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Nuevos problemas en la masonería cubana

LA HABANA, Cuba, noviembre (www.cubanet) – Otra conmoción estremece a los masones de la Gran Logia de Cuba. A medida que circula la noticia de que la logia Armando Díaz Bravo ha designado al ex Gran Maestro José Manuel Collera Vento como orador central por el décimo aniversario  de la fundación de esa institución, los masones reaccionan con expresiones que van desde el estupor a la indignación.

Collera Vento fue expulsado de la Masonería en septiembre de 2011 por “perjurio y traición contra la fraternidad, sus dogmas, instituciones y secretos”.

El sábado 5 de noviembre algunos miembros de la Masonería de la provincia Pinar del Río, concurrieron al despacho de José Ramón González Díaz, actual Gran Maestro de la Gran Logia de Cuba, para ponerlo al corriente de esta situación. Al conocer lo ocurrido, González  pidió a los pinareños que se olvidaran de todo esto, que él no pensaba hacer ni decir nada y que ellos tampoco dijeran nada, y que fueran al aniversario para que les quedara bueno y que Collera no se disgustara.  La logia Armando Díaz Bravo celebrará dicho acto en una sesión pública e invitará al Gran Maestro para que esté presente en la misma.

La gravedad de esta información radica en que en marzo de este año, Collera Vento se declaró públicamente, a través del programa televisivo Razones de Cuba, como el “agente Gerardo”, informante de Seguridad del Estado, hecho que motivó el rechazo de la mayor parte de los miembros de la Masonería.

En esa oportunidad, el Gran Maestro González Díaz emitió una declaración, en la cual, entre otras cosas, expresaba: “Ratificamos una vez más  el principio de respeto a la organización civil y política del país en que la Masonería tiene asiento, y exige reciprocidad en dicho respeto por parte de los medios de difusión masiva, y no admite el uso de sus emblemas e imágines iconográficas como lo es el Edificio Nacional Masónico,  en ningún tipo de publicaciones de prensa escrita, radial o televisiva, que las utilice fuera de los sagrados fines y objetivos de nuestra Augusta Fraternidad, o con exclusivos fines históricos o culturales”.

No obstante, patentizando el menosprecio que los órganos represivos del gobierno sienten por las instituciones de la sociedad civil de la Isla, el pasado martes 11 de octubre, la televisión cubana retransmitió en su totalidad el programa antes referido, donde el gobierno utiliza dichos símbolos masónicos. Hasta el momento se desconoce que el Gran Maestro haya emitido protesta alguna ante el repetido uso de “emblemas e imágines iconográficas masónicas” por parte del gobierno.

Masones consultados al respecto en dicha oportunidad, indicaron que “esto es un signo más del comprometimiento del Gran Maestro con el gobierno”.

Un miembro de la Corte de Justicia Masónica, que pidió no ser identificado, aseguró: “Las leyes masónicas facultan al Gran Maestro para revertir el acuerdo tomado por la logia Díaz Bravo; sin embargo, el terror que tiene Ramoncito a buscarse problemas con el gobierno, hará que Collera se salga con la suya, y serán muy graves las consecuencias que sufrirá la Masonería”.




El Gran Maestro y la sombra de Gerardo

LA HABANA, Cuba, noviembre (173.203.82.38) – En sus más recientes apariciones públicas, el Gran Maestro de la Gran Logia de Cuba, José Ramón González Díaz, ha revelado la influencia que sobre los masones de la Isla está ejerciendo la prensa digital masónica independiente, y su incidencia sobre la política fraternal seguida por el Ejecutivo de la entidad.

En la reunión efectuada el viernes 28 de octubre por la logia Estrada Palma, para conmemorar su aniversario 90, González dedicó parte de su discurso para arremeter contra las agencias masónicas independientes, que informan sobre los acontecimientos que ocurren en la Gran Logia de Cuba y, en menor grado, en el Supremo Consejo del grado 33.

Asistentes al acto afirman que el Gran Maestro expresó: “Lo peor de esta situación es que los masones dan crédito  a las informaciones que suministran agencias como Tubalkain  Press, El Tejador Masónico y Andrés Cassard; siguiendo lo que ellas les orientan”.

