1

Hoteles de lujo: prohibidos para cubanos

Hoteles, Cuba

LA HABANA, Cuba. – “Estamos a tope”, “estamos llenos”, “esperamos una delegación muy grande”, “solo estamos atendiendo huéspedes”, “no quedan capacidades”, son algunas de las justificaciones que por estos días escuchan los cubanos cuando pretenden entrar a cualquiera de los grandes hoteles de La Habana. 

Las redes sociales estallan en quejas desde hace semanas pero el Ministerio de Turismo y las empresas hoteleras, tanto extranjeras como las nacionales, aún no se pronuncian oficialmente al respecto de lo que a todas luces es una política discriminatoria, si no contra los cubanos residentes en Cuba, al menos contra una moneda nacional en la que, de tan devaluada, ya ningún negocio quiere comercializar sus servicios. 

No son rumores, no se trata de un circunstancial escándalo en las redes sociales, es lamentablemente una realidad que pudimos comprobar en el terreno cuando salimos a verificar cuán cierta y abarcadora podía ser esta “nueva normativa” que, sin estar amparada en alguna de tantas resoluciones fantasmas que rigen el día a día en la Isla —sin que en ocasiones los ciudadanos se den por enterados—, se salta olímpicamente la Constitución.   

Denuncia (Captura de pantalla)

Una violación que ya no asombra a nadie en Cuba no solo porque vendría a sumarse a un cúmulo de prácticas inconstitucionales de la propia dictadura que redactó la Carta Magna, sino porque ya varias generaciones la padecieron durante décadas cuando Fidel Castro, viendo el turismo como un “mal necesario”, negó el acceso de los cubanos de a pie a instalaciones hoteleras, una prohibición que se extendería a todo el circuito comercial destinado a extranjeros pero que no aplicaba a militares de alto rango, a funcionarios estatales de primer nivel y a los familiares de estos.

Según hemos podido conocer directamente de personas que laboran en hoteles como el Nacional, Capri, Manzana Kempinski, Grand Aston, Paseo del Prado y Grand Packard —objetos de la mayor parte de las quejas en internet—, estas instalaciones están obligadas a comercializar un mínimo de servicios en pesos cubanos, para clientes nacionales, pero solo por mantener las apariencias en favor de un discurso oficial que no termina de aceptar públicamente que la moneda nacional es como una papa caliente.

Denuncia (Captura de pantalla)

Una de las razones en la que coinciden los empleados, directivos y funcionarios con los que CubaNet pudo conversar es que, en los establecimientos de altos estándares, no resulta rentable comercializar en pesos cubanos, a una tasa de cambio poco realista, muy inferior a la del mercado informal, mucho menos cuando los insumos son comprados en divisas, incluidos los que son adquiridos en Cuba, ya sea a proveedores estatales o a productores privados. 

De acuerdo con varias fuentes, el convenio con el Gobierno cubano de comercializar en pesos cubanos responde a objetivos estrictamente políticos, y no ha sido cumplido por la parte cubana, que se habría comprometido a abonar en divisas los montos recaudados en moneda nacional, de acuerdo con una tasa de canje fija, convenida entre las parte.

“Hay una deuda acumulándose y, como nos han comunicado (el banco cubano) en varias ocasiones, no es posible liquidar por el momento”, asegura bajo condición de anonimato el directivo, por la parte extranjera, de uno de los hoteles más señalados como discriminatorios con los clientes nacionales. 

“No se trata de discriminar a los cubanos, para nada (…). Mi esposa es cubana, es una medida de protección, porque de no hacerlo terminaríamos cerrando (…), se le ha pedido al Gobierno actualizar el acuerdo, pero hasta el momento no hay respuesta; tampoco hemos podido ajustar precios a un tipo de cambio similar al de la calle porque estamos esperando respuesta (…), hoy nuestros precios, aunque son altos, están muy por debajo de los precios de cualquier paladar (restaurante privado) de La Habana. La gente ha hecho sus cuentas. Nosotros también, y no es negocio”, concluye el directivo. 

Una queja publicada en Facebook (Captura de pantalla)

Un funcionario del Ministerio de Turismo, entrevistado por CubaNet bajo el compromiso de proteger su identidad, aseguró que hasta el momento no existe prohibición alguna emitida por la institución gubernamental, aunque reconoce que varios establecimientos, de modo individual, han emprendido acciones con el objetivo de evitar pérdidas al comercializar sus servicios en pesos cubanos.

