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Malecón habanero: aburrimiento y destrucción como estrategia

Malecón

LA HABANA, Cuba. – “Me advirtieron que me iba a arrepentir pero nunca pensé que La Habana estuviera tan mal”, me ha dicho Antonio, un amigo italiano que realiza su primera visita a Cuba. Ha llegado a trabajar pero apenas arribó un par de meses atrás y, por causa de la decepción, ya está pensando en hacer la maleta para regresar a su anterior empleo en Milán.

Convencido por las promociones de las agencias de viajes donde La Habana es vendida como el destino más colorido y divertido del mundo, ignoró los consejos de sus amistades así como tachó de “exagerados” y “tendenciosos” los artículos de prensa que le recomendaron leer antes de aceptar el nuevo puesto.

“Aquí me han robado hasta dentro del hotel, me han acosado en la calle como nunca en otros lugares del mundo. Es molesto cómo incluso niños y viejos vienen a pedirte jabón, caramelos, lo que sea, es muy desagradable, el asunto es que les regales algo. Pero lo que más me ha decepcionado es que no hay vida nocturna, es un país muy aburrido, puedes caminar kilómetros sin encontrar dónde comprar una botella de agua, y lo más triste es que en La Habana tienen un Malecón con unas vistas preciosas, con un potencial inmenso para construir la mejor zona comercial de Cuba, pero es como si no les importara. Se pueden contar con los dedos de una mano los bares y restaurantes que hay en toda la línea de costa, y aún así los que existen son de lo peor que he visto en el Caribe”, señala Antonio. 

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El Malecón visto desde una de las calles que desembocan en él (Foto del autor)

Y no es el primer visitante extranjero que repara en cuán extraño resulta que una zona como el Malecón habanero —de tránsito obligatorio para turistas, tanto por ser una vía rápida como porque hacia ella confluyen las principales calles del centro de la ciudad— sea de las más abandonadas y con menor vida comercial, al punto de que pareciera a propósito.

También los cubanos nos preguntamos constantemente por qué habiendo sido el Malecón —incluso hasta bien entrado este nuevo siglo— el lugar preferido por los habaneros para pasear los fines de semana y hacer vida nocturna, ha terminado convertido en el circuito más aburrido de La Habana, casi con cero actividades gastronómicas y recreativas. A lo que se suma que las edificaciones, sobre todo las de viviendas, son reflejo del más perverso abandono, lo cual contrasta con los hoteles de lujo que han ido levantándose en las cercanías.

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El deterioro de las edificaciones es alarmante en el Malecón (Foto del autor)

“Como si estuvieran esperando a que se destruya por completo para después construir más hoteles”, dice el ingeniero civil Jorge González, que trabajó varios años en proyectos de restauración de la Oficina del Historiador y que hoy, involucrado en la construcción de hoteles en una empresa de proyectos para el turismo, está convencido de que tales “abandonos” son el modus operandi de quienes ya tienen planes de negocios en mente.   

“Creo que el Malecón, y las calles más cercanas, como San Lázaro, por ejemplo, están en la mirilla de alguno de estos tipos que solo piensan en más hoteles, pero no están dispuestos a asumir los gastos que requieren las inversiones y los desplazamientos de personas. Lo están dejando todo al tiempo, porque saben que a esos edificios, sin ningún tipo de atención, les queda muy poco, un par de inundaciones, un par de ciclones, y se ahorraron los miles de pesos que no están dispuestos a soltar”, dice González, que asegura además haber escuchado hablar de planes constructivos en terrenos donde aún existen viejas edificaciones habitadas por decenas de familias.

Los centros recreativos permanecen cerrados o clausurados, como este (Foto del autor)

“He visto planos y maquetas de cómo quedaría un hotel o un centro comercial donde hoy se levanta un edificio a punto de derrumbarse. Planos en 3D de lo que sería el Malecón en unos años pero mi pregunta es cómo van a reubicar a esa gente, son cientos de edificios y miles de familias. No quisiera imaginar que la respuesta sea esperar a que el tiempo se haga cargo, porque eso es muy cruel”, lamenta González.

Gladys, dueña de una casa de renta para turistas en el Malecón, habla de cómo ha estado afectando su negocio el cierre de los pocos establecimientos comerciales que animaban la vida del lugar, así como el deterioro de edificaciones en los alrededores y de la suya propia, que por las regulaciones urbanísticas existentes para la zona —altamente prohibitivas— y la falta de materiales de construcción, se ha visto imposibilitada de reparar.

Otro centro recreativo desolado en el Malecón (Foto del autor)

“Hace unos años los turistas venían porque tenían opciones a unos pocos pasos de aquí, pero ahora esto se ha convertido en un desierto. O mejor dicho, lo han convertido en un desierto con todo propósito. De cierto modo están obligando a cerrar las pocas casas de renta que quedaron después de la pandemia, los demás estamos vendiendo porque es evidente que están esperando a que nos vayamos. Por aquí todo está cerrado, pero además es muy deprimente (…). Hasta se dice que quienes están comprando son el propio gobierno, que pone gente a comprar como si fueran particulares. A mí no me importa ya. Uno se queja y es por gusto. En cuanto venda me voy”, dice Gladys.

