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Locutor Yunior Morales ofrece su casa para proyección de documentales censurados

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MIAMI, Estados Unidos. — El locutor Yunior Morales, crítico acérrimo del régimen cubano, se refirió este jueves a la censura por parte del Ministerio de Cultura (MINCULT) de tres documentales que serían proyectados próximamente en la sede del grupo de teatro El Ciervo Encantado.

El comunicador, que ha sido discriminado dentro del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT) por sus constantes denuncias de la situación que se viven en Cuba, se solidarizó con los creadores y ofreció su vivienda para la proyección de los materiales.

“Yulier Rodríguez, Juan Pin Vilar y cualquier artista serio que vea censurada su obra puede hacer las proyecciones en mi casa y con mis equipos. Tienen mi afecto y respeto. En mi casa mando yo. Se me ocurre esto, es lo que siento”, escribió Morales en su cuenta de Facebook.

Este miércoles, El Ciervo Encantado dio a conocer en redes sociales la decisión del MINCULT de prohibir la exhibición de tres audiovisuales que serían proyectados el sábado 29 y el domingo 30 de abril en su sede, sita en la calle 18, entre Línea y 11, municipio Plaza de la Revolución.

Las obras censuradas fueron El encargado, un docu-ficción de Ricardo Figueredo; y los documentales La Habana de Fito, de Juan Pin Vilar, y Existen, de Fernando Fraguela y Yulier Rodríguez.

En el caso del documental de Juan Pin Vilar, fue prohibido por las autoridades pese a haber obtenido el primer premio en la primera edición del Fondo de Fomento para el cine cubano que organiza el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICACI), entidad que cuenta con el patrocinio del MINCULT.

“Expresamos con firmeza nuestra inconformidad con este acto de censura sin explicaciones hacia artistas cuyas obras dignifican y conforman la cultura cubana”, declaró el grupo teatral.

Además de Yunior Morales, numerosas voces del ámbito cultural cubano han criticado la decisión, entre ellas el actor Luis Alberto García, quien calificó de “lamentable” la censura de los audiovisuales.




Ministerio de Cultura censura tres documentales de realizadores cubanos

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LA HABANA, Cuba. — El Ministerio de Cultura (MINCULT) ha prohibido la exhibición de tres audiovisuales que serían proyectados el sábado 29 y el domingo 30 de abril en la sede del grupo de teatro El Ciervo Encantado, sita en la calle 18, entre Línea y 11, municipio Plaza de la Revolución. La información fue dada a conocer por el propio grupo en sus redes sociales.

Las obras vetadas en esta ocasión fueron El encargado, un docu-ficción de Ricardo Figueredo; y los documentales La Habana de Fito, de Juan Pin Vilar, y Existen, de Fernando Fraguela y Yulier Rodríguez.

El Ciervo Encantado ha corroborado que se mantiene la muestra de los materiales realizados por los estudiantes de la Facultad de Arte de los Medios de Comunicación Audiovisual (FAMCA) y expresado su total desacuerdo con la decisión tomada.

“Expresamos con firmeza nuestra inconformidad con este acto de censura sin explicaciones hacia artistas cuyas obras dignifican y conforman la cultura cubana”, concluyó Nelda Castillo, directora de El Ciervo Encantado.

No es la primera vez que alguno de estos realizadores enfrenta el rechazo de sus obras por parte de las instituciones cubanas. El documental Sueños al pairo, de Fernando Fraguela y José Luis Aparicio sobre la vida del cantautor Mike Porcel y el drama que fue la emigración, en abril de 1980, de miles de cubanos por el puerto del Mariel, quedó excluido de la Muestra Joven del ICAIC en 2020, por voluntad expresa de la presidencia de esa institución.

La razón para prohibir su exhibición en la Muestra Joven fue “debido a diferencias políticas e ideológicas”. La decisión trajo como consecuencia que otros documentales se retiraran del evento y creciera la repulsión ante este tipo de incidentes.

El documental de Juan Pin Vilar, La Habana de Fito, fue prohibido pese a haber obtenido el primer premio en la primera edición del Fondo de Fomento para el cine cubano que organiza el ICAIC, con el patrocinio del MINCULT.




Díaz-Canel y Manuel Marrero reaccionan a la muerte de Pablo Milanés

Pablo Milanés

MIAMI, Estados Unidos. — El gobernante cubano Miguel Díaz-Canel, de visita oficial en Rusia, reaccionó este martes a la muerte del cantautor cubano Pablo Milanés, fallecido en la jornada de ayer a los 79 años de edad.

“Ha muerto Pablo, leemos al despertar este martes en Rusia y el dolor llega con la noticia. Desaparece físicamente uno de nuestros más grandes músicos. Voz inseparable de la banda sonora de nuestra generación. Mis condolencias a su viuda e hijos, a Cuba”, escribió Díaz-Canel en su cuenta de Twitter.

“La cultura en Cuba está de luto por el fallecimiento de Pablo Milanés, reconocido cantautor cubano, uno de los fundadores del Movimiento de la Nueva Trova. Llegue a sus familiares y amigos nuestras más sentidas condolencias”, escribió en la misma red social Manuel Marrero, primer ministro del régimen.

Pese a la postura crítica asumida por el trovador contra la dictadura cubana en las últimas décadas, las instituciones estatales y la prensa oficialista no pasaron por alto el deceso de Pablo, quien fuera, junto a Silvio Rodríguez, uno de los fundadores del movimiento de la Nueva Trova.

“Autor de una obra monumental, su legado musical constituye un referente ineludible de la identidad y la cultura cubanas y sus canciones y magistrales interpretaciones integran por derecho propio la banda sonora de la Revolución Cubana”, señaló el Ministerio de Cultura (MINCULT) en una nota publicada este martes.

La entidad destaca que el deceso de Pablo Milanés “ocurre justo cuando celebramos el 50 aniversario de ese extraordinario hecho cultural que fue la Fundación del Movimiento de la Nueva Trova, del cual él es uno de los pilares fundamentales”.

“Pablo fue un gran poeta, un gran cantor. Su obra musical es inmortal”, añade la declaración del MINCULT.

Con mayor frialdad, la prensa oficialista hizo breve mención al fallecimiento del cantautor cubano.

“Falleció el reconocido trovador cubano Pablo Milanés”, publicó el diario Granma, órgano oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba.

Juventud Rebelde también se hizo eco de la muerte del trovador: “Fallece en España el cantautor cubano Pablo Milanés”.

El portal digital Cubadebate, otro de los medios oficiales de mayor alcance, informó: “Fallece el cantautor cubano Pablo Milanés”.

En la mayoría de los casos, los medios oficiales se hicieron eco del comunicado emitido por el MINCULT. Cabe señalar que la muerte del trovador no ha generado hasta ahora ningún tipo de cobertura especial. Tampoco han aparecido, de momento, textos apologéticos a su figura.

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Ministerio de Cultura: un laboratorio clínico

Alpidio Alonso Grau, OCDH, Cuba, MINCULT

LA HABANA, Cuba.- Siempre que el aparato rector de este país designa a un nuevo ministro los medios de difusión, o de disfunción, lo anuncian a bombo y platillo asegurando que fue entregada la “cartera” a fulano o mengana. Al parecer los ministerios son simplemente carteras, y quizá el nombre viene de la cantidad de papeles que los ministros guardan en ellas. Sin dudas esos funcionarios de alto rango deben tener muy buenas carteras, excelentes portafolios para resguardar sus asuntos, y las resoluciones que tratarán esos asuntos.

