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Dos pájaros de un tiro y sin escopeta

VIII Congreso del PCC partido

LA HABANA, Cuba.- Al igual que sus predecesores, Miguel Díaz-Canel Bermúdez ha quedado con los dos cargos más importantes del país: Presidente y Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (CC del PCC); esto implica que donde quiera que esté presente, ya sea representando una función u otra, proyectará ambas ocupaciones, ya que resulta muy difícil separarlas de su persona, es como un todo que ha logrado, quizás pudiera compararse con un combo.

Desde el pasado 27 de mayo y en lo que va de junio, junto con el Secretariado del CC del PCC, ha estado visitando diferentes provincias, con el objetivo de “pensar y actuar en favor de Cuba”. Se reúne con el Partido Provincial y algunos militantes; y dicen que parte de los seguimientos del VIII Congreso del PCC para evaluar los principales acuerdos aprobados y la implementación de las ideas, conceptos y directrices de esa cita, a dos meses de su celebración.

Poco cuentan los medios locales y nacionales de estas visitas, es como si se tratara de algo que no tuviera mucha importancia, o por el contrario, que fuera uno de los tantos secretos a los que tienen a este pueblo acostumbrado.

Cabría preguntarse: ¿De qué acuerdos e ideas hablan? ¿Conocerán los militantes de base de algo al respecto? No obstante, se hacen llamar reuniones de continuidad.

Por ejemplo, Yicleidis Ramírez, secretario del PCC en el municipio de Guantánamo, se refirió a los documentos del pasado Congreso, explicando la debilidad que existe en los núcleos de base a partir de su dirección envejecida; lo que implica que existe preocupación en la continuidad de la política totalitaria del Partido, pues propuso el acercamiento con los jóvenes de los Comités de Base de la UJC.

Sin embargo, en la reunión en la provincia de Ciego de Ávila, el miembro del Buró Político Roberto Morales Ojeda, que se supone actúa como el sucesor de José Ramón Machado Ventura, segundo del Partido, aunque no se diga de manera oficial, resaltó la necesidad de un trabajo fuerte con los jóvenes del territorio, ya que existe una baja entrada de los mismos a las filas partidistas.

Por su parte, durante estas reuniones en las provincias orientales, el Primer Secretario insistió en la necesidad de denunciar –siempre– el bloqueo económico como traba principal para el desarrollo nacional. Traducido al idioma del pueblo quiere decir: “Cada vez que den una muela, échenle la culpa al bloqueo, para que la gente piense que no somos nosotros los que trabajamos mal”.

Algunas personas, vinculadas a la izquierda la mayoría, caen en esta trampa, y preparan actos de diferentes tipos para condenar el “bloqueo”, como es natural con la supervisión cubana, que habla de 50 ciudades del mundo donde se ha llevado a cabo una ola de solidaridad a favor del levantamiento del embargo.

No obstante, ninguna de estas organizaciones o países se hacen eco del verdadero bloqueo, este que tenemos aquí adentro, el que no deja avanzar la economía, las ideas de los cuentapropistas e incluso la libertad de expresión. Ese es el bloqueo que no les permite a los cubanos manifestar su forma de pensar, utilizando cualquier método de hostigamiento, y que tiene a miles y miles de hombres vigilando a activistas, periodistas y artistas -entre otros- dedicados a la lucha por obtener la democracia y la no violación de los derechos humanos. El bloqueo interno es el que lleva a tantos hombres y mujeres a la prisión, que se pueden considerar presos políticos, con delitos inventados e injustas sanciones.

Otra insistencia para dominar el tejido social en las reuniones es la referida al papel protagónico que deben tener los militantes en las próximas discusiones de análisis del Código de Familia, que se llevarán a cabo en el país.

Puede ser que como dijo el “Presidente-Primer Secretario” los retos inspiran también a los revolucionarios a avanzar; pero, para la sociedad cubana no se ve ni un paso hacia adelante en lo que respecta a los temas económicos y sociales; por el contrario, cada día se percibe más el retroceso, y esto deja pensar que no hay retos, no hay inspiración, y mucho menos deseo de resolver los graves problemas por los que atraviesan los cubanos de a pie.

No hay dudas que el país vive una compleja situación y que la economía y la ideología, decadentes en la mayoría de los sentidos, necesitan calzarse con algo que ya no se encuentra, porque se puede decir literalmente que no hallan qué inventar para sostener la Tarea Ordenamiento, pues todo parece indicar que nació torcida.

Según dice el Primer Secretario del único Partido permitido en Cuba, esta institución tiene que trabajar para que no haya problemas sin solución. Lo que equivaldría a decir que el Partido no trabaja, porque los problemas se acumulan y las soluciones están perdidas.

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El castrismo insiste en captar a la juventud

LA HABANA, Cuba.- Es indudable que los gobernantes cubanos se sienten preocupados por la actitud contestataria de buena parte de nuestra juventud. Hay que tener presente que han sido jóvenes, en lo fundamental, los protagonistas de las protestas que han estremecido el sector artístico en el país.

Por otra parte, entre aquellos jóvenes que no manifiestan públicamente su oposición al régimen se abre paso un sentimiento de rechazo a integrar o participar activamente en las organizaciones sociales creadas por el aparato gubernamental. Eso sucede con los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) y la Federación de Mujeres Cubanas (FMC). Tampoco son muchos los jóvenes que desean ingresar en las filas de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), y menos los que acceden a nutrir las filas del Partido Comunista.

En una de las sesiones del recién finalizado VIII Congreso del Partido, la dirigente partidista en la provincia de La Habana, y ex primera secretaria del Comité Nacional de la UJC, Yuniasky Crespo Baquero, hizo sonar la alarma cuando dio a conocer que “solo un 7% de los militantes del Partido en la capital son menores de 35 años” (“Analizar entre todos, y desde la raíz, la labor ideológica del Partido”, periódico Granma, edición del 17 de abril).  Pero no solo eso, sino que también se atrevió a decir que “había que lograr que todos los jóvenes con condiciones, y mayores de 21 años, aspiren a ser militantes del Partido”.