Debido a las limitaciones al libre flujo de la información impuestas a los cubanos desde 1959, los masones de la Isla carecían de los medios de información necesarios de donde obtener una visión alternativa, que les permitiera evaluar la certeza o no de los alegatos de quienes dirigían la institución.

Esta situación empezó a revertirse con la aparición y ulterior expansión de la prensa independiente cubana; movimiento al cual se incorporaron algunos masones. A partir de entonces, comenzaron a conocerse hechos y detalles sobre la actuación y el manejo de los asuntos fraternales por parte de quienes dirigían la Fraternidad.

No obstante, aun resultaban insuficientes las informaciones que circulaban sobre la realidad masónica cubana, lo que se constata a partir de la ascensión a la Gran Maestría del Dr. José Manuel Collera Vento.

Este personaje, actualmente conocido como el informante Gerardo, de la contrainteligencia cubana, estableció el totalitarismo como procedimiento de gobierno en la Institución, creando una red de delatores basada en los diputados de distrito, la cual llegó a abarcar a todas las logias cubanas. Esta situación originó la desconfianza y el temor entre los masones. La aparición de la prensa digital independiente fue la opción ante esta situación.

Tubalkain Press es la decana de estas publicaciones, la cual, según sus fundadores,  “se ha constituido en la voz de los masones que aspiran a lograr un cambio en los métodos de espionaje y desestabilización fraternal establecidos por Collera Vento en la Gran Logia”.

Actualmente, son seis las publicaciones de este tipo que circulan en la Isla y sus informaciones son divulgadas por diversas agencias y publicaciones extrajeras; entre ellas: Agencia Masónica Europea, con sede en Rumania, El Fénix, de Perú, El Masón, y otras.

Masones consultados al efecto -quienes prefieren mantener el anonimato por temor a ser víctimas de represalias- manifiestan que los Grandes Maestros cubanos de la revolución se han caracterizado por considerase émulos de Fidel Castro, y por tanto, manifiestan una especial repulsión hacia todo aquello que pueda generar pluralismo. Este es el motivo de la aversión que el Gran Maestro siente por la Prensa Masónica Independiente.

No son pocos los masones que afirman ver la sombra de Gerardo en la actuación del Gran Maestro.




Los masones y La Bayamesa

LA HABANA, Cuba, octubre, 173.203.82.38 –Hoy, 20 de octubre, se conmemora un aniversario más de haber sido escrita la letra del Himno Nacional cubano, originalmente conocido como La Bayamesa. Este hecho es conmemorado en Cuba como el Día de la Cultura Nacional.

El aparato publicitario castrista se dedica en ese día a exaltar los sentimientos chovinistas y anti norteamericanos de los cubanos, sin mencionar la participación fundamental de los masones en aquellos acontecimientos; tal vez para evitar que los afiliados a esta Institución Fraternal puedan sentirse tentados a reverdecer sus laureles.

Esta historia comienza en 1867, con el fracaso que tuvieron los esfuerzos de la Junta de Información, la cual había procurado obtener de España, por medios  pacíficos, ciertas mejoras económicas, y la flexibilización del comercio entre la Isla y la Península. Este acontecimiento llevó a los criollos a pensar que la única solución para Cuba, era la separación de la metrópoli española por la vía de la insurrección.

A la sazón, en Bayamo radicaba la logia masónica Estrella Tropical #19, subordinada al “Gran Oriente de Cuba y las Antillas”; en la cual militaban Francisco Vicente Aguilera, Francisco Maceo Osorio y Pedro (Perucho) Figueredo. Fueron ellos los criollos que se reunieron en la vivienda de Perucho, la noche del 13 de agosto de 1867 para  acordar constituir un Comité Revolucionario que preparara el alzamiento contra del régimen colonialista español.

Al concluir la reunión, Osorio dijo a Figueredo: “ahora te toca a ti, que eres músico, componer nuestra Marsellesa”. En la madrugada del 14, ya los cubanos contaban con la música de su himno.

La primera ejecución del mismo se produjo durante la celebración de la fiesta religiosa del Corpus Christi, en presencia del gobernador de la plaza, y de un considerable número de pobladores de la Villa.

Algunos días después, el 20 de octubre, entraban las tropas insurrectas en Bayamo y en medio del entusiasmo popular, Perucho Figueredo escribió la letra del Himno Nacional.

