“No hay yeso, no hay gasa, no hay esparadrapo”: no atienden a niño con parálisis cerebral
written by CubaNet | sábado, 20 de mayo, 2023 11:48 am
Ciudad de México, México.- “Tenemos un niño de 5 años con una Parálisis cerebral y epilepsia, el cual fue operado de pie equino. En la madrugada del 17 comenzó a llorar porque se le había ido el pie de lugar en el yeso”. Así comienza el relato de una pareja de padres Reynier Valdés y Nayla, quienes comparten un perfil conjunto en redes.
Ante el dolor de su niño, llamaron al servicio de ambulancias y esta llegó rápido. Sin embargo, la odisea comenzó en el hospital pediátrico Juan Manuel Márquez.
“Primeramente los ortopédicos de guardia se encontraban durmiendo y al presentase en el cuerpo de guardia la antesala fue un sinfín de justificaciones para atender al niño. ‘No hay yeso, no hay gasa, no hay esparadrapo, no hay, no hay’. Ahora me pregunto: ¿Somos o no una potencia medica ? ¿Dónde están los insumos médicos para urgencias médicas? ¿Quién tiene la culpa de esto?, cuestionaron los padres del pequeño.
Según puede leerse en los comentarios de la publicación, finalmente no atendieron al niño, quien continúa padeciendo el dolor. Tristemente cada vez con más frecuencias aparecen denuncias semejantes en redes de pacientes o familiares de estos que han padecido el colpaso del sistema de salud donde escaseo hasta el material básico de atención primaria.
Captura de redes
En la publicación de Reynier Valdés y Nayla, la usuaria Karina Velazco escribió: “Duele mucho lo que estamos viviendo en Cuba, que te exijan para cualquier procedimiento materiales e insumos médicos que solamente se encuentran a nivel hospitalario, empujándote a delinquir como receptor de cosas que, obviamente, salen de nuestro sistema de salud, y a precios impagables para el que vive de un salario. De estos casos están llenas las redes y la respuesta esperada no llega, sólo la desidia de los responsables y la desesperación de la familia obligada a “resolver” por sus medios cualquier recurso”.
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Reyes sin día
written by Ernesto Pérez Chang | sábado, 20 de mayo, 2023 11:48 am
LA HABANA, Cuba. – “¡Habla bajito!”, me pide una mujer en la calle cuando le pregunto si este 6 de enero planea regalar algo a su hijo por el Día de Reyes. El niño estaba cerca y ella no quería que escuchara ni mi pregunta ni su respuesta porque, con suerte y cuidado, intentaría pasar por alto la tradición, ya que los ahorros se habían ido en la cena de fin de año.
Aun así me dijo sentirse “privilegiada”, más cuando ha sabido de unos cuantos vecinos que este 31 de diciembre apagaron las luces de la casa y se fueron a dormir temprano para simular que se marcharon a celebrar por ahí, cuando en realidad el dinero no alcanzaba para celebraciones ni paseos, sino apenas para comprar lo poco que dieron por la libreta y entonces extenderlo en pequeñas porciones que rindan más de un mes, quizás hasta bien entrado febrero.
“Si casi no hay dinero para comida, no puede haber para juguetes”, me responde el padre de dos niños, y de inmediato me hace una lista de precios de las cosas básicas que necesita para mantener su hogar, a la vez que los compara con su “buen salario” de profesor universitario, que supera por muy poco los 6000 pesos mensuales, es decir, unos 50 dólares al cambio oficial, pero que se reducen a unos 30 dólares en el mercado informal, que es donde único pueden ser adquiridos con relativa facilidad.
Precios de juguetes en grupos de venta (captura de pantalla)
“Y todos los juguetes se venden en MLC (moneda libremente convertible), no hay ninguno que valga la pena en moneda nacional, y hasta los que venden por ahí los particulares tienen precios que son imposibles para alguien como yo que vive de un salario, y el mío es considerado un buen salario”, me dice este joven y además me informa que este será su último año como profesor, y que tanto su esposa como él se quedarán en la casa a impartir clases de inglés y francés de manera privada, hasta que logren marcharse de Cuba.
“Es que ya nos da vergüenza inventarles otro cuento más, porque por más que uno les explique, en la escuela oyen hablar del Día de Reyes, y en su aula los hay que los padres reciben dinero de afuera o viajan, y ellos todavía no entienden mucho esas diferencias”, dice el joven profesor.
Publicación en Facebook (Captura de pantalla)
“Fue una tradición que se perdió en Cuba pero que ahora vuelve para nuestra desesperación”, asegura Raiza, una anciana que dice haber salido a intentar comprar algún juguete para su nieta pero debió regresar con las manos vacías.