“Que no exista la prohibición no quiere decir que no esté ocurriendo, pero además es de conocimiento del Gobierno”, afirma este funcionario. “Han preferido mirar a otro lado antes que pagar las deudas y permitir un reajuste de precios. Se han empeñado en querer demostrar que la moneda nacional tiene valor cuando la realidad nos está diciendo que no (…). El Ministerio (de Turismo) ha hecho recomendaciones sobre la necesidad de establecer excepciones con determinados establecimientos de altos estándares; de hecho ninguno de esos hoteles se comercializa a cubanos en los burós de reservaciones”.

Sin embargo, otra fuente consultada de la misma institución, nos informó que tales “recomendaciones” lucen más como indicaciones bien claras, y son las que, a modo de decretos internos, han dado luz verde a que en determinadas instalaciones hoteleras se prohíba el acceso a cubanos sin temor a represalias por parte del régimen.

hoteles
Hoteles en Varadero (Foto de los autores)

“Es que no solo se afecta la parte extranjera, todos salen perjudicados”, declara este funcionario bajo la condición de que reservemos su identidad. Y continúa: “No se puede comprar e importar en divisas para vender en pesos cubanos. No se puede. El Ministerio (de Turismo) si bien no respondió a los reclamos (de saldar deudas y reajustar tasas de canje), autorizó a que se hicieran excepciones. (…) No se puede continuar dando servicios en pesos cubanos en unos 12 hoteles, ocho de ellos de La Habana, incluido el Hotel Nacional, aunque solo en este se mantendrán las ofertas de paquetes a un número limitado de clientes cubanos, preferiblemente si realizan las reservas desde el exterior”. 

Con la llegada de Raúl Castro al poder, en 2008, la prohibición establecida por Fidel Castro fue eliminada al poco tiempo, aunque no del todo, en tanto algunos lugares, bajo diversas formas que no solo fueron los altos precios —imposibles de pagar incluso por un trabajador profesional altamente calificado—, pusieron en práctica un conjunto de “directivas internas”, toleradas por el régimen, con el fin de limitar el acceso de los clientes cubanos, en especial una usada todavía en bares, restaurantes y hoteles que advierten sobre el “derecho de admisión”.

Parece que ahora Miguel Díaz-Canel con su política “continuista” ha querido devolverle “esplendor” a una joya discriminatoria del pasado, aunque por lo visto no se decide a convertir en ley lo que pudiera estar en camino a ser una práctica abierta.

Recibe la información de CubaNet en tu celular a través de WhatsApp. Envíanos un mensaje con la palabra “CUBA” al teléfono +525545038831, también puedes suscribirte a nuestro boletín electrónico dando click aquí.




MINTUR inaugura un nuevo hotel en el archipiélago Jardines del Rey

Hotel Grand Aston Cayo Paredón, Cuba, Turismo

MIAMI, Estados Unidos. – En medio de un clima de protestas populares por la falta de electricidad, alimentos y libertad, el régimen de la Isla inauguró este 1 de octubre el Hotel Grand Aston Cayo Paredón, en el archipiélago Jardines del Rey, perteneciente a la provincia de Ciego de Ávila, según informó la Agencia Cubana de Noticias (ACN).

Según la descripción del hotel en la web holiplus, la instalación cuenta con 635 habitaciones y suites de estilo caribeño. Además, dispone de nueve restaurantes, siete bares y cafés, dos salones de reuniones y cinco piscinas.

El Grand Aston Cayo Paredón forma parte del plan de desarrollo turístico del régimen cubano hasta 2030. En Cayo Paredón, además, están en terminación otras dos instalaciones (Roca Norte 1 y Roca Norte 2), a cargo de la Inmobiliaria Almest, con fecha de inauguración fijada para 2023, de acuerdo con Iyolexis Correa Lorenzo, delegada del Ministerio del Turismo (MINTUR) en Ciego de Ávila.

La funcionaria también aseguró a la ACN que en el archipiélago Jardines del Rey ―conformado por los cayos Coco, Guillermo, Paredón Grande y Antón Chico― están en marcha unos 37 proyectos, que abarcan áreas de alojamiento, recreativas y de apoyo.

