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Gobierno de México otorgará más becas para especialidades médicas en Cuba

CIUDAD DE MÉXICO.- El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, CONACYT, dio a conocer el pasado 11 de enero que los médicos que quieran estudiar una especialidad en el extranjero lo podrán hacer en Cuba. El convenio cubre 13 especialidades para optar.

Según la convocatoria de becas, el gobierno de México pagará por cada colegiatura desde 7 800 hasta 12 500 euros al año, dependiendo la especialidad.

médicos México
Foto cortesía de la autora

Además del pago de colegiaturas, el costo del seguro médico se le depositará directamente a la Comercializadora de Servicios Médicos Cubanos. La convocatoria también agrega que en “caso de que sea medida obligatoria por parte del Gobierno de Cuba, (habrá un) pago correspondiente a 150 USD para el aislamiento sanitario en Cuba por 10 días, en las condiciones establecidas por la Comercializadora de Servicios Médicos Cubanos”. Hasta acá, el gobierno cubano devengará ingresos en conceptos de colegiatura, seguro médico y hospedaje en el aislamiento sanitario.

Sin embargo, los pagos al régimen de la isla inician antes de que los médicos pisen La Habana. Quienes vayan a estudiar en Cuba tendrán que asistir al consulado de la isla en Ciudad de México y pagar 2 530 pesos mexicanos, unos 109 euros, “por cada documento que necesite legalizar”.

El apoyo económico que recibirá un médico mexicano para su manutención en el extranjero será de 1 090 euros. En caso que la persona becaria esté casada, pero su pareja no estudie en Cuba, el apoyo económico será de 1 326 Euros. En la convocatoria se agrega que en el “caso de que dos personas becadas por el CONACYT estén casadas recibirán el monto de soltero establecido”.

Foto cortesía del autor

No se especifica si el dinero que recibirá la persona becaria se depositará en un banco internacional o en un banco cubano, como pasó en la convocatoria del 2021. El año anterior los 184 becarios de México en Cuba no pudieron transferir el dinero de sus becas a sus cuentas personales, ni extraer divisas. Sus becas fueron secuestradas por el gobierno de la isla, quien dispuso que debían depositarlas en las tarjetas del Banco Popular de Ahorro de Cuba (BPA). Sus euros fueron cambiados por pesos cubanos, con el beneplácito de la administración de López Obrador.

Usuarios de Facebook se burlan de las becas

Foto cortesía del autor

Las reacciones en la Fan Page del CONACYT no se hicieron esperar. Usuarios de Facebook fueron sarcásticos y duros con la publicación de la beca para estudiar en Cuba, a pesar de que la publicación no fue muy compartida. Hasta el cierre de esta noticia tenía 33 comentarios, la mayoría humorísticos, 27 compartidos y 211 reacciones. De esas 107 son “Me Gusta”, 95 “Me Divierte”, cuatro “Me Encanta” y 3 “Me Enoja”.

Aunque algunos usuarios apoyan las becas en Cuba y señalan que la isla es una “potencia médica”. La mayoría de comentarios son para mofarse del convenio y del sistema de salud de la isla. Incluso tildan a Cuba de “potencia de la miseria absoluta”. Otro usuario señala que son para “que aprendan como controlar el sobre peso y sus padecimientos con escasez y racionamiento de alimentos”.

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De cuando la solidaridad es sólo una crónica muy anunciada

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LA HABANA, Cuba.- Esto no es una crónica, y nada tiene que ver con García Márquez. Aquí no hay ningún coqueteo con el colombiano. Si García Márquez fuera el autor de estas líneas sin dudas tendrían ellas muchos lectores, muchísimos más que las que conseguirán estas, que no intentan cronicar. El tono y las esencias de las suyas serían muy diferentes, totalmente opuestas a lo que intento escribir. Si García Márquez escribiera estas líneas sobre la “solidaridad” cubana, tendrían un tono laudatorio y con infinitas reverencias.

Por todos es conocido las muchas genuflexiones que le dedicara Fidel Castro al colombiano, y también las que hiciera García Márquez a Fidel Castro, lo que de algún modo significaba dar la espalda, la patada, a los cubanos. Pero yo no hablaré del dueño de aquel palacio que miré asombrado en Cartagena de Indias, donde el escritor trazara cada línea de “Cien años de soledad”. Si algo me interesa ahora es la muy cacareada solidaridad cubana, sobre todo en la atención a los enfermos.

Resulta que el poder cubano se empeña en poner en el centro de sus altisonantes discursos a la “solidaridad” que ofrece por el mundo, esa que algunas veces llegó a los rincones más insospechados, incluso desconocidos, apenas advertidos en los mapas. Creo que estaba yo por nacer, en el ya lejano 1963, cuando el pueblo en el que nací se quedó sin odontólogo. Aquel gabinete dental que ocupara “Rosita la dentista” quedó vacío por un tiempo. Ella fue enviada a Argelia a hurgar en las dentaduras argelinas, a corregirlas, y unos meses después irían los militares, también cubanos, a hacer la “revolución” argelina.

Luego vendrían otras “campañas de solidaridad”, muchas, que dejaron a tantos hijos sin sus padres, incluso durante esos años iniciales de la vida. Los padres y las madres internacionalistas salían y volvían como héroes, pero los hijos que habían crecido algo no los reconocían a la vuelta, ni siquiera podían decirle papá o mamá cuando regresaban, porque aquel que le mostraron en las fotos hechas antes del viaje, no era el mismo que volvía con medallas y reconocimientos a su labor “internacionalista”. Muchos hijos no tuvieron al padre o a la madre, y algunos abuelos conocieron al nieto cuando ya caminaba y no le dijo “abu” cuando, a su regreso, lo tuvo entre sus brazos para mostrarle los juguetes que le trajo, esos que acá no habría conseguido.

Y así siguió siendo hasta hoy, o quizá no, porque se hizo mayor el número de hogares al que le faltaba un miembro; unos viajaban con estetoscopios y esfigmomanómetros, mientas otros cargaron fusiles; unos volvían, otros no. Así ha sido nuestra historia de “internacionalismo proletario”, pero la solidaridad en el país, en el barrio, en la casa se acabó hace rato. Hoy suceden cosas espantosas en esta isla, y nada tienen que ver con la solidaridad. Hoy pagué una cifra exultante, insultante, por un paquetico de alprazolam, ese medicamento que me mandó el psiquiatra para combatir la depresión, y que no encontré en la farmacia, tampoco en los “centros espirituales”.

Y es que este gobierno que lleva tantos años alardeando de tener un sistema de salud de primer mundo, sin que lo sea, no admite el hecho de que su gente es la menos solidaria de este mundo, porque la solidaridad no puede ser institucionalizada. La solidaridad viene del corazón, o lo que es lo mismo, de un espíritu noble. Ahora mismo, y en medio de una pandemia que le está arrancando la vida a millones de personas en el mundo, ahora que los cubanos regados por el mundo hacen colectas para comprar medicamentos y mandarlos luego a la isla, “los de acá” revenden medicamentos, después de conseguir las recetas con esos médicos que antes fueron internacionalistas.

Esos médicos que pasan horas y horas, y días y días, en un cuerpo de guardia de hospital viendo la muerte en el preciso instante en el que llega, son los mismos que trazan sobre el papel de sus recetarios el nombre de un medicamento, y luego de otro, y otro, para el revendedor, ese que los ayuda, ese que les “tira un salve”, que le regala un paquete de pollo a ese médico que le da las recetas que no necesita, que da las recetas a quien nos vende luego los medicamentos con unos precios que ya sobrepasaron la estratosfera y que resultan insultantes.

Se dice que la solidaridad tiene que ver con el bienestar de quienes también propician el bienestar de los otros, y quizá sea cierto. El médico, ese que antes pudo ser un “internacionalista”, ahora traza en el papel el nombre del medicamento y con ello ayuda, satisface, al otro, en este caso al “paciente” revendedor que le tira “un salve”, un “salve” que podría ser un paquete de pollo, un picadillo, unas malangas para el hijo pequeño. Y el revendedor corre a la farmacia donde la dependienta le tiene guardado los medicamentos que él le había pedido, y a quien también le “tira un salve”, porque a fin de cuentas el venderá el medicamento de tal manera que las ganancias le permitan guardar dinero y comprar más medicamentos, y pollo, y así es que ellos ganan; el revendedor, el médico, y la mujer de la farmacia.

Y visto todo así pareciera que no somos otra cosa que seres insensibles, que somos animales, y que ellos me perdonen. Así miradas las cosas de esta isla concluiríamos asegurando que el comunismo que instaurara en Cuba, y hace ya tiempo, Fidel Castro, no es otra cosa que eso que algunos llaman “antropomorfismo”, que no somos otra cosa que una recua de raros animales con apariencia humana. Y sólo de esta manera podríamos entender la real deshumanización que nos azota. Y únicamente llegando a esa conclusión podría yo entender lo que sucede en este país, y bajo este gobierno.

Una cosa es lo que se quiere aparentar y otra es la realidad. Durante muchos años se ocultó la realidad cubana. El gobierno, con sus medios de difusión, oscurece, tiende un manto negro sobre la realidad. La apariencia esconde y ensombrece la verdad, y solo si se está fuera de esa forma falsa, de esas veladuras, se podría reconocer la verdad. En Cuba son contrarias la apariencia y la verdad, y entendamos por apariencia el discurso del poder, porque la realidad se hace visible ante los ojos de todos.

En el país de los muchos médicos, “tantos que se pueden exportar”, en el país de las vacunas Abdala, Soberana, y otras, no existe la tetraciclina, sobre todo si no vamos en busca del revendedor del barrio, ese que tiene tan buenas relaciones con el médico, y con la señora que trabaja en la farmacia. En el país en el que se hacen implantes cocleares y complicadas cirugías de cerebro o corazón, sobre todo en la televisión y en la prensa dependiente, no hay manera de comprar la sertralina si no estás dispuesto a pagar quinientos pesos.

Buscar en las redes sociales te podría provocar un infarto, pero si eres fuerte y sano encontrarás hasta el más raro, el más exquisito, de entre todos los medicamentos. La furosemida, el fumarato ferroso, la ranitidina, el alprazolam, la metformina, el clordiazepóxido, ciprofloxacina, amoxicilina, dexametasona, amicodex. Lo que quieras, búscalo en el mercado negro. Y ten la certeza de que es en esa revolución que son las redes donde únicamente los puedes conseguir, porque en el sistema de salud de Fidel Castro todo está “en falta”, incluso la paz después de la muerte, y los enterramientos dignos.

ARTÍCULO DE OPINIÓN
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Exportación de servicios médicos: fracasa otro negocio del castrismo

LA HABANA, Cuba. — Uno de los temas predilectos de la agitación comunista es el del enfrentamiento al “imperialismo yanqui”. En Cuba, los plumíferos y cotorrones al servicio del castrismo abordan el tema con frecuencia cotidiana. También se deshacen en elogios al pueblo cubano, que en la retórica de la propaganda que ellos mismos diseñan, “se enfrenta valientemente al Imperio”.

Hablan —pues— como si la política de permanente hostilidad hacia nuestro gran vecino norteño hubiese sido decidida por los once millones de habitantes de la Isla. Como si ese diferendo que conduce hacia ningún sitio se mantuviese por el deseo de los mismos que lo sufren, y no por la contumacia de los jefes, que lo ha decidido por sus espurios intereses de grupito de extrema izquierda.

Pero en esa retórica anti-norteamericana hay aspectos que la propaganda comunista suele evitar. Digamos, ellos insisten hasta el aburrimiento en el embargo (al que prefieren darle el nombre mentiroso de “bloqueo”), pero eluden reconocer que, por ejemplo, la mayor cantidad del pollo al que tiene acceso ahora mismo el pueblo cubano (principal y casi única fuente de proteína animal a su alcance) ¡proviene justamente del “Gran Satán”!

Los “rojillos” se abandonan también a exhaustivos inventarios de los éxitos (pocas veces reales y casi siempre imaginarios) que ellos y sus amigotes alcanzan, supuestamente, en sus enfrentamientos con el gobierno de Wáshington. Pero guardan un hermetismo total cuando los hechos tienen un signo opuesto. En tales ocasiones, se hace necesario que el analista lea entre líneas para comprender por dónde andan los tiros.

Una situación de ese tipo pudimos observarla el pasado martes. Ese día, el Noticiero de la Televisión Cubana, en su Emisión del Mediodía, informó sobre una reunión sostenida por el primer ministro Manuel Marrero Cruz con directores provinciales de Salud Pública, así como rectores y decanos de centros de altos estudios consagrados a la Medicina.

En la noticia figuró de modo destacado el ministro de esta última especialidad, doctor José Ángel Portal Miranda. Se trataba de algo que era de esperar en un evento que, al decir de la locutora Gisela García Rivero, estaba centrado en el objetivo de “dar un vuelco de calidad al Programa del Médico y el Enfermero de la Familia en 2022”.