“Pero quiero decirte que (la tradición del Día de Reyes) se perdió para nosotros los pobres porque yo trabajé mucho tiempo, en los 80 y 90, limpiando casas en Miramar, casas de generales y tipos bien parados aquí, y ahí siempre hubo Día de Reyes y Navidad, con arbolito, Nacimiento y todo; la prohibición era solo para nosotros los hijos de Pepe el Globero. En esas casas se celebraba lo mismito que celebraban en el Norte, y los regalos todos eran buenos, nada de juguetes de merolicos”, dice Raiza, que además termina todas sus frases reiterándome una misma pregunta: “Eso era en aquel tiempo, ¿tú te imaginas ahora con todos estos vividores allá arriba?”.
Precios de juguetes en grupos de Facebook (Captura de pantalla)
Para Josefina, amiga de Raiza, y que está en la misma situación de no haber podido encontrar juguetes para sus nietos debido a los altos precios, la tradición de regalar algo a los niños el Día de Reyes en Cuba solo es privilegio de unos pocos.
“Si un salario no alcanza, imagínate una pensión de 1500 pesos. Yo salí la semana pasada a buscar algo y regresé con un par de bolígrafos que me costaron 150 pesos cada uno, y un paquetico de galletas que me salió en 400. Ese es mi regalo”, cuenta Josefina con evidente desilusión. “Cada vez que preguntaba por un juguete eran 1000, 2000 y mucho más. Un peluche 5000 pesos, unas pistolas de plástico 500 pesos, una Barbie en 2000. Yo quisiera saber quién compra esos juguetes. Aquí en el barrio ya nadie celebraba eso, pero empezaron a venir la gente de afuera, y todo el mundo publicando fotos en Facebook, y ahora los niños te piden su regalito, es como para volverse loca. Yo quisiera volver al tiempo en que te tocaban tres juguetes por la libreta y ya, no había tanto problema, ahora es un privilegio”, dice Josefina.
Precios de algunos juguetes en publicaciones en grupos de venta de Facebook (Captura de pantalla)
En cambio, Ovidio, chofer de taxi de unos 60 años, no recuerda que en Cuba hubiera “tiempos mejores” como los que añora Josefina.
“Acabaron con la Navidad y hasta con los 31 de diciembre. Todo se redujo a celebrar el triunfo de la Revolución. El Día de Reyes se perdió, y entonces comenzó a celebrarse el Día de los Niños, que también era un abuso, porque durante todo el año no había juguetes, solo en julio, y los tres que te tocaban por libreta (…). Era un bombo, y si te tocaban los últimos días se podía decir que te quedabas sin juguetes. A mí me pasó un montón de veces. Veía el juguete que me gustaba en la vidriera y cuando iba con mi mamá a comprar solo quedaban juegos de yaquis y esas cosas (…), y después era todo un año sin juguetes, si sobraba alguno los regresaban a los almacenes hasta julio del otro año. Los juguetes en Cuba siempre han sido un suplicio”, sentencia Ovidio.
Publicacion en un grupo de Facebook (Captura de pantalla)
“Aparentemente hay más juguetes en las tiendas, pero en las particulares porque en las del Estado todo es basura; pero igual hay menos niños que pueden disfrutar de ellos”, dice Claudia, una joven enfermera que tampoco puede destinar parte de su salario a regalar por el Día de Reyes. “Y es que, al menos los que vivimos de un salario, no podemos. (…) Llevar a un niño a la escuela cuesta dinero. Porque te dicen que la educación es gratuita pero en realidad comprar medias, zapatos, las libretas, los lápices, la merienda y lo que pide la maestra todo el año, cuesta dinero y bastante, más de lo que uno gana. Los juguetes deben esperar a que alguien los mande. Yo les he ido dando los juguetes viejos que guardó mi mamá, algunos están destartalados por los años. En verdad no tengo para comprar nuevos”, dice Claudia.
Anuncio en Facebook (Captura de pantalla)
Frente a tantas carencias, y debiendo priorizar las necesidades básicas de los hijos, es decir, la propia supervivencia, una inmensa mayoría de cubanos y cubanas residentes en la Isla ha optado por ignorar el Día de Reyes, así como el régimen comunista ha decidido priorizar su permanencia en el poder, ignorando la dura realidad que se vive hoy en Cuba, la cual se ha traducido, durante los últimos años, en un incremento alarmante de males sociales como el trabajo infantil, la prostitución y el abuso de menores, la desnutrición, la delincuencia, que unidos al absentismo escolar, la carencia y baja calidad de profesores debido a los bajos salarios, las malas condiciones de las viviendas, el éxodo de fuerza de trabajo y el envejecimiento poblacional presagian un oscuro futuro para los que serán los hombres y mujeres de mañana.
Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no necesariamente representan la opinión de CubaNet.