Entonces, y a tono con lo expuesto por la señora Crespo Baquero, la Comisión que trató en el referido VIII Congreso el trabajo político e ideológico de la organización hizo énfasis en la labor a desarrollar con los jóvenes, en especial a la atención de sus aspiraciones en el orden colectivo, personal y profesional, así como a acometer acciones dirigidas a disminuir la emigración de las jóvenes generaciones.

Mas ahí no quedó todo. Pues el señor Rogelio Polanco, electo en ese cónclave como miembro del Secretariado del Partido, y jefe de su Departamento Ideológico, lanzó la propuesta de que todos los estudiantes que aspiraran a ingresar en el curso diurno de las universidades (hembras y varones) deberían pasar un año en las fuerzas armadas antes de acceder a la educación superior. Una práctica que ya es realidad para los estudiantes del Instituto Superior de Relaciones Internacionales (ISRI), es decir, los futuros diplomáticos del castrismo. Evidentemente, otra maniobra para comprometer aún más a los jóvenes con el aparato de poder.

Las primeras reacciones a esa propuesta, al menos en un ámbito estrecho formado por amigos y familiares, ha sido de rechazo. Muchas de las muchachas con las que hemos contactado, que cursan actualmente la enseñanza preuniversitaria, manifiestan su inconformidad con la propuesta, e incluso están decididas a renunciar a la universidad si las obligan a prestar servicio en las fuerzas armadas.

En otro orden de cosas, apenas se habían apagado los ecos del Congreso del Partido, y ya la oficialista Federación Estudiantil Universitaria (FEU) realizaba el ejercicio movilizativo Bastión 2021, esta vez desde las plataformas digitales, cuyo eslogan fundamental era respaldar las decisiones emanadas del citado cónclave partidista. Y, claro, no es difícil imaginar que los mandamases de la FEU estén prestos a apoyar en cualquier momento la propuesta del doctrinario Polanco.

Sin embargo, no les va a resultar fácil a las autoridades la tarea de atraer a la juventud al bando del castrismo. Es que, más allá del discurso retórico, solo pueden ofrecerle colas, desabastecimientos y carencia de libertades.

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EEUU: “Buscaremos empoderar al pueblo cubano para que determine su propio futuro”

cubano EEUU

MIAMI, Estados Unidos.- En una conferencia de prensa que tuvo lugar este miércoles, Ned Price, vocero del Departamento de Estado de Estados Unidos, aseguró que Washington buscará empoderar al pueblo cubano para que este determine su propio futuro.

A una pregunta sobre los resultados del recién concluido 8vo Congreso del partido Comunista de Cuba, único partido político legal en la isla, el funcionario estadounidense explicó que es el pueblo “quien debe hablar sobre los resultados del Congreso del Partido”.

Así mimo, Price confirmó —sus declaraciones fueron publicadas en la cuenta de la red social de Twitter de la Embajada de EE.UU. en La Habana— que Estados Unidos está revisando su política hacia Cuba, y que esta se basará en dos principios: “el apoyo a la democracia y los derechos humanos, y en que los estadounidenses son los mejores embajadores para la libertad en Cuba”.

La mención sobre la actual situación en Cuba tuvo lugar a las 2:00 p.m. de este 21 de abril durante la conferencia de prensa que diariamente ofrece el Departamento de Estado para tratar asuntos de interés nacional y actualidad.

En el recién finalizado 8vo Congreso del Partido Comunista cubano (PCC), que se desarrolló en La Habana desde el pasado viernes 16 de abril y concluyó el lunes 19, se dio formalmente el supuesto traspaso de poder de Raúl Castro a las nuevas generaciones, representadas por Miguel Díaz-Canel, quien en 2018 fue designado presidente de la República y ahora es también el 1er secretario del Partido.

Aunque la prensa internacional ha sucumbido al atractivo titular que anuncia el fin de la era de los Castro, importantes organizaciones dentro y fuera de Cuba, así como miembros de la sociedad civil independiente, han denunciado que los “herederos del poder” responden exclusivamente a las directrices de la familia Castro, sus allegados, y la élite militar, al frente de los puestos más importantes de la política y la economía de la isla.

Uno de los ejemplos más visibles fue la entrada al Buró Político del PCC, después de años de manejar el país en las sombras, de Luis Alberto Rodríguez López-Calleja, presidente ejecutivo del Grupo de Administración Empresarial, más conocido como GAESA.

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Neocastrismo, continuidad de la ilegitimidad

neocastrismo Cuba

MIAMI, Estados Unidos.- El 8vo Congreso del Partido Comunista significa el paso de cierre del castrismo en su intento de sellar su permanencia en el poder. La construcción del neocastrismo ha sido un largo camino en el que Raúl Castro ha jugado un papel crucial. A diferencia de su hermano, Castro II ha colocado a su familia y allegados en posiciones claves y diseñado una estructura de poder que responde directamente a sus intereses.

El objetivo principal radica en buscar una supuesta institucionalidad en el ejercicio del poder y por lo tanto legitimidad hacia el interior y exterior de la Isla. La estructura implica una nueva clase de leales que ven en su alineamiento la posibilidad de adquirir cuotas de poder con las prerrogativas que esto conlleva.

En las democracias, la legitimidad del poder político está asociada a la idea del consenso o aceptación popular, sin que este consenso esté determinado o viciado por el uso permanente de la fuerza o la amenaza de esta. Su esencia radica en la soberanía popular, que incluye a todos los sectores cuantificables de la población, no solo a las mayorías circunstanciales. Guarda relación con la posibilidad de tomar parte en la gestión pública, directamente o a través de representantes, sin que un sector pueda excluir al resto.