En su intervención, el mencionado ministro del ramo, refiriéndose al supuesto propósito de mejorar de modo sustancial esa asistencia primaria, expresó: “Ya pasamos la etapa donde la colaboración internacional competía con ese principio”. A lo cual agregó una frase que aclara aún más cuál es la situación actual: “Ni la masividad de la colaboración hoy está presente…”.

Aquí es conveniente que, para beneficio del lector (sobre todo si es extranjero), aclaremos cuál es la verdadera esencia de esa política a la cual aludió el mayimbe de la medicina antillana. Estamos hablando de las llamadas “misiones internacionalistas” que implican el envío de profesionales cubanos de esa rama a prestar servicios en otros países.

Aunque la propaganda comunista, cada vez que aborda el tema, insiste en el hipotético “altruismo” que lo preside, en realidad se trata de un negocio harto provechoso para el régimen de La Habana. Los profesionales de la salud abandonan su país y a sus seres queridos durante años para radicarse en lugares a menudo apartados, insalubres y hasta peligrosos. A cambio de sus servicios, el país receptor desembolsa unos honorarios que se ajustan a las normas internacionales.

El pago lo recibe no el profesional universitario, sino el codicioso “Estado revolucionario cubano”. Este reparte la suma (que como regla supera los mil dólares mensuales) con el facultativo del que se trate. Las cifras varían de un país a otro; ¡pero la norma es que los “patronos socialistas” entreguen alrededor del 20% del dinero y se engullan el 80% restante!

Se trata de un negocio redondo (para los comunistas, claro; no para los explotados galenos). En medio de la debacle que el aparato de producción de bienes y prestación de servicios de Cuba ha sufrido bajo el castrismo, los ingresos provenientes de esa “colaboración médica internacionalista” llegaron a convertirse en el principal rubro de ingresos del esmirriado presupuesto de la Isla.

Ha sido Estados Unidos el país que ha llevado la voz cantante en la batalla mundial por desenmascarar ese negocio turbio y ese trato leonino. Los norteamericanos han denunciado esas operaciones como una nueva modalidad del tráfico de esclavos; como una violación gravísima y flagrante de los derechos humanos y laborales de médicos y enfermeros.

¡De lo dicho en televisión por el ministro Portal Miranda se colige que esa denodada campaña ha alcanzado el éxito! Ella ha logrado desenmascarar y esclarecer la verdad de lo que se esconde tras la pantalla de “desinterés y altruismo” que, para consumo de socios y tontos útiles, exhiben los comunistas y repiten y divulgan sus medios masivos de comunicación.

Si la “colaboración internacional” en ese campo ya no “compite” con la prestación de mejores servicios médicos a los desatendidos cubanos de a pie, ¡no es porque el régimen castrista haya renunciado buenamente a ese pingüe negocio! Si ya no se prevé que haya “masividad” en esa colaboración, ¡es sólo porque la demanda ha mermado de modo notable! Y debemos suponer que, en esa merma, la decidida campaña estadounidense haya desempeñado el papel central.

Pero claro que los portavoces y alabarderos del castrismo no hablan tan claro ni usan tan pocas palabras para expresar las cosas. Para ello hay que interpretar sus enmarañados dichos y desentrañar el sentido de los eufemismos que utilizan. Creo que, por esta vez, el Ministro de Salud Pública de Cuba habló de más, y sólo gracias a ello podemos enterarnos del fracaso parcial sufrido por el castrismo en la venta de servicios médicos.

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Los que marchan a favor del castrismo

cubanos

LA HABANA, Cuba.- Hace un par de días un médico holguinero, asquerosamente comunista, subió un post a Facebook en el cual criticaba, muy someramente, la desproporción entre el costo de la vida y un salario de poco más de 1500 pesos. En los últimos tiempos he visto a muchos socialistas cubanos empecinados replantearse el futuro de la nación, pero aun así la denuncia del médico me sorprendió. Digamos que este doctor se encuentra, ideológicamente hablando, en las antípodas de su colega Manuel Guerra, miembro de la plataforma Archipiélago, quien perdió su trabajo por apoyar la Marcha Cívica por el Cambio, prevista para el próximo 15 de noviembre.

Antes de ese día en que colgó el primer post crítico de su vida, el médico comunista solo subía fotos de Fidel Castro y promovía las “conquistas de la Revolución” en redes sociales. Viniendo de él, cuya cobardía ha rebasado todos los cotos hasta convertirlo en un sujeto pusilánime, aquella simple denuncia fue un acto de valor, si bien duró muy poco. Menos de media hora después había quitado el post, porque eso es lo que hacen quienes han vivido de este sistema disfrutando de lo que consideran privilegios envidiables, pero que en realidad son nimias concesiones que el régimen prodiga a sus peones, y que en un país normal conformarían lo básico indispensable para vivir.

El médico pertenece a esa casta selecta que ha cumplido misiones internacionalistas, y aunque el post de marras denunciaba un problema social real sin chocar directamente con cuestiones políticas, su miedo fue más fuerte que su sentido de la justicia. La autocensura es una actitud cotidiana entre quienes se sienten obligados a apoyar al castrismo, pues temen perder su trabajo y el sustento de su familia.

La precariedad material que sufren los cubanos es utilizada también por el régimen para aleccionar de modo velado a los pocos “fieles” que les quedan. El proyecto socialista ha fracasado tan estrepitosamente que hoy solo lo apoyan quienes se han comprometido hasta el tuétano -desde el punto de vista financiero-, o los que están adoctrinados más allá de la salvación.

Estos últimos no abundan, pero los que asisten a marchas de reafirmación revolucionaria, e incluso se prestan a participar en actos de repudio porque les conviene, son todavía numerosos. Hay mucho en juego: desde pasaportes visados, teléfonos móviles con saldo gratis y vehículos con tarjeta de gasolina asignada, hasta módulos de aseo y alimentos, acceso a baratijas que para el cubano promedio son verdaderos lujos, e incluso la garantía de poder revolcarse en la ilegalidad sin ser molestado por la policía.

El oportunismo condiciona buena parte del apoyo que aún le queda a la dictadura; pero existe también una fuerte presión sobre trabajadores del sector estatal, que temen negarse a colaborar porque podrían ser sancionados a ocupar una plaza peor remunerada, o despedidos y con ello poner en riesgo su jubilación.

Por simbólicos que sean los salarios y pensiones en Cuba, a las personas les asusta la posibilidad de llegar a la vejez sin un asidero económico propio; de ahí que no solo soporten las pésimas condiciones laborales, la paga miserable y las exigencias de sumarse al trabajo político-ideológico, sino que deban acudir a los vergonzosos mítines de repudio contra ciudadanos que ni siquiera conocen.

Una reflexión rápida desde la decencia argumentaría que nadie está obligado a prestarse a ese show, pero el problema se torna más complicado cuando se tienen hijos en edad escolar o ancianos que mantener. El castrismo sabe cuán vulnerable es la familia cubana y no duda en abusar de su poder como dueño absoluto de todas las oportunidades laborales.

Los tentáculos de la intimidación se extienden hasta el sector privado, con la policía política obligando a los dueños de casas de renta a vigilar a sus inquilinos por si traen “intenciones desestabilizadoras”, y haciéndoles saber que pueden perder su licencia si abandonan la neutralidad para posicionarse abiertamente contra el gobierno. En tales condiciones lo normal es disentir en voz baja, y reunir la mayor cantidad posible de capital para que los miembros más jóvenes de la familia logren emigrar.

Nadie se salva del terror infundido por la dictadura, que persigue las iniciativas independientes mientras subvenciona millones de plazas laborales para poder chantajear a quienes trabajan para el Estado, y controla las leyes para mantener a raya el impulso de los emprendedores.

No es de extrañar que sectores como la Salud, la Educación y la Ciencia se coloquen “voluntariamente” a la vanguardia para defender el sistema. Son los que más se benefician con los intercambios académicos y la prestación de servicios profesionales, actividad esta última que ha sido catalogada como “forma de esclavitud moderna”, pero para los salubristas cubanos se traduce en acceso a divisas y pacotilla.

Pese a la inevitable degradación ética y moral que ello supone, la mayoría de los profesionales cubanos que hacen su pantomima en defensa del sistema en realidad están tratando de preservar la dicha de no hacer colas, de importar ropa y zapatos para sus hijos, de reparar su casa sin desvelarse por los precios del cemento, cenar de vez en cuando en un buen restaurant y pagarse un “todo incluido” en algún hotel cuatro estrellas donde les cobran en moneda fuerte pero les ofrecen el servicio mediocre que de ordinario reservan a los cubanos.

Los que solo tienen acceso a moneda nacional se cuestionan si vale la pena servir de marioneta a un gobierno tan mezquino y abusador. Aguantan para no perderlo todo en una de esas sublevaciones del espíritu que se hacen cada vez más frecuentes, y en silencio anhelan libertad; porque solo la libertad demostrará cuán poco valen las consignas y cuánta mentira se esconde detrás de ese pueblo aguerrido que toma las calles para defender logros que no se ven por ninguna parte.

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Bob Menéndez pide ayuda a Joe Biden para frenar la trata de médicos cubanos

MIAMI, Estados Unidos.- El senador Bob Menéndez pidió este martes a la Administración de Joe Biden incrementar sus esfuerzos diplomáticos para ampliar la campaña internacional para poner fin a la trata de personas patrocinada y facilitada por el régimen cubano bajo una la excusa de “misiones médicas”.

La página web oficial del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, presidido por Menéndez, publicó la información citando una carta que el demócrata de Nueva Jersey le envió al secretario de Estado, Antony Blinken.

En la misiva el Senador advirtió que “la dictadura cubana se está aprovechando de la pandemia del COVID-19 para incrementar agresivamente su explotación y trata de miles de profesionales médicos cubanos al mandarlos a México y otros países”.

“Le pido al Departamento de Estado que use todos los canales diplomáticos para instar a nuestros aliados internacionales, incluyendo a México, a dejar de participar en las prácticas de trata de personas del régimen cubano o cambiar dramáticamente los términos de estos programas para cumplir con las normas internacionales de labor y derechos humanos”, dijo Menéndez.

El político alentó asimismo un “enfoque multifacético para ayudar a los 20 países participantes a encontrar alternativas para abordar las brechas en sus sistemas de salud, así como una mayor coordinación con las Naciones Unidas y la Organización de los Estados Americanos”.

“La Administración Biden ya concluyó que los participantes en el programa de misiones médicas al extranjero del régimen cubano reciben solo entre el 5% y el 25% de su salario, el resto de los seis a ocho mil millones anuales son confiscados por funcionarios del régimen”, dijo, citando el último informe del Departamento de Estado sobre la Trata de Personas (TIP, por sus siglas en inglés).

“El informe (TIP) señala que los profesionales médicos cubanos enviados al extranjero se ven obligados con frecuencia a participar, se les niega el control personal sobre sus salarios, se les despoja de sus documentos personales, están sujetos a vigilancia constante y a amenazas por parte de las autoridades cubanas y están limitados en sus libertades de expresión y movimiento”, agregó Menéndez.

“En lugar de proteger a sus trabajadores de atención médica de primera línea, el régimen de Cuba está utilizando la pandemia global como una oportunidad para exportarlos aún más, para apoderarse de sus ingresos. Ingresos que inevitablemente son utilizados para enriquecer a los propios funcionarios del régimen y poder seguir reprimiendo a su propio pueblo”, manifestó.

Bob Menéndez es el autor principal del Proyecto de Ley para Combatir la Trata de Médicos Cubanos de 2021, una legislación bipartidista que fortalecería medidas contra el régimen cubano para que rinda cuentas por la trata de médicos, enfermeros y otros profesionales de salud cubanos.

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Seguridad del Estado amenaza con desaparecer a médicos por denunciar situación sanitaria en la Isla

salud, COVID-19, Cuba, Manzanillo

MIAMI, Estados Unidos.- A la redacción de CubaNet llegó una carta abierta que recientemente publicaron varios médicos cubanos dentro de Cuba, en la que denunciaban la grave situación sanitaria que atraviesa la Isla. Pocas horas después de su divulgación en redes sociales, los galenos fueron amenazados por la Seguridad del Estado (SE) cubana, a algunos llegaron a decirles que los desaparecerían si continuaban exponiendo esa realidad.

“Se me tiró la Seguridad del Estado completa. A todo el que tenga esa carta se la van a aplicar. Me dijeron que si seguía denunciando me iban a desaparecer”, declaró uno de los profesionales afectados a CubaNet.