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Niños de diferentes nacionalidades piden libertad para menores presos en Cuba
written by CubaNet | sábado, 20 de mayo, 2023 11:48 am
MIAMI, Estados Unidos. — Niños de la Fundación Girasol se unieron para enviar un emotivo mensaje en la campaña internacional “Free The Children” que promueve la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba.
Los menores, de diferentes nacionalidades, alzaron sus voces en apoyo a los niños cubanos que se encuentran prisioneros en cárceles de la Isla por pedir libertad el 11 de julio de 2021.
“Queremos decirles que ustedes no están solos. Y a todos los adultos que tienen el poder de cambiar las cosas, por favor, hagan algo por los niños cubanos”, expresaron los niños en su mensaje.
De acuerdo con la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba, la participación de los menores fue aprobada por sus padres. El grupo realizó la grabación del video con la guía y supervisión de las productoras de la Fundación Girasol Ivette Larralde, Rachel Larralde y Susanna Taddei.
La campaña “Free The Children” fue creada con el objetivo de obtener la liberación de los menores que han sido injustamente encarcelados por el régimen cubano luego de las protestas del 11J. Una vez que las personas firman la petición esta se envía automáticamente por correo electrónico al gobernante cubano, Miguel Díaz-Canel, y al Tribunal Supremo de Cuba.
Numerosas personalidades de la política se han sumado a la campaña internacional “Free The Children”, entre ellas la alcaldesa de Miami-Dade Daniella Levine Cava, la senadora estatal Ana María Rodríguez y los congresistas Debbie Wasserman Schultz de Florida y Richie Torres de Nueva York.
La iniciativa también ha contado con el apoyo de celebridades que han levantado la voz en favor del pueblo cubano, como Gloria y Emilio Estefan, Willy Chirino, los actores Tony Lo Bianco, Andy García y William Levy, así como los cantantes Yotuel Romero, Randy Malcom y Alexander Delgado, estos últimos integrantes del dúo Gente de Zona.
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“Si un cubano sale a la calle con 200 pesos no encuentra una libra de leche”
written by CubaNet | sábado, 20 de mayo, 2023 11:48 am
MIAMI, Estados Unidos.- La escasez en Cuba esta volviéndose cada vez más crítica y ya afecta incluso a los niños en la Isla. Al respecto, Jorge Cervante García, un cubano padre de dos pequeños, reclamó la escasez de leche que afecta directamente la alimentación de sus hijos.
En un video publicado en redes sociales, el hombre relató que en el lugar donde compra leche racionada por la libreta de abastecimiento para sus dos hijos solo le vendieron una bolsa para cinco días, pero asegura que esa cantidad solo alcanza para un biberón al día.
“Parte el alma cuando la niña me dice ‘papá quiero leche’, por la mañana, al despertar por la madrugada, antes de acostarse. ¿Qué me hago?”, dijo, y aseguró que “si se lo das por la mañana ya no puedes hacerle más porque no te va a alcanzar”.
“Dice Díaz-Canel que vamos a alimentarnos con lo que seamos capaces de producir. Me pregunto, ¿producirá el país leche para los niños? Porque la leche se importa, aquí no se produce leche. ¿Cómo resolvemos el problema?”, reclamó.
De acuerdo a sus declaraciones, si un cubano sale a la calle con 200 pesos “no encuentra una libra de leche, nadie se la vende, no hay. ¿Cómo hacemos? ¿Cómo resolvemos el problema?”, además, como en Cuba “no tenemos las libertades económicas para producir, nosotros los de abajo pagamos las consecuencias”, sostuvo.
“Estoy absolutamente seguro que si Díaz-Canel y sus dirigentes tienen hijos, ninguno se toma un biberón de leche al día”, sentenció.
Este lunes Gerardo Hernández Nordelo, líder de los cinco espías cubanos, diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular y vicecoordinador nacional de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), el mayor sistema de delación y control de las masas creado por el régimen cubano, dijo que el dinero que recauda ETECSA —la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba— se utiliza para comprar la leche en polvo de los niños.
“La diferencia es que las ganancias de AT&T van para el bolsillo de sus dueños, y las de ETECSA para la leche en polvo de nuestros hijos”, escribió en la red social de Facebook en una publicación que no permite comentarios.
El principal cabecilla de la Red Avispa habló de la leche de los niños cubanos en un país donde ese producto está restringido y se vende subvencionado a menores solo hasta los siete años de edad, y a personas diagnosticadas con enfermedades específicas.
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Educación en Cuba: las contradicciones de un discurso
written by Jorge Ángel Pérez | sábado, 20 de mayo, 2023 11:48 am
Pioneritos cubanos (Cubadebate)
LA HABANA, Cuba. – Hoy miré unas conmovedoras imágenes en la televisión cubana. Una niña llora desesperada. La pequeña ruega y grita “please”, entre lágrimas y sollozos, para que le retiren las esposas. Las imágenes hacen temblar, son capaces de estremecer al más “pinto de la paloma”, al más duro, al más curtido en los peores avatares de la vida. Las imágenes sobrecogen y llevan al sollozo, al llanto desesperado y a la indignación, pero esas imágenes, aunque fueran trasmitidas por la televisión cubana, no acontecieron en La Habana ni en algún otro punto de nuestra geografía.