La legitimación se materializa en la idea del poder instituido a través de elecciones auténticas como expresión de consenso.

¿Por qué el castrismo, régimen imperante en Cuba, es ilegítimo?

  • Llegó al poder por las armas, no por las urnas. Empezó siendo un gobierno de transición, que prometió institucionalizarse a través de la restitución de la Constitución 1940 e inmediata convocatoria a elecciones democráticas, lo cual nunca sucedió. Castro se perpetuó incumpliendo sus promesas. Así se mantuvo hasta 1976, cuando impuso una falsa Constitución de corte estalinista e intentó dar apariencia de legitimidad por medio de procesos electorales carentes de toda autenticidad.
  • Confiscó miles de propiedades, negocios y prohibió la empresa privada a cubanos y extranjeros. No ha existido un proceso de compensación creíble a todas las partes afectadas por tales arbitrariedades.
  • Se realizaron centenares de farsas judiciales, sin las mínimas garantías de un debido proceso, que conllevaron la aplicación de centenares de brutales condenas a prisión y centenares de fusilamientos.
  • Impone al Marxismo-Leninismo y al Partido Comunista como única ideología y forma de asociación política posibles. Excluye, criminaliza y reprime al resto de las alternativas. Debido a ello, amplios sectores poblacionales quedan excluidos de participar, directamente o a través de representantes en la gestión pública. No existe soberanía popular.
  • Impone el carácter inamovible de un orden político, social y económico en el artículo 4 de la “Constitución”, violando el inalienable derecho a la libre determinación de los pueblos, a determinar libremente su condición política, y a elegir forma de su constitución o gobierno; lo cual se niega a la población actual y a futuras generaciones. El precepto incluye uso de violencia armada contra quien o quienes intenten modificar un sistema impuesto originariamente por las armas. En un Estado de Derecho, la alternancia en el poder y modificación del sistema es posible mediante herramientas legales y vías pací
  • No se han realizado hasta la fecha elecciones auté El sistema electoral actual impide la asociación política y participación proporcional de los sectores contrarios al Partido Comunista. La nominación de candidatos a los principales cargos públicos se realiza mediante “comisiones de candidaturas”, compuestas por las llamadas “organizaciones sociales y de masa” que a su vez son dirigidas y controladas por el Partido Comunista. Entre otras irregularidades, las comisiones proponen igual número de candidatos que cargos a ocupar (ej. un único candidato para presidente de la república, igual número de candidatos que diputados, etc.) Se trata de votaciones, no elecciones, pues un proceso electoral implica elegir entre alternativas.
  • Las leyes, y por tanto la base del llamado sistema jurídico, solo cuentan con validez formal. Emanan de un órgano legislativo (Asamblea Nacional) que no es el resultado de la elección popular de todos los sectores cuantificables de la población. Es un ente homogéneo y excluyente, afín a la ideología y partido único. Por tanto, no es una institución soberana y sus leyes no son expresión de consenso, sino de imposición y arbitrariedad.
  • No existe separación de poderes o principales funciones estatales y, en particular, el poder judicial no es libre ni independiente. Se somete a las directrices trazadas por el partido comunista, denominado fuerza dirigente superior del Estado. El Consejo de Estado, órgano permanente de la Asamblea Nacional, dicta instrucciones de obligatorio cumplimiento al Tribunal Supremo y este al resto de tribunales.
  • Desde el arribo al poder en 1959 se han vulnerado sistemáticamente derechos y libertades universales, tales como libertad de expresión, de culto, reunión, asociación, derechos de participación y sindicales, entre otros.

Si partimos de los presupuestos enunciados, ninguno de ellos se encuentra en proyecto de subsanación ni abordado en el reciente 8vo Congreso del Partido, todo lo contrario. Podemos afirmar que el castrismo nunca gozó de legitimidad y el neocastrismo, que enuncia como premisa la “continuidad”, se encuentra en igual situación.

Del Congreso sale la nueva dirección del partido. Díaz-Canel es el 1er. secretario y el Buró Político tiene como marcado signo la presencia del poder militar en pleno, los ministros de las Fuerzas Armadas y del Interior, así como el presidente del conglomerado GAESA. También están presentes Manuel Marrero, que funge como 1er. ministro, y Rogelio Polanco, quien fuera embajador del régimen en Venezuela durante un largo y crucial período.

De esta forma el poder queda diseñado en tres escalones:

  1. Familia Castro y allegados
  2. Partido Comunista
  3. Poder Popular

Si bien Castro II busca una estructura de poder que garantice la estabilidad del neocastrismo, la economía desastrosa, altos niveles de frustración, desesperanza y descontento social, incrementados por la situación de la COVID-19, ponen en duda el arribo a puerto feliz. Las maniobras económicas anunciadas previas al Congreso resultan en extremo insuficientes para frenar el continuo deterioro. El régimen se encuentra en un momento crucial, tratando de vender una legitimidad espuria y afrontando una profunda crisis general.

Sin embargo, el escenario tan incierto pero favorable para empujar por cambios contrasta con la lamentable situación de la oposición y la sociedad civil, que se encuentran en uno de sus puntos más bajos de los últimos lustros. La falta de un apoyo resuelto y la pretensión de imponer agendas y actores desde el exterior le han servido en bandeja de plata al castrismo para que ejecute sus acciones siempre violatorias contra cualquier actor o grupo que rete su poder y control, menguando considerablemente al sector contestatario. Urge un relanzamiento de la oposición cubana.

La confrontación y fin del pretendido engendro del neocastrismo deben ir de la mano del crecimiento de una opción política con capacidad de reemplazar al totalitarismo. Esto implica no solo propuestas para la reconstrucción de la nación, sino el capital humano necesario para emprender dicha empresa.