Las carteras ministeriales deben ser importantes en todas partes, sobre todo porque mantendrán a buen resguardo los proyectos de solución de los asuntos más significativos de un país; solo que todos coincidiremos en que hay carteras y carteras; pero de eso no entiendo mucho. Lo que quizá me importe un poco más es la cartera misma, los portafolios que sujetan los ministros pero mucho más el manejo que hacen algunos, como Alpidio Alonso, de su cartera ministerial, esa en la que se guarda toda la papelería de la cartera.

Y cada vez que pienso en Alpidio no consigo imaginarlo con una cartera que no sea la de guardar billetes, nunca con una cartera ministerial. Es que hay gente que no está hecha pa’ ser alto funcionario, y uno de ellos es Alpidio. Y pensando en él creo que lo que mejor le asentaría es un jolongo, que sin dudas llenaría de malas intenciones. El jolongo es más propio para el hombre que es Alpidio.

Alpidio es un hombre de toscas maneras que no sabría sostener con gracia ni cartera ni portafolio. Ya lo imaginé muchas veces sujetando, con sus toscas manos, un Burberry de mil ochocientos dólares. Y aclaro que el dinero no es el problema para que él tenga el suyo, el problema es la coherencia entre Alpidio y el Burberry. El problema es la chealdad de Alpidio comparado con la elegancia de un Burberry. Sin dudas él podría tener ese y también otros; un Hermès, un Dunhill o un Valextra, sin importar los miles de dólares o euros a desembolsar pa’ conseguir la recia elegancia de “un cuadro” tan cheo.

Insisto en que lo mejor sería el jolongo, más propicio para guardar ñames, boniatos, plátanos, cualquier vianda. La cartera ministerial trae consigo un montón de asuntos por resolver con mucha pericia y con cierta agilidad, lo que sin duda sí debe ser un problemón para el ingeniero eléctrico que nació en La Dalia, por allá por Yaguajay, y que luego de haber estudiado ciencias le dio por perpetrar algunos “versos”.

Y quizá fue esa cartera que le ofrecieron la que nos salvó de su vocación poética, quise decir de sus acosos poéticos, ¿Pastoriles? ¿Bucólicos? En verdad la única importancia que atribuyo a su gestión es que ha salvado a los curiosos de leerlo con más frecuencia, aunque él insiste, y le publican. Este hombre ya perpetró algunos libros de “peomas” como: “Alucinaciones en el jardín de Ana”, “El árbol en los ojos”, que sin dudas debe ser la razón de su ceguera, “Tardos soles que miro”, y quizá otros que duermen entre el polvo de los anaqueles de muchas librerías y de los que supe sus títulos por Ecured.

Si otra cosa lo señala es también muy perniciosa, quizá la peor desde que llegó a la casa señorial que los comunistas le quitaron a Julio Lobo. Y es que en esa mansión ha tenido que enfrentar algunos problemillas, como aquel 27N de sentada frente al edificio de su gabinete, y las secuelas que aparecieron luego, y que sin dudas tuvo como clímax aquel manotazo que le diera a un joven para arrebatarle luego el celular con el que lo filmaba.

Quizá Alpidio soñó con un gobierno como el de Hart o Prieto, como esos que se desarrollaron con “cierta normalidad”, sobre todo porque esos antecesores suyos tuvieron un poquitín más de ecuanimidad, que no de “lucidez”, o para ser más exactos: se enfrentaron a unos artistas más contemporizadores con el poder totalitario, más dóciles.

Así que el desempeño de Alpidio ha estado lleno de atolladeros de los que solo ha podido salir gracias a la voluntad de sus superiores, dispuestos a salvarle la vida en el cargo. Pero ese “señor” no es inteligente y sus destrezas son escazas. A Alpidio le debemos que por ahí ande suelto un abusador, un violador, a quien tildan de trovador y responde al nombre de Fernando Bécquer, que no es otra cosa que el gran causante de un montón de malas “canciones”, más bien de bodrios, y de un montón de abusos.

Alpidio es, sin dudas, el más impopular de los ministros cubanos y estoy seguro de que hasta le gana la pelea, aunque parezca poco probable, al ministro de ingeniería y minas, y también al del interior, al jefe de la policía, al de la agricultura, y al de la industria alimenticia. Alpidio es el causante de Alpidio y de sus atrocidades. Alpidio actúa según sus instintos, que no son buenos, y por eso se le arman ciertos rollos como ese en el que se viera enredado, junto al ICAIC, cuando Lester Hamlet salió por la puerta ancha y con pasaporte rojo del aeropuerto habanero para aterrizar en un airport de USA.

Lester, el director de “Tú”, se ocupó más bien de él mismo y decidió quedarse en USA portando un pasaporte rojo. Lester, como muchos, quiso abandonar el barco, aun sabiendo que su passport era tan rojo, tan purpurino, como el gobierno comunista que lo emitiera. Lester, como tantos otros, le “hicieron el juego” al poder, a conveniencia, pero le salió el tiro por la culata. Lester dijo Yo en lugar de “Tú”, y se embarcó.

Lester respondió a su instinto de salvación, a ese “pataleo que es tan común en los ahogados y en los ahorcados”. Hamlet quiso establecer una recia concordancia con el orden del mundo, lo que en Cuba no es posible, y la culata le dio en un pómulo, le dio en el arco superciliar izquierdo, y sangró, sangró muchísimo, y la sangre que brotaba se confundió con el vino rojo y con las banderas del socialismo y le dijeron por allá: “Bajando que está nevando”.

Lester, como muchos, pretendió vivir en Cuba, hacer una obra en Cuba, ser reconocido en Cuba, pero eso lleva una larga cuota de fidelidades a los fidelistas, y él devoto las cumplió, y por allá notaron el sanguinolento color de su pasaporte y no lo dejaron llegar a buen fin. Le dijeron no, aunque un poco antes les dijeran a otros que sí. Lester es uno entre los muchos que se propusieron engañar al gobierno del Norte, algunos lo consiguieron, y por allá andan, pero a diferencia de él escaparon con pasaporte ordinario, para no regalar las evidencias.

Y ahora Alpidio tendrá que aceptarlo de vuelta para que no se le “caliente más la cosa”, porque no tiene donde meter a Lester. Alpidio debe dar su asentimiento. Alpidio dejó caer algo de peso sobre cada plato de la balanza y quedó atento por un rato a “la razón del equilibrio”. Y así fue que optó, le sugirieron que optara, por el más conveniente, ese asentimiento del que se dice que es una representación cataléptica.  Y de la catalepsia pasará a la epilepsia, porque ya veremos partir, o nos enteraremos cuando lleguen, a muchos artistas de Patria o Muerte, que desangraron a los de Patria y Vida.

ARTÍCULO DE OPINIÓN
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Festival San Remo Cuba: quiénes lo patrocinan y por qué

San Remo Cuba, Nicola Convertino

LA HABANA, Cuba. – En un reciente artículo publicado en la revista digital cubana AM:PM, especializada en música, además de llamar la atención sobre la nula relación que guardan el prácticamente desconocido San Remo Music Award Cuba —promovido por el régimen de la Isla— y el auténtico “Festival di Sanremo” —un evento de gran impacto mediático en Italia—, el autor cerraba con varias preguntas sobre la pertinencia de que las instituciones culturales cubanas no solo le dieran al acontecimiento una relevancia que no tiene sino que, además, emplearan recursos en él, cuando a las claras se trata de un invento nada exitoso de alguien que no está relacionado ni con la compañía que maneja el verdadero festival (San Remo Music Ltd) ni con la Radiotelevisione Italiana (RAI), canal oficial del evento. 