Las imágenes filmadas no hablan de tres niñas a las que mató todo el peso de un balcón en Centro Habana. Las imágenes muestran a una niña que llora, ruega, para que le quiten unas esposas que la inmovilizan, y que fueron filmadas en los Estados Unidos y transmitidas por varias televisoras de aquel país. Esas imágenes que también vimos en Cuba resultan pavorosas y conmueven a cualquiera que las mire. Las imágenes sacan lágrimas y provocan rabia, deseos de gritar, de insultar al malhechor que esposó a la niña.
Lo filmado es un terrible testimonio de abuso infantil y más, es crueldad, es una salvajada tan enorme que podría provocar, justificar, los más exaltados improperios. Y la televisión cubana no perdió tiempo; sin pensarlo dos veces, y hasta supongo que sin necesidad de pedir permiso al departamento ideológico del Partido Comunista, mostró las imágenes en espacios televisivos nacionales para dar prueba de que todo cuanto dice el discurso oficial sobre el “enemigo del norte” es cierto y más que cierto. Cuba tuvo en la mano un argumento “contundente” para justificar su discurso antinorteamericano.
Y hasta creí, luego de ver esas imágenes filmadas, que alguien podría reclamarnos, que podrían invitarnos a brincar después del chillido, de esa vieja orden que advierte: “El que no salte es yanqui”, aunque las imágenes y el desespero de una niña de piel negra, de seis años, solo dieran ganas de llorar. Esas imágenes de Kaia Rolle esposada son indignantes y capaces de herir, incluso, al menos sensible de los vivos. Es espantoso que Kaia tenga ya una ficha policial y que tomaran sus huellas dactilares…
Esas imágenes no fueron tomadas en La Habana, tampoco en otro sitio de la geografía cubana. En La Habana, en cualquier sitio de la geografía nacional al que la televisión “le ponga el ojo”, serán otros los sucesos. Cualquier hecho filmado será vindicador de la “revolución” y testigo de la protección que ella dedica a unos pequeños que serán, en breve, el futuro de la nación. Los niños son filmados en Cuba mientras saludan la bandera, cuando aseguran que en un futuro muy cercano serán con el Che.
Por acá los pequeños sirven al discurso oficial con un libro en la mano y en medio de un aula reluciente, frente a una maestra candorosa, emperifollada y con buenos modales. Las imágenes de las aulas cubanas que conocemos están emparentadas, en espíritu, con las fiestas que celebran a las quinceañeras. Las imágenes de las aulas cubanas son teatrales, son “estudiados simulacros”.
Por acá nunca nos enteramos de una maestra exaltada que injuria a su pupilo. Las imágenes que miramos en la tele ni siquiera tienen audio, lo que nos impide ponernos al corriente de la dicción de la maestra o comprobar sus destrezas a la hora de enseñar. No sabemos cómo escribe y tampoco podemos reconocer “si habla con faltas de ortografía”. Esas imágenes esconden la verdad, muestran lo que el discurso oficial se empeña en exponer. De las aulas solo conocemos las apariencias, pero nunca los estropicios al que ya se acostumbraron los padres, los alumnos, las autoridades.
El discurso oficial, tan acostumbrado a hacer loas, no se interesa en describir o descubrir verdades, lo que importa es la apariencia, los altísimos índices de “aprobados”, la retención escolar, la preparación del “personal docente” y su buena “hortografía”. Las autoridades están entrenadas para mostrar las mejores cifras, las más complacientes y encumbradas, aunque quizá sea mejor decir: “alteradas”.
El castigo es muy común en las escuelas de acá, aunque lo más visible sea el premio. Es ridículo hablar de las bondades de una educación primaria que depende, absolutamente, de los “repasadores”. Es vergonzoso que los niños tengan que ser como el Che aunque lo reconozcan, únicamente, en lemas y retratos, aunque de él no sepan mucho, aunque no sepan nada.
Es penoso verificar tanto embuste. Es un bochorno el “trapo sucio”, sobre todo si se recuerda aquel día en el que el remolcador 13 de marzo salió cargado de vida, de esperanzas cifradas, únicamente, en la escapada. Es horrible, es irrespetuoso, visibilizar el atropello de esa niña si antes olvidaron cuidar la vida de Helen Martínez, una bebé de solo seis meses que nunca fue a la escuela, y de otros muchachitos, porque tres embarcaciones a las que llamaban Polargos descargaron toda su furia sobre aquel remolcador lleno de esperanzas.