Asimismo, las autoridades del sector turístico prevén reparaciones capitales en los hoteles Santiago-Habana y Perla del Norte, emplazados en las ciudades de Ciego de Ávila y Morón, respectivamente; así como el mejoramiento de Casa Vigía, en Cayo Guillermo. Todas las obras serán ejecutadas por la Inmobiliaria del Turismo (Inmotur), según dijo Correa Lorenzo.

Por su parte, el Grupo Extrahotelero Palmares proyecta diversificar las opciones de esparcimiento en la cayería norte avileña, mediante la construcción del Parque AquaRey y el Complejo Recreativo Cayo Mortero, ambos planificados en Cayo Guillermo, de acuerdo con la funcionaria.

El MINTUR también considera la creación de un centro de elaboración de alimentos y una panadería-dulcería en Morón, además de una base de apoyo para la Empresa de Servicios al Turismo (Emprestur) en Cayo Paredón, y un albergue para obreros de la propia entidad en Cayo Coco.

Según la ACN, la inmobiliaria Almest planificó, hasta el año 2030, la construcción anual de 140 viviendas para trabajadores del sector turístico en la ciudad de Morón.

Recibe la información de CubaNet en tu celular a través de WhatsApp. Envíanos un mensaje con la palabra “CUBA” al teléfono +525545038831, también puedes suscribirte a nuestro boletín electrónico dando click aquí.




MINTUR: Hay confianza en Cuba como destino turístico pese a la explosión del Saratoga

Hotel Saratoga, MINTUR

MIAMI, Estados Unidos. – Autoridades del Ministerio de Turismo (MINTUR) de Cuba consideran que la reciente explosión del hotel Saratoga no afectará al país como destino turístico, según trascendió este martes en una conferencia de prensa ofrecida por funcionarios del MINTUR y Gaviota S.A.

“Estamos convencidos de que la imagen de Cuba seguirá siendo la de un destino de paz, de tranquilidad, de seguridad y de solidaridad”, dijo a la prensa Carmen Casals, una de las voceras del MINTUR.  

Asimismo, aseguró que todos los mensajes de condolencia y solidaridad recibidos tras la explosión del Saratoga de parte de turoperadores, líneas aéreas, ministros de turismo, agencias de viaje y turistas, eran “una muestra de la confianza que hay en Cuba como destino turístico”. 

La funcionaria también especificó que las instalaciones turísticas de la Isla “continúan prestando servicio a turistas nacionales e internacionales que actualmente disfrutan de sus vacaciones” en Cuba con “la tranquilidad y la seguridad” que “caracteriza” al sector turístico del país. 

Interrogado sobre el estado y el futuro del Hotel Saratoga, el delegado de Gaviota S.A. en la región occidental de Cuba, Roberto Enrique Calzadilla, indicó que todos los esfuerzos se concentraban en rescatar a los tres trabajadores de la instalación que aún permanecían desaparecidos.

“Cuando concluya [ese esfuerzo] ―y pensamos que estemos bastante cerca con todo lo que se ha estado haciendo allí en condiciones muy complejas― pues entonces habrá un equipo multidisciplinario ―que ya lo tenemos concebido― que profundizará en la situación actual que tiene ese inmueble y a partir de ahí se presentarán las decisiones que con los órganos competentes se estimen”, dijo.

MINTUR actualiza

Hasta las 3:00 de la tarde de este martes, se reportaban 42 fallecidos y 96 heridos a causa de la explosión del hotel Saratoga, ocurrida el pasado viernes pocos después de las 11:00 de la mañana. 

Mientras que 23 trabajadores de la instalación turística fallecieron (de los 51 que estaban en el lugar), otros tres que se encontraban en el interior del edificio en el momento de la explosión permanecen desaparecidos.

La explosión del Saratoga ocurrió apenas un día después de clausurada la Feria Internacional de Turismo FITCuba 2022, a la que asistieron representantes de 54 países.

Poco después de la explosión, el Gobierno cubano informó que se trataba de un accidente provocado por un escape de gas.

El Saratoga, construido en 1880, funcionaba desde 1911 como hotel. Su última restauración tuvo lugar en 2005, cuando el edificio se reformó en profundidad y reabrió con la categoría de cinco estrellas.

Recibe la información de CubaNet en tu celular a través de WhatsApp. Envíanos un mensaje con la palabra “CUBA” al teléfono +1 (786) 316-2072, también puedes suscribirte a nuestro boletín electrónico dando click aquí.