A cargo de Lis Cuesta Peraza, esposa del dictador Miguel Díaz-Canel, y presentado como “evento internacional”, en realidad se trataría más de un fraude cuando no de una imitación bien mala de aquel otro festival italiano al cual intenta emular sin ningún tipo de recato. Pero, ¿por qué el régimen cubano haría algo así? ¿Por qué se enrolaría en este negocio turbio con Nicola Convertino, un empresario italiano, aventurero, sin ningún tipo de éxito en sus emprendimientos y calificado como “mal de la cabeza” por varias personas cercanas a él?  

Esta última pregunta no ha podido ser respondida por el columnista de AM:PM porque, sencillamente, el Gobierno cubano —sin dudas, al tanto de la pifia— no ha ofrecido información detallada al respecto pero, en el ambiente musical de la Isla, donde varios artistas han tenido la oportunidad de conocer a Nicola Convertino durante sus numerosos viajes a Cuba, con razón algunos especulan sobre las razones del régimen por “seguirle la corriente” a este desconocido y, con ello, quedar en ridículo como lo están haciendo ahora cuando los invitados extranjeros más importantes han comenzado a desmarcarse, al descubrir de qué se trata en realidad el show.

Nicola Convertino
Nicola Convertino (Foto tomada de uno de sus perfiles de Facebook)

Nicola Convertino fracasa a la primera, pero encuentra un socio en el Ministerio de Cultura

Quizás estuvo en Cuba en años anteriores pero la primera vez que se tiene noticias de Nicola Convertino en la Isla fue en 2013 cuando, presentándose como agente musical y manager de sus propias compañías (Insonnia Agency e Insonnia Records), intentaba vender a los gobernantes cubanos la idea de hacer un festival de música latina denominado San Remo Music Awards Latinoamérica, donde involucraría a artistas de la región. 

Con tal motivo se reunió con varios músicos y directivos de empresas disqueras cubanas, todas estatales y vinculadas al Ministerio de Cultura, pero apenas logró llevarse a Roma a unos cuantos músicos y agrupaciones locales desconocidos para que actuaran en bares, discotecas y demás centros nocturnos, bajo contratos muy mal remunerados pero que quizás sirvieron a estos para agregar a los currículos algo lo más parecido a una “gira internacional”, así como a Nicola Convertino para no irse del Caribe con las manos vacías, en lo que hubo de ser su primer intento frustrado de pasar gato por liebre.

Ninguna de sus propuestas resultó atractiva en aquel momento no solo porque, al indagar sobre el vínculo del italiano con el verdadero Festival de San Remo, descubrieron que el nombre del proyecto (San Remo Music Awards) era apenas un gancho para ingenuos sino que era el momento en que, con Barack Obama en la Casa Blanca, el régimen cubano se preparaba para el deshielo con el Gobierno de los Estados Unidos. En ese punto, la casta gobernante cubana dirigía sus recursos y energías exclusivamente a atraer o introducirse en el mercado estadounidense, que sin dudas debía arrojarle mejores resultados que cualquier alianza incierta con empresarios desconocidos, pues de esos tenía de sobra en el país y sin resultados notables.

Un funcionario del Ministerio de Cultura, testigo de aquellos primeros encuentros, dijo a CubaNet, bajo condición de anonimato, qué sucedió entre Nicola Convertino y los directivos del propio MINCULT, en especial con los de varias empresas adscritas al Instituto Cubano de la Música.

“Normalmente venían extranjeros a proponer proyectos. Nicola fue recibido como uno más. Venía recomendado por amigos de los grupos de solidaridad con Cuba (grupos patrocinados y organizados por las embajadas de Cuba en el extranjero) y a eso siempre se le presta atención (…) porque a veces son la oportunidad de lograr algún tipo de financiamiento, donativos, o es la vía de llegar a alguien de interés para el Gobierno; es decir, se le recibió porque nadie sabía lo que podía salir de ahí, no porque hubiera una intención (…). De antemano, el proyecto había que rechazarlo porque no guardaba relación con el Festival de San Remo, pero como agencia de representación podía servirles a algunos músicos ―aunque no de primera línea―, así que se le pasó la responsabilidad total al Instituto de la Música (…). Nicola no se conformó con eso y siguió todos los años intentando el visto bueno (…). En Puerto Rico y República Dominicana ninguna figura de relevancia le hizo caso; se veía que era un loco sin nada concreto en las manos y lo que es peor, usando el nombre de un conocido festival para causar confusión y atraer una falsa audiencia, que es una audiencia ajena, engañada. Por eso, el Ministerio (de Cultura) se mantuvo al margen, no queríamos hacer el ridículo, pero tampoco le dimos un no por respuesta”, asegura el funcionario.

Nicola Convertino, San Remo uba
Nicola Convertino recibiendo el título de vicepresidente honorario de la Nueva Ruta de la Seda en China, 2018 (Foto tomada de uno de los perfiles de Facebook de N. C.)

Pero en 2012 Abel Prieto ya no era el ministro de Cultura sino el asesor de Raúl Castro, que al sustituir a su hermano en el poder se encargó de disolver el gabinete anterior casi en su totalidad para rodearse de su gente de confianza. En el lugar de Abel Prieto hubo de designar a Rafael Bernal, que apenas estuvo en el cargo dos años, al ser destituido en 2014 por irregularidades relacionadas con la corrupción al interior del MINCULT.

“Bernal no recibió a Nicola Convertino, ni tampoco Julián (González Toledo)”, afirma el mismo funcionario de Cultura. “Lo que había dejado atrás Abel Prieto era un nido de ratas que le costó el cargo a Bernal y después a Julián, que tampoco llegó a los dos años (…). Abel regresa al Ministerio en 2016, con todo el lío del enamoramiento con los americanos e igual no le hizo caso al proyecto de Nicola. Pero en 2018 todo cambia y ahí (Nicola Convertino) vio su oportunidad. No por la designación de Alpidio Alonso (como ministro de Cultura) sino por la de Jacomino (Fernando León Jacomino) como viceministro, a cargo de la música, precisamente”.

Fernando León Jacomino había sido vicepresidente del Instituto Cubano del Libro (ICL) y, más tarde, en 2009, nombrado presidente interino de la misma institución tras la destitución de Iroel Sánchez en la oleada de defenestraciones emprendida por Raúl Castro, pero poco tiempo duró en el cargo.

Después de unos meses en “plan piyama”, Jacomino regresó a la vida pública pero como representante artístico de varios músicos y agrupaciones (trabajo que desempeñó de manera independiente), y su colaboración con Nicola Convertino fue la clave para dar luz verde al proyecto que anteriormente otros funcionarios del propio MINCULT calificaron de “globo”, no solo por cuanto guarda de engaño, al usar una referencia (en buena lid una marca comercial) con la cual no tiene relación, sino también por no contar con el respaldo de suficientes seguidores a nivel mundial, lo que derivaría en pérdidas económicas más que en grandes dividendos.

“Se puede decir que Fernando, como vicepresidente del ICL, había sido el jefe de Lis Cuesta cuando fue la directora del Centro Provincial del Libro en Holguín”, asegura bajo condición de anonimato un funcionario del Instituto Cubano de la Música entrevistado por CubaNet.

“Era su jefe, obvio, y su amigo, porque después fue que entró Lis al negocio de la música. Ya cuando Fernando se había consolidado. Él fue quien le despejó el camino. Entonces Lis termina en Paradiso (Paradiso S.A., una comercializadora del Ministerio de Cultura) y en Bis Music, porque después que lo botaron del Instituto (ICL) él se metió a trabajar independiente como representante de agrupaciones y se rodeó de su gente de antes (…). Muy bien que le fue porque ganaba bastante dinero con las giras y los contratos. Estando de representante fue que conoció a Nicola y hasta consiguió un par de contratos en Italia. Nada grande como para hacerse rico, pero viajaba, y eso en Cuba es bastante”, asegura la fuente.