(Este texto fue escrito en conjunto con Alberto Ruiz)

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El Congreso ha terminado, que comience el circo

Humberto López Congreso PCC

LA HABANA, Cuba.- Fue hace unos días que mi amigo, el escritor Amir Valle, quiso conocer mi opinión sobre lo que podría pasar después de finalizado el Congreso del Partido, luego del supuesto y susurrado retiro de Raúl Castro. Amir se propuso indagar en las expectativas que tenían algunos escritores sobre la vida cubana sin Raúl, de ese Castro que estuvo tanto tiempo como segundo al mando y bajo la sombra de su hermano Fidel. Amir quería hacer públicas esas opiniones y, por supuesto, yo le respondí.

Ni corto ni perezoso advertí que no esperaba ninguna señal de democracia tras la salida del segundo Castro, el último en el poder más alto; recordando que son muchos los que están en la sombra pero deciden, o más bien hacen lo que les da la gana. Le hice saber que creía que la represión más severa estaba por llegar, pero que la “generación histórica” no se haría tan visible en estos meses que se sucederán tras el Congreso, aunque siga comandando desde las sombras.

Las estulticias, los desmanes que están por llegar, serán generadas por esa misma máquina que aún regenta, pero se pondrá un poco a la sombra de los nuevos, se harán menos visibles. La gran responsabilidad recaerá entonces sobre el lomo de otros, de ese nuevo viejo gobierno que está por llegar, por subir al podio… Ese que ahora ya llegó. Llegó ese día en que se volvieron a juntar los dos poderes, Partido Comunista y Gobierno, en un mismo hombre, como sucede desde hace tanto tiempo, como suponen que se precisa en estos días, más que antes, más que siempre, más que nunca.

Y entonces, si se produjera una huelga general, si sucediera un levantamiento, si se hicieran frecuentes las protestas, las reyertas, ya no sería contra esa generación histórica, contra ese ejército de los Castro. Los Castro, los históricos, serán, y ya para siempre, los “vencedores”, porque dejaron el poder en otras cabezas, en otras manos, y serán esas nuevas manos y cabezas las responsables de todo cuanto pase en lo adelante, serán los culpables de una rebelión, y de los muertos que pondrán esos rebeldes y “traidores”. Serán “los nuevos” los que disparen sin recato, pero los fieles en Cuba, los fieles regados por el mundo, volverán a decir: “Si Fidel lo supiera, si Fidel estuviera vivo”.

Eso creo y eso le dije a Amir, y así podría suceder si el pueblo, “harto ya de estar harto”, se cansa y sale en huelgas a las calles, en rebeliones. Y hasta imagino alguna que otra pacífica demostración de disgusto, una manifestación que podría ser en la plaza de los “grandes acontecimientos”, de los “grandes respaldos”, de los “infinitos responsos”, “de las muchas convocatorias para cualquier cosa”. Y supongamos que una de ellas tiene por centro a la “libreta de abastecimiento”, esa que es símbolo de hambre y necesidades desde hace tanto.

Eso podría suceder, pero Raúl se dirá entonces que eso no es con él, y mucho menos con su hermano. Raúl, Ramiro y los otros se sacudirán el polvo de las estrelladas charreteras verde olivo, unos segundos antes de asegurar que eso no fue con el poder histórico, con los “rebeldes de la Sierra”, y que ellos no habrían sido denigrados, sitiados, vencidos. Eso creo, y también que están dispuestos a todo, y entonces se me ocurre pensar en un detalle singular, una particularidad que ha dejado a más de uno con la boca abierta.

Resulta curioso, y más que curioso desafiante, comprobar que desde ahora Humberto López es miembro del nuevo Comité Central del Partido Comunista de Cuba; un hombre del cual no conocemos su trayectoria, al menos no más allá de los muchos rumores que se ciernen sobre esa marioneta, con el perdón de las marionetas.

Y me pregunto qué sabemos de ese tipo que apareció de la noche a la mañana en un programa al que dieron por nombre “Hacemos Cuba”, de ese hombre que despierta rumores. Poco o nada sabemos de ese Humberto que no es “Primo” de nadie y mucho menos rey de Saboya. Nada sabemos de ese que dedica largas y furibundas ofensas a periodistas independientes y opositores al gobierno, siempre sin fundamento, pero cada vez con pesadas charlatanerías y exaltaciones.

Poner a ese “periodista” en el centro político de este país, y junto a comunistas de la vieja escuela, resulta una muestra de cómo actuarán el Partido y el Gobierno en lo adelante. Que este gacetillero abominable acceda al poder más alto, al aparato decisor de todo, no es una casualidad. Ni siquiera Randy Alonso, Rosa Miriam Elizalde, Taladrid, Iroel Sánchez o Arleen Rodríguez Derivet, todos con una vieja trayectoria de fidelísimos servicios, están en ese sitial que los comunistas consideran sagrado y centralísimo, pero Humberto, un advenedizo, sí que está.

Humberto López es un hombre despreciable y también un “Bon vivant” sin un pasado político visible, alguien que se ha ganado el rechazo de la mayoría de los cubanos, incluso de algunos comunistas, y el poder lo sabe, lo que me hace pensar que ese “señor” ha sido ubicado en ese sitio para hacer entender de qué, y cómo, van las cosas. Humberto es el periodista que visibiliza y ataca al periodista independiente, el que denigra al opositor en huelga de hambre, el que, con cierta labia, criminaliza y apunta al pecho, amenaza. Humberto, creo, jamás compartió un espacio con Fidel Castro, pero es el azotador de la prensa independiente, de los opositores.

La membresía de Humberto en el alto poder político es un membrete, es un aviso de cómo podrían ser las cosas en lo adelante. Humberto es el tipo que se ganará cada día su asiento en el comité central del partido comunista de Cuba, y para eso agraviará a Tania, a Camila, a Ana y a CubaNet, a San Isidro, a Luis Manuel, a las Damas de Blanco, a cada opositor, a todos los activistas que defienden los derechos humanos, esos derechos que su miopía, su cinismo, no le permiten atisbar. La suerte está echada y el congreso ha terminado, que comience el circo.