La misma fuente, que solicitó el anonimato para evitar represalias, afirmó que todos los que compartieron la carta suscribiendo su contenido recibieron visitas de la SE, a algunos los obligaron a borrarla de sus perfiles, a otros, como a él, le reportaron la publicación y Facebook la eliminó.

“No solo por la carta, a todos los médicos que están denunciando la situación sanitaria los están citando y amenazando incluso con expulsarlos de sus trabajos, hay casos en que permanecen más de 24 horas detenidos. Esto apenas se sabe porque tienen miedo de denunciar, pero a mi me han llegado varias informaciones de este tipo”, agregó.

La misiva fue analizada incluso a nivel de Consejo de Estado, Partido Comunista de Cuba y Gobiernos provinciales, lo cual pudimos corroborar por diferentes vías. La preocupación del régimen y la insistencia en silenciar a los médicos podría estar ligada a que la misiva y las preocupantes revelaciones y críticas provoquen una intervención sanitaria en Cuba.

Debido al temor de los galenos por las graves amenazas recibidas, ha sido imposible determinar la cifra exacta de personas que firmaron o apoyaron la carta abierta. Sin embargo, el doctor cubano Alexander Raúl la compartió en Facebook en apoyo a sus colegas.

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Por su relevancia, y con la anuencia de al menos uno de los implicados, CubaNet la reproduce a continuación.

 

Cuba, 6 de agosto de 2021

Sr. Miguel Díaz-Canel Bermúdez

Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República

Sr. Manuel Marrero Cruz

Primer Ministro de Cuba

Sr. Esteban Lazo Hernández

Presidente de la Asamblea Nacional y del Consejo de Estado

Sr. José Ángel Portal Miranda

Ministro de Salud Pública

Sr Francisco Durán García

Director Nacional de Epidemiología

Recientemente la Organización Panamericana de la Salud (OPS) reconoció que la situación de la pandemia de covid-19 en Cuba “era preocupante y complicada” y exponía claramente que, en las últimas semanas, nuestro país se ubicó primero en Latinoamérica y cuarto en el mundo por cantidad de contagios de COVID-19 por cada 100.000 habitantes. Por número de muertos cada 100.000 habitantes, se situó tercero en Latinoamérica (después de Paraguay y Argentina) y noveno en el mundo. A pesar de que estas escalofriantes estadísticas, tomadas de los informes oficiales emitidos por el Estado en el cual todos ustedes ocupan cargos de primerísima importancia, dudamos que representen la verdadera situación que vive hoy nuestro pueblo. La dura realidad que se vive en cada provincia contrasta mucho con estos datos fríos que se presentan día tras día. Los hospitales están colapsados, los enfermos tienen que esperar largas horas para ser atendidos, no alcanzan las pruebas diagnósticas para identificar los casos positivos, muchos enfermos y sospechosos son enviados a sus casas para un ingreso domiciliario ausente en muchos casos de la evaluación diaria necesaria por parte del personal de salud de la atención primaria (APS), no hay medicamentos esenciales en las farmacias. Si se necesita trasladar a un enfermo hacia un hospital se tienen que esperar horas e incluso días porque no hay ambulancias disponibles para ello. Algunos compatriotas han fallecido en sus casas y la familia ha tenido que soportar en silencio el inmenso dolor del cadáver frente a ellos por no existir manera alguna de que sea recogido y trasladado hacia las morgues abarrotadas. Los cementerios no dan abasto para ofrecer una digna sepultura a los que han perecido en esta situación y en muchos lugares se abren fosas comunes para colocar los cuerpos sin vida, huérfanos de poder recibir el último adiós por sus seres queridos.

Los que escribimos esta misiva sabemos muy bien lo que estamos diciendo, pues somos profesionales de la salud que nos encontramos en la primera línea de batalla frente a esta epidemia. Hemos visto con nuestros propios ojos todo lo que les estamos relatando. Tenemos que lidiar cada hora, cada minuto, cada día con la desesperación de nuestro pueblo, con la angustia de los enfermos, con la impotencia de ver morir a nuestro pueblo ante nosotros. Llevamos meses y meses batallando casi exclusivamente con nuestra dignidad y sentido del deber profesional; por ello, en estos momentos, nos importa bien poco si les gusta o no lo que les vamos a decir en estas líneas, pues ninguno de nosotros tiene que cuidar cargos públicos o puestos encumbrados, ninguno de nosotros cambiará la ciencia por la política asquerosa que está llevando a Cuba a un desastre bajo la responsabilidad de todos ustedes. Por ello muchas cosas tienen que ser dichas de frente y no vamos a ser nosotros los que nos quedemos en silencio ante este desastre.

Estamos frente a una crisis epidemiológica mundial. El SARCoV 2 se ha convertido en una pandemia global. Es una guerra de la ciencia frente a la naturaleza, y esta guerra deben liderarla los científicos, no los políticos. Es el ministro de Salud Pública con sus direcciones nacionales, en este caso la de Epidemiología que dirige Durán, el que debe asesorar al PCC y al Gobierno en cómo se debe enfrentar científicamente esta situación epidémica, pues es el MINSAP el que posee los conocimientos técnicos y los expertos para ello.

La estrategia de la salud pública cubana es política. Ello está bien claro desde la propia Ley No. 41 de la Salud Pública que define la universalidad, gratuidad, su carácter social, etc., etc., etc. Pero la táctica para alcanzar el derecho constitucional que tienen todos los ciudadanos de nuestro país a que se les atienda y proteja su salud, y la obligación que tiene el Estado de garantizar ese derecho, tiene que ser eminentemente científico. Solo así, el Gobierno sabrá qué hacer en cada momento y los científicos le dirán como abordar la crisis. No es al revés como se hace hoy. Por ello el desastre que hoy estamos enfrentando, por ello el manejo de la epidemia se nos ha ido de las manos y es el pueblo el que lo está pagando con su vida.

¿No han visto ustedes los videos que circulan por las redes mostrando las caóticas condiciones que hay en nuestros hospitales y centros de salud? ¿No han visto la gente morir frente a las minúsculas lentes de los móviles de sus familiares desesperados? ¿No han visto madres, hermanas, hijos llorando impotentes con un familiar agonizando en un centro de salud que parece más una zona de guerra que un lugar destinado a salvar vidas?

El pueblo les está mostrando la verdadera cara de la situación existente hoy en Cuba. Esa es la realidad que estamos sufriendo y no la que presenta la prensa oficial, cuyos reportes se asemejan más a una sátira maquiavélica de lo “real maravilloso” o quizás en este caso, mejor dicho, la trasmutación del infierno de Dante en una isla del caribe que un día soñó con el paraíso. Eso que se ve en las redes no es siempre mentira, ni son siempre “fakes new” financiados por una inteligencia extranjera para desacreditar a nadie como se nos intenta meter en la conciencia. Es el grito de un pueblo desesperado que no tiene a quién quejarse porque sus principales dirigentes se hacen los ciegos y los sordos ante la verdad cotidiana. Dediquen un tiempo mayor a mirar lo que les está mostrando la gente en sus redes, y menos tiempo a publicar tuits en Twitter que nada tienen que ver con la realidad cotidiana y que solo evidencian lo lejos que ustedes viven de su pueblo.

Sr. Díaz-Canel, bájese de ese podio en que se sienta sistemáticamente cual emperador en el “Grupo temporal de trabajo para la prevención y control del nuevo coronavirus”, y siéntese humildemente a oír lo que tienen que decir los que saben como se enfrenta una epidemia. Su papel como Primer Secretario del PCC es garantizar y fiscalizar que lo que allí digan Portal y Durán, sea cumplido por los que administran este país. Y como Jefe de Estado, cuyo poder supuestamente dimana del pueblo, usted debe garantizar que su pueblo sufra lo menos posible en esta precaria situación. Mande a bajar de ese mismo estrado a todos sus primeros secretarios en las provincias y garantice que los directores provinciales de salud jueguen el papel que les corresponde.

Sr. Marrero, a usted le toca implementar desde lo ejecutivo y lo administrativo todas las medidas necesarias para que las orientaciones científicas que emita el MINSAP sean llevadas a cabo. Usted dispone de los recursos de todos los ministerios de la nación y tiene que ponerlos en función de las indicaciones asesoras del MINSAP. Si no hay ambulancias, exíjale al Ministerio del Interior (MININT) a través de sus gobernadores en cada territorio, que pongan a disposición de Salud la mitad de los miles y miles de carros patrulleros que posee. Cada uno de ellos, con un enfermero al lado, resolverían el traslado de los enfermos a los lugares en que deben ser atendidos en tiempo y forma. Es una falta de respeto que solo se les haya ocurrido utilizar para ello bicitaxis, carretones de caballos o viejos “almendrones” particulares. ¿No les avergüenza que el pueblo haya visto asombrado cuánto dinero se ha gastado en comprar modernos carros patrulleros, camiones para transportar tropas especiales y poder reprimir al pueblo y Salud Pública no tenga el parque de ambulancias necesario para salvar las vidas de ese mismo pueblo? Ningún otro cubano tendría que esperar largas jornadas para ser rescatado si se complica en su hogar, ningún otro cubano morirá en su casa y su cadáver tendrá que esperar horas para ser llevado a su descanso final. Sería, además, una honorable forma para que la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) comenzara a lavar la sangre que mancha hoy sus ropas luego de las brutales golpizas, detenciones arbitrarias y encarcelamientos masivos que desde el 11 de julio llena de agravio a una fuerza cuya principal función es proteger a su pueblo, no masacrarlo.

Imponga al Ministerio de Justicia y a la Contraloría General de la República la necesidad de ser estrictos veladores de los recursos que dispone el país. Ellos debieran garantizar que los dirigentes corruptos que pululan por doquier en medio de toda esta caótica situación no puedan desviar los escasos recursos con que contamos para llenar de comida sus refrigeradores, o construirse casas con materiales no disponibles para el resto de los cubanos. Evitar y sancionar a los hijos de los principales dirigentes de la revolución que se dan una vida de “millonarios proletarios” mientras el pueblo se revuelca desesperado entre tantas necesidades insatisfechas. Acabar definitivamente con el nepotismo enraizado en las altas esferas. Que auditen a todas las instituciones estatales, incluyendo al emporio militar GAESA para que ponga a disposición del país los millones de divisas con las que cuenta en sus arcas para comprar comida y artículos de primera necesidad para los cubanos.  ¡Los militares están para salvaguardar el país contra fuerzas extranjeras que intenten invadirlo, no para hacerse los empresarios capitalistas y manejar el dinero de la nación!  Que se sancione con toda la severidad necesaria a todos los que entorpecen el desarrollo económico de la nación. Ello sería mucho más efectivo que desgastarlos en multitudinarios y vergonzosos procesos sumarísimos sin garantías de defensa a miles de jóvenes que, en su mayoría, solo salieron a expresar y a exigir sus derechos constitucionales. Haga que sea ininterrumpido el abasto de agua al pueblo, tan necesario para las medidas higiénicas en medio de esta epidemia, exija que no haya apagones, garantice que todas las estructuras del país hagan lo que tienen que hacer de una vez y por todas para resolver las necesidades del pueblo al que se deben.

Sr. Lazo, convoque a la Asamblea Nacional para analizar, lejos de formalismos previamente castrados por la falsa unanimidad y el estrangulamiento de opiniones que puedan ser divergentes, a un verdadero referéndum para analizar, evaluar y corregir los múltiples errores cometidos por el ejecutivo en el manejo de esta crisis y que aún hoy se siguen cometiendo. ¿Quién responderá ante el pueblo por mantener la afluencia de turistas desde países con altos índices de contagio hacia nuestros principales polos turísticos? ¿Cuándo va a rendir cuentas el presidente por llamar al pueblo a prácticamente una guerra civil, a enfrentar con golpes y palos los reclamos del mismo pueblo? ¿Usted no va a exigir responsabilidad a los que, a pesar de todas las advertencias, engendraron e impusieron en el peor momento el desastroso “reordenamiento” que tanto ha hecho sufrir a nuestro pueblo y sumido a nuestra economía en una profunda y prácticamente insalvable crisis? Creemos que la Asamblea Nacional, si verdaderamente representa el poder del pueblo y expresa su voluntad soberana, tiene largas e ininterrumpidas sesiones por delante. Y nosotros solo le hemos sugerido algunos pocos temas para el debate.

Sr. Portal Miranda, usted ha permitido que una de las “joyas” de las llamadas conquistas de la revolución hoy sea un fantasma ahogado en sus propias mentiras. El sistema de salud está colapsado, desorganizado y exhausto. Cientos de profesionales de la salud han muerto por la COVID. Se trabaja sin los adecuados medios de protección personal, los centros de aislamiento dan vergüenza, la Atención Primaria de Salud (APS) no puede cubrir las demandas de enfermos en las casas. Se trabaja con pasión, pero ello no basta. Acabe de reorganizar nuestro sistema para poder enfrentar esta pandemia.