Cartel de uno de los conciertos de música cubana patrocinados por Flavio Ferrari en Italia (Imagen tomada de su perfil de Facebook)

Otros testimonios, de personas cercanas al actual viceministro de Cultura, confirman la relación íntima de este no solo con Nicola Convertino —desde mucho antes de ser nombrado viceministro— sino con otro empresario italiano, Flavio Ferrari, vinculado igual al San Remo Music Awards, pero sobre todo al Latincuba Festicongress, del cual es director artístico y general manager. Ambos proyectos están dedicados a contratar artistas cubanos, algunos residentes fuera de la Isla, para que actúen en Italia en eventos de pequeño formato.

“Jacomino quedó muy dolido con el Gobierno cuando lo echaron del ICL”, afirma un exfuncionario del Ministerio de Cultura entrevistado al respecto. “No quería saber de cargos ni de Abel (Prieto), solo de ganar dinero en su nuevo negocio en la música, y él sí sabía cómo buscarse el dinero. Fueron muchos años en Cultura y los aprovechó. Sabe dónde y cómo pedir, y cuánto pedir, sobre todo (…). Lo del festival venía dando vueltas por ahí y él sabe que si bien no es el San Remo que han querido venderle a la gente, y quizás al propio Díaz-Canel, al menos es el evento al que se le puede sacar mucho dinero pero para el bolsillo de los vividores que hay en el Ministerio de Cultura (…). Nicola Convertino es un empresario insignificante, el festival que quiere hacer es otra insignificancia, y ha encontrado la oportunidad en su amigo ahora convertido de representante de grupitos mediocres a viceministro, con otro tonto como ministro. Mejores condiciones no las hubo jamás”, dice la fuente.

“Para terminar de convencer a los más desconfiados, dieron el golpe de gracia con un donativo, que no salió de su bolsillo porque en realidad lo hizo junto con Flavio Ferrari, que es el tipo que pone la cara y el money (financiamiento) con el Latincuba para traer a los pocos artistas que dijeron que sí, porque Nicola no tiene credibilidad alguna. Es un perfecto desconocido en el mundo de la música”, concluye la fuente.

Flavio Ferrari y Nicola Convertino donan a Cuba material médico y alimentos a raíz del estallido social del 11J

Coincidentemente, la idea de hacer el San Remo Music Awards en Cuba comienza a cuajar el mismo año 2018 en que Fernando León Jacomino es nombrado viceministro de Cultura. Es en ese momento que Nicola Convertino y Flavio Ferrari, luego de llegar ambos a un acuerdo personal con su amigo, ya bien instalado en el MINCULT, invitan al músico cubano Jorge Luis Robaina, director de la agrupación Karamba (también muy próximo al actual viceministro), para que los asistiera como coordinador del evento dentro de Cuba.

Flavio Ferrari (Foto tomada de su perfil de Facebook)

Habiendo logrado llevar el San Remo Music Awards a Rusia en 2001 (bajo el título de “Sanremo al Cremlino”, es decir, San Remo al Kremlin) y mucho después a China —siempre mediante arreglos directos con estos gobiernos, e igual aprovechando la confusión que causa la apropiación comercial del nombre—, los italianos corrieron mejor suerte con otro régimen comunista, esta vez el de Cuba; incluso se le hizo más fácil al recién estrenado viceministro lograr la aprobación casi general de los comunistas más reacios, cuando la propuesta llegaba con el visto bueno de Moscú y Pekín.

Cuando ya casi había quedado en el olvido la estafa a los rusos, se fueron a China en octubre de 2018. Aunque el espectáculo no tuvo repercusión mediática, ni siquiera al interior de un país con más de 1 000 millones de habitantes, el Gobierno de Pekín decidió otorgarle a Nicola Convertino el título honorario de “vicepresidente de la Nueva Ruta de la Seda”, un nombramiento de fantasía pero igualmente un gesto que los comunistas cubanos interpretaron como aval suficiente para comenzar a tomarse en serio a los italianos. 

Cartel del San Remo Music Awards celebrado en China en 2018 (Imagen tomada de uno de los perfiles de Facebook de Flavio Convertino)

A fin de cuentas, si los gobernantes chinos, y más tarde los rusos, se habían tragado el cuento del falso San Remo, cualquier mortal medianamente informado pudiera ser presa fácil de convencer. 

Todo rastro de duda que pudo quedar tanto entre los veteranos conservadores del Partido Comunista como en el ambiente musical cubano sobre un proyecto manejado por Convertino quedó interesadamente despejada cuando el 16 de julio de 2021, a solo unos días de las mayores protestas populares registradas en la Isla en más de medio siglo, su socio Flavio Ferrari se apresuró a apoyar a la dictadura con el envío a Cuba de varios aviones cargados con material médico y alimentos.

Publicación de Flavio Ferrari del 16 de julio de 2021, anunciando un donativo al régimen cubano (Captura de pantalla)

Además del patrocinio de espectáculos de música cubana, Ferrari posee en Italia varios establecimientos minoristas expendedores de fármacos y alimentos, así como clínicas privadas, dos líneas de negocios ―la música popular y la salud― por las cuales le resultaría provechoso las relaciones con el régimen cubano, ávido por exportar tabaco, ron, música, médicos y medicinas a donde sea.

Un festival “internacional” con apenas 400 seguidores en redes sociales

Cualquier intento por acceder al sitio oficial del San Remo Music Awards no será exitoso. Aunque tanto Nicola Convertino como Flavio Ferrari lo promocionan desde sus perfiles en Facebook, lo cierto es que la página no funciona bien, o parece no existir. Tampoco el blog personal del primero es accesible. 

Sumado a esta “dificultad” está el hecho de que Nicola Convertino posee más de una veintena de perfiles en Facebook, los cuales, a juzgar por los contenidos, así como por las fechas de apertura y última actividad registradas en ellos, han sido creados de acuerdo con el número y tipo de proyectos en los cuales se involucra o abandona, al estilo de cualquier estafador que construye y desmonta su imagen con la finalidad de convencer a la víctima.  

En uno de sus perfiles dice ser de Nueva York y vivir en Singapur (Captura de pantalla)

Entre los pocos perfiles que permanecen activos se encuentra “Nicola Convertino Arte” donde, además de vender sus creaciones con enlaces a eBay, se presenta como músico y pintor, aunque solo frente a 370 seguidores, siendo esta la cuenta que más seguidores tiene. 

Las cuentas nombradas como “Nicola Salsa Convertino”, “Nicola Convertino (FestivaldiNapoli)” y “Nicola Latino Convertino”, a pesar de promover lo que su propietario denomina como el “Primer Talen Web de Italia”, prácticamente no captan el interés de nadie. Ni siquiera porque, para promocionar su empresa Insomnia Records, ha echado mano a una imagen donde aparecen los cubanos Osmany García y Pitbull. Por su parte, la página oficial de San Remo Music Awards en Facebook tiene solo 387 seguidores.