Es triste que en el norte esposaran a una niña, y son desgarradoras las imágenes. Es pavoroso mirar a esa niña sujetada y dando gritos, haciendo reclamos, maldiciendo, pero ahora, mientras yo escribo, ella está con los suyos y en su casa, y mañana volverá a la escuela, y el agresor, ese que vio su imagen repetida una y mil veces en la televisión, andará con la cabeza gacha, y hasta fingirá estar arrepentido, sabrá que recibirá un castigo, pero Helen jamás fue a una escuela ni llegó a las costas de la Florida, y quienes decidieron hundir el remolcador que cargaba el breve peso de Helen, y de otros niños, no inclinaron nunca la cabeza, jamás mostraron su arrepentimiento, pero ahora “defender” a la niña esposada le viene de “de perillas” a su retórica.
https://www.youtube.com/watch?v=aQaw9tn9Row
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Colapsa hospital de Holguín por ingreso masivo de niños con dengue
written by CubaNet | sábado, 20 de mayo, 2023 11:48 am
Colapsa hospital de Holguín por ingreso masivo de niños con dengue. (Foto: Facebook)
MIAMI, Estados Unidos.- El Hospital Pediátrico Docente de Holguín, “Octavio Concepción de la Pedraja”, colapsó este martes ante la cantidad de niños que llegaron a las instalaciones con “criterio de ingreso”, según denunció un usuario en redes sociales.
De acuerdo a Ramón Zamora Rodríguez, los menores sufrían en su mayoría dengue y enfermedades bronco-pulmonares lo que saturó las instalaciones del hospital de la provincia.
Este miércoles unos 23 niños de diferentes edades “amanecieron hacinados” a la espera de recibir una cama y el posterior tratamiento, denunció Zamora Rodríguez en su cuenta de Facebook.
“Los salones destinados para la espera en consulta y el reservado para laboratorio y admisión tenían sus asientos ocupados por niños a la espera de ser atendidos en las igualmente hacinadas consultas”, dijo.
Y agregó que “todo el colapso del Hospital Pediátrico aconteció con un continuo drenaje de pacientes al Instituto Tecnológico de Holguín (actualmente Centro Mixto “Mayor General Calixto García Iñiguez”), que acoge a pacientes con dengue, chikungunya y zika”.
El cubano alertó en su publicación que “no decrece la continua cantidad de pacientes con criterios de ingreso”, al tiempo que cuestionó: “¿Qué respuesta con realismo y que se respete, tiene el gobierno ante esta crisis del pueblo holguinero? Espero no digan que Estados Unidos le están pagando a los niños para que enfermen o que no hay espacios, ni camas porque las embargaron”.
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Trabajo infantil en Cuba: una realidad cotidiana
written by Ezequiel Fuentes Morales | sábado, 20 de mayo, 2023 11:48 am
Ernestito vendiendo pescado (Foto del autor)
SANTIAGO DE CUBA, Cuba. – Ernestico, quien apenas llega a los 9 años, recorre con sus pequeños pies descalzos y empolvados las calles y callejones de la localidad de Altamira, en Santiago de Cuba. Busca clientes que compren sus mercancías, las cuales van desde una jaba de pan hasta una ensarta de pescado, un sacrificio adoptado para sobrevivir ante la escasez generada por la ineficiente gestión gubernamental. En tanto, instituciones cubanas presuntamente veladoras de los derechos de la niñez, conjuntamente con autoridades partidistas, declaran la existencia de programas y leyes que resguardan los derechos más elementales de la niñez. Supuestamente, la protección de los infantes no se deja a la buena voluntad individual.
Del mismo modo, se desarrollaron los festejos de la Organización de Pioneros José Martí (OPJM), que el pasado 4 de abril arribó a sus 58 años de constituida. Para la ocasión, los niños interpretaron, recitaron y dramatizaron escenas de los supuestos actos heroicos de Santiago de Cuba, profesando con ello la inexistencia del trabajo infantil en el país caribeño y que “todos los niños obtienen una educación gratuita”. A pesar de ello, Ernestico sigue vendiendo sus productos.
“En nuestro país no se encuentra un niño mendigo, un niño sin hogar, un niño abandonado en las calles”, decía Fidel Castro, un discurso repetido hasta nuestros días por sus sucesores. Sin embargo, bien se podría decir que Fidel y su pandilla de secuaces no conocían a Ernestico y a otros más, que sin apenas ropa y menos zapatos, recorren las barriadas cubanas vendiendo pan, recolectando laticas o apostando dinero en una valla de gallos con la esperanza de “raspar algo”; como se dice en el argot callejero.
Por otro lado, CubaNet intentó contactar a la madre del infante, pero con cara de pocos amigos exclamó: “¡Que te importa lo que haga con mi hijo, lo parí yo y hago con él lo que quiera!”, términos que lastimosamente se escuchan día a día, en ausencia de leyes concretas que mitiguen el abuso y los maltratos familiares a los niños.