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Raúl Castro lo deja todo bien amarrado

Raúl Castro Partido

LA HABANA, Cuba.- Llega a su fin el 8vo Congreso del Partido Comunista de Cuba, y tal como se había previsto, Raúl Castro y los históricos Ramiro Valdés y Machadito Ventura no forman parte de las máximas instancias de esa organización. A primera vista aparece como si se hubiese producido una renovación importante en las altas esferas del poder castrista.

Sin embargo, al escuchar el discurso de clausura del Congreso, pronunciado por el nuevo primer secretario Díaz-Canel, nos percatamos de que, en el fondo, no habrá tal renovación de mando, al menos en lo que a Raúl se refiere.

Díaz-Canel afirmó que Raúl será consultado antes de que se tomen decisiones estratégicas, lo que significa que el General de Ejército oficiará como una especie de poder tras el trono.

Pero Raúl Castro no solo se asegura la posibilidad de decir la última palabra en aquellos asuntos trascendentales para la nación, sino que garantiza otra cuota importante de poder para su entorno familiar con la llegada al Buró Político del Partido de Luis Alberto Rodríguez López-Calleja, el zar del poderoso complejo empresarial dominado por las Fuerzas Armadas. Es verdad que López-Calleja ya no es su yerno, pero es el padre de El Cangrejo, ese nieto guardaespaldas que no le pierde ni pie ni pisada al añejo General.

Y ese ascenso de López-Calleja puede haber tomado por sorpresa a algunos. Es verdad que todos sabían de su poder, pero era un poder del que casi no se hablaba en los medios oficialistas. Él nunca aparecía en público. Y ahora lo ven caer “de flay” en la más alta instancia del Partido. Estaría bueno para preguntarle a Díaz-Canel si eso no viola la política de cuadros —en específico lo relacionado con el tránsito gradual de los funcionarios por los distintos niveles de dirección—,  tan celosamente observada por él (al menos de palabra).

Solo tres ministros son miembros  del Buró Político. Además del canciller Bruno Rodríguez Parrilla, están el titular de las Fuerzas Armadas, Álvaro López Miera, y el del Ministerio del Interior, Lázaro Alberto Álvarez Casas, ascendido a última hora a general de división. De esa manera Raúl consigue que otros dos de sus militares estén en la cúpula del poder partidista.

El secretariado del Partido sí muestra una renovación casi total. Roberto Morales Ojeda asumirá muchas de las funciones que antes ejecutaba Machadito, mientras que Rogelio Polanco (antiguo embajador en Venezuela) y Joel Queipo atenderán las esferas ideológica y de economía, respectivamente. El pobre Alejandro Gil, pues con López-Calleja y Joel Queipo en las altas esferas del Partido, su condición de ministro de Economía pasa a un segundo plano.

Mas, si hubiese que buscar a un perdedor en todo esto, parecer ser Marino Murillo Jorge quien perdió su condición de miembro del Buró Político. Es evidente que Raúl Castro no está satisfecho con la labor de Murillo al frente de la comisión encargada de llevar a la práctica los Lineamientos del Partido, ni tampoco le dio el visto bueno a su trabajo en la Tarea Ordenamiento.

En su informe central a este 8vo Congreso, el General de Ejército apuntó que “La Comisión Permanente de Implementación y Desarrollo no logró organizar, de manera adecuada, la participación de los diferentes actores involucrados en la implementación de los Lineamientos y asumió funciones que excedían el mandato otorgado por el Congreso del Partido”.

Bueno, es muy probable que Randy Alonso, el de las Mesas Redondas, tenga que buscarse en lo adelante a otro panelista —que sea bien visto por Raúl Castro— cada vez que quiera tratar en su programa algún aspecto relacionado con los Lineamientos o la Tarea Ordenamiento.

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Elecciones en el VIII Congreso del Partido Comunista de Cuba

Congreso Cuba

LA HABANA, Cuba.- La elección de Miguel Díaz-Canel Bermúdez como primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC) en el recién finalizado 8vo Congreso del Partido Comunista de Cuba no tomó a nadie de sorpresa, era algo que ya había dicho el “ex” jefe, pero aún “dirigente absoluto”, Raúl Castro.

Poco después de las 10 de la mañana del último día de sesiones del Congreso ya se daba a conocer la composición del Buró Político y el Secretariado, así como del Comité Central.

Al Congreso asistieron 300 personas, en representación de los 700 mil militantes que se dice tiene el Partido en estos momentos.

Los 17 miembros que formaban parte del Buró Político, a pesar del anuncio de que había crecido el Partido entre un Congreso y otro, fueron reducidos a 14. Y del total ratificaron a 9, o sea un poco más de la mitad.

Las bajas, además de Raúl Castro y José Ramón Machado Ventura, fueron:  Ramiro Valdés Menéndez, Leopoldo Cintras Frías (recién destituido como ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias); Ramón Espinosa Martín, general de Cuerpo Ejército y Héroe de la República de Cuba de 82 años; Marino Murillo Jorge (el jefe de la Comisión de Implementación de los Lineamientos); Lázara Mercedes López Acea, que fue primera secretaria del PCC en La Habana y que subió como la espuma al Buró Político y al Secretariado; y Miram Nicado García, rectora de la Universidad de La Habana.

Las nuevas adquisiciones son: General de División Lázaro A. Álvarez Casas, ministro del Interior; Gladys Martínez Verdecia, primera secretaria del Comité Provincial del Partido de Artemisa; Luis A. Rodríguez López Calleja, presidente ejecutivo del Grupo de Administración Empresarial (GAESA); Manuel Marrero Cruz, primer ministro; y José Amado Ricardo Guerra, secretario del Consejo de Ministros.