Unas preguntas imprescindibles se imponen: ¿Cuántas autopsias se realizan a los casos fallecidos por COVID en nuestro país? A usted como ministro del ramo no le ha llamado la atención buscar una explicación científica al por qué la epidemia en nuestro territorio está afectando a tantas personas jóvenes e, incluso, a qué se debe el elevado número de casos en edades pediátricas que están resultado enfermos en Cuba, cosa que no ha sucedido en ningún lugar del mundo hasta ahora. Pero para eso hay que estudiar los cadáveres para ver que está pasando realmente.  ¿Están nuestros protocolos de atención médica al mismo nivel de respuesta que los últimos avances mundiales en el tratamiento de la COVID? Es humillante ver la sugerencia de apifármacos y medicina verde para tratar una enfermedad potencialmente mortal. ¿Vivimos aún en Cuba en la época de las cavernas?

Sabemos que se han comenzado a traer a muchos profesionales desde las misiones médicas cubanas en el exterior hacia nuestro país para apoyar a provincias críticas como Ciego de Ávila, Matanzas, Cienfuegos. Ello pudiera ayudar, sobre todo para oxigenar a los que en suelo propio llevamos meses y meses trabajando sin descanso a riesgo de nuestras propias vidas, la de nuestras propias familias e hijos, pero sin recursos poco se podrá hacer. Y usted lo sabe muy bien. Consideramos que los miles y miles de dólares que recibe el país por concepto de la “colaboración médica” deben ser puestos a disposición de la compra de los insumos, medicamentos y cuanto sea necesario para enfrentar con dignidad esta epidemia y poder dar un mejor servicio de salud a nuestro pueblo. Nada hoy puede ser mas importante que la vida de nuestros hermanos.

Dr. Durán, ha sido muy doloroso para nosotros verlo fomentar, desde su tribuna diaria frente a las cámaras de la televisión nacional, la caravana de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC). ¿Cómo es posible que la máxima autoridad epidemiológica del país, que lleva meses y meses llamando a la disciplina popular, al distanciamiento social, la persona que mejor sabe que este virus encuentra el mejor caldo de cultivo para su propagación en estas concentraciones, sea tan hipócrita y, pensando más en cuidar su puesto que en cumplir con su deber profesional, bendiga la estúpida decisión de seguir convocando a concentraciones que solo provocarán mayor propagación de esta enfermedad y mayor número de muertos? Su obligación profesional y moral, basada en su experiencia médica, en sus años de servicio, en su alto cargo debió ser, desde el principio, de exigencia frontal para que se cerraran nuestras fronteras cuando el país aún no estaba seriamente afectado por la enfermedad. En negarse a que siguieran entrando al país cientos y cientos de constructores indios provenientes del lugar donde ya se había detectado y circulaba la variante Delta del virus, con una elevada contagiosidad y mortalidad. De decir que no a las ilógicas restricciones horarias nocturnas cuando en el resto del día el pueblo entero se mantenía en colas interminables para paliar el hambre que lo atenaza. ¡Qué decir de sus partes diarios! Se ha encariñado tanto con los medios y los periodistas que ya hasta aprendió a mentir mejor que ellos. Usted sabe muy bien que esas cifras son puras falacias y obedecen a indicaciones estrictamente políticas. No puede haber certeza en esa información cuando no hay test diagnósticos disponibles para todos, cuando los laboratorios en varias provincias colapsan por la gran cantidad de muestras que tienen que procesar los equipos. Cuando se sesga el número de fallecidos evitando que, por ejemplo, si algún caso que fue positivo a la COVID se negativiza, pero aun así muere por sus secuelas, no se reporta como caso de la enfermedad; cuando a pesar de tener los síntomas, el paciente fallece sin que se le realice el PCR, no sale en las estadísticas como defunción por COVID y así, un sinnúmero de mentiras solo calculadas para que el mundo no se percate de que estamos hasta el cuello de tanta mierda.

Muchas cosas nos pueden faltar por decir en esta misiva, pero la catarsis de exponérselas a ustedes, principales responsables de la situación que atraviesa este país nuestro, de no ser parte de este engendro macabro en que hoy se ha convertido lo que un día fue un faro para los desposeídos, nos alivia el corazón y el alma. No seremos cómplices de tanta mentira, de tantos errores, de tanta basura. Nuestro pueblo tiene que saber la verdad. Y a ustedes, la historia no los va a absolver.

Firmado

Profesionales de la salud cubana agotados, engañados; pero dispuestos a seguir luchando por la vida de nuestros hermanos.

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Régimen cubano secuestra dinero de médicos mexicanos

médicos Cuba México

CIUDAD DE MÉXICO.- El seis de agosto, una semana antes de su vuelo a Cuba para comenzar su residencia médica, Cecilia supo que el dinero que cada mes le depositará el gobierno mexicano para gastos de manutención ya no iría a una tarjeta de débito internacional. Los 1 100 euros mensuales pasarían directamente a cuentas cubanas.

Ese día, los 184 médicos mexicanos que parten a Cuba este 12 de agosto a estudiar sus especialidades, con becas del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), supieron a través de funcionarios del Banco Popular de Ahorro de Cuba (BPA) cómo sería el manejo de sus becas una vez que pisaran tierra caribeña.

En resumen, los funcionarios les explicaron que CONACYT depositará mensualmente la suma correspondiente en cuentas cubanas del BPA, con las limitaciones de que Cecilia ni sus compañeros podrán extraer divisa o transferir a sus tarjetas internacionales. Eso sí, pueden recibir desde el exterior sin límites.

El conflicto principal es que una vez que el dinero entre a Cuba ya no podrá salir. No podrán tampoco ahorrar o manejar como deseen su propia beca. Deben gastarlo todo en una isla en la que apenas hay qué comprar. Y aunque lleguen euros, solo verán pesos cubanos.

Con el monto de la beca ofrecida por el estado azteca, los futuros especialistas deben costear sus gastos de renta, alimentación, transporte, telefonía, entre otros. Por supuesto, con una beca superior a los 1 000 euros mensuales los médicos también pretendían economizar para enviar a sus familias y guardar algo de dinero.

Solo que con los cambios anunciados a última hora sus opciones se reducen a comprar lo disponible en las tiendas en MLC, y el efectivo será en el peso local, una moneda que no tiene valor fuera de Cuba. Y tampoco podrán cambiarla por otra.

Cuando Cecilia supo la noticia dice que se sintió prácticamente estafada. Durante meses les aseguraron que tendrían una cuenta internacional en CIBanco, y a través de ella podrían transferir a una tarjeta de MLC. Apenas el mes pasado firmaron el contrato donde se especificaba que recibirían el dinero en euros. El documento ya estaba avalado por el director de becas de CONACYT, Edwin Ricardo Triujeque.

Sin embargo, el tiempo pasaba y no se formalizaba la cuenta, ni tenían noticias al respecto. Hasta que a solo seis días del vuelo les comunicaron que su dinero ya no es realmente suyo. Por su parte, las autoridades mexicanas argumentaron que habían estudiado las opciones y esa parecía ser la más factible. ¿Pero, factible para quién?

Cecilia es madre soltera de una niña, y uno de los motivos por los que se preparó para el examen y aplicó a la beca es porque le permitiría enviar dinero a su casa para mantener a la pequeña de dos años. Tener una especialidad, además, es una puerta a mejores opciones laborales en su país y mejor salario.

“Ahora con esta disposición muchos de los que tenemos dependientes económicos no sabemos si podremos irnos. Mi preocupación es cómo voy a mantener a mi hija, cómo voy a enviar dinero para que la puedan alimentar, vestir”, dijo a CubaNet.

Varias tarjetas que operan con bancos mexicanos funcionan en Cuba sin dificultad, entre ellas VISA y MASTERCARD, mientras no sean emitidas por instituciones o bancos de Estados Unidos u oficinas de estas instituciones en otros países. Por lo tanto, imponer la cuenta cubana no responde a limitaciones logísticas, ni al embargo.

En la reunión del 6 de agosto también les comentaron que debían llevar con ellos todo lo que pudiesen: comida, medicinas, aseo, ropa, celulares, por el estado de precariedad que hay en su nuevo destino. Para ello, tendrán derecho a dos maletas, una de 30 kilos y otra de 15. “En 45 kilos no hay espacio para mucho, y nos aseguran que allí no hay nada”, dice preocupada la doctora.

Viéndolo hoy, los retrasos con los trámites bancarios, los correos asegurando que todo estaba casi listo (cuando no era cierto) y que luego esperaran a una fecha tan próxima al vuelo para darles la noticia, sin tiempo a reaccionar, no parecen hechos al azar y menos si se analizan en contexto. ¿Cuáles son los nexos y compromisos del gobierno de México con Cuba?

El 12 de julio, un día después de las históricas protestas que sacudieron la isla, el mandatario azteca Andrés Manuel López Obrador expresó su “solidaridad con el pueblo cubano” y exhortó “a todos a que no se opte por el uso de la fuerza”. El presidente, si bien cuestionó el embargo norteamericano (al que llamó “bloqueo”), omitió criterios sobre la actitud represiva del gobierno caribeño hacia los manifestantes o el disenso en general.

AMLO también reprochó una supuesta campaña mediática mundial para politizar los asuntos internos de Cuba y provocar la desestabilización social. Él no oculta su simpatía hacia el régimen comunista, al cual ha enviado en fechas recientes donaciones de alimentos y combustible. Aquí parece existir un matiz ideológico que convierte lo estrictamente profesional en un favor político.

¿Será entonces que la administración de López Obrador ya había acordado con su homóloga de La Habana poner bajo su tutela las becas de los médicos, además de las colegiaturas que ya pagan por cada uno de ellos?

¿Cuánto gana el régimen cubano?

En noviembre de 2020 se realizó el Examen Nacional de Aspirantes a Residencias Médicas (ENARM) en México, al cual se presentaron galenos de todo el país. Por primera vez el gobierno federal anunció que los médicos tendrían la posibilidad de realizar su residencia, además de en suelo nacional, en otros países como Canadá, Estados Unidos, Rusia, Argentina, Australia y Cuba. Había un total de 1 000 plazas destinadas al extranjero.

Un mes después supieron que sería la isla caribeña la única opción internacional. Supuestamente, de todos los destinos ofertados solo Cuba accedió a recibir a los estudiantes en la pandemia. Con lo anterior, las 1 000 becas anunciadas serían pagadas a la isla, quien en concepto de colegiatura habría recaudado más de 40 millones de dólares (en un inicio se calcularon los montos en USD y finalmente se pasaron a euros) por el trato.

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Tabla de pagos a Cuba, publicada por el analista y periodista Xavier Tello. Cortesía del autor

Con lo que no contaba el gobierno mexicano, y tampoco el cubano, es que muchos de los estudiantes no estaban dispuestos a irse a Cuba, y rechazaron la beca. A pesar de que esto equivalía a perder su cupo en la residencia, prefirieron esperar al nuevo año y volverse a examinar, antes que tomar un vuelo con destino a La Habana.

Fernanda, una médica que sí mantuvo la plaza para especializarse en Rehabilitación, explica que sus compañeros desistieron porque cuestionaban cómo sería su formación en un sistema de salud con muchas carencias y que no cuenta con los avances tecnológicos de México, además de que escasean tratamientos básicos. “Los planes de estudio tampoco estaban claros y no sabíamos si cumplían los requerimientos de nuestro país. Lo cual podría afectar que se validaran en el futuro”, añade la doctora.

Además, Cuba impuso una serie de requisitos discriminatorios que dificultan la estancia y admisión del personal. Por ejemplo, no van a aceptar estudiantes con VIH, enfermedades contagiosas, enfermedades mentales, físicas e incluso mujeres embarazadas.

Finalmente, de los mil estudiantes, solo 184, divididos en cinco especialidades, aceptaron irse.

Cuba médicos México
Tabla cortesía del autor

Al perder más del 80 por ciento de la matrícula prevista, el estado cubano también perdió la mayoría de los ingresos. Con los 184 galenos que se espera lleguen hoy a la isla, apenas recaudarán 6 834 000 euros, es decir, poco más del 10 por ciento del monto inicial.

Los ingresos pueden desglosarse así, si multiplicamos el costo de la especialidad por la cantidad de alumnos: Anatomía patológica (594 000 euros), Epidemiológía (756 000), Geriatría (2 448 000), Medicina de rehabilitación (2 668 000) y Psiquiatría (368 000).

Hasta aquí los casi 200 profesionales estaban dispuestos a estudiar en Cuba, pero parece que el gobierno caribeño no conforme con esa ganancia propuso a sus homólogos recibir también los euros de manutención, convertirlos a dólares, y finalmente ofrecerles a los médicos unos billetes nacionales que apenas tienen valor. El cambio será de 1 por 24, bajo la tasa oficial, que es menos de la mitad del valor con el que se cambia la divisa en el mercado informal. Ahora, además de los casi 7 millones por colegiatura, recaudarán 9 055 200 de euros con las becas usurpadas.