El capital invertido en la construcción de hoteles sí es cubano

Hoteles, Cuba

READ EN ENGLISH

LA HABANA, Cuba. – En las últimas semanas miles de cubanos y cubanas han protestado o se han mostrado indignados en redes sociales por el fuerte contraste entre lo que sucede con la construcción de hoteles en Cuba y el estado ruinoso de los hospitales y de la salud pública en general.

Si por un lado las obras para el turismo, en su mayoría a cargo del monopolio empresarial militar conocido como GAESA (nacido como una empresa off-shore creada por las Fuerzas Armadas en Panamá durante los años 80), no han sido suspendidas ni por un segundo durante este año y medio de crisis agravada por la COVID-19, y hasta mantienen inalterables sus cronogramas de entrega; por la otra se observa el deficiente e irresponsable manejo de la contingencia sanitaria por la dictadura, a lo que se suma el estado deplorable de la atención médica, en un contexto donde reinan la perpetua falta de medicinas y alimentos junto con el deterioro de la infraestructura hospitalaria y de los servicios asociados. 

Mientras las dos torres de las calles 1ra y D en el Vedado, con más de 600 habitaciones y un costo total sobre los 80 millones de dólares están casi listas para la inauguración, y se alzan sobre el terreno (ya con varios niveles terminados) los complejos hoteleros de las calles 25 y K, en el Vedado, más los de 3ra y 70 en Miramar (que albergará también una inmobiliaria y un centro comercial que sustituirá el mercado actual en la zona), los hospitales en la Isla colapsan, las poquísimas ambulancias que aún brindan servicio se caen a pedazos y, si aún se pudiera hablar de “atención médica” sería gracias al esfuerzo descomunal del personal de salud y a la ayuda internacional recibida por estos días, como resultado de las campañas e iniciativas individuales para hacer llegar donativos, puesto que el Gobierno, controlado por los militares, continúa resistiéndose a desviar un solo centavo de las inversiones hoteleras a otras cuestiones ajenas a sus planes constructivos.

Colapso del sistema de Salud: Así cae la última columna del régimen cubano

Contra las denuncias constantes en los medios de prensa independientes y en redes sociales, sobre tan escandalosas desigualdades, los defensores del régimen cubano más activos y agresivos (esos cuyo trabajo remunerado con presupuesto del gobierno no consiste en producir bienes sino en monitorear el ciberespacio, combatir la libertad de expresión y justificar lo injustificable) han esgrimido el argumento de que las inversiones hoteleras no se ejecutan con capital cubano sino con el aportado por los inversionistas extranjeros, algo que está muy lejos de la realidad.

No son pocas las personas dentro y fuera de Cuba que se adhieren a ese error ya por mala voluntad o ya por ingenuidad, y lo replican, sin investigar un mínimo en las noticias publicadas incluso por la prensa financiada por el Partido Comunista, donde fácil se puede comprobar el crimen que se está cometiendo ahora mismo en la Isla, a manos de un puñado de militares más preocupados por los turistas que llegarán en el año 2030 que por los cubanos que mueren y morirán de hambre o de COVID-19 ahora en 2021. 

Sin ir muy lejos en el tiempo, fue en mayo de 2018 que, de acuerdo con lo publicado por la Agencia Cubana de Noticias y replicado en otros medios, la directora de Desarrollo de la inmobiliaria Almest, perteneciente al Grupo de Administración Empresarial de las Fuerzas Armadas (GAESA), Daysi Malvares Moret, informó sobre tres proyectos hoteleros de capital netamente cubano.

Se refería en aquel momento a los dos inmuebles que por estos días se levantan muy próximos al Acuario Nacional de Cuba, en los terrenos al este de calle 70 entre las avenidas 1ra y 3ra. Igualmente la funcionaria se refirió a la construcción (también con capital cubano) de “un complejo inmobiliario que se extenderá desde calle 68 hacia el oeste de la calle 70”, bordeando el espacio donde se erigiría otro hotel, colindante con el Centro de Negocios de Miramar, y a unos 100 metros del que iba a ser la primera instalación administrada por una empresa estadounidense, en este caso Sheraton.