Hasta el Gato Tuerto, famoso centro nocturno frente al Malecón, ha sido clausurado en plena temporada alta del turismo (Foto del autor)

Hasta los sábados y domingos, a cualquier hora que uno lo recorra, el Malecón permanece desolado. Solo en algunos puntos, como en las confluencias con la calle 23 en el Vedado o de Prado, en La Habana Vieja, continúan reuniéndose las personas pero no hasta altas horas de la madrugada como sucedía hasta hace unos cinco años atrás.

“Es que no hay nada. No venden nada. Uno tiene que llevar la bebida o salir a comprarla por ahí. A veces pasa gente vendiendo panes, chucherías pero eso no es lo que uno quiere, uno quiere un lugar decente, normal, con ofertas”, dice una joven cuando le pregunto si piensa en el Malecón como un lugar divertido.

Bares y restaurantes han sido cerrados incluso en temporada alta del turismo sin más explicaciones (Foto del autor)

“A mí me gustaba ir los sábados y estar hasta la 1:00 o 2:00 de la mañana pero ya a las 11:00 de la noche llega el policía y te pide el carnet, te dice que no puedes poner música o se pone a sofocar al que vende cerveza, al manisero. A las 12:00, el Malecón es un cementerio, parece que no quieren a nadie por ahí. A lo mejor tienen miedo a que se forme algo gordo, no sé”, opina otro joven.  

Si para cualquier fin de semana o para celebrar el 14 de febrero estás pensando en pasear por el Malecón habanero y luego sentarte a beber algo refrescante en algún café o restaurante de la zona, es mejor que cambies de idea y de lugar, o al menos te aprovisiones como quien va de excursión a un paraje remoto e inhóspito porque, si hay un espacio en Cuba donde las opciones de entretenimiento cada día están más escasas, es precisamente esa famosa avenida costera que décadas atrás estuviera, y con sobradas razones, entre las más pintorescas y concurridas de la capital cubana.




Cubana pierde la vida por accidente de tránsito en el malecón habanero

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MADRID, España.- Una cubana murió en un accidente de tránsito ocurrido en la noche de este jueves en el malecón habanero, esquina L.

El medio oficialista Cubadebate confirmó que un auto Kia Picanto de color blanco, perteneciente a la Empresa de Seguros Nacionales (ESEN), chocó contra una guagua de transporte público.

De acuerdo a numerosos comentarios en redes sociales, se presume que la fallecida, quien iba conduciendo el Kia, perdió el control del vehículo.

Miembros del grupo de Facebook “ACCIDENTES BUSES y CAMIONES, por más experiencia y menos víctimas”, precisan que el KIA se impactó contra la guagua, que terminó casi de frente al muro del malecón, como se aprecia en las imágenes compartidas en redes.

Hasta el momento de redactar esta nota se desconoce el estado de los heridos.

En comentarios a las publicaciones en redes sociales los cubanos pidieron a los conductores tener precaución, especialmente en estos días de festividad por el fin de año.

accidente

Entre los meses de enero y octubre del presente año las autoridades cubanas registraron un total de 8 187 accidentes de tránsito en la Isla, que provocaron la muerte a 566 personas y otras 6 175 resultaron heridas.

Al cierre del mes de octubre los indicadores de la accidentalidad en el país presentaron una tendencia al aumento con relación a los años 2019, 2020 y 2021.

En numerosas ocasiones los cubanos han denunciado que entre las principales causas de accidentes de tránsito en Cuba se encuentran el mal estado de las carreteras y el envejecido parque automotor, además de las citadas por los medios oficialistas, como la falta de atención de los conductores, el incumplimiento del derecho de vía y el exceso de velocidad.

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El Malecón de La Habana, hito constructivo e histórico

Malecón de La Habana, Cuba

LA HABANA, Cuba. — Un emblemático sitio, por muchas razones, es el Malecón que bordea la costa de la ciudad de La Habana. Su construcción se inició en el año 1901 y su culminación se produjo a finales de 1958. La duración total de la obra  fue de 58 años y 38 días. Se realizó en siete partes, por etapas, con una longitud total de 7,3 kilómetros. La rapidez en el avance de la obra fue determinada por los altibajos de la economía nacional.

Los tramos fueron de La Punta hasta la calle Crespo (1901-1902), de ahí llegó a Belascoaín (1902-1919), siguió hasta el monumento al Maine (1921-1927); de forma simultánea se continuó hasta la calle G, y en sentido inverso, desde La Punta al Castillo de la Fuerza (1927-1930). Los dos tramos finales fueron de G hasta Paseo (1930-1950) y desde este punto hasta el Torreón de la Chorrera y el Túnel de Calzada (1950-1958).