Aquellos masones, además de derramar su sangre, y de realizar ingentes sacrificios por la libertad de Cuba, supieron rendirle su tributo a la patria, dando a la Nación, sus tres símbolos más importantes: el escudo, la bandera y el himno nacional.

Los masones cubanos de hoy, aunque se sienten orgullosos de aquellos hechos, están sumidos en un letargo inducido por el régimen, que puede resultar nefasto para el sostenimiento, e inclusive para la sobrevivencia de esta Institución.




Los masones en el 10 de octubre de 1868

La mayoría de los fundadores del Partido Revolucionario eran masones.

LA HABANA, Cuba, octubre, 173.203.82.38 -Los Castro han escrito la Historia de Cuba según la conveniencia del proyecto que esa familia ha pretendido instaurar para adueñarse de la Isla; unas veces ocultando la verdad; y otras, diciendo verdades a medias.

Las nuevas generaciones de cubanos pueden perder el concepto de “nación”; atendiendo a que éste se origina en los hechos históricos, culturales, políticos y religiosos, recogidos en la historia de cada país.

Hoy, 10 de octubre, se cumplen 143 años del inicio de la más extensa de las guerras que los cubanos protagonizaron para obtener su Independencia: la Guerra de los Diez Años. Este acontecimiento es narrado en los textos castristas, de forma poco explicita, dejando en los estudiantes más lagunas que conocimientos.

El pronunciamiento de “La Damajagua”, tiene su antecedente en la frustración de los cubanos reformistas, debido a que los políticos madrileños se negaban a adoptar las medidas necesarias para impulsar el desarrollo de la Isla.

Durante la década del 1860, la Institución masónica se había extendido por diversas regiones de la Isla; alcanzado un mayor desarrollo en La Habana y Oriente. Entre sus afiliados se hallaban numerosos criollos que apostaban por la separación de Cuba de España.

En 1867, Francisco Vicente Aguilera presidía la logia “Estrella # 19 de Bayamo; Entidad dependiente del Gran Oriente de Cuba y las Antillas” (GOCA). A esta logia, también pertenecían, entre otros, Francisco Maceo Osorio, Pedro Figueredo Cisneros (Perucho) y Tomas Estrada Palma. Aguilera también presidia el Comité Revolucionario de Bayamo, organizado para preparar la insurrección por la libertad de Cuba.

En octubre de 1867, este Comité encomienda a Figueredo trasladarse a La Habana para poner al corriente de estas actividades a Vicente Antonio de Castro, quien era la máxima autoridad del GOCA. Esta Organización brindó su apoyo a los masones orientales.

Por su parte, Francisco Javier de Cisneros y Correa, miembro de la logia “San Andrés # 9”, jurisdiccionada a la Gran Logia de Colón, asumió la presidencia del Comité Republicano de La Habana.

La conspiración se encontraba en marcha; el 4 de agosto de 1868, se realiza la Convención de Tirsán, en la finca San Miguel en Las Tunas para decidir la fecha del alzamiento. A esta reunión acudieron 10 masones, representando a las logias “Estrella Tropical #19”, de Bayamo; “Tínima #16”, de Puerto Príncipe y “Buena Fe #20”, de Manzanillo. En la reunión no fue posible precisar una fecha para el pronunciamiento, acordándose efectuar un nuevo encuentro el 1 de septiembre.

Ante la posibilidad de una acción por parte de las autoridades españolas, Carlos Manuel de Céspedes, quien dirigía la logia “Buena Fe”, adelantó el alzamiento, que se produjo entonces el 10 de octubre de 1868.




¿Partido anti masónico en Cuba?

LA HABANA, Cuba, mayo (173.203.82.38) – Desde que la Francmasonería surge en Londres, en 1717; la Iglesia Católica Romana, que ve a esta institución como un peligro para el sostenimiento de su hegemonía espiritual, emite diversas encíclicas y otros documentos condenatorios que siguen vigentes.

Posteriormente, fueron muchas las exclusiones y persecuciones que a lo largo de los siglos XVIII y XIX sufrieron los masones por parte de las monarquías absolutas europeas. Apenas iniciado el siglo XX, la Revolución de Octubre recrudece la persecución contra los masones rusos, cacería que se extendió al resto de los países que integraron el campo socialista, y a su versión asiática.