Nicola Convertino, San Remo Cuba
Una de las páginas en Facebook de Nicola Convertino usa las imágenes de Pitbull y Osmany García (Captura de pantalla)

Flavio Ferrari, en cambio, contaba hace unos días con 881 seguidores en su cuenta activa de Facebook, nada notable a pesar del número de emprendimientos y representaciones que afirma manejar como director o manager, entre ellos el Latincuba Festicongress, y espectáculos musicales en Italia para los que dice haber gestionado la presencia de Manolín el Médico de la Salsa, Gente de Zona, Aventura, Carlos Vives, Paulito FG, Compay Segundo y Jose Luis Cortés. Cierto o falso, los perfiles en redes sociales admiten casi cualquier cosa que se escriba en ellos.

La página en Facebook de Sanremo Music Awards tiene solo 387 seguidores (Captura de pantalla)

Tampoco la verdad o la mentira es asunto que importe demasiado al régimen cubano. Menos cuando se trata de echar mano a lo que sea para intentar proyectar una imagen al exterior que desvíe la atención sobre lo que realmente acontece, en especial en las calles de un país donde más que el circo del falso San Remo la gente necesita pan, pero pan de verdad, no la promesa de comerlo en un futuro que jamás llega. 

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Arte y poder en Cuba: diálogo sobre un campo minado

Cuba, Diálogo, Cultura, MINCULT, Arte, Poder

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(Foto: Cubadebate)

GRANMA, Cuba. – Aunque una de las tareas de la política cultural cubana es que instituciones y funcionarios del sector controlen, censuren y prohíban cualquier manifestación artística de afiliados o colegas independientes que atenten contra los intereses de la revolución, todavía existen ingenuos segundones, mediocres oportunistas y una variopinta gama de tontos útiles que sirven de caja de resonancia o le hacen el juego al carácter represivo de un régimen que nunca dialogará.

Llámese Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), Conjunto Folklórico Nacional (CFN) o Casa de las Américas, estos supuestos templos para promocionar el arte y la literatura del país no son más que cuarteles de invierno con soldados vestidos de intelectuales; trincheras de alabarderos prestos a cumplir las órdenes del poder; tribunas antimperialistas donde hipócritas amanuenses juegan a odiar ese capitalismo que, por carambola o marrullería comunista, les ha dado de comer.

De ahí que el papel jugado por el ministro de Cultura, Alpidio Alonso, y otros funcionarios en la represión contra los jóvenes artistas y periodistas independientes reunidos frente a la sede del MINCULT el pasado 27 de enero no fuera otra cosa que cumplir con el legado del guión escrito por Fidel Castro en sus Palabras a los intelectuales (1961), cuando el diálogo entre artistas y escritores con el poder  fue convertido -por la fuerza- en un monólogo de seis décadas que perdura hasta hoy.

No por gusto, y a partir de ese momento “coyuntural”, todos los diálogos para crear espacios o legitimar proyectos literario o artísticos fuera del control de las instituciones culturales del país han sido abortados bajo el asfixiante asedio de una política cultural que privilegia y exige la incondicionalidad ideológica del autor, por encima de la calidad estética o el estilo de su obra.

Los polémicos enfrentamientos, el rechazo al diálogo, la descalificación artística y moral de los integrantes del proyecto Editorial El Puente, los creadores marginados durante el Quinquenio gris, así como la disolución por la fuerza del grupo Arte Calle y la represión contra los intelectuales firmantes de la Carta de los diez -por exigir espacios y reformas- regresan con nuevos signos a la Cuba actual.

¿Existe alguna diferencia -que no sea el contexto- entre la prohibición del documental P.M., realizado en 1961 por Orlando Jiménez Leal y Sabá Cabrera Infante (hermano de Guillermo), y Sueños al pairo, de José L. Aparicio y Fernando Fraguela, censurado y excluido de la más reciente Muestra Joven del ICAIC?

¿Sirvieron de algo los diálogos de los realizadores en el ICAIC, Casa de las Américas y la Biblioteca Nacional? Recordemos que este último sitio fue el escogido por Fidel Castro para, después de tres viernes de junio del 61, lanzar el edicto contra P.M. Luego de 13 días de diálogos con la comisión organizadora de la muestra y la presidencia del ICAIC, ¿obtuvieron los jóvenes otro resultado que no fuera la prohibición y la censura?

Si los jóvenes de Arte Calle fueron excluidos, perseguidos, detenidos y obligados al exilio por hacer pintadas y murales, realizar performances e intervenciones en diversos espacios de la capital y cuestionar el papel de la institucionalidad entre los años 86 y 90 del Siglo XX; peor suerte corren los integrantes del Movimiento San Isidro y del 27N en la actualidad.

Nunca el régimen totalitario cubano permitirá establecer un diálogo entre quienes sienten, conceptualizan y consideran un derecho más “la función desacralizadora del arte sobre la ideología como instrumento del poder” y los que, desde las instituciones oficialistas, censuran, prohíben y reprimen para “salvaguardar” los intereses de la cultura.

Las sistemáticas campañas difamatorias y los discursos de odio lanzados desde el poder contra los jóvenes artistas, activistas y periodistas independientes para vincularlos con el “enemigo”, calificándolos de mercenarios y subversivos, demuestran que de nada sirve dialogar si no se les reconoce el derecho a existir.

Blindadas tras un entramado de leyes y decretos espurios, las instituciones culturales y quienes la dirigen e integran son actores cómplices de las acciones represivas contra la libertad de expresión en Cuba y coartan cualquier posible entendimiento con su contraparte artística.

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La última movida de los talibanes del castrismo

Humberto López, Cuba, Castrismo

Humberto López, Cuba, Castrismo
Humberto López (Foto: Captura de pantalla/Canal Caribe)

GUANTÁNAMO, Cuba. – Los talibanes del castrismo dicen que respetan y aman a José Martí, pero el Noticiero de la Televisión Cubana dedicó 18 minutos de su emisión nocturna del pasado jueves 4 de febrero a desacreditar a la artista Tania Bruguera.

José Martí escribió estos versos marcados con el número XXXVIII en su obra Versos Sencillos: “¿De mujer? Pues puede ser/Que mueras de su mordida; /¡Pero no empañes tu vida/hablando mal de mujer!”.

Creo que quienes encabezan esta arremetida de odio alguna vez habrán leído esos versos. Al parecer, los han “olvidado”. También han “olvidado” las opiniones  del Maestro sobre el socialismo y los artículos 4to y 5to de las Bases del Partido Revolucionario Cubano, donde dejó claro que los objetivos de esa organización política eran establecer en Cuba una democracia y no perpetuar el autoritarismo y la composición burocrática de la colonia y que tampoco se proponía imponer al país una agrupación política que considerara a la Isla como su presa y dominio, que es lo que ha hecho el Partido Comunista.

Con su sarta de mentiras acerca de Tania se han enredado en su propia pita. Porque ella fue miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) hasta que en 2015 dejó de pertenecer a esa organización. El 27 de noviembre de 2002 el Ministerio de Cultura (MINCULT) le otorgó la Distinción por la Cultura Nacional. Ahora aparecen varios testaferros, entre ellos el señor Fernando Rojas, viceministro del MINCULT, cuestionando la valía artística de Tania y diciendo que fue una “fabricación política de los EE.UU.” desde los años noventa. ¿Si no era artista por qué la hicieron miembro de la UNEAC y le dieron la Distinción por la Cultura Nacional? ¿Cómo a una ‘fabricación política norteamericana” le permitieron exponer varias veces en instituciones de la dictadura durante los años noventa?

Si no fuera por el triste papel que están representando hoy esos voceros del castrismo, habría reído al escuchar a Humberto López y a otros de sus camaradas afirmar ante las cámaras que los “linchan” y acosan en las redes y en la prensa independiente, cuando ha sido la dictadura y sus defensores quienes iniciaron esa práctica. Por más de 60 años han colocado en la picota pública a todas las personas que han osado enfrentárseles. Y es que para desvirtuar la realidad una de las tácticas más socorridas del castrismo ha sido adoptar el papel de víctima, siendo el victimario.