Lo que ha llamado de manera notable la atención es que no se ha anunciado quién ocupará el cargo de Segundo Secretario del Comité Central; todo parece indicar que no se eligió a alguien y que la plaza o está eliminada o quedó vacante, aunque Díaz-Canel se refirió a Roberto Morales Ojeda como la persona que desarrollará el trabajo de José Ramón Machado Ventura.

En lo que al Secretariado se refiere pasó a tener 6 miembros, lo que implica que disminuyó en 2 sus integrantes, y tuvo una modificación casi total. Sus miembros anteriores eran: Abelardo Álvarez Gil,  José Balaguer Cabrera, Olga Lidia Tapia Iglesias, Omar Jorge Cuevas Ramos, Omar Fernando Ruiz Martín, Lázara Mercedes López Acea, Víctor Miguel Gaute López y José Ramón Monteagudo Ruiz, todos defenestrados, menos el último.

Los actuales miembros son: Roberto T. Morales Ojeda, secretario de Organización y Política de Cuadros; Rogelio Polanco Fuentes, jefe del Departamento Ideológico; José R. Monteagudo Ruíz, jefe del Departamento Agroalimentario; Jorge Luis Broche Lorenzo, jefe del Departamento de Educación, Deportes y Ciencia, Félix Duarte Ortega, jefe del Departamento de Industria, Construcción, Turismo, Transporte y Servicios; y Joel Queipo Ruíz, jefe del Departamento Económico.

Para tener algunas referencias de los nuevos personajes que fueron elegidos en este 8vo Congreso, sin tener que hablar de Roberto Morales Ojeda, un médico bien conocido por todos, así como su rápido ascenso, se puede recordar que Rogelio Polanco fue director del periódico Juventud Rebelde y embajador de Cuba en Venezuela y fue nombrado en el 2019 rector del Instituto Superior de Relaciones Internacionales.

José R. Monteagudo Ruíz, primer secretario del Comité Provincial del PCC en Sancti Spíritus, llevado al Secretariado en el 2018 y único sobreviviente.

Jorge Luis Broche Lorenzo, vice jefe del Departamento de Educación Ciencia y Deportes del Comité Central.

Félix Duarte Ortega fue 1er Secretario del Comité Provincial del Partido Comunista de Cuba en Ciego de Ávila hasta mayo de 2019, entonces fue nombrado primer secretario en la provincia de Cienfuegos.

Joel Queipo Ruíz, Máster en Física Nuclear, es miembro del Buró Provincial del PCC en La Habana.

También se eligieron en el Congreso los miembros del Comité Central del Partido, que estuvo formado hasta ahora por 142 integrantes. Pero la elección de este órgano partidista, merece un análisis aparte. Solo baste decir que entre sus miembros quedó Humberto López, periodista de la Televisión Cubana y una de las personas más desagradable para los televidentes del Noticiero Estelar de las 8:00 p.m. por la forma en que denigra a los disidentes e incluso a las mujeres.

Ni siquiera quedó como miembro del Comité Central otra persona muy desagradable para el pueblo e inventor de la Tarea Ordenamiento: Manuel Murillo Jorge.

El análisis del Comité Central está lleno de sorpresas, porque como se ha venido diciendo durante todo el Congreso, los nuevos miembros serán continuidad, a pesar de que se contradice con el hecho de la necesidad de hacer cambios.

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“Esta movida busca que no se divida aún más el neorraulismo”

Raúl Castro

MIAMI, Estados Unidos.- A escasas horas del inicio en La Habana del 8vo Congreso del Partido Comunista de Cuba, el régimen dio a conocer este miércoles la destitución del general de Cuerpo de Ejército Leopoldo Cintra Frías como Ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), y en su lugar colocó al también general de Cuerpo de Ejército Álvaro López Miera, “a propuesta del primer secretario del Comité Central del Partido, general Raúl Castro Ruz, y del presidente de la República, Miguel Díaz-Canel”.

Según una nota de prensa publicada por el portal oficialista Cubadebate, “el Consejo de Estado aprobó liberar por renovación del cargo de ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias al general (…) Héroe de la República de Cuba quien atesora una extensa y brillante hoja de servicios a la patria desde temprana edad como combatiente del Ejército Rebelde”.

Esta nueva movida a las puertas del 8vo Congreso “yo pienso que tiene que ver con el ascenso a la Secretaría General del Partido Comunista de una nueva figura, que no será ya más Raúl Castro”, aseguró a CubaNet el opositor cubano Manuel Cuesta Morúa, portavoz del partido Arco Progresista y coordinador de la iniciativa “Cuba en plural”.

“En este tipo de regímenes, donde la legitimidad se da por el compadrazgo y la cercanía personal, creo que esta movida responde a eso; quien está más cercano a quien, y quien ofrece un poco más de confianza. Tengo la impresión de que por ahí va este cambio, que hacen parecer como una renovación”.

Para Antonio Rodiles, coordinador de Estado de Sats, “Raúl Castro está moviendo a las figuras que tiene para blindar de alguna manera, o intentar blindar, el poder que le va a dejar a su hijo y a su gente cercana”. Sin embargo, el opositor considera “una cuestión seria que el régimen cubano todavía esté apelando a individuos que están por encima de los 80 años para desempeñar ese tipo de función”.

A pocos meses de cumplir 80 años, la destitución de Leopoldo Cintra Frías, miembro del Buró Político, un general de tres estrellas y amigo de Raúl Castro, es, según la opositora y periodista Martha Beatriz Roque Cabello, una movida política, “muy diferente a la destitución esta misma semana de Gustavo Rodríguez Rollero, ministro de la Agricultura”.