Tanto Cecilia como Fernanda resaltan que, aunque apenas fue el pasado 6 de agosto cuando conocieron de la decisión, esta ya venía manejándose. Incluso las autoridades cubanas que participaron en la reunión informativa comentaron que ya estaban listas algunas de las cuentas, gracias a un listado compartido por CONACYT anteriormente.

Todo indica que secuestrar las becas de estos estudiantes fue una alternativa pensada para suplir la suma que ya no podrán ganar por concepto de colegiatura, luego del rechazo de la mayoría de los residentes. México lo aceptó, aunque afecta a sus propios ciudadanos.

“No somos tontos, nos hemos informado sobre Cuba antes de irnos a estudiar. Sabemos que la moneda local apenas tiene valor, y que nos están quitando descaradamente nuestro dinero, que sí vale, en complicidad con el gobierno de aquí,” dijo la doctora Fernanda. “Nos usan para ponerle una inyección de capital a la isla, disfrazada de convenio educacional”, concluyó.

Los residentes, inconformes con esta decisión, pidieron otra alternativa, al menos la opción de transferir a México parte de la beca, aunque no pudieran sacar divisas en efectivo en Cuba. Los funcionarios mexicanos acordaron que les enviarían una respuesta.

Unos minutos antes de las 12 de la madrugada de este martes 10 de agosto, dos días previos al vuelo, los 184 médicos que deben viajar a Cuba recibieron un correo.

La respuesta oficial es que no habrá cambios y que sus manutenciones pasarán a cuentas cubanas. Oficialmente el régimen de la isla secuestra sus becas.

Captura de pantalla del correo enviado a los médicos antes de salir hacia Cuba. Foto cortesía del autor

**** Los nombres de las residentes entrevistadas para este artículo fueron cambiados a petición de ellas para evitar represalias.

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Régimen envía más de 500 médicos a Matanzas ante crisis epidemiológica

Matanzas COVID-19

MIAMI, Estados Unidos.- Luego de que los propios médicos y enfermeros de Matanzas denunciaran la situación epidemiológica que atraviesa la provincia a causa del coronavirus, las autoridades cubanas enviaron a ese territorio más de 500 profesionales de la salud para ayudar ante el colapso en instituciones del sector y centros hospitalarios, que ha hecho visible incluso una campaña en redes sociales bajo el hashtag SOS Matanzas.

De acuerdo a una información publicada en la red social de Facebook por el periódico oficialista Girón, en una reunión presidida por el primer ministro, Manuel Marrero Cruz, el ministro de Salud Púbica, José Ángel Portal Miranda, indicó que el equipo que se sumará a esta labor está compuesto “por 100 médicos e igual número de enfermeras de la Brigada Henry Reeve, procedentes de varias partes del país, así como por 36 profesionales de estas especialidades provenientes de los servicios médicos de las FAR”.

A ellos se 370 recién graduados de la Universidad de Ciencias Médicas de Matanzas que, dijeron “adelantarán el inicio de sus actividades profesionales desde el martes para garantizar la cobertura médica necesaria en los diferentes municipios”.

Portal Miranda, que ya se encuentra en Matanzas, junto a “otros 27 cuadros y funcionarios del MINSAP”, aseguró que el gobierno ampliará “25 nuevas capacidades para la atención a pacientes críticos y estables en el Hospital Militar y el Faustino Pérez”, en contraste a las imágenes que se han divulgado en redes sociales durante las últimas semanas que muestran a pacientes siendo atendidos en pasillos, en asientos de salas de urgencias y en camillas improvisadas.

Según el ministro se harán “reajustes” al Laboratorio de Biología Molecular de Matanzas, que “permitirá analizar ahora unas 2 500 muestras, lo cual debe tributar a la rapidez de los resultados y la efectividad de los mismos”.

Por su parte, Marrero Cruz dijo que “el laboratorio debe ajustarse a sus capacidades para no comprometer los resultados, pues resultan intolerables el atraso de esos procesos, así como la respuesta tardía a los pacientes que permanecen a la espera de los PCR”, esto luego de que los cubanos se quejaran por las demoras en el procesamiento de las muestras.

De acuerdo a la información de Girón, en la reunión Marrero Cruz se ordenó “revisar nuevamente la situación de los médicos y personal de la salud que no están trabajando, analizar cada situación y garantizar que se incorporen la mayor cantidad posible ante la actual contingencia sanitaria”.

“No hay más lugar para el desorden y los problemas organizativos. Se ha hecho un diagnóstico muy completo de la situación de la provincia hoy, pero necesitamos más soluciones, más exigencia, más reacción de los directivos de todos los sectores y los diferentes niveles”, agregó.

Así mismo, durante el encuentro el primer ministro cubano dijo que, a pesar de la crítica situación epidemiológica que enfrenta la provincia, se mantendrán las operaciones turísticas y los vuelos provenientes de Rusia, ya que, aseguró, “se toman las precauciones para que estos visitantes permanezcan en el balneario, donde se garantizan los servicios médicos en cada una de las instalaciones hoteleras”.

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COVID-19 en Venezuela: “Nos estamos muriendo entre desinformación, escasez y especulación”

COVID-19 Venezuela

ROMA, Italia.- La pandemia de la COVID-19 está “fuera de control” en Venezuela. Así lo alertó recientemente la ONG “Médicos Unidos de Venezuela” (MUV): “Cada vez es más evidente que no hay control de la información. No hay control de la morbilidad. No hay control de las muertes. No hay control de lo que sucede en (los) hospitales y tampoco hay control de las vacunaciones”, publicó la conocida ONG en su cuenta de Twitter.

Estas declaraciones contrastan con las cifras oficiales del régimen de Nicolás Maduro. Al momento de escribir este artículo, la web Patria Blog registra sólo 260 740 casos positivos y 2 958 fallecidos, en una población promedio de 28 millones de habitantes, números que parecen surreales si los comparamos con el resto de los países de la región, en donde las estadísticas hablan de más de 36 millones de contagios, con una tasa de mortalidad que triplica la media mundial (162 personas mueren por COVID-19 por cada 100 000 habitantes).

Entonces, ¿Venezuela es un ejemplo de gestión de la pandemia? Por el tuit de “Médicos Unidos de Venezuela” (MUV) es evidente que no, por eso en CubaNet recogimos algunos testimonios para conocer de primera mano la realidad que viven los venezolanos. Así conversamos con el Dr. Jorge Yéspica Dávila, médico ginecólogo y miembro de la mencionada organización no gubernamental, quien confirmó que la población no tiene conocimiento de las cifras reales de la pandemia en el país.

“Para mí el gobierno se ha encargado de hacer un maquillaje que usa a su conveniencia. ¿Por qué lo digo?, porque como médico nosotros sabemos de muchas personas que han muerto y no aparecen en los registros. Por ejemplo, en estos días murieron dos o tres personas en Villa de Cura y después, en el reporte de (la vicepresidenta) Delsy (Rodríguez), no se mencionó a esos fallecidos”, dijo.

Un ciudadano común, que no quiso identificarse, describió cómo se vive la situación a las afueras del Hospital Central de Maracay, en donde pasó la noche en espera de noticias de un familiar que estaba hospitalizado por otra patología. “Me estacioné para pernoctar en un estacionamiento amplio que existe en el hospital y allí está la unidad precisamente para los sintomáticos respiratorios, y muchas personas pernoctan allí esperando noticias de sus familiares. Estuvimos alrededor de tres o cuatros días corridos y en ese tiempo, sobre todo en las noches, pude ver como fallecían personas. De hecho, en una oportunidad me quedé contándolos desde mi carro, porque llamaban ´familiares de fulano´ y sale la persona corriendo y viene llorando, se abrazan, lloran todos y se repetía ese escenario cada media hora, cada una hora, cada 45 minutos. En una noche logré contar entre 9 y 12 fallecidos, solo en ese sitio. Otro día 5-6 personas más, otro día 5-6 personas más, era algo sorprendente”, aseguró.

Este testimonio no sólo confirma la denuncia de manipulación de las cifras de la pandemia, sino que además se conoció que tal desinformación es consecuencia de la censura impuesta por el régimen, principalmente a los médicos. “Hay mucha desinformación y quienes tienen que informar más de esto son los médicos; pero en la radio, en la prensa, en las redes, quienes informan son Jorge Rodríguez (un psiquiatra que hoy es presidente de la Asamblea Nacional electa por el régimen y cuando inició la pandemia era el ministro de Comunicación) y la hermana Delcy Rodríguez, porque hay como una pared frontal para que nosotros no hablemos, porque nosotros sí decimos la verdad”, indicó Yéspica Dávila.

De hecho, “en una oportunidad recuerdo que en la noche fue tanta la desesperación que me salí del carro y me senté en la acera a llorar, de ver cómo estaban falleciendo personas a causa de la COVID-19. ¡No es mentira!, y más aún me parece que las cifras que oficializan a nivel de medios de comunicación no son las reales. Es mucho más grande la cifra de personas que han fallecidos por COVID-19”, confirmó el testimonio anónimo. Sólo en su familia fallecieron tres personas en una semana como consecuencia dela enfermedad.

Mueren dos médicos al día

El pasado 16 de junio la organización “Médicos Unidos de Venezuela” recordó que se cumplió un año desde que se reportara el primer médico fallecido por el virus chino en el país suramericano, y alertó que tales muertes continúan. “Cuando se conmemora un año del fallecimiento del primer trabajador de la salud por COVID-19, un médico epidemiólogo zuliano, rendimos homenaje póstumo a los 651 trabajadores que tenemos registrados fallecidos defendiendo la salud y la vida de la población”, escribió la ONG en Twitter, confirmando que “en Venezuela mueren, en promedio, dos trabajadores del sector salud a diario”.

Se ha hecho tan frecuente la noticia de las muertes en el personal sanitario venezolano que cualquiera está expuesto a ser una víctima más: “La última operación de cesárea que hice fue hace aproximadamente dos meses, y el anestesiólogo y su esposa que era la instrumentista lamentablemente fallecieron”, aseguró el ginecólogo, para luego comparar la situación en la región.

“Estados Unidos estaba alrededor de 1.5 % de mortalidad del personal de salud, y así sucesivamente Chile 0.09%; pero Venezuela está casi del 26 al 30%. Es sumamente elevado y estaba leyendo un comunicado de Médicos Unidos por Venezuela, del que también formo parte, y decía que el país donde menos vacunas se han colocado es Venezuela. Aquí en Venezuela lo primero que se hizo fue vacunar al presidente, porque es el presidente y después vacunar a todos los que están en el entorno. En el entorno quiero decir familiares, amigos, vulgarmente llamados enchufados. Eso es falta de gobierno”, dijo.

Venta de oxígeno y de vacunas

A este desgobierno se suma la escasez de más del 90% de las medicinas que ya afectaba a Venezuela antes de la llegada del COVID-19 y, en consecuencia, el macabro negocio que se ha creado en torno a la comercialización de oxígeno. “He visto mucho déficit de oxígeno, medicamentos y todo lo demás. Vi como unas personas corrían con bombonas de sus carros, pagándola en dólares, porque no existían los recursos en ese hospital para eso”, afirmó el testimonio anónimo.

Pero esta situación no sucede sólo con el oxígeno, lamentablemente esta dinámica se ha hecho común con cualquier producto de primera necesidad. La especulación en dólares es pan nuestro de cada día en el castrocomunismo de Nicolás Maduro, incluso en el sector sanitario.

“En Venezuela no solamente nos estamos muriendo por desnutrición, por la falta del poder adquisitivo, nos estamos muriendo porque están jugando con la salud del venezolano. No nos están colocando la vacuna a los médicos y mucho menos a la población en general. Además, no han llegado las vacunas de una forma normal, como debería ser y ya hay personas vendiendo vacunas en la calle. Aquí en Venezuela todo lamentablemente es un negocio, es la lucha del vivo contra quien necesita un medicamento o cualquier cosa. Las vacunas deberían ser dadas por el Estado, pero aquí hay personas vendiendo en dólares la vacunas. Eso debería ser denunciado, porque no puede ser que alguien se esté aprovechando de esta pandemia para lucrarse en contra de la población afectada”, denunció el médico venezolano.

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Luis Manuel Otero: “Hay que enfocarse en tumbar a la dictadura, yo estoy puesto”

Luis Manuel Otero

LA HABANA, Cuba.- Tras ser liberado del hospital Calixto García, luego de 29 días retenido, CubaNet conversó con Luis Manuel Otero Alcántara.