En ese sentido, Norges Prado, residente del reparto Mármol, comentó a este diario que “no es nada raro ver niños que trabajan, los mismos padres los mandan a cargar leña o a revender cualquier cosa, y si vienes a ver, te das cuenta que esos niños son el sustento de la casa, mientras sus padres son alcohólicos o se la pasan tirados en una esquina sin hacer nada. Lo peor, es que eso pasa desapercibido y como que se cree normal”.
“Además, aunque se haga una denuncia, la policía solo da cartas de advertencias a los padres o tutores y después la culpa la coge el niño y como no le quitan la Patria Potestad del menor, vuelve a pasar la misma situación”, agregó más adelante Pardo.
“Totico”, como le llaman a otro niño, vive en las inmediaciones de la antigua Escuela Formadora de Maestros Frank País, en el reparto Versalles, y subsiste también bajo un desalentador panorama. Su padre está recluido y su madre lo abandonó con tan solo 5 años de edad, criándose con una tía materna que lo acogió como su propio hijo. Sin embargo, las difíciles condiciones financieras bajo las cuales viven ha obligado al menor de 12 años a tener que trabajar en lo que aparezca, en tanto su madre adoptiva limpia los suelos del Hospital Militar en la provincia suroriental.
“Desde chiquito, siempre fue muy trabajador, cargaba leña y me ayudaba en la casa con cualquier cosa, sin protestar. Ahora yo trabajo como auxiliar de limpieza y él está como ayudante en una bloquera (fábrica artesanal de bloques)”, cuenta a este diario su tía.
La mujer también reveló que este no fue el único trabajo del niño. “Él ha trabajado vendiendo algunas viandas, también de ayudante haciendo carbón, pero este último trabajo en la bloquera es el que mejor le ha ido, aunque tiene que cargar los bloques, y algunas veces batir mezcla, le pagan bien y él puede costear sus gastos”.
“Es un niño muy responsable, que lo único que ha sabido es ayudarme, a pesar que no soy su verdadera madre. A veces le pido a Dios que me dé un trabajo mejor para que él no tenga que estar haciendo esas cosas, pero hasta ahora, no he conseguido nada”, refirió sollozante la señora.
En 2016, el Parlamento Cubano recopiló algunas estadísticas, encontrando en La Habana, Camagüey y Santiago de Cuba, las mayores incidencias de casos de maltrato infantil, aunque se omitieron reseñas sobre el trabajo de menores.
Según los informes que se hicieron públicos en medios oficialistas como Cubadebate, los casos de abusos lascivos, corrupción, violación y daños físicos fueron los más relevantes, incidiendo como victimarios, amistades, familiares o los más allegados. Resultando las víctimas, menores de entre 13 y 15 años fundamentalmente del sexo masculino. Igualmente se informó, que las causas principales tienen lugar en la poca percepción de los familiares, estilos de vida violentos y conductas como el alcoholismo en los padres.
Si bien, la irresponsabilidad de algunos progenitores causa en gran medida que los más pequeños de casa, caigan en malos pasos, como este diario pudo constatar en una parada muy cerca del Mercado Cuatro Caminos en La Habana, donde un niño intentaba sujetarse de un ómnibus con su bicicleta, mientras dos más observaban la peligrosa hazaña que afortunadamente no tuvo lugar, ya que el pequeño no logró aferrarse de la guagua.
Niños jugando frente a la Estación de Cristina, en La Habana (Foto del autor)
Niños jugando frente a la Estación de Cristina, en La Habana (Foto del autor)
Otros como Ernestico y “Totico” son víctimas de la necesidad que se impone, cambiando a temprana edad los juegos infantiles por los instrumentos de trabajo. A pesar de que Cuba profesa ser una nación en donde no existe el trabajo infantil, hay males arraigados que la “Revolución victoriosa” nunca erradicó.
“Este año no pude comprarle juguetes a mi hija”
written by Ezequiel Fuentes Morales | sábado, 20 de mayo, 2023 11:48 am
Bebé que llora en su cuna 65.95 CUC (foto del autor)
SANTIAGO DE CUBA. – Eiglen preparó con esmero una pequeña nota y la dejó bajo su almohada durante días, con el propósito de que en la visita de los Reyes Magos a su casa estos la leyeran y así pudiesen saber sus más preciados anhelos.
La pequeña niña, que apenas cumplió los seis años de edad y vive junto a su madre en el reparto Altamira de Santiago de Cuba, alistó además tres tazas con agua y un puñado de hierbas para los hambrientos camellos que cargan los juguetes de los niños.
