincial y algunos militantes; y dicen que parte de los seguimientos del VIII Congreso del PCC para evaluar los principales acuerdos aprobados y la implementación de las ideas, conceptos y directrices de esa cita, a dos meses de su celebración.
Poco cuentan los medios locales y nacionales de estas visitas, es como si se tratara de algo que no tuviera mucha importancia, o por el contrario, que fuera uno de los tantos secretos a los que tienen a este pueblo acostumbrado.
Cabría preguntarse: ¿De qué acuerdos e ideas hablan? ¿Conocerán los militantes de base de algo al respecto? No obstante, se hacen llamar reuniones de continuidad.
Por ejemplo, Yicleidis Ramírez, secretario del PCC en el municipio de Guantánamo, se refirió a los documentos del pasado Congreso, explicando la debilidad que existe en los núcleos de base a partir de su dirección envejecida; lo que implica que existe preocupación en la continuidad de la política totalitaria del Partido, pues propuso el acercamiento con los jóvenes de los Comités de Base de la UJC.
Sin embargo, en la reunión en la provincia de Ciego de Ávila, el miembro del Buró Político Roberto Morales Ojeda, que se supone actúa como el sucesor de José Ramón Machado Ventura, segundo del Partido, aunque no se diga de manera oficial, resaltó la necesidad de un trabajo fuerte con los jóvenes del territorio, ya que existe una baja entrada de los mismos a las filas partidistas.
Por su parte, durante estas reuniones en las provincias orientales, el Primer Secretario insistió en la necesidad de denunciar –siempre– el bloqueo económico como traba principal para el desarrollo nacional. Traducido al idioma del pueblo quiere decir: “Cada vez que den una muela, échenle la culpa al bloqueo, para que la gente piense que no somos nosotros los que trabajamos mal”.
Algunas personas, vinculadas a la izquierda la mayoría, caen en esta trampa, y preparan actos de diferentes tipos para condenar el “bloqueo”, como es natural con la supervisión cubana, que habla de 50 ciudades del mundo donde se ha llevado a cabo una ola de solidaridad a favor del levantamiento del embargo.
No obstante, ninguna de estas organizaciones o países se hacen eco del verdadero bloqueo, este que tenemos aquí adentro, el que no deja avanzar la economía, las ideas de los cuentapropistas e incluso la libertad de expresión. Ese es el bloqueo que no les permite a los cubanos manifestar su forma de pensar, utilizando cualquier método de hostigamiento, y que tiene a miles y miles de hombres vigilando a activistas, periodistas y artistas -entre otros- dedicados a la lucha por obtener la democracia y la no violación de los derechos humanos. El bloqueo interno es el que lleva a tantos hombres y mujeres a la prisión, que se pueden considerar presos políticos, con delitos inventados e injustas sanciones.
Otra insistencia para dominar el tejido social en las reuniones es la referida al papel protagónico que deben tener los militantes en las próximas discusiones de análisis del Código de Familia, que se llevarán a cabo en el país.
Puede ser que como dijo el “Presidente-Primer Secretario” los retos inspiran también a los revolucionarios a avanzar; pero, para la sociedad cubana no se ve ni un paso hacia adelante en lo que respecta a los temas económicos y sociales; por el contrario, cada día se percibe más el retroceso, y esto deja pensar que no hay retos, no hay inspiración, y mucho menos deseo de resolver los graves problemas por los que atraviesan los cubanos de a pie.
No hay dudas que el país vive una compleja situación y que la economía y la ideología, decadentes en la mayoría de los sentidos, necesitan calzarse con algo que ya no se encuentra, porque se puede decir literalmente que no hallan qué inventar para sostener la Tarea Ordenamiento, pues todo parece indicar que nació torcida.
Según dice el Primer Secretario del único Partido permitido en Cuba, esta institución tiene que trabajar para que no haya problemas sin solución. Lo que equivaldría a decir que el Partido no trabaja, porque los problemas se acumulan y las soluciones están perdidas.
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