Los nazis y los franquistas también la emprendieron con los masones. No obstante, fue en los Estados Unidos, donde la Masonería había disfruta do un mayor arraigo, debido a la vinculación de la Institución a las luchas por la emancipación estadounidense, que en 1830 se fundó el primer Partido Anti Masónico oficialmente establecido como tal. El hecho se produjo a causa de la desaparición y presunto asesinato del masón William Morgan, a quien se le imputaba haber revelado algunos secretos.

La anti masonería tiene su expresión en Cuba Colonial, a partir de los decretos reales que prohibían las reuniones de las organizaciones secretas en España y sus dominios. No obstante, salvo el fusilamiento del Gran Maestro José A. Puentes Badell, en la Isla no se documentó ninguna actuación extrema en contra de los masones. Por su parte, durante la República pre revolucionaria, los masones gozaron de reconocimiento social y se les veía como personas rectas y socialmente útiles.

No fue hasta la llegada del castrismo, que la anti masonería se convirtió en una prioridad estatal. Desde el año 1959, hasta mediados de los 80, el régimen acudió a cuanta disposición, decreto o ley estuviera a su alcance para lograr que la masonería se auto disolviera; pero los masones se mantuvieron firmes.

A partir de la reforma constitucional de 1992, comenzaron a ingresar a la entidad personas que por temor a las represalias del gobierno, hasta ese momento se habían abstenido de hacerlo. También comenzaron a entrar otras que traían el objetivo de desvirtuar, desde dentro, los valores que habían distinguido a los masones, y poner a la Fraternidad al servicio del gobierno comunista. Estos últimos se emplean en la obra a tiempo completo.

El Gran Maestro Basilio Barreto, caracterizado por su  debilidad de carácter,  en el año 2000 propició al Dr. José M. Collera Vento (agente Gerardo), ocupar la Gran Maestría de la Gran Logia de Cuba, lo cual Collera  aprovechó para rodearse de los masones más incapaces y comprometidos con el sistema; el actual Gran Maestro reúne ambos elementos. El partido anti masónico cubano actúa desde dentro, desde la misma cúspide del poder de la Fraternidad. La efectividad de sus acciones se manifiesta en el caos existente. Collera Vento es apenas la parte visible del iceberg.




El Día de las Madres

LA HABANA, Cuba, mayo (173.203.82.38) – La iniciativa de instituir el segundo domingo de mayo para honrar a las madres, fue de la norteamericana Anna Jarvis, propósito que se propagó al resto del mundo y, por supuesto, a Cuba.

En la isla, el periodista Víctor Muñoz Riera, en 1919, publicó en el periódico El Mundo, el artículo Mi clavel blanco, refiriéndose al asunto. Este escrito conmovió a la sociedad habanera de la época, motivando la aparición de grupos y asociaciones interesadas en promover el tema.

En 1921, Muñoz es electo concejal del Ayuntamiento de La Habana; oportunidad que aprovecha  para plantear que se conmemorara el Día de las Madres, propuesta que fue aprobada el 27 de abril de ese año. El 7 de julio de 1927, el representante a la Cámara, Dr. Pastor Del Río, logró que el Congreso de la República instituyera la conmemoración del Día de las Madres el segundo domingo de mayo.

Víctor Muñoz Riera nació en La Habana, el 1ro. de enero de 1873. Cursó estudios hasta el tercer año de bachillerato. Al fallecer su padre asumió el cuidado de su familia.

A los 17 años viaja a Estados Unidos, donde trabajó en Tampa y Cayo Hueso como lector de tabaquería, identificándose con la causa por la Independencia de Cuba. Colaboró con los periódicos Cuba y Yara, de Tampa y Cayo Hueso, respectivamente.

Terminada la guerra regresa a Cuba, y comienza a escribir para El Cubano y La Discusión. Desde 1901 trabaja por espacio de veinte años para El Mundo; por último, colabora con Diario de la Marina hasta su muerte,

Muñoz falleció el 25 de julio de 1922 en Nueva York. Su cadáver fue trasladado a La Habana y tendido en el salón de sesiones del Ayuntamiento, donde se le rindió póstumo homenaje. Sus restos fueron depositados en el Panteón de la Asociación de Reporteros.

Con el aporte de las logias masónicas de la provincia de La Habana, en 1936 se construyó una sencilla bóveda donde descansan sus restos. El 10 de mayo de 1942 se colocó en su tumba una escultura alegórica a su lucha por establecer el Día de las Madres en Cuba.