Luisma, se ha generado en todo este mes mucha polémica en las redes sociales, desde que fueras hospitalizado, por la desinformación y el hecho de que estuvieras incomunicado. Han circulado varios videos, creo que son como tres, el primero fue publicado por los propios medios oficiales, por el Noticiero Nacional de Televisión, que era cuando tú estabas entrando al hospital. Vamos a comenzar por ahí, por la veracidad de estos videos, me habías dicho que ya los habías visto. ¿Este primer video es cierto?

Sí, ese primer video, que fue el que yo vi cuando estaba en el hospital, sí. Supuestamente, la veracidad es que yo entré por mis pies. Sí, entré caminando al hospital.

Sí, fue lo que utilizaron para, de alguna manera, decir que tú estabas bien, que no habías desarrollado ninguna huelga de hambre y sed.

Vamos a partir de que la polémica tiene que venir sopesada por la credibilidad que pueda tener uno como individuo ante la vista del mundo. Si alguien en el mundo, en las redes sociales, los youtubers o alguien pone en tela de juicio lo que uno hace entonces, para qué vamos a seguir luchando, para qué vamos a seguir; porque eso es caer en el juego del régimen. Cuando Ariel Ruiz Urquiola decían que estaba comiendo, y lo ponían con una bandeja, de la huelga anterior, (pero) yo creo en Ariel Ruiz Urquiola, yo creo en Omara Ruiz Urquiola, yo creo en José Daniel Ferrer, yo no voy a creerle al régimen.

Si el régimen pudiera sacar, por ejemplo, a José Daniel Ferrer, o a los Ruiz Urquiola, vestidos de rosado, yo espero a que José Daniel Ferrer salga para ver si José Daniel Ferrer verdaderamente aceptó vestirse de rosado. De lo contrario, yo siempre voy a estar con la última palabra que me diga a mí un hermano opositor, activista, que no, necesariamente, sea para mi desconocido y yo creer todo lo que me diga, porque hay personas en el mundo letales.

Pero sí, yo entré por mis pies, llevaba unos 7 días sin tomar agua y sin comer.

¿En qué condiciones estabas exactamente cuando te sacaron de tu casa? ¿Tú caminaste hasta la puerta de tu casa? ¿Ellos irrumpieron? ¿Cómo fueron estas circunstancias?

Ese día mi sistema renal estaba dando problemas, ya yo no estaba orinando, casi nada, y eso denotaba que ya mi sistema venía decayendo, a partir del séptimo u octavo día; de hecho, en la huelga de noviembre yo estuve también con amigos y yo soy un tipo fuerte, por llamarlo de alguna forma, y es sorprendente que yo el séptimo u octavo día todavía caminaba o respondía, lo que pasa es que a partir del séptimo u octavo día me doy cuenta de que el cuerpo empieza a sentírselo ya, es como una hecatombe, se siente loma abajo.

Yo estaba mal, me sentía muy mal, y no sé ni siquiera a qué hora, siento que hay como un ruido en la puerta, que ya como que rompieron. Yo estaba preparado, tenía preparado unos mensajes porque yo intuía que me podían llevar en cualquier momento; había dejado unos mensajes preparados para nada más enviarlos, en el peor de los casos, y fue lo que hice, le mandé un mensaje a mi tío. Entraron como policías, me bajaron con delicadeza, entre comillas, con cuidado porque estaba débil, me bajaron por la escalera, me pusieron ropa, yo estaba desnudo, me pusieron unos zapatos, yo estaba fatigado; igual, como tú estás estresado, a esa hora el cuerpo saca energía de donde no la hay.

Estaba como fundido. Me montan en la ambulancia, unos médicos me toman la presión. Yo había negado días antes que entrara cualquier médico a mi casa, me habían tocado la puerta, pero (yo dije que) no quería médicos; mi familia entra unos días antes y ellos aprovechan para convencerlos de dejar entrar al médico. Yo nunca quise que ningún doctor entrara a mi casa, yo estaba decidido, dentro de mi casa, pasara lo que pasara. Me esposan y me llevan para el Calixto García. Cuando llego, que levanto la cabeza, me doy cuenta más o menos de que creo que es el Calixto García, ya ahí me habían quitado las esposas para tomarme la presión, me ponen una bata y es cuando entro al hospital. Cuando entro al hospital, que bajo a ese sótano, era el pabellón de quemados, y en este pabellón de quemados —yo no sabía en ese momento nada, lo supe después hablando con los médicos y las enfermeras— me ponen al final, en un cuarto, solo, por supuesto, todo era solo, y la cámara, veo una cámara grande de televisión que me sigue y entonces llego al cuarto, llegan los médicos, me toman la presión.

¿En ese momento te inyectaron?

No, en ese momento no me inyectaron ni nada.

Y ¿te sacaron sangre en esos primeros días para hacerte análisis o algo así?

Bueno, al otro día, por la mañana, yo estoy en el hospital y me digo “yo tengo que tener algún tipo de conciencia porque ya mi cuerpo está frito y yo no sé qué pase aquí”; esto es una experiencia nueva para mí, yo venía también con la imagen de Ariel Ruiz Urquiola cuando él una vez me dijo: yo me puse suero para estar consciente porque cuando tú caes en shock ellos van a hacer contigo lo que quieran. Y dije, coño, voy a ponerme un suero, me lo pongo, me pasan primero uno que no me duele, y el segundo que me pasan sí me entumece la mano, eso sí lo recuerdo.

Pero tú seguías sosteniendo la huelga de hambre.

Sí, la de hambre sí nunca la suspendí.

¿Y la de sed si la suspendiste en ese momento?

Al amanecer del otro día yo digo “yo tengo que tener conciencia de lo que pueda pasar conmigo en este momento o tomar decisiones en un momento determinado”, y es cuando digo “sí, ya, pónganme un suero”. Y cuando me ponen el segundo suero me empieza a doler, me empieza a doler mucho, mucho la mano. Le digo al doctor “mira, me duele, me lo voy a quitar”, le digo que de todas formas voy a tomar agua. Me quitan el suero y es cuando empiezo a tomar agua, sales hidratantes, leche, jugo, y ahí empieza toda la experiencia de después, los videos.

Por lo que entendimos por tus declaraciones de ayer, tú sostenías todavía la huelga de hambre y, a la segunda semana de la hospitalización, retomas la de sed. ¿Qué tiempo estuviste realmente de huelga de hambre y de sed?

Yo llego el domingo 2 de mayo. El lunes empiezo a tomar agua y estuve hasta el jueves o viernes de esa semana tomando leche, o jugo o agua. Yo había anunciado ya el hecho de que iba a retomar la huelga de sed si no me devolvían mis obras. Mi hermana va y es cuando yo le digo “mira, el lunes, si no me han dado mis obras, yo empiezo la huelga de sed de nuevo, retomo la huelga de sed”.

Y estuve hasta el lunes de la semana más arriba en huelga de hambre y sed.

¿Y por qué la abandonas finalmente?

Yo abandono la huelga de hambre y de sed totalmente, primero, porque me doy cuenta de que, indiscutiblemente, a mí no me iban a dejar morir. Uno de los médicos, que era como el que, al parecer, estaba al frente de todo, me dice: mira, Luis Manuel, nosotros no te vamos a dejar morir, tenemos la orden, no te vamos a dejar morir, tú eres el que va a tomar la decisión, tener un riñón hecho leña para el resto de tu vida, a pesar de que te vamos a meter sueros, te vamos a meter comida, te vamos a meter todo, no te vamos a dejar morir, tú decides. Y eso era todos los días: tu riñón está fallando. Ahí sí me hacían pruebas de sangre.

Es que quiero puntualizar si te hicieron pruebas al menos los primeros días…

Sí, sí, pruebas de sangre…

…porque sacaron en la televisión nacional, por supuesto, violando toda la privacidad del paciente, unas supuestas pruebas que te habían hecho para demostrar que no estabas en huelga de hambre.

Sí, cuando yo llego a allá, que amanezco al otro día, sí me hicieron pruebas de sangre y de orina. Tenía 16 de hemoglobina. Siempre lo que denotaba de lo que me decían era como del hígado, el hígado era lo que supuestamente tenía un desajuste ahí.

Entonces, me decías que decidiste abandonar finalmente la huelga porque…

Porque se iba a prolongar en el tiempo, un mes, dos meses, me iban a poner un suero, me iban a meter comida, ya yo sabía que estaba la orden de que no me iban a dejar morir, que el régimen no me iba a permitir morirme. Entonces, al final, es como entrar en un círculo vicioso, de que el cuerpo termine sumamente dañado, cuando tú verdaderamente ya estás en la calle, ya la gente sabe la dimensión de lo que estamos hablando ahora mismo, y ante esa imposibilidad de mi acción personal de querer morirme de esa manera, o ponerle mi vida al régimen en las manos, como yo le decía a las enfermeras, “esto no es un suicido, esto sería un asesinato por parte del régimen, el que tiene que tomar la decisión, porque yo estoy poniendo en las manos del régimen que me devuelva mis obras”.

Que ellos entraran a mi casa y lo que yo estoy reclamando es producto de una injusticia, probada, porque, a nivel legal, si tú entras a mi casa y te llevas un vaso, y tú lo vas a llevar ante un juez, el vaso tiene que estar íntegro, devolverme, o no, íntegramente el vaso. Tú no puedes llegar a mi casa, romper todo, y después decirme que hay un juez, que hay una causa, que hay una historia, porque ya ahí estás violando todos los derechos, todos. Y ahí es donde ya yo me doy cuenta de todo.

Yo entro en esa huelga también por un espacio de presión, por un espacio de no encontrar salida después de una semana, de que salía a reclamar mis derechos, salía todos los días y me metían preso, el último día me ponen con dos supuestos presidiarios, ante todas esas amenazas, todas esas ofensas, yo me siento como en una especie de callejón sin salida, donde lo único que tenía para poder reclamar mi propio derecho y llamar la atención era mi propia vida. Y yo empujaba también porque, mira, mi vida la quiero abandonar y convertirme en un espíritu, pero que le cueste al régimen, o una vida, o la decisión de reconocer que se equivocó.

Entonces, en ese tejido, al final, ya yo estaba más recuperado emotivamente, me doy cuenta de que ellos no me van a dejar morir. También hay una cosa importante, cuando tú tienes a un tipo o un médico delante de ti… por eso yo empiezo la huelga de hambre y de sed en mi casa, para no salir, porque para mí es muy difícil cuando tienes a alguien delante diciéndote: no quiero que te mueras. Y los médicos y las enfermeras, por muy instrumentados, por muy manipulados que estén por la Seguridad del Estado, son seres humanos, son médicos, y son tipos que están delante de ti diciéndote: mira, yo no quiero que tú te mueras. De hecho, hay uno o dos médicos que me dicen: ni la gente que piensa como yo, ni la gente que piensa como tú, están de acuerdo con que te mueras; y después me dicen: no te voy a dejar morir.

Vamos a hablar luego de los médicos y las enfermeras, porque hubo otro video que circuló y que generó muchísima polémica. Respecto a esta huelga de hambre, Luis Manuel, tú la iniciaste exigiendo que te devolvieran tus obras, que se acabara el cerco policial sobre tu vivienda, pues hacía muchísimos días que no te dejaban salir y, cuando salías, eras arrestado, y también para exigir que cesara la censura artística, para exigir la libertad de creación. Finalmente, ¿tú crees que lograste tu objetivo? Es decir, no te han devuelto tus obras, ¿crees que entonces fue un logro para el régimen que tú abandonaras tu huelga y que, definitivamente, no lograras tu cometido? ¿Cómo lo ves tú?

Yo no creo que las experiencias, tanto políticas, artísticas, culturales o sociales, sean de ganar o perder (…); yo creo que son experiencias de aprendizaje, yo creo que son experiencias de conectividad. También estamos marcados por la tendencia del macho que tiene que ganar (…), y no vemos que hay un sinnúmero de experiencias, de aprendizaje, de crecimiento y, sobre todo, de recapacitar y de replantearte cosas, darte un tiempo para recapacitar experiencias de lucha, maneras de luchar, de cómo hay cosas que asumen prioridades y otras no.

Yo creo que, primero que todo, estamos sentados aquí por una victoria, que haya un montón de cubanos conectados, que haya un montón de cubanos preocupados, que haya un montón de cubanos que ayer fueran al juego de pelota, inclusive en Miami, que la gente tiene que trabajar, dedicarle tiempo a un montón de cosas y después dedicarle tiempo a preocuparse por Cuba, eso es un gran logro. Mover todo eso, la conciencia de la gente, que uno salga a luchar por sus derechos hasta las últimas consecuencias y que el régimen demuestre que no te va a dejar morir, eso para mí es una victoria, porque no me iban a dejar morir de todas formas, era ni las obras ni dejarte morir.