El negocio finalmente no llegó a concretarse por el giro que dieron los acontecimientos respecto al deshielo de las relaciones diplomáticas entre los Estados Unidos y el régimen cubano. No obstante, el proyecto ha seguido en pie y, de acuerdo con información obtenida de funcionarios de la constructora, Almest no lo ha retirado de sus planes ni ha disminuido el ritmo de ejecución, aun cuando no se han recibido otras propuestas de administración extranjera. 

Cuba: Hoteles nuevos se pagan con problemas viejos

“Hay dinero para hacerlo y lo gastarán pero no en otra cosa que no sea el hotel”, ha comentado al respecto una fuente anónima directamente vinculada a la empresa militar. Y además señaló: “La política de Almest, como la del GAE (GAESA) en general, es no trabajar con capital extranjero. No le hace falta, no le interesa pero tampoco le conviene. Trabaja con los franceses (Bouygues Bâtiment International) porque es un mal necesario, necesitan de esa fuerza especializada que aquí no existe, pero los hoteles son ciento por ciento de Almest, y parte de ese capital proviene del arrendamiento (de hoteles) a Gaviota, y no solo de eso sino de todas las demás empresas del GAE, que son muchísimas. Todo sale y vuelve a entrar en el mismo saco”. 

También a mediados de 2018, igual en correspondencia con lo declarado por directivos de Almest a la prensa oficialista, solo en parcelas reservadas por GAESA en los municipios de Plaza de la Revolución, Playa y Habana Vieja, se autorizó un plan de construcción de unas 7 500 nuevas habitaciones hasta el año 2025, todas con capital propio.

Entre las obras de ese portafolio en particular sobresale, sin dudas, la edificación de la torre de 42 pisos y 565 habitaciones que, emplazada frente a la heladería Coppelia, será el hotel más alto de La Habana cuando se inaugure a finales de 2022

Con un costo que supera los 100 millones de dólares, algunos lo han considerado innecesario, teniendo en cuenta que el nivel de ocupación hotelera, incluso antes de la llegada de la COVID-19, se mantenía por debajo del 50 por ciento, además que era un proyecto pensado para el boom turístico asociado a la normalización de relaciones con los Estados Unidos, una apuesta que jamás fue.

Bajo esos planes, desde 2016 hasta el presente, la planta hotelera en Cuba creció en cerca de 15 000 nuevas habitaciones, de las cuales tan solo unas 8 000 se terminaron entre 2018 y 2020, mientras que para el 2022, aún cuando nadie sabe cómo se comportará el llamado “turismo pospandémico”, se pretende incorporar una cantidad similar, de acuerdo con información dispersa acopiada tanto en la prensa cubana como a través de fuentes del Ministerio de Turismo de Cuba (MINTUR).

Entre finales de 2018 y mediados de 2019, atendiendo a reportes del medio oficialista Cubadebate, varios funcionarios del MINTUR, entre ellos José Daniel Alonso, director general de Desarrollo, Negocios e Inversiones del Ministerio de Turismo, se referían al plan de Desarrollo 2018-2030 del MINTUR, en el cual se busca “elevar la cifra de habitaciones en más de 83 000 plazas, mediante la puesta en funcionamiento de 216 nuevas instalaciones de alojamiento, más la ampliación y remodelación de otras 77”, un plan ambicioso que no se limita al segmento hotelero, sino que incluye también el desarrollo inmobiliario relacionado con los campos de golf, parques temáticos, de naturaleza y marinas hasta el punto de superar a todas las naciones de Latinoamérica.

En total se habla de unos 332 proyectos de alojamiento que serían ejecutados con dos tercios de capital netamente cubano y solo un tercio con capital foráneo. El Plan del MINTUR, más que ambicioso, tiene un costo que supera los 19 000 millones de dólares, una cantidad muy superior a la destinada a las actividades productivas, de ciencia e innovación tecnológica, y cultura y deportes, en los presupuestos del Estado entre los años 2012 y 2018, según los datos del Anuario Estadístico de Cuba para esos períodos.

Involucrados como inversionistas mayoritarios en los planes del MINTUR, Gaviota S.A. y la constructora e inmobiliaria Almest (única propietaria de las instalaciones que construye) están asumiendo unos 121 proyectos con un costo cercano a los 13 000 millones de dólares, elevando así su participación en más del 70 por ciento de los proyectos de inversión para el turismo en la Isla, además de, una vez concluidos los hoteles, superar las capacidades habitacionales de los mercados competidores del área, como República Dominicana y Puerto Rico.

