Moreno Fraginals le temía a la censura castrista


LA HABANA, Cuba. – A ningún cubano amante de las ciencias sociales debería de pasarle inadvertida la fecha de este 9 de septiembre. Un día como ese, hace ahora cien años, nació en La Habana Manuel Moreno Fraginals, uno de los más importantes historiadores que ha dado la Isla, cuya obra quizás sea la más difundida internacionalmente, en especial entre las dedicadas a la historia económica.
Moreno Fraginals cursó estudios en la Universidad de La Habana, en cuyas aulas dio muestras de que se trataba de un alumno excepcional, y en aras de que accediera a nuevos horizontes de superación obtuvo una beca en el prestigioso Colegio de México durante el período 1945-1947. A renglón seguido fue beneficiado con otra beca, esta vez en España, en el Instituto de Cultura Hispánica. Sin dudas, una etapa muy fructífera para el futuro historiador, que le permitió investigar en importantes archivos de la península.
Tras permanecer algún tiempo en el exterior, Moreno Fraginals regresó a Cuba en 1959, tal vez atraído por los nuevos aires que parecían soplar para los cubanos. A diferencia de otros de sus colegas que rompieron tempranamente con el castrismo, como los casos de Herminio Portell Vilá, Emeterio Santovenia y Jorge Mañach, Fraginals se integró a la cultura oficialista, incluso coqueteando con las ideas marxistas.
En ese contexto fue profesor universitario, subdirector de la Biblioteca Nacional y representó al Ministerio de Comercio Exterior de la Isla en varias actividades en el exterior.
El año 1964 fue crucial en la trayectoria académica de Moreno Fraginals. Vio la luz su libro El Ingenio, un extenso análisis de la economía de plantación esclavista en Cuba y otras naciones caribeñas dedicadas a la producción de azúcar. Un texto que de por sí lo inmortaliza, pues junto a El contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar, de Fernando Ortiz, y El Monte, de Lidia Cabrera, forma parte quizás de la tríada de libros más importantes aparecidos en la Isla durante la pasada centuria en materia de ciencias sociales.
A El Ingenio seguirían otros títulos que también enriquecerían la historiografía nacional, como África en América Latina, La Historia como arma y otros estudios sobre esclavos, ingenios y plantaciones, así como Guerra, migración y muerte.
Así las cosas llegamos al año 1994 y sobreviene un acontecimiento que muchos no lograban explicarse. ¿Qué razones movieron a Moreno Fraginals, que era acreedor de todos los honores de la cultura oficial, a abandonar la Isla y establecerse en Miami. El propio historiador se encargó de expresar sus motivos. Él, que conocía perfectamente los mecanismos de censura del castrismo, se aprestaba a terminar un ambicioso libro en el que trabajaba, y deseaba verlo publicado sin mutilaciones.
De esa manera, y en un ambiente de libertad, vio la luz en 1995 el texto Cuba-España, España-Cuba, un libro que, por supuesto, no hemos podido leer los cubanos de la Isla. Solo sabemos por algunas reseñas que se trata de uno de los análisis más completos acerca de las relaciones entre Cuba y su antigua metrópoli. Un texto que se añade a la ya larga lista de títulos prohibidos en la Isla, de autores como Guillermo Cabrera Infante, Rafael Rojas, Zoe Valdés, Carlos Alberto Montaner, y otros.
Mas, no se descarta que el castrismo, mediante esa tenebrosa política conocida como la Necrocultura -es decir, apropiarse del legado de personalidades desaparecidas físicamente- intente rescatar para sí la figura de Moreno Fraginals. No hay que olvidar que, en días recientes, la televisión cubana ofreció, después de tantos años de silencio, imágenes de la cantante Celia Cruz.
Pero no podrán confundirnos, porque Moreno Fraginals pertenece, definitivamente, a la Cuba que en algún momento recobrará su libertad.
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