“Si van a traer a los nuevos, y se van los viejos, se supone que no estén ni Leopoldo (Cintra Frías) ni Ramiro (Valdés), también miembro del Buró Político que no se quiere dar por vencido, y sí personas nuevas con mucha sumisión a la dictadura, porque nadie va a pensar que este país lo dirige Miguel Diaz-Canel, todo el mundo sabe que no. Creo que esta destitución es política, ese es el mensaje”, aseguró.

De acuerdo al comunicado, Álvaro López Miera, a partir de hoy el jefe de las Fuerzas Armadas de Cuba, “posee una larga y fructífera trayectoria desde muy joven en el Ejército Rebelde, por diferentes unidades de la cadena de mando, la participación destacada en importantes misiones internacionalistas y el desempeño de elevadas responsabilidades en las FAR”.

Esto es, para el opositor cubano Guillermo “Coco” Fariñas, ex preso político y coordinador del Foro Antitotalitario Unido (FANTU), clave a la hora de entender la movida del régimen, pues, según asegura, Álvaro López Miera ha sido siempre el hombre de Raúl Castro.

López Miera se unió desde los 14 años a Raúl en el Segundo Frente Oriental Frank País, contó Fariñas a CubaNet, mientras que Leopoldo Cintra Frías era del Primer Frente Oriental José Martí, de Fidel Castro, y no era totalmente raulista.

“Cintra Frías es raulista a partir de 1959 cuando se incorporó a las Fuerzas Armadas. Esa es una diferencia entre ambos, Álvaro López Miera es hijo de unos comunistas españoles entrenados en la antigua Unión Soviética y que regresaron a Cuba a crear la Universidad de Oriente. Los padres de López Miera eran agentes entrenados de la inteligencia militar soviética, sin embargo, Cintra Frías es un campesino que se incorporó al Ejército Rebelde en la Sierra Maestra”.

Para Fariñas el nombramiento de López Miera era algo que veía venir desde hace años, fue el militar, siendo apenas primer teniente, “el segundo al frente de la maniobra que trajo los misiles nucleares a Cuba. Quien único estaba por encima de él era el comandante, también del Partido Socialista Popular, Emilio Aragonés Navarro”.

El líder de FANTU asegura que el movimiento en las Fuerzas Armadas también tiene que ver con los tres grupos militares en Cuba, cada uno con sus diferencias, que están pujando por el poder ahora que Raúl está enfermo y va a entregar el cargo.

Según Fariñas un grupo “es el de los generales, que está encabezado por Álvaro López Miera, otro es el de GAESA, encabezado por Luis Alberto Rodríguez López-Calleja, y el tercero el de Alejandro Castro Espín, que están alrededor del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional”.

Con esta maniobra Raúl Castro “está enviando un mensaje, y trata de decirle a los dos grupos restantes que la fuerza la tiene su hombre de confianza. Están institucionalizando quien está realmente al frente de la junta militar. Esta movida busca que no se divida aún más el neorraulismo”.

 

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No hubo partido demócrata que sirviera para Fidel

partido Fidel Castro

partido Fidel Castro
Nikita Jruschov abraza a Fidel Castro en 1960 (The New York Times)

LA HABANA, Cuba.- En el capítulo cuarto del libro Cien Horas con Fidel, el periodista Ignacio Ramonet le preguntó: “¿sabe cómo se fundan los partidos políticos?”, a lo que este respondió que no. Seguramente quería conocer el periodista las ideas de un dictador sobre cada uno de los grupos en que se divide una sociedad, con oposición de ideas y tendencias entre ellos.

Y es que precisamente en 1960, numerosos demócratas de los partidos de la República se vieron forzados a marchar al exilio ante el triste panorama: la economía cubana se hundía en el mar a causa de la política agresiva y errónea de la Revolución castrista.

Sin embargo, cuando Fidel Castro le explicó a Ramonet cómo se fundaba un partido, quiso hacer ver que los que resultan fuertes como para durar mucho tiempo son aquellos que nacen en la clandestinidad, creados y dirigidos por pocas personas. Se refería, por supuesto, al Movimiento 26 de Julio, fundado, según él, por tres o cuatro personas.

Luego confesó que él jamás perteneció al Partido Ortodoxo, fundado por Eduardo Chibás, sino que fue un simpatizante más; ese que fue precisamente un partido que aglutinó un elevado número de personalidades y líderes de prestigio.

Pero Fidel le ocultó a Ramonet que Chibás no simpatizaba con él, una de las razones por la que no fue aprobada su petición para sustituirlo en el espacio radial ortodoxo después de la muerte del político.

Aun así, en 1952, a los 24 años, Fidel aspiró a diputado por su cuenta en la provincia de La Habana, según él, “por la lucha que había librado como estudiante”. Pero estas elecciones fueron frustradas por el golpe de estado de Batista el 10 de marzo de 1952.

En su extensa explicación sobre lo que opinaba de la creación de los partidos en la clandestinidad, Fidel Castro jamás mencionó al Partido Pro Derechos Humanos de Cuba (PPDHC), surgido en el corazón de La Habana el 20 de julio de 1988, e integrado por un pequeño grupo de profesionales que, de inmediato, solicitaron un plebiscito a la dictadura castrista en busca de una solución a la dramática situación que se avecinaba: el desplome del campo socialista ocurrió unos meses después.

¿Qué hizo este hombre, apoderado de Cuba como si se tratara de su feudo más preciado, dueño absoluto de todo e incapaz de proporcionarle seguridad económica a su país?

Con la ayuda de su hermano y su Ejército, y la utilización de artimañas maquiavélicas desaparecieron a los fundadores del PPDHC: unos fueron enviados a prisión por provocaciones callejeras, y el resto al exilio, quedando así el embrión de partido en manos de cientos de miembros, gente de pueblo, surgidos de forma espontánea y voluntaria, que no pudieron hacer otra cosa que salvar sus vidas.