En poco menos de 20 años, y coincidiendo con la sustitución de Fidel Castro por su hermano Raúl en 2009, el grupo militar GAESA (al que apenas en los años 90 correspondía un 10 por ciento del mercado con menos de 4 000 habitaciones) se ha transformado en líder indiscutible del sector, con cerca de 100 000 habitaciones, así como en el mayor inversionista, con tanto poder financiero que, a diferencia de las entidades del MINTUR, se permite como norma el no aceptar jamás la participación de capital foráneo en sus planes constructivos.  

De acuerdo con fuentes consultadas por CubaNet, ya que no existen datos publicados al respecto, solo entre 2018 y 2019, Almest habría destinado por lo menos unos 1 500 millones de dólares para la conclusión de poco más de una decena de proyectos en Varadero, así como en la cayería norte desde Villa Clara a Camagüey.

Según los estudiosos de la economía cubana Richard E. Feinberg y Richard  Newfarmer, apenas antes de 2016, Gaviota S.A. obtenía unos 700 millones de dólares al año, de los cuales pagaba unos 80 millones a Almest por la renta de inmuebles. En la actualidad esa cantidad se ha duplicado. Y, teniendo en cuenta el total de los hoteles que renta a otras cadenas, la cifra recibida por Almest es mucho mayor, y poco importa si los hoteles se mantienen vacíos o llenos. 

Sancti Spíritus: Más hoteles pese a los graves problemas de vivienda

Pero no solo hay suficiente dinero para que GAESA construya hoteles en La Habana y en los polos turísticos tradicionales como Varadero y Cayo Coco, también hay otros proyectos altamente costosos en Santiago de Cuba, donde desde finales de 2018, de acuerdo con los reportes de la prensa oficialista, se construye el primer hotel “inteligente y sostenible” de la región oriental.

El propio Raúl Castro ha prometido estar presente en la inauguración, de modo que se apresurarán a terminarlo en breve, no importa si hay turismo o no, aunque sea solo para satisfacer los deseos del dictador nonagenario.

El hotel, pensado para un tipo de turista fanático del castrismo y por tanto, de acuerdo con su proyectista principal, “conectado de forma expedita por la Avenida Patria con el cementerio patrimonial Santa Ifigenia” (donde se encuentra el nicho funerario de Fidel Castro), ha sido asumida por la Empresa de Proyectos No.15 (Emproy-15) de Santiago de Cuba, y se anuncia como “la instalación de su tipo más moderna del país”.

Con categoría 5 estrellas plus y un costo sobre los 90 millones de dólares, el hotel estará compuesto por 452 habitaciones distribuidas en dos torres, de 15 y 17 niveles respectivamente, y su forma evocará una bandera cubana ondulante de 72 metros de altura. 

Contará, además, según Cubadebate, con un centro de convenciones, salón de fiestas, cinco restaurantes, bar, cafetería, gimnasio fisioterapéutico, piscinas y “demás elementos de una lujosa instalación” en cuyos ventanales se emplearán vidrios especiales importados que “lejos de elevar la sensación térmica impiden la penetración de rayos solares nocivos al edificio” y crean “una cámara intermedia de ruptura del puente térmico y de la transmisión de calor al interior, a la vez que contienen celdas fotovoltaicas que, a diferencia de los paneles solares tradicionales son transparentes y de la tonalidad deseada”, asegura la misma nota publicada en el citado diario oficialista.

Un derroche de “dinero propio” en medio de una tragedia sanitaria. La cruda realidad es que en este preciso instante cubanos y cubanas, abandonados a su suerte, están a diario enfermando por miles y muriendo por decenas, mientras ven frente a ellos cómo hay más de una veintena de edificios creciendo varios metros por horas y tragando toneladas de materiales en su mayoría importados, muchas veces desde Europa y Asia, dos mercados cuya lejanía geográfica ha sido, junto con el embargo de los Estados Unidos, el pretexto más usado por el régimen comunista para justificar un desastre económico y social de más de medio siglo.

Recibe la información de CubaNet en tu celular a través de WhatsApp. Envíanos un mensaje con la palabra “CUBA” al teléfono +1 (786) 316-2072, también puedes suscribirte a nuestro boletín electrónico dando click aquí.