Víctor Muñoz perteneció a la logia Fe Masónica, de La Habana.




De nuevo en las andadas

LA HABANA, Cuba, abril (173.203.82.38) – Han transcurrido más de siete meses desde que un grupo de masones presentaron ante el Gran Maestro de la Gran Logia de Cuba, José Ramón González Díaz una acusación en contra de Jesús Luciano Armada Pena, quien había incurrido en los mismos delitos masónicos por los cuales había resultado expulsado de la Fraternidad el Dr. José M. Collera Vento (agente Gerardo, infiltrado por la Seguridad del Estado), sin que hasta el momento se haya concretado el juicio contra el mismo.

A instancias de los ex Grandes Maestros Basilio Armando Barreto y Raciel Martínez Andrew; González Díaz se limitó a transferir la denuncia al Supremo Consejo del Grado 33, para que Armada Pena, que preside dicha entidad, se juzgara a sí mismo. Esta componenda no tuvo el resultado apetecido, debido a la intransigencia de Armada.

La Sesión Anual, efectuada el pasado 27 de marzo por la Alta Cámara Masónica, máximo poder de la Gran Logia de Cuba, acordó por mayoría aplastante que Armada Pena fuese juzgado en la Corte Suprema de Justicia Masónica, por los delitos de perjurio y traición a la Fraternidad; no obstante, el Presidente del Órgano de Justicia, Mario Urquìa, continúa dilatando el juicio.

Se presume que el Gran Maestro ha orientado a Urquìa dar tiempo al Supremo Consejo, para que el propio encartado se auto aplique alguna sanción menor, que permita a la corte aplicar el axioma jurídico de que “nadie puede ser juzgado dos veces por la misma causa”, dejando sin efecto el proceso.

El verdadero motivo que está detrás de toda esta maraña es crear un precedente jurídico en la organización, que pueda ser invocado por el agente “Gerardo” para lograr ser readmitido en la Masonería.

Al respecto, el periodista Independiente Jaime Legonier, denunció las presiones que el Registro de Asociaciones castrista estaba ejerciendo sobre los funcionarios de la logia Solano Ramos, a la cual se hallaba afiliado Collera antes de su expulsión de la Fraternidad. La gestión resultó improcedente, a causa de los procedimientos legales vigentes en la Institución Masónica cubana para la rehabilitación de los masones expulsados de la misma; resultando evidente que el único medio legal al que puede acudir el oficialismo para forzar la reincorporación de su agente “Gerardo” a la Institución Masónica, es lograr que Armada Pena sea exonerado, o sancionado a una pena menor que la expulsión.

En este esfuerzo gubernamental por reponer a Collera, se encuentran involucrados otros probables  “gerardos”; entre los cuales se pueden hallar, además del actual Gran Maestro y Urquìa, los pasados Grandes Maestros, Martínez Andrew y Barreto Martínez, quienes, aunque aún no han comparecido al programa Las Razones de Cuba, que utiliza el gobierno como plataforma para destapar sus agentes, tienen en su haber un historial que justifica esta sospecha.




Política y Masonería

LA HABANA, Cuba, abril (173.203.82.38) – Los antiguos legisladores del Código Masónico Cubano, al adoptar los Antiguos Límites de la Fraternidad como las Leyes Fundamentales para el gobierno de la Gran Logia de Cuba, inscribieron a este organismo en el concierto de la Masonería Regular Universal. Entre estas normas está la que prohíbe el debate de asuntos políticos o religiosos en las logias. En la época en que se adoptaron estos principios, en la Isla regia el pluralismo socio-político-económico, y existían suficientes espacios en el país, en donde abordar dichos temas. Este no es el caso de Cuba “socialista”, en donde el régimen considera que todo es político.

Esta prohibición vino como anillo al dedo al régimen castrista, que tomó la exclusión como justificación “legal” para prohibir a los masones inmiscuirse en temas que el gobierno considera de su exclusiva incumbencia; tales como la educación, la salud y la asistencia social.

No obstante, al considerar los fines de la Francmasonería, que son: disipar la Ignorancia, combatir el vicio e inspirar amor a la humanidad, surge la pregunta, ¿cómo pueden los masones acometer este deber si a la Institución se le niega el derecho a incidir en su entorno social?