Y ese espacio donde te dicen “no te vamos a devolver las obras” demuestra que el régimen es obtuso. De hecho, la primera semana, que me hayan roto las obras, la gente no se preocupaba por eso, ah, sí, era mediático, pero a nivel internacional era normal, la izquierda latinoamericana, normal; nadie veía que en Cuba los artistas son reprimidos, es como que son pagados por la CIA y demás, nadie observa que hay mujeres como Katherine Bisquet y Camila Lobón que salieron con su cartel, y que lo que quieren hacer es arte, poesía y que, ahora mismo, están presas; que Mary Karla, por su emotividad, por un amigo, ahora mismo está presa, o que Esteban Rodríguez, por una emoción, por un amigo, ahora mismo está preso, por reclamar el derecho a preocuparse por un amigo. No es el hecho de una protesta para convocar, no sé, a una intervención militar en Cuba, no, es una protesta ante el desespero de que un amigo está a punto de la muerte y no dejan verlo, no dejan preocuparse por él. Hay partes del mundo que es como si miraran para otro lado. Entonces, tienes que tener la vida en juego para que mediáticamente, o de manera sensacionalista, haya (preocupación). ¿Dónde está ahora mismo el pronunciamiento de Amnistía Internacional con los cinco o seis de Obispo, El Gato de Cuba? ¿Dónde está todo eso? Dicen que (incurren el delito de) desacato. No, eso es mentira de la dictadura, eso es un invento burdo.

Por ejemplo, esto de que si me torturaban, si no me torturaban. Brother, mis amigos, ante una preocupación de desinformación, porque nadie tenía información, mi familia, mi hermana y mi tío, me veían en la puerta cinco minutos, y ahí cómo tú eres capaz de sacar una conclusión de que si estaba drogado, no estaba drogado, a partir de tu interpretación tensa porque las palabras que se hablen tienen que ser las precisas, las básicas, porque tienes a tres agentes de la Seguridad del Estado 24 por 24, un médico delante de ti, y cinco minutos es lo que tienes derecho a hablar. Entonces, ante eso, tus amigos están preocupados, sobre todo por los antecedentes que tiene un régimen totalitario, una dictadura como la cubana, que mató a (Orlando) Zapata, a Oswaldo Payá, a Laura Pollán, a montón de presos políticos, los Plantados, el montón de presos políticos que nadie sabe, más toda la historia que está oculta, que nadie sabe, que es increíble. Cuando tú miras la película Plantados, por ejemplo, piensas que es ficción, pero solamente alguien que esté en un calabozo cubano sabe la dimensión de que eso es posible y peor, solamente alguien, como nosotros, que pasamos y vivimos la realidad cubana, día a día, en el siglo XXI, sabemos que hace sesenta años atrás podían haber hecho esas cosas y peor. Entonces, ante eso, ninguna exageración es máxima, es mínima, ante lo que pueda pasar.

Entonces, tu demanda principal, que era que te devolvieran tus obras, ya tú estás consciente de que no te las van a devolver.

Bueno, la conciencia… vamos a decir la esperanza, por llamarlo de alguna forma, es lo último que se pierde. El régimen, macho, patriarcal, va a ser difícil que me de las obras para no demostrar fragilidad pero ya el mundo sabe que vivimos en un régimen totalitario, que me rompió las obras. Entonces, mi demanda principal es un símbolo ahora mismo de resistencia; esas obras son un símbolo de resistencia, un símbolo de lo que es capaz de hacer este régimen con el arte, con la cultura. No creo que ni los fascistas rompieran artes (…).

Me encantaría tener mis obras, yo voy a seguir, a nivel legal, negociando, voy a seguir; pero al régimen yo nunca le voy a creer que va a tener un gesto de buena voluntad. Y eso sería un gesto de buena voluntad por parte de ellos, porque la legalidad ellos no la respetan de ninguna manera.

Y respecto a la relación con los médicos, uno de los videos que circuló, que me decías que fue con tu consentimiento, fue de un médico al que tú le arreglabas el cuello de la camisa, en el que decías que estabas bien, ¿fue cierto ese video?, porque se generaron toda una serie de fabulaciones en las redes sociales.

Ese video, primero que todo, yo reconozco que no fue ni bajo droga, por lo menos a conciencia, ni fue electroshock… pero, te estoy diciendo, toda exageración que pueda surgir por la parte de la oposición (está fundamentada). De hecho, somos víctimas, somos víctimas psicológicas, (por lo que) toda esa exageración es mínima.

Y está fundamentada también por la historia.

Aparte, tú tienes preso a un amigo allá adentro, que nadie sabe lo que está pasando, él no está ahí con su consentimiento, a mí nadie me preguntó si yo quería estar ahí, yo, de hecho, no quería estar allí, yo tenía tres militares (vigilándome) 24 por 24, las luces encendidas del cuarto 24 por 24. Imagínate que a los presos tú los sacas todos los días a coger sol, a mí me sacaron solamente tres veces a coger sol.

Otro de los videos que circuló también era uno en el que tú estabas caminando, cogiendo sol, y como que estabas conversando con una enfermera.

Todo eso es real. Ahora, todo eso (también) es manipulación de parte del régimen y yo tenía cierta conciencia también de que eso podía pasar. Por ejemplo, ellos me sacan a mí, en un mes, tres veces nada más a coger sol, yo estaba en aire acondicionado 24 horas, aire acondicionado, súper heavy, estaba con tres colchas y demás, 24 horas con una luz encendida también. La Seguridad del Estado, si yo entraba al baño y me metía más de 20 minutos, “tun tun, Alcántara, ¿estás bien?”. Mi familia podía verla, dos minutos, cinco minutos… todo era así, súper militarizado, te contabilizaban lo que comías, lo que no comías, supuestamente era para saber, pero, mira, tú sabes la comida que entra aquí y la que no sale, tú sabes las personas que entran aquí y las que no salen, para qué tú estás recogiendo el nombre todos los días. Entonces, todo un estrés psicológico que, indiscutiblemente, tienes en ese lugar.

Inclusive, tres días, una semana antes, llegaba el médico y te decía: ya, te vamos a dar de alta pronto. Pasaban como dos o tres días, no te daban de alta, “te vamos a dar de alta pronto”. Y eso también tiene consecuencias psicológicas.

Como te decía, las tres veces que me sacaron yo sabía que era para filmar, yo sabía que era para que me vieran caminando. Y el primero (video), en específico, que es en el que yo tengo conciencia, Ifraín (el doctor) llega preocupado. Me dice: Luis Manuel, mi familia me ve en Cuba y en Miami, en este video en el que yo soy el que te entro al hospital, yo soy el Sub-Director. Ya habíamos generado cierta empatía, habíamos hablado esos dos días antes, me había prestado un libro, de hecho, él me prestó como doce libros, me leí un montón de libros, claro, todo el mundo sabe que esos libros la Seguridad del Estado decía si entran o no entran, porque ahí no podía entrar 1984, ni me iban a entrar un libro de Santiesteban, ni de Huber Matos ni ninguna historia de esas.

Y ese video también fue autorizado por la Seguridad del Estado.

Claro. Y también instrumentado por la Seguridad del Estado, por llamarlo de alguna forma, sugerido por la Seguridad del Estado, para no decir que esas personas siempre estuvieron instrumentadas por la Seguridad del Estado. Pero sí, indiscutiblemente, el doctor Ifraín, que hemos generado buena empatía y buena amistad, estaba preocupado por su imagen ante lo que pudiera pasarme a mí, que fuera el médico que dijeran “mira, es el médico que está torturando a Luis Manuel Otero Alcántara”. Y ya Luis Manuel Otero Alcántara no es un desconocido, tú hijo en la escuela, tu mujer y demás y demás (te dicen): ¿qué bolá con tu responsabilidad cívica en Cuba hoy? Y hay gente que también te dice “qué bolá”. Y eso para mí es importante, no ver los polos, este extremo y este extremo, sino la diversidad de la realidad cubana, de que cada día la gente debe asumir más responsabilidades, de que ya el régimen no tiene tanto poder, y el juicio público también es importante. De que el vecino te diga, “tú eres el médico que está allí, ¿qué bolá contigo?”.

Ayer tú decías que considerabas que el Ministerio de Salud Pública había sido cómplice de todo esto que te había sucedido, toda esta retención que tuviste en el hospital, y esos médicos son parte del Ministerio de Salud Pública. ¿Tú consideras que hayan sido cómplices también?

Yo ahora mismo estoy en grandes debates, estoy conversando con Anamely (Ramos), estoy conversando con Omara (Ruiz Urquiola), estoy conversando con varia gente sobre estos temas. El régimen es muy bueno generando separaciones de este tipo, de que a ti te trata mal, a mí me trata bien, a los Ruiz Urquiola los tiene al punto de la muerte, y eso, indiscutiblemente, como no hay una narración de que el régimen siempre es malo, malo, malo, genera supuestamente contradicciones, y genera separaciones; el hecho de que a mí me traten bien, por llamarlo de alguna forma, no hace que yo no sea solidario con Omara Ruiz Urquiola, ni con Ariel Ruiz Urquiola, que tienen pruebas de las cosas que les han pasado, o con los Payá.

Yo estoy puesto, y eso me hace, o nos hace, seres solidarios con el otro, porque si cada uno de nosotros fuéramos aprovechando las prebendas que nos va a brindar el régimen, fuéramos unos oportunistas y descarados. Entonces, no, lo que nos hace ser lo que somos es que nos preocupamos por el otro; porque a mí me han ofrecido de todo, el régimen, y los tratamientos que han tenido con Maykel (Osorbo), por ejemplo, a mí no me han tratado así, conmigo han sido más suaves, de otra manera, pero, entonces, yo no puedo decir que sí, me dieron cuatro galletas, me dieron cuatro palos, cuando no es real, pero a Maykel sí le dieron cuatro palos, y cuando he estado lo he filmado y hemos estado ahí.

Ahora, esa diversidad de posibilidades nos convierte a nosotros también en activistas, nos convierte a nosotros también en la sociedad civil, porque los hijos, y los primos, y la familia de esas personas son los cubanos para los que uno también trabaja, y cuando dicen “mira, mi marido es mentira que te dio un golpe, que te dio electroshock, tú eres un mentiroso”. Entonces, la complicidad es muy relativa porque el régimen pudo llegar y decirle al médico, “mira, tú eres médico, tu pincha es salvar a las personas, te voy a poner a ti que eres el director del hospital —que tienes que tener compromisos, los que sea— y tú tienes que salvarlo, es fácil, tu trabajo es salvarlo”. El rostro que te pone el régimen delante son esos médicos, no te pone el rostro ni de Díaz-Canel ni el del Ministro del Interior, ni de la Seguridad del Estado, el que te pode como delante de todo aquello es a un médico, el que te pone como responsable es a un médico. Es como el policía, el policía que está en la esquina, que lo trajeron de Oriente, con su forma de pensamiento, es responsable por el régimen… ese tipo está trabajando, todos los policías no son malos. El médico, a lo mejor, que se encargó de enfermar a los Ruiz Urquiola es otro tipo de médico (…), los que me pusieron a mí yo los vi humanistas, tipos preocupados por la salud; de hecho, hablamos ahí de la negligencia médica con El Dany, que murió en el Calixto García, y estuvimos hablando de montón de cosas, hablamos de la familia… Y ahí tú veías al humanista.

Y otra cosa que yo le decía ahorita a la gente de San Isidro, imagínate que la directora de una escuela, que es cerca de ahí de San Isidro, es medio familia de un amigo mío, y a ella le dijeron que tenía que ir a hacer un mitin de repudio a Luis Manuel un día determinado; ese amigo mío vino y me dijo: mira, Luis Manuel, el martes viene fulana, hace falta que tú no salgas, que no formes un lío, para que ella no tenga necesidad de eso. Le dije, “mi hermano, yo no voy a hacer nada”. Porque imagínate que ella, la directora, que cobra 5 000 pesos cubanos, es el rostro entonces del Ministerio de Educación, que es el que el Ministerio de Educación te pone delante… o el Ministro este de Cultura que fue el que dio el manotazo, ese tipo sí es responsable, pero yo no puedo decirle nada al galerista de la Servando Cabrera que me censuró una obra porque tiene que comer, y todo el mundo sabe que aquí no hay otra opción, que no sea el régimen… Imagínate que esa maestra tenga que enfrentarse a un seguroso (por negarse al acto de repudio), la van a botar y (va a perder) los 5 000 pesos con los que mantiene a sus hijos, y yo no tengo 5 000 pesos para darle a la gente que se pararon en la esquina durante todos esos días a hacer el mitin de repudio. Hay gente que sí (grita) “gusano”, que pueden creer en eso, ojo, pero tú te imaginas a esa maestra, o a esa directora o a ese galerista, que llegó la dictadura y le dijo “si tú expones a Luis Manuel Otero Alcántara aquí más nunca en tu vida vas a exponer a nadie”. Y aquí todo el mundo sabe que la Seguridad del Estado te desaparece.