El iluminado Comandante en Jefe murió treinta años después, con la espina de este partido cubano clavada en su garganta, y jamás se permitió olvidar: ¡cómo pudo un grupo de valientes cubanos, rodeados de un armamento bélico dispuesto a matar a todos los opositores pacíficos, fundar un partido político en los bajos de una casa situada en la calle Lealtad No. 365, entre Concordia y Virtudes?

¡Cómo pudo funcionar durante cuatro meses en las mismas narices del Comité Central del Partido Comunista, omnipotente, absoluto y todopoderoso?

Parecía un sueño, algo fuera de la realidad en una sociedad manipulada por una costosísima propaganda política a favor del gobierno en la prensa, la radio y la televisión castristas, donde no se han cansado, hasta hoy, de silenciar la democracia que existe en los países libres, como Estados Unidos —donde hasta existe un Partido Comunista—.

En cualquier país del mundo los partidos políticos representan a una asociación de personas unidas por ideales comunes, que persiguen como meta alcanzar el control del gobierno para lograr la práctica de esas ideas.

Fuente: Cien horas con Fidel, por Ignacio Ramonet, Editado por el Consejo de Estado, La Habana, 2006.

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Manuel Cuesta Morúa: nueva perspectiva sobre Derechos Humanos en Cuba

Manuel Cuesta Morúa en la Conferencia en el Día Internacional en Recuerdo de las Víctimas del Totalitarismo. Foto de la autora

BUENOS AIRES, Argentina.- Manuel Cuesta Morua, historiador y activista político socialdemócrata cubano, es uno de los panelistas de la Conferencia en el Día Internacional en Recuerdo de las Víctimas del Totalitarismo que tuvo lugar este 23 de agosto en Buenos Aires, Argentina.

A esta séptima edición del evento, el también Portavoz del Partido Arco Progresista ha presentado una nueva perspectiva sobre los Derechos Humanos en Cuba. Aunque la Isla sea el único país que no reconoce desde el Estado todos estos Derechos aprobados en 1948 por la ONU, Manuel explica que en la nueva Constitución cubana se han recogido algunos como: libertad de movimiento, de asociación, reunión, expresión y manifestación pacífica.

Este contexto, revela Cuesta Morúa, los cubanos debemos utilizarlo a nuestro favor porque existe un amparo legal que no teníamos antes: “Yo creo que esto abre un espacio interesante para darle un nuevo impulso al tema de los derechos humanos en el país desde la política”.

Aunque continúen las violaciones y arbitrariedades por parte del régimen cubano, con lo cual violan también la Constitución de la República, Manuel opina que se debe seguir exigiendo su respeto y apelando a la Carta Magna, porque entonces se podría declarar igualmente la ilegitimidad del gobierno. Se trata de utilizar sus propias leyes para defendernos, o al menos intentarlo.

Si bien un punto clave en este ejercicio de derecho es la creación de los Tribunales Constitucionales, Cuesta Morúa considera que se debe ir trabajando en la educación y empoderamiento de la ciudadanía para así lograr masividad en estas exigencias.

“Estamos frente a una Constitución contradictoria –continúa argumentando– porque por un lado reconoce derechos y por el otro defiende la supremacía de un estado totalitario”. Refiere que en el artículo 3 se declara que la soberanía reside intransferiblemente en el pueblo, lo cual se contradice en el artículo 5 al plantearse que el Partido Comunista es quien define las líneas y rige al Estado. Para él, hay que explotar contradicciones como estas para tratar de cambiar la Constitución.

Conferencia en el Día Internacional en Recuerdo de las Víctimas del Totalitarismo. foto de la autora

Por otro lado, “si la soberanía reside en el pueblo hay que reconocer la heterogeneidad del pueblo y que todos tenemos derecho a conformar la voluntad política”. O sea, no hay espacio para la exclusión ni por creencias religiosas, ni políticas, ni de ningún tipo.

Para la mejor comprensión de estos detalles, los socialdemócratas del Partido Arco Progresista han establecido espacios denominados Mesas de Iniciativa Constitucional, en donde tratan de educarse, empoderarse con la ley cubana y conocer sus derechos dentro y fuera de Cuba. De esta manera, preparan a los ciudadanos para lograr una movilización de acción cívica masiva.

Arco Progresista fue fundado en 2002 y reúne a varios cubanos residentes en Cuba. Su propósito es, al decir de Manuel Cuesta, “conjugar las libertades individuales con la equidad social”.

Además de esta iniciativa presentada por su Portavoz en el evento de Buenos Aires, han trabajado para impulsar propuestas constitucionales y legales tales como Plataforma Otro 18, de conjunto con diversos actores de la oposición dentro y fuera de Cuba.

No obstante, aunque defienden el diálogo como herramienta importante para resolver la situación cubana, Cuesta Morúa reconoce que con el régimen cubano no se puede dialogar, fundamentalmente porque ellos no están dispuestos a hacerlo, porque “hay demasiada arrogancia de poder, y es imposible tratar nosotros de conversar con gente que te humilla, no respeta su propia ley, que excluye, que tiene una visión estrecha de país y que además no tiene cultura. Pero tenemos el recurso legal y debemos aferrarnos a él para tratar de defendernos”.

Manuel Cuesta Morúa se inició en la oposición política desde inicios de la década del 90 en el grupo Corriente Socialista Democrática Cubana. En el año 2016 obtuvo el Premio Ion Ratiu, del Woodrow Wilson Center. Es además autor de los libros Los futuros de la Isla (2002) y Ensayos Progresistas desde Cuba (2014). Su ideario ha sido, según declara, tratar de tener una visión política de Estado que conjugue y defienda los derechos, libertades, la justicia, la equidad y las minorías.

La Conferencia en el Día Internacional en Recuerdo de las Víctimas del Totalitarismo organizada por CADAL (Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina), le ha dado la oportunidad de exponer y debatir, junto a importantes especialistas de varias partes del mundo, el contexto y el futuro de Cuba.

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