Teniendo en cuenta que el Estado es el factor omnipresente en todos los aspectos de la vida nacional, ¿resulta procedente prohibir a los masones tratar en logia asuntos relacionados al estado de la educación, la salud, asistencia social, el desempleo o las dificultades económicas por las que atraviesan los propios masones como parte que son de la nación? Obsérvese que no se ha tratado de los derechos humanos, aspecto por el cual la Masonería, que se define como la Institución Orgánica de la Moralidad, tiene la obligación y el derecho de velar.

Además, considerando que para ser masón se necesita ser un buen ciudadano; es decir, alguien que ponga en práctica sus derechos civiles, entre los cuales está el conocimiento del desarrollo de la política, la economía, y la educación, seguidas por el gobierno del país. La prohibición de tratar estas cuestiones en las logias, constituye una incoherencia y un despropósito de los fines y principios de la Institución, lo que traerá graves consecuencias al desarrollo futuro de la Masonería.

Por ser la religión y la política conceptos cambiantes en el tiempo, y hallándose inmerso el país en el análisis de cómo resolver la crisis por la que la nación atraviesa, el masón está obligado a buscar en la investigación y la discusión de las realidades por la que atraviesa la sociedad cubana, para contribuir como ciudadanos al progreso de la propia Institución, y del país.

Si hasta el presente, la prohibición de discutir asuntos políticos en las logias constituía una conveniencia, tanto para el régimen como para quienes en distintas épocas gobernaron la Gran Logia; hoy ello constituye una apostasía a la historia y tradiciones masónicas.




Ni el gobierno, ni Collera

LA HABANA, Cuba, abril (173.203.82.38) – El pasado 28 de marzo, el Dr. José Manuel Collera, ex Gran Maestro de la Gran Logia de Cuba, fue el intérprete principal del documental Las Razones de Cuba, donde, hizo una serie de “revelaciones” sobre las actividades que desde el año 2000, llevaban a cabo un grupo de personas para “desestabilizar” al régimen cubano.

Lo significativo de todo esto es que las personas a quienes el Dr. Collera denunció, eran sus hermanos masones, a las que lo unían juramentos de fidelidad y mutua protección.

La Gran Logia de Cuba, por tradición, ha estado ligada a los principios de la Masonería Regular; lo cual le ha garantizado el visto bueno de una organización internacional a la cual se encuentran afiliadas más de un centenar de Grandes Logias en todo el mundo, y donde militan personas de poder económico e influencias políticas nada despreciables.

Durante décadas, el gobierno cubano trató de destruir a la Masonería cubana, acudiendo a cuantos métodos estaban a su alcance; no obstante, la institución sobrevivió.

Cuando Collera asumió la presidencia de la Gran Logia de Cuba, desconoció las leyes que servían de base a todo el andamiaje jurídico-doctrinal de la Masonería Regular; relacionándose de forma ostensible con masones cubanos agrupados en logias no afines a las Grandes Logias Regulares radicadas en los Estados de Nueva Jersey y Florida, poniendo en riesgo las relaciones fraternales de estas entidades con la Gran Logia de Cuba. Collera conocía que si alguna de estas organizaciones rompía sus vínculos con la de Cuba, por el efecto dominó, las restantes también lo harían.

Esta situación que tuvo su punto más alto el 28 de enero de 2003, fecha en que Collera, que a la sazón ocupaba el cargo de Gran Secretario, cuando presentó a las masonas en un acto oficial de la Gran Logia, que se efectuaba en el Gran Templo Benito Juárez. El propósito del agente Gerardo era:

.Dividir a los masones de la Isla

.Dividir a los que radican en el exilio

.Dividir a los de la Isla y los del exterior.

Estos propósitos se lograron.

¿Cuál era el proyecto real de estas acciones? La Gran Logia de Cuba quedaría aislada, pudiendo constituirse un Gran Oriente que agrupara a algunas de las entidades masónicas cubanas radicadas en el exterior, a otras organizaciones de Centroamérica y el Caribe, poniéndolas al servicio del proyecto Alba, dirigido, por el zar de la Masonería, Collera Vento.