Entonces, ¿quién está dispuesto? Hay gente honesta, hay gente que son valientes, valientes nos toca serlo a nosotros que somos los que decidimos dar el paso adelante. Ojalá y yo tuviera los 5 000 pesos o los 10 000 pesos que le paga el régimen a cada una de esas personas, hablando de economía, hablando de dinero, sin hablar de la represión, y sin hablar de todo el aparato que te cae encima, que uno sabe que hay que estar, o loco, o ser superhéroe, para ser tú, para ser yo, para estar metido en el ambiente de la oposición en Cuba. Hay que ser un tipo fuera de serie.

¿Y en algún momento los sentiste, a los médicos, a las enfermeras, molestos o inconformes con lo que te estaba sucediendo?, porque tú estabas preso en un hospital.

Yo estaba preso en el hospital, pero, por ejemplo, el médico Velázquez, el psiquiatra, era un tipo que me decía…

Fuiste atendido entonces por siquiatría también.

Él me decía que era psiquiatra, nunca se escondieron, Ifraín es nefrólogo, el otro era clínico intensivo, nunca se escondieron. De hecho, yo les decía “Brother, yo estoy deprimido, el régimen cubano me tiene deprimido a mí ahora mismo”. Pero a mí un psiquiatra, un sicólogo, no me viene dando muela desde ahora, desde el hospital Fajardo, en todas las detenciones hay una psicóloga que me interviene y me trata de convencer y dialogamos; una me dijo que yo me estoy victimizando, porque el régimen me da cuatro palos y yo protesto, con esa no hablé más. La primera me decía que yo estaba equivocado, que si yo fuera hijo de ella me iba a dar cuatro palos, a esa tampoco la pusieron más, me tocó ahora esta persona. Él me decía: mira, yo creo que el régimen sí te va a devolver las obras, tienes que tener fuerza. Pero el basamento de lo que estaba hablándose ahí era tan neutro como la vida. Por ejemplo, yo me leí “La fiesta del chivo”, Trujillo, el dictador más dictador tiene una parte humana, con sus hijos, con sus primos, Trujillo, el hijo era malcriadísimo, y él lo malcriaba.

Entonces, hablando de la vida, en ese instante era fácil, “mira, lo mío es salvarte”. Si aquí me llega un enfermo y es un delincuente que mató a diez personas, es un asesino, yo tengo que salvarlo. Ellos también estaban atemorizados con la Seguridad del Estado, me hablaban cosas y miraban como para arriba, pero, inclusive, también los guardias que me miraban, ahí había todo un abanico de cosas, había segurosos que se creían superhéroes, había segurosos que fueron más afables conmigo, que me cerraban más la puerta para no verme, para que yo tuviera más intimidad… hubo de todo, unos que conversaban, que se interesaban por lo que yo estaba pensando; todos no eran segurosos, había policías que estaban vestidos de civil pero yo los conocía de cuando habían estado en la esquina de mi casa. Lo que pasa en ese espacio allá adentro es muy complicado.

Y te sigo diciendo, eso no hace que lo que le ha pasado a los Ruiz Urquiola, lo que les pase a los otros sea menos o más, yo creo en lo que dice Ruiz Urquiola y estoy puesto. Y eso me solidariza con ella, me solidariza con la bestialidad que son capaces de cometer con ellos y me demuestra que el régimen totalitario puede mañana hacérmelo a mí, o a mis hijos, o a cualquiera, pero ni siquiera es porque no me lo hagan a mí en un futuro, eso no va a comprometer mi sentido de justicia, mi sentido de solidaridad con un hermano o con un cubano.

Luis Manuel, estabas incomunicado todo este tiempo, ¿en algún momento a tus familiares, que eran los que de alguna manera llegaban hasta ti, los amenazaron, con dar información a la prensa, por ejemplo?

¿Con ellos dar información? Yo creo que no. Ellos tenían militarizado el hospital. La primera semana ellos dejaron entrar montón de médicos y enfermeras, y las enfermeras súper espectaculares y súper cariñosas, y ellos (la Seguridad del Estado) me imagino que lo tuvieran estudiado (…). Y habían montón de enfermeras alrededor mío, diciéndote “tómate la lechita, el pollito”, y yo: “no voy a comer”. Eso te fractura, porque tienes a una señora de 70 años delante de ti, que tiene nietos, diciéndote eso. Y tú te mantienes firme hasta un momento determinado, porque yo no tengo los huecos, literalmente, para a un rostro así, honesto, porque yo soy performance, yo soy artista, yo conozco de actuación, sé cuando alguien actúa y cuando no. Los médicos decían: asere, yo creo que el régimen está bien, está mal o no es como se dice. O enfermeras y médicos me decían: a partir de conocerte, me ha cambiado la percepción de montón de cosas que me decían de ti. Entonces, es muy complejo.

Hubo un video de un tío tuyo que salió hablando. ¿Fue usted? (señalando a un señor que estaba en la habitación).

Tío: Sí.

Era para saber si era cierto el video (en el que sale su tío diciendo que Luis Manuel está muy bien en el hospital y todo lo que dice la prensa independiente es mentira).

Luis Manuel: es falso, es falso, de alguna manera lograron hacer ese video. Mi tío reconoce que es falso. Yo no estaba ahí, no sé qué fue lo que pasó, pero mi tío reconoce que es falso.

También la familia está bajo presión. Yo siempre he tratado de tener a mi familia alejada de todo este proceso. Todos los procesos contra un régimen totalitario que tiene el control absoluto de tu vida pasan por temores, si das una entrevista a la prensa, ¿qué pasará?, ¿me botarán del trabajo? Toda mi familia está vinculada, trabajan para empresas… Ahora, imagínate que a mi tío o a mi tía la llamen y le digan: tienes que hacer un mitin de repudio. Mi tía ha dicho que no, que le duele la cabeza, pero el régimen sabe que a lo mejor tú estás filmando, que no te duele la cabeza y te dice, “o eso o te boto”. Ellos tienen todas las herramientas, toda la culpa es del régimen, los demás son trabajadores que no tienen otro horizonte; nosotros los opositores somos los que tenemos que generarles los horizontes a esas personas.

A mí me duele ahora mismo todos mis amigos que están presos, yo me siento culpable ahora mismo, mujeres y todo en calabozos por liberarme a mí y yo aquí sentado.

Incluso personas que intentaron llegar al hospital que fueron golpeadas, Manuel Alberto Morejón, el pastor, fue golpeado la semana pasada y todavía tiene toda la cara hinchada, hay personas que fueron arrestadas y permanecen detenidas todavía por intentar llegar al hospital; están los manifestantes de Obispo, que son tus amigos personales, Esteban Rodríguez, Maykel…

Algunos son mis amigos pero a otros ni los conozco y salieron por mí, salieron por la libertad. Y el régimen te hace sentir culpable también por eso.

¿Qué vas a hacer al respecto?

Yo ayer llegue desesperado, en plan de que me metieran preso igual, si meten a Maykel para Kilo 7, yo quiero que me manden para el Combinado o para Guantánamo. Montón de amigos hemos hablado, y me están rondado cosas en la cabeza.

Indiscutiblemente, hay que hablar de estados de derecho, hay que hablar de que no es que liberen a Maykel (Osorbo), sino de generar un estado de protección para todos nosotros, para que (el régimen) mañana no pueda meterme un pase porque cada día lo hacen así. Imagínate, Maykel, uno de los tipos más visibles de este país, (coautor de) “Patria y Vida”, no sé cuántos millones de views, artista, y está (preso) en Pinar del Río. Y tú dices, ¿qué puedes esperar para los demás? Entonces, lo que hagamos va a ser por la libertad de Maykel, de Esteban (Rodríguez), de todos esos amigos, yo voy a seguir. Mi prioridad número uno, más que todo, es liberar a Cuba de un régimen totalitario y dictatorial.

El seguroso me decía, “yo no sé por qué te preocupas si ustedes dicen que al final a la dictadura le queda un año, en un año tumban a la dictadura, sacas a tus amigos de prisión y a lo mejor puedo ir a prisión yo”. Le dije: coño, verdad que sí, por qué no. Eso es un mensaje súper interesante, el hecho de que hay que enfocarse en tumbar a la dictadura.

Maykel, Esteban, esos amigos van a salir. Pero tenemos que generar creatividad…

Y Denis Solís.

No, Denis Solís ya está al salir. Luis Robles, Luis Robles es una experiencia traumante que tenemos sobre el lomo, él salió en aquel momento y mira, a la altura de hoy no hemos podido sacarlo, a Denis Solís no hemos podido sacarlo. Somos finitos, y hacemos lo que podemos.

Pero lo que sí está claro es que la sociedad cubana está cambiando cada día más con cada uno de esos abusos y nuestras posiciones. Porque gente que ni siquiera me conoce, sale a la calle, aguanta golpes, yo estoy listo para aguantar golpes también, tú misma estás aquí, valiente, de cojones. Entonces, es necesario cambiar la realidad cubana (…); simplemente, lo que tenemos (que hacer) es salir del juego, salir del juego donde nos quiere meter la dictadura, de la represión, y en la medida en que vayamos reclamando ir construyendo, un bloque para que suelten a Maykel, un bloque para construir la democracia, un bloque para que suelten a Esteban, y un bloque para construir la democracia, y así cada uno de nosotros exprimir nuestros cerebros, que lo más loco es, y lo mejor es que los mejores cerebros están de la parte de nosotros, alguien inteligente no puede estar a favor de la dictadura. Entonces, si los mejores cerebros están de nuestra parte, ponerle energía, ponerle empeño, va a haber un grupo que se va a dedicar a salir para la calle, por Esteban, por Maykel, va a haber un grupo que tiene que seguir pensando cómo generar plataformas para que la dictadura esté cada día más acorralada, hasta que se rinda, bandera blanca, y se tome el poder, la democracia en Cuba.

Te trajeron hasta acá, la casa de tu familia en el Cerro, ¿estás bajo prisión domiciliar? ¿Te amenazaron de alguna manera?

No, realmente no. De hecho, salimos del hospital en un carro del hospital, de salud pública; hubo una leída de cartilla antes de salir, con el segundo de Villa Marista y el Coronel del 21, (me dijeron) que tengo mis causas abiertas, la frase que me dijeron era “estamos siendo condescendientes contigo, ya era para que estuvieras preso ocho veces y estamos siendo condescendientes contigo pero no vamos a desaprovechar la oportunidad que nos des de meterte preso, porque estamos locos por meterte preso”. Así mismo, y tienen toda una estructura legal para meterte preso, “y somos el poder”, así mismo, lo dejaron muy claro. “Sigue haciendo arte, lo que pasó en tu casa, borrón y cuenta nueva, sigue pintando, nos gusta la pintura que haces, no protestes en la calle ni nada, a tus amigos los vamos a soltar en algún momento, no salgas por ellos”. Así (me dijeron), en mi cara.

Me trajeron hasta aquí, supuestamente no tengo (agentes de la) Seguridad del Estado en la esquina. Voy a intentar salir ahorita a La Habana, a buscar ropa que tengo en mi casa. Pero todo es incierto, todo por parte de ellos es incierto, lo único que es cierto es que vamos a seguir luchando, por lo menos yo.

Muchas Gracias, Luis Manuel, ¿quisieras agregar algo?

Estamos conectados. Es polémico, la realidad cubana es polémica y, como yo decía, estamos trabajando para todos los cubanos. El que tenga que pagar ante la justicia, tendrá que pagar, pero estamos trabajando por todos los cubanos, para esos médicos… yo les decía “brother, es que estamos trabajando también para ustedes”. Si a algún médico se le comprueba, cuando se caiga la dictadura, que torturaron a alguien, tendrá que responder ante la justicia. Pero en estas condiciones el nivel de estrés, y de presión, y todo es tan loco, que ni yo mismo puedo decirte que no me echaron algo en la comida, por ejemplo.

Y algo que se alertó fue también que te podían estar dando electroshock. Yo estuve conversando con un psiquiatra y me dijo que tú no te enteras cuando te dan electroshock, se te olvida. Tú, ahora mismo, te pueden haber dado electroshock, y no estás consciente de eso, se te olvida.

Mira eso, especialistas en psiquiatría dicen eso. Yo qué sé. Yo estaba preso en un hospital que es una prisión. Y eso demuestra una vez más que todos los Ministerios son cómplices. Este es el año de los Ministerios, el Ministerio de Cultura sacó sus garras y el Ministro sigue ahí, el Ministerio de Salud Pública, el de Agricultura con su historia… Los Ministerios se están destapando ante el mundo sobre todo. Veremos a ver qué pasa.

Muchas Gracias

Gracias familia, estamos súper conectados.

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