Ya no saben cómo llamarnos ni qué modismo incorporar a su adocenada retórica. Y es que están a la defensiva porque carecen de argumentos válidos y hace mucho tiempo dejaron de ser revolucionarios para entronizarse en un despotismo sombrío y conservador como no ha habido otro en la historia de la patria. Representan a un sistema caduco, esencialmente antidemocrático y consecuentemente liberticida y discriminatorio, que ha llevado a la sociedad cubana a la ruina. Son polichinelas que reciben del castrismo dinero, viajes, becas en el extranjero, autos, viviendas y privilegios por sus diatribas. ¡Y son ellos, los que han vendido su alma a una familia que ha defenestrado las esperanzas de todo un pueblo, quienes nos tildan de mercenarios!

A pesar del barraje difamatorio de Granma, Cubadebate y la televisión, no han podido mellar ni un ápice la verdad sobre lo ocurrido ante el Ministerio de Cultura (MINCULT) el pasado 27 de enero, porque los videos están en las redes y la violencia quedó registrada, tanto que reconocidos intelectuales y políticos de varias partes del mundo se han pronunciado contra el insólito proceder del ministro de Cultura, Alpidio Alonso Grau. Por eso han arremetido con tanta saña contra quienes no se doblegan ante ellos.

Desde el 28 de enero y hasta este sábado 6 de febrero, Granma -órgano oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba- ha publicado 22 artículos o notas relacionadas con el suceso. Todas difaman del 27-N, la oposición y la prensa independiente.

Bajo presuntas poses académicas -como la asumida este viernes 5 de febrero en el programa televisivo Palabra precisa por la señora Rosa Miriam Elizalde, la “vaticanista” de la prensa cubana, como gusta presentarse cada vez que un Papa asoma su testa por Cuba-, intentan desconocer la probada filiación artística de los jóvenes que fueron a reclamar la continuidad del diálogo frente al MINCULT el pasado 27 de enero.

Lo que no se animan a hacer –pues tienen miedo- es concederle el derecho de réplica a los ofendidos en igualdad de condiciones, para que el pueblo los escuche y valore sus ideas sin intermediarios que no necesita.

No hay justicia donde hay acepción de personas y privación del derecho a la defensa. Eso bien que lo debe saber el señor Humberto López, quien dice ser licenciado en Derecho. Pero bueno, en Cuba hay tantos como él que ni siquiera se han leído a Montesquieu o Hans Kelsen que cualquier cosa puede esperarse. En la Prisión Provincial de Guantánamo conocí a algunos de esos “licenciados” del Ministerio del Interior orgullosos de haber obtenido ese título, seguramente a cambio de su incondicionalidad política.

El reconocido cineasta cubano Fernando Pérez declaró en una entrevista realizada por el también cineasta Ian Padrón el pasado miércoles 3 de febrero, reproducida parcialmente por Radio Televisión Martí: “Lo que sucedió el 27 de noviembre duró poco porque los medios empezaron a transmitir una versión de lo que ahí había ocurrido, pero de un solo lado. Eso es un discurso que tiene que cambiar. Ese fue un hecho que propiciaba un nuevo lenguaje que son los jóvenes que lo están trayendo y ese nuevo lenguaje debe ser entendido y escuchado por los que mantienen un discurso que no es contemporáneo y que no puede propiciar un diálogo”. Y con respecto a los hechos ocurridos el pasado 27 de enero, afirmó: “Por parte del Estado cubano hay que cambiar el escenario. No puede ser que este escenario y reclamos de los jóvenes concluyan otra vez en agresión”.

Estoy seguro de que los déspotas cubanos no harán caso a sus palabras, porque su soberbia es tal que actúan como los tres monos sabios.

No hallo mejor forma de terminar este comentario que citando a Ofelia Rodríguez Acosta, importante periodista, líder feminista y narradora cubana de la etapa republicana, quien, al referirse a la lucha contra el gobierno de Machado, escribió: “Se pide que transijan ambas partes. ¿Transigir en qué? En los ideales no se debe ni se puede transigir, sin caer en la traición a la causa; y se ha probado aquí que el ideal, la verdadera causa, está de parte de la Oposición. Están frente a frente el principio de justicia y el autoritarismo. La Oposición es la que reclama. El reclamado es el Gobierno. La Oposición cede, no en su criterio pero sí en su actitud, al concederle la alternativa y la oportunidad al Gobierno (…) ¿Qué dirá el Gobierno? ¿Querrá la guerra? ¿Cuál será, al fin, la solución cubana, que nos devuelva en la práctica la paz del espíritu?/ He aquí el gran dilema: A la paz para evitar la guerra… o a la guerra para conquistar la paz. /Cuando los pueblos se plantean este dilema internacionalmente es porque están al borde del abismo, cuando se lo plantean interiormente es porque están ya en el abismo y luchan por asirse al borde y ver la luz” (*).

(*) Palabras copiadas de las páginas 106-107 del libro La nación íntima, de Zaida Capote Cruz, Ediciones Unión, La Habana, 2008.

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MINCULT y 27N: la represión como cultura

MINCULT, Cuba libertad de prensa

MINCULT, Cuba libertad de prensa
Fernando Rojas se dirige a manifestantes frente a sede del MINCULT (Foto: Captura de pantalla/Facebook)

GUANTÁNAMO, Cuba. – Los videos que muestran la agresión de Alpidio Alonso Grau contra uno de los jóvenes congregados frente al Ministerio de Cultura (MINCULT) el pasado 27 de enero deberían acabar de convencer a muchos “confundidos” europeos acerca de la naturaleza terrorista del régimen cubano.

Lo acontecido ese día fue un nítido ejemplo del gen totalitario de quienes conforman la principal institución cultural del país. Si un ministro de Cultura es capaz de hacer eso, ¿qué no harán los agentes de las fuerzas especiales del Ministerio del Interior? Sedientos de méritos y de escalar posiciones para evadir la miseria que ahoga a la mayoría de las familias cubanas, ¿serán capaces de mantener la compostura y no ceder ante las exigencias de la “violencia de clase” que les inoculan cotidianamente?

Si un hombre que se dice poeta, que ha dirigido una revista de poesía y que hoy es ministro de Cultura es capaz de abalanzarse sobre otro de forma tan brutal, ¿qué podemos esperar de quienes conforman las hordas de la Seguridad del Estado los cubanos que soñamos otro proyecto de país?

La redacción de Cibercuba publicó una noticia titulada Silvio Rodríguez sobre las imágenes de agresión a artistas en el MINCULT: Ocurre algo muy confuso. En ella se informa que el famoso cantautor escribió en su blog Segunda cita que había tratado de ver el mencionado video de los funcionarios de cultura agrediendo a los artistas, pero no lo había logrado. Y añadió: “Vi uno donde el viceministro Fernando Rojas los invita varias veces a pasar al ministerio; después ocurre algo muy confuso, una gritería, y hay un muchacho diciendo que hay policías con pistolas, que tampoco se ven”, agregó Silvio, aunque sabe muy bien que el joven se refería a los agentes de la Seguridad del Estado, vestidos de civil, que estaban situados frente al lugar y que sí andan con pistolas encima.

Desconozco si a Silvio también le prohibieron el acceso a Internet como me hicieron a mí y a miles de cubanos ese 27 de enero, pero de lo que sí estoy seguro es que pudo cerciorarse de que sí hubo una agresión del ministro y de su adlátere Fernando Rojas en contra de los jóvenes. Que lo haya querido reconocer es otra cosa.