En la sesión semestral del Parlamento Masónico, efectuada en septiembre de 2007, Collera trató de que la Gran Logia de Cuba reconociera a tres logias de cubanos radicadas en los Estados Unidos, acción que se vio frustrada por la oposición de Gustavo Pardo. La votación resultante constituyó un rechazo abrumador a esta moción. Ni el gobierno cubano, ni Collera, han perdonado a Pardo que impidiera sus planes.




Presentación pendiente

LA HABANA, Cuba, abril (173.203.82.38) – Lo esperé la tarde del jueves 10 de marzo, a la entrada de la Gran Logia de Cuba, en Carlos III y Belascoaín. Gustavo E. Pardo debía presentarme ese día ante los miembros de la Gran Logia. Por circunstancias ajenas a su voluntad, Pardo se retrasó unos minutos y me marché antes de que llegara.

Después de ver, el lunes 28 de marzo, otro capítulo del bodrio televisivo Las Razones de Cuba, titulado Ayudas peligrosas, comprobé algo de lo que Pardo me hablaba con insistencia: la injerencia del régimen en las actividades masónicas y su interés en controlarlas. Incluso, su influencia en los procesos electorales de la institución, con el objetivo de cerrarle el paso a los jóvenes masones.

Es obvio, después de las primeras entregas de Las Razones de Cuba y el destape de los agentes Emilio y Alejandro, que la dictadura busca motivos para cercenar cualquier forma de disensión. Ahora su interés es manipular al Consejo Supremo de Grado 33 para la República de Cuba, y desprestigiar a  Gustavo Pardo, ex Canciller de este Grado, Presidente de la Academia Cubana de Altos Estudios Masónicos y además, colaborador habitual de CubaNet.

En el año 2008, se logró torpedear la aspiración de Pardo al cargo de Soberano Gran Comendador Grado 33. El hecho tuvo su precedente en el año 2007 con una disposición de Caridad Diego, jefa de la Oficina de Asuntos Religiosos del Comité Central del Partido Comunista, exigiendo que Pardo no fuera designado como representante del Consejo Supremo, órgano que lleva151 años de fundado y cuenta con más de 300 miembros.

En octubre de 2010 quedó frustrado el intento de expulsar a Gustavo Pardo y otros siete miembros de la masonería, sólo porque estos solicitaron por escrito a José Ramón González Díaz, Gran Maestro de la Gran Logia de Cuba, que procediera ante la violación de los estatutos de fraternidad por parte de uno de sus miembros.

Los ataques a Gustavo Pardo en el documental Las razones de Cuba, son sólo más de lo mismo, y buscan impedir  que él salga electo Gran Maestro Masón de la Gran Logia de Cuba en las próximas elecciones de 2012.

La estrategia es vieja, una simple fórmula que  ha sido utilizada desde los primeros años de la revolución: desprestigiar a todo el que se atreva a desafiar con la verdad a los maquinadores y, por supuesto, presentarlo como agente del “imperialismo yanqui”.

Lamentablemente, al igual que la Gran Logia de Cuba y su Consejo Supremo Grado 33, se sabe que las organizaciones religiosas y las pocas ONGs permitidas en el territorio nacional, también están penetradas por la policía política.

En cuanto al agente encubierto José Manuel Collera (Gerardo), protagonista del más reciente capítulo del detestable culebrón , infiltrado desde el año 1975 dentro de la membresía de la Gran Logia de Cuba, su expulsión de la fraternidad masónica hace ya dos años no fue casual. Se sabía de la pata que cojeaba, o mejor dicho, de la pata que aún cojea.

Manuel Collera, que se dice “martiano fervoroso” y también admirador de Carlos Manuel de Céspedes, sabe que violó las leyes de la fraternidad masónica por más de tres décadas. Al traicionar a la institución, traicionó también a su hermanos masones, incuídos los masones próceres de nuestra Patria: José Martí, Antonio Maceo, Céspedes e Ignacio Agramonte, por mencionar a algunos de los más ilustres.

Está pendiente mi presentación ante la Gran Logia de Cuba, y no pierdo la esperanza de ser parte algún día de la fraternidad masónica de mi país. En otro lugar no lo concibo. No importa que  haya otros “gerardos” infiltrados, tratando de interferir en las decisiones de la Gran Logia de Cuba. Me basta con saber que entre los masones cubanos hay hombres como mi presentador, en quien confío, y cuya amistad me honra.

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