Sin embargo, al amanecer del 6 de enero, la entusiasmada pequeña se levantó apresurada y tras mirar en sus zapatos, debajo de la cama y en toda la casa, descubrió que los reyes magos de los cuales había oído tantas historias, esta vez, no le habían traído nada. Desconcertada y con gran tristeza en sus ojos, le preguntó a su madre: “¿Me he portado mal?”, a lo que la madre respondió distraída y ajena: “no mi cielo, seguramente los magos no encontraron la dirección. No te preocupes, el año que viene seguro que sí te van a traer de todo”.
Miles de padres cubanos salen cada 5 de enero a las calles en busca de juguetes, dulces y regalos para sus hijos, que esperan con fervor el Día de los Reyes Magos. Es entonces cuando las jugueterías del país cobran vida con el rebullicio de padres, abuelos y tíos, que buscan entre los anaqueles de las tiendas algo que dejarle entre los zapatos o debajo de la cama a sus hijos cuando despierten el 6 de enero.
Sin embargo, las redes de Tiendas Recaudadoras de Divisas (TRD) dejan un sabor amargo a esos que solo intentan complacer a los más pequeños de casa.
“Hoy he salido a comprar cosas para mi pequeño. Me dijo una vecina que habían sacado juguetes a 1 dólar, pero cuando llegué, la matazón de gente era demasiada. Los merolicos estaban cargando con todo, ahora busco aquí en la candonga, a ver si tan siquiera le compro un muñeco de trapo y un carrito, porque no hay más nada”, refiere Magalis mientras camina el Callejón del Carmen, lugar en donde confluyen la mayoría de los trabajadores por cuenta propia y revendedores de la urbe.
Dinosaurio 45.95 CUC (foto del autor)
Robot 54.95 CUC (foto del autor)
Interior de la juguetería FerroCaribe (foto del autor)
En Cuba, la tradición de los Reyes Magos se basa en que cada niño escriba una carta, pidiendo en ella lo que más desea, la ponga en la almohada o en el árbol de navidad y espere que su pedido llegue el 6 de enero. Además, los más pequeños dejan hierba y vasos con agua para los camellos que, según la leyenda, trasportan a los reyes por el mundo.
Pero a los verdaderos magos, esos que se esconden tras la puerta para ver cuando su hijo abre el obsequio, les toca la parte más dura: buscar el dinero y luego sortear las colas, los precios y muchas veces las pocas opciones de las tiendas.
Elena Mesa, madre de la niña que encabeza este reportaje, le confiesa a CubaNet que este último año sus ingresos económicos no fueron favorables y que lastimosamente no tuvo los recursos para comprar el juego de cocina y la barbie que pidió su hija.
“Me duele en el alma pero no pude comprárselos esta vez. El año pasado tuve dinero y le compré dos muñecas, pero ahora sí estoy en baja, solo le remendaré algunos juguetes que tiene rotos y así se sentirá más contenta”.
La madre, soltera de apenas 25 años de edad, trabaja como auxiliar de limpieza en una Escuela Primaria del reparto 30 de Noviembre. Cuenta que su salario, de alrededor de 350 pesos al mes (unos 14 CUC), no le alcanza para pagar ni la mitad de los gastos.
“¿Qué son 350 pesos en este país? En el champú y el acondicionador se va la mitad de mi sueldo. El precio de la comida cada vez sube más. Aquí hay que vivir inventando, para más o menos sobrevivir”, lamenta.
Santiago de Cuba recientemente inauguró una pequeña tienda de juguetes llamada “FerroCaribe”, muy cerca de la Alameda santiaguera. Este centro se adhiere a otro ya existente en el Parque de los Sueños. La tienda “Tren de los Sueños” fue instalada dentro de un vagón reciclado de la red ferroviaria. Ambas están abarrotadas de todo tipo de muñecos y juegos.
Sin embargo, para entrar, como refieren algunos, “hay que tener las pastillas de la presión a la mano”, ya que juguetes como un dinosaurio que camina y ruge los puedes encontrar en los 45.00 CUC, un pequeño bebé que llora en su cuna en los 66.00 CUC y muñecas barbie en los 35.50 CUC, siendo estos algunos de los más baratos de estas jugueterías en la urbe santiaguera. Precios que discriminan a la gran mayoría de cubanos que viven de sus paupérrimos salarios (el salario medio en la isla es de 30 CUC al mes).
Juguetería el Tren de los Sueños (foto del autor)
La Casa del Juguete Cubano, ubicado en el Parque de los Sueños (foto del autor)
La Casa del Juguete Cubano, ubicado en el Parque de los Sueños (foto del autor)
“Tengo una vecina que tiene casi toda su familia en Estados Unidos. Para este tiempo le mandan cada paquete de juguetes que uno se queda con la boca abierta, por eso en esta fecha mi hijo no sale de la casa porque no quiero que se sienta menos. Yo no tengo tantas posibilidades y solo me alcanza para comprarle muñecos confeccionados que venden en las tiendas de moneda nacional y alguna que otra cosa que yo le invento”, reseña una madre santiaguera que se encontraba en la parada situada frente a la juguetería FerroCaribe.