No me sorprenden estas declaraciones de alguien doblegado por la zona de confort que ha obtenido gracias a su talento y a su incondicionalidad para con la dictadura. Silvio es otro ejemplo de como un artista puede crear una obra revolucionaria y acabar siendo un conservador. ¿Acaso no fue él quien dijo, luego de realizar un concierto en Moa, que no sabía que en Cuba hubiera tanta pobreza?

Otro conocido cantautor cubano, Vicente Feliú, declaró con cierta bravuconería que un revolucionario acosado era alguien peligroso, pero en él resultan comprensibles declaraciones como esa, pues ha vivido gracias a la canonjía que le ha garantizado la dictadura.

Se requiere tener altura moral para reconocer cuando se comete un error y esa es una cualidad inexistente en la mayoría de las personas que apoyan al régimen.

Pero lo ocurrido el pasado 27 de enero frente al MINCULT solo visualizó la punta del iceberg.

Si personas presuntamente cultas, cultivadores del arte, entendidos en él, o que trabajan en un ministerio encargado de potenciar los mejores valores de nuestra sociedad y de crear lazos de fraternidad entre los hombres, son capaces de cometer esa salvajada y defender su actuación como lo han hecho, ¿qué pueden esperar los jóvenes artistas del 27-N, la oposición y los periodistas independientes en un futuro cercano?

Contrariamente a lo que han asegurado los medios oficialistas cubanos después de los sucesos relacionados con la protesta frente al MINCULT el pasado 27 de noviembre, la dictadura castrocomunista jamás ha apoyado un diálogo donde no primen sus intereses y donde sus interlocutores defiendan derechos civiles y políticos que ella considera inviables para Cuba. Para los “revolucionarios” cubanos, devenidos en conservadores de rancia incapacidad política, moral y económica, no hay punto de vista más válido que el que defienden. Todo el que intente transgredirlo tiene fijada de antemano su muerte civil, la cárcel o el exilio.

Si los jóvenes del 27-N creen que pueden esperar algo bueno de los funcionarios del MINCULT, del Departamento Ideológico del partido o de quienes dirigen este país ilegalmente, están muy equivocados. Y deben saber que la ingenuidad en este tipo de lucha también se paga. Lo han demostrado los videos tomados ilegalmente a algunos de ellos y transmitidos sin su consentimiento por la televisión cubana.

Estoy completamente seguro de que Alpidio Alonso Grau, con toda su fachada de poeta y hombre de la cultura, está más que dispuesto no sólo a volver a dar un manotazo para arrebatar un teléfono -un acto realmente delictivo- sino hasta matar en nombre de la dictadura. Y es lo mismo que se puede esperar de Silvio Rodríguez, Vicente Feliú y tantos otros que no pierden la menor oportunidad para destilar su odio contra quienes exigimos un espacio en el mapa político de la Isla.

Las declaraciones de estos “voceros” y las continuas emisiones del Noticiero de la Televisión tratando de desacreditar al Movimiento San Isidro, al 27N y a cuanto artista, opositor o periodista independiente ha tenido la osadía de luchar abiertamente por sus derechos, son solo la punta del iceberg. Debajo de lo mostrado hasta ahora hay muchísima maldad esperando la oportunidad de su zarpazo.

Quienes duden sólo tendrían que recordar los primeros años de la dictadura, los sucesos relacionados con el puerto del Mariel en 1980 y, más cercanos en el tiempo, el derribo en aguas internacionales de las avionetas de “Hermanos al Rescate” (1996) y el fusilamiento de tres jóvenes cubanos acusados por el secuestro de una embarcación (2003).

La dictadura está en sus estertores. Y es precisamente ahora cuando puede ser más peligrosa. Quienes no le tememos seguiremos en busca de la estrella que ilumina y mata.

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Ministerio de Cultura, ¿para qué?

Funcionarios del MINCULT y otras instituciones del régimen en un simulacro de diálogo con jóvenes artistas tras el 27N (Foto: Cubadebate)

MIAMI, Estados Unidos. – Desde finales del año pasado, el Ministerio de Cultura cubano ha ocupado los titulares debido a sus acciones (o reacciones) hacia los miembros del Movimiento San Isidro. En días recientes, el ministro de Cultura cubano, Alpidio Alonso Grau, agredió al periodista independiente Mauricio Mendoza durante una manifestación pacífica frente a la sede del Ministerio de Cultura en La Habana.

Las recientes acciones del propio ministro ilustran la violencia intrínseca de la dictadura castrista: la misma actitud que ha mantenido hacia la prensa, los artistas y el pueblo cubano en general. Sin embargo, esta agresión generalmente se espera de miembros de los órganos represivos del castrismo, no de un ministro a cargo de una dependencia gubernamental supuestamente dedicada a proteger y promover las sensibilidades culturales del país. Estos sucesos motivan a que surja una pregunta importante: ¿para qué se necesita un Ministerio de Cultura?

Según su página de Internet, el Ministerio de Cultura define su misión como la de “dirigir, orientar, controlar y ejecutar en el ámbito de su competencia la aplicación de la política cultural del Estado y del Gobierno, así como garantizar la defensa, preservación y enriquecimiento del patrimonio cultural de la nación cubana”. La dictadura castrista ha gozado de la habilidad de jugar con la semántica revolucionaria impuesta a partir de 1959. Sin embargo, el Ministerio de Cultura es bien explícito y claro en su papel de “dirigir, orientar, controlar y ejecutar” la “política cultural” de la dictadura.

En los países libres y democráticos, la conciencia popular intuye que la cultura ―junto con la soberanía― emana del pueblo, no del Estado. Por eso muchos países, bajo un marco de libertad, han desarrollado sus culturas de forma independiente, como la libre interpretación y expresión de sus tradiciones y costumbres por parte de sus ciudadanos.

Es importante notar que en la Cuba precastrista (1902-1959) nunca existió un Ministerio de Cultura. Quizás por eso la Isla disfrutó de grandes exponentes de la cultura cubana, incluyendo a escritores, pintores, cantantes, compositores, cineastas, escultores, coreógrafos, diseñadores, modelos, bailarines, periodistas, actores y otros exponentes de la cultura cubana. Estos obtuvieron gran éxito y fama en Cuba y alrededor del mundo gracias, principalmente, a su talento y perseverancia personal, no a su adherencia a una ideología política. En el Ministerio de Educación existía una Dirección de Cultura, la cual fomentaba la creación artística en Cuba sin controlar a los artistas ni imponerles sus propios criterios ideológicos o políticos.

El Ministerio de Cultura fue fundado en 1976, bajo el marco de la constitución socialista implementada en ese año. Reemplazó al Consejo Nacional de Cultura, creado en 1961 por la dictadura castrista. A diferencia de la Dirección de Cultura del antiguo Ministerio de Educación, el Consejo Nacional de Cultura tenía como fin definir y controlar la expresión cultural en el país.

Existen países democráticos que también tienen sus propios ministerios de cultura, entre ellos Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, España, Francia, India, Perú, Suecia y Taiwán. A diferencia de la institución castrista, estos ministerios están encargados de promover la cultura de sus respectivos países y ayudar a sus artistas emergentes. Normalmente, los ministros de Cultura de estos países también cambian con frecuencia, al igual que lo hacen el resto de sus líderes políticos tras procesos electorales, pluripartidistas y democráticos.

En 45 años de existencia, el Ministerio de Cultura cubano solo ha tenido cinco ministros: Armando Hart Dávalos (1976-1997), Abel Prieto Jiménez (1997-2012 y 2016-2018), Rafael Bernal Alemany (2012-2014), Julián González Toledo (2014-2016) y actualmente el propio Alonso Grau, titular desde 2018.

Con la complicidad de este último, la dictadura castrista ha implementado el Decreto-Ley 370 de 2018 y el Decreto 349 de 2019, herramientas represivas en contra de cualquier expresión artística e intelectual que contradiga la cultura decretada por las altas esferas del régimen. Queda claro que el pronunciamiento de Fidel Castro en “Palabras a los intelectuales” sigue vigente 60 años después: “Dentro de la Revolución, todo. Contra la Revolución, nada” .

Con razón, muchos dentro y fuera de Cuba han pedido la destitución del ministro Alonso Grau. Aunque este paso sería significativo, solo representaría una medida cosmética para un problema mucho más grave: la permanencia en el poder de una dictadura represiva en Cuba. Por lo tanto, el desmantelamiento de este sistema, incluyendo a todos sus oficiales y organismos represivos, es necesario para que Cuba vuelva a ocupar un lugar de honor entre las naciones democráticas del mundo. 

Cuando llegue ese día, los nuevos dirigentes del país, electos por el pueblo cubano mediante un proceso de elecciones libres y pluripartidistas, tendrán que discutir los méritos y deméritos de mantener un Ministerio de Cultura. Tomando en cuenta la historia de este ministerio en Cuba y la prosperidad de la cultura cubana sin el control gubernamental, lo más recomendable sería prescindir de esa institución gubernamental en una Cuba libre.   

El autor es candidato a doctor en Ciencias Políticas por la Universidad Internacional de la Florida (FIU) y miembro de la Asociación de Estudios Latinoamericanos (LASA).

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Martí renace ante el oprobioso MINCULT

Jóvenes cubanos frente a la sede del ministerio de Cultura de Cuba (Foto: AFP)

LA HABANA, Cuba. – Hoy, cuando se cumplen 168 años del natalicio del más universal de todos los cubanos, duele constatar cómo se mancilla su memoria y manipulan sus ideas por parte de la  dictadura más prolongada y cruel del hemisferio occidental.

Quienes enarbolaron el ejemplo de José Martí para levantarse contra la dictadura de Fulgencio Batista mediante la lucha armada y el terrorismo revolucionario son los mismos que hoy ordenan detener a otros cubanos por distribuir octavillas con pensamientos del Apóstol.

Y es que una muestra de la genialidad política de Martí es que no pierde su carácter subversivo.

Los cubanos mencionan mucho al Apóstol, pero pocos han leído su obra con profundidad. La mayoría conoce algunos de sus Versos Sencillos o La Edad de Oro, pero desconoce su extraordinaria labor revolucionaria -reflejada en su correspondencia- o su agudo pensamiento político.

La causa de ese desconocimiento quizás sea lo difícil que resulta adquirir sus Obras Completas. En 61 años de dictadura castrista sus textos han sido publicados en cuatro ocasiones. La primera en la década de los años sesenta, las otras dos después de 1975, pero obviando la publicación de los textos martianos que critican al marxismo y a las ideas socialistas. Porque se oculta al pueblo que Martí fue un demócrata defensor del multipartidismo.

La mejor edición de las Obras Completas de Martí en Cuba ha sido la última, me refiero a la edición crítica realizada por el Centro de Estudios Martianos, pero resulta muy difícil comprarla. Fue vendida paulatinamente, por tomos. En Guantánamo no ha sido vendida completa.

La única explicación para que una obra tan necesaria no esté al alcance de todos los cubanos es el carácter antidictatorial del pensamiento martiano.

Quien conozca bien el pensamiento de José Martí, su obra ensayística, sus cartas, sus discursos y haya leído con detenimiento las Bases del Partido Revolucionario Cubano jamás podrá ser engatusado por los comunistas cubanos. Por eso impiden el libre acceso a las obras de Martí.

Quien conozca bien la obra de Martí jamás se prestará para cometer actos deleznables contra su memoria como los ejecutados por los individuos recientemente sancionados por el Tribunal Provincial Popular de La Habana, aunque muchos sospechan que se trata de agentes de la Seguridad del Estado utilizados con el objetivo de desprestigiar a la oposición.

En vísperas de este aniversario del nacimiento de José Martí ocurrió un hecho lamentable frente al Ministerio de Cultura (MINCULT) en La Habana, donde un grupo de jóvenes que clama por un diálogo sincero con las autoridades fue golpeado por las fuerzas represivas.

Uno de los videos transmitidos por las redes captó nítidamente cuando el señor Alpidio Alonso salió a la calle y confrontó a los jóvenes que estaban frente al Ministerio de Cultura, quienes estaban allí en busca de un diálogo sincero con quienes los engañan, manipulan y dividen. Y ese video captó cuando el ministro realizó un acto violento en contra de uno de ellos.

Humberto López, comentarista del noticiero nacional de la televisión cubana, muy conocido por sus furibundos ataques contra todo lo que representa diversidad política en Cuba, unido a Alexis Triana, dirigente, del MINCULT, hicieron uso de la retórica habitual de la dictadura frente a las cámaras del noticiero este miércoles en la noche, tratando de descalificar moralmente a los jóvenes. Argumentaron que el ministro no actuó violentamente -a pesar de lo que reflejó el video- y que nadie tiene el derecho de grabar a otro sin su consentimiento. Esto último es cierto, aunque es algo que se hace habitualmente en Cuba, sobre todo la Seguridad del Estado contra opositores y periodistas independientes y jamás he escuchado a Humberto López pronunciarse en contra de eso, ni de hablar de las detenciones ilegales y arbitrarias que cotidianamente sufren los opositores pacíficos y periodistas independientes cubanos.

Lo que tampoco mencionaron el periodista y el dirigente del MINCULT es que en horas de la mañana de ayer la joven Camila Acosta, periodista de CubaNet, fue acosada en la vía pública por un individuo que se le presentó como oficial de la Seguridad del Estado, pero que no se identificó correctamente. Ese individuo la agredió físicamente cuando pretendió privarla por la fuerza de su teléfono celular y dijo que podía acusarla como autora de un delito de Desacato solo porque Camila se negó a entregarle el teléfono o a acompañarlo a donde el oficial quería llevarla. Con total impunidad  el individuo violó el derecho constitucional que tiene Camila a circular por las calles, la coaccionó y amenazó, tres violaciones que están contempladas como delitos en el Código Penal cubano, pero Camila es periodista independiente y el individuo oficial de la Seguridad del Estado, así que no se puede pensar en que habrá igualdad jurídica si el caso llegara a los tribunales, sea por la acusación del agresor o por denuncia de la periodista.

Según publicó ayer Radio Televisión Martí, uno de los jóvenes que estuvo ante la sede del MINCULT dio lectura a un documento en el que explicaba por qué y para qué habían ido hasta ese lugar. Y lo más importante, recordando un célebre poema del Apóstol, afirmaba que habían ido hasta allí con una rosa blanca.

Pero, evidentemente, el ministro de Cultura cubano no cree en las propuestas pacíficas y como muchos otros testaferros del castrismo tiene que dejar bien claro ante la opinión pública que si tiene que golpear lo hará.

No perdieron tiempo los adulones de siempre para defenderlo y recordar que es un poeta. Sin embargo, ante un suceso como el de marras yo jamás lo diría, pues, lejos de aliviar su culpa, lo condena doblemente, como ministro -y nada más y nada menos que de Cultura-, pero, sobre todo por lo otro, porque un verdadero poeta sería incapaz de un acto como ese.

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