El Día de los Reyes Magos, para muchos niños en Cuba, fue una jornada de tristeza, pues esta vez, como en muchas otras ocasiones, los reyes no pudieron llegar a sus casas.
Mendigar desde la infancia: duro “oficio” que también se aprende en Cuba
written by Ana León y Augusto César San Martín | sábado, 20 de mayo, 2023 11:48 am
https://www.youtube.com/watch?v=FPtGaE9OTFQ
LA HABANA, Cuba. – En los años del Período Especial había una expresión utilizada por los niños que dedicaban sus horas de mataperreo a pedir limosnas a los turistas. “Partir chicle en la Catedral” era el divertimento de fin de semana para aquellos infantes empeñados en obtener golosinas, bolígrafos y otras baratijas de los extranjeros.
El hábito devino uno de los síntomas más desesperados de la crisis cubana, y fueron muchos los insulares que lo asumieron como algo terrible, pero justificado por la miseria general, que entonces no discriminaba edades ni contextos sociales. A medida que fueron quedando atrás los años más duros, las instituciones dictadoras de la moral socialista procuraron borrar la vergonzante imagen de los niños mendigos. Si bien el mal no fue del todo erradicado, disminuyó notablemente gracias a proyectos culturales y educativos orientados al sector infantojuvenil; y al recrudecimiento de la vigilancia policial en las zonas de mayor tráfico turístico para mantener a raya un problema que laceraba la imagen de la revolución cubana.
Hoy son muchos los ciudadanos que creen detectar indicios de una regresión al Período Especial. La escasez, agudizada precisamente en la época festiva, ha disparado las alarmas; pero el cuadro de varios menores asediando al turismo en la entrada de los almacenes “San José”, en la Habana Vieja, refrenda el agravamiento de la situación social y económica de la Isla.
Hembras y varones, algunos en el umbral de la adolescencia, esperan los ómnibus de Turismo para acosar a sus ocupantes. No buscan golosinas; por las claras piden dinero y no les basta con algunas monedas. Insisten al punto de no dejar a los turistas caminar; se los disputan entre ellos con palabrotas y cuando acumulan algunos dólares, negocian con los propios taxistas para hacer la conversión a CUC.
Todo ocurre ante la mirada de los empleados de los almacenes “San José”, transeúntes y choferes de los autos de confort que, según la locuacidad popular, son chivatos y rompehuelgas al servicio de la Seguridad del Estado. Nadie hace ni dice nada porque a nadie le importa. A nadie le duele que sesenta años después del triunfo de “la revolución más humanista y justa”, una niña negra se abrace a “ese tipo blanco que trae el billete”; un desconocido que luciendo una boina del Che Guevara le da dinero a cambio de tomarse una foto con ella, producto malogrado del socialismo cubano.
A nadie le preocupa que esa niña haga lo mismo durante la noche y cualquier pervertido, amparado por la ligereza moral de la población y el abandono de la menor, pueda aprovecharse de ella. Nadie repara en la actitud casi delincuencial de esos personajes dickensianos que tratan de evadir la cámara, familiarizados desde temprana edad con el principio de que los periodistas son el enemigo.
Un vecino comentó a CubaNet que la madre de uno de ellos cumplió ocho meses de condena por negligencia infantil; pero la raíz del problema continúa creciendo sin intervención de las autoridades. Irónicamente, mientras los infantes asediaban al turismo en horario escolar, la policía se concentraba en las inmediaciones del Capitolio para reprimir eventuales protestas pacíficas de los opositores al gobierno.
La política de apariencias y represión se mantiene como prioridad ante la debacle social. Treinta años después de la crisis de los noventa, con lineamientos económicos en marcha, transición de poder, inversión extranjera y “más fe en el proceso que nunca”, la rapacidad de esos menores es consecuencia de la pobreza extrema, la desigualdad social y la disfuncionalidad familiar provocada en gran medida por los dos primeros factores.
No faltarán quienes digan que infantes pedigüeños hay en todos los países del Tercer Mundo; pero si existe tal conformidad con que Cuba sea igual al resto en tan lamentable aspecto, que lo sea también en cuanto a verdadera libertad de empresa, sufragio, asociación y demás garantías que el pueblo no posee.
Ante la ignominia de ver cómo niños del barrio pobre de San Isidro se abalanzan sobre los turistas que llegan cual magnates en autos clásicos, con sus tabacos y su ropa fina, es inevitable cuestionarse si para eso se han sacrificado y han perdido tanto los cubanos. No hay en el vídeo una sola imagen que no irradie connotaciones racistas, colonialistas y supremacistas; “rezagos propios del capitalismo”, opuestos a la pretendida pureza de la revolución cubana.