Los obstáculos evadidos en su realización demuestran la capacidad profesional de los ingenieros cubanos y el increíble desarrollo tecnológico que habían alcanzado por esos tiempos. Una gran parte se hizo dentro del espacio marino.  Se usaron grandes bloques de hormigón prefabricados y rellenados para encima encabillar y tender el muro. Los tramos más sencillos se edificaron sobre el arrecife, pero su imagen es de una continuidad absoluta.

Un ejemplo de la complejidad de su construcción está en el segmento conocido por la Avenida del Puerto. Aquí hubo que cubrir un largo espacio cercano a los 600 metros por casi 100 de fondo: una tarea gigantesca.

Numerosas fotografías de época muestran la ardua labor de los constructores. Incluso hubo momentos en que por malos tiempos climatológicos, se destruyó parte del trabajo efectuado y hubo que reiniciarlo.

La amplia avenida de seis carriles cuenta con amplias aceras hacia ambos lados a lo largo de la vía. Los principales objetivos son permitir un acceso rápido hacia zonas periféricas de la ciudad y el enlace básico entre Miramar y La Habana del Este por la llamada Carretera Panamericana.

Tanto para la población capitalina como para visitantes, el Malecón sirve en tiempos de verano a miles de personas para recrearse, coger fresco, caminar, hacer ejercicios, pescar, jugar los menores o montar en bicicleta e incluso asistir a los carnavales celebrados anualmente en esta zona.

A lo largo del Malecón encontramos edificaciones, parques y monumentos significativos para la ciudad. Ahí tenemos fortalezas coloniales relevantes, el Anfiteatro del Puerto, los parques y monumentos a insignes figuras de la patria como Máximo Gómez y Antonio Maceo.

Hasta hace poco tiempo la estatua de Calixto García estuvo en la rotonda de G y Malecón, pero fue trasladada hacia la rotonda de Quinta y 120, en el municipio Playa, para conservarla de los embates del clima.  Es muy poco conocido que en G y Malecón se proyectó en los años 30 un monumento al presidente Gerardo Machado, el cual nunca se ejecutó.

Existe también el monumento al Maine que ha sufrido los avatares del tiempo y de la ideología, pues el águila que coronaba el mismo fue derribada primero por el ciclón del 26 y después por el terrible huracán que ha sido la Revolución de Fidel Castro. Un elemento antiestético añadido en las últimas décadas es la Tribuna Antiimperialista, que, además de ser sede de actos políticos, ha servido de escenario para conciertos de Air Supply, Kool and the Gang, Audioslave y Sepultura.

Alrededor de la plaza del Maine se han efectuados multitudinarios conciertos con figuras extranjeras y nacionales, como Armando Manzanero, Gilberto Santa Rosa, los Fórmula V y Los Diablos, Polo Montañez y Los Van Van.

Entre los edificios importantes están los hoteles Nacional, Deauville y Riviera. Se agregan el Someillan, los de 12 y Malecón y la Embajada de los Estados Unidos en Cuba, que embellecen más este gran paseo.

Algunas edificaciones desaparecieron para dar paso al Malecón. Entre otras están el Palacio de los Deportes y las Convenciones en Paseo, y los balnearios de tiempos coloniales, aunque se mantienen los ahora bautizados El Castillito y el Camilo Cienfuegos.

Son varios los hechos históricos acaecidos en el Malecón habanero. Tal vez el de mayor magnitud sea el mencionado “Maleconazo” del 5 de agosto de 1993, cuando el pueblo, agobiado por el Período Especial, se lanzó a la calle y fue brutalmente reprimido.

Por el Malecón salieron en rústicas balsas miles de cubanos hacia las costas norteamericanas. En la travesía, muchos perdieron la vida al tratar de cruzar el estrecho de la Florida.

Recordemos también que cercano al litoral habanero se produjo el hundimiento del remolcador “13 de marzo”, criminal acción perpetrada por las autoridades cubanas donde murieron casi la mitad de los viajeros que iban en la embarcación, entre ellos más de una decena de niños.

El Malecón, gran obra de la ingeniería nacional, muestra a las claras los avances provechosos realizados en la etapa republicana y que en el largo tiempo de gobierno castrocomunista no han podido ser superados.

ARTÍCULO DE OPINIÓN
Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no necesariamente representan la opinión de CubaNet.

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Joven grita ¡Patria y Vida! al ser detenido por escuchar música en el Malecón habanero

policía cubanos violencia policial

MIAMI, Estados Unidos.- Una pelea entre agentes de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) y varios cubanos en el Malecón de La Habana dejó en imágenes los abusos de los uniformados contra ciudadanos que, según relata un testigo, estaban escuchando música en una bocina portátil.

El video, que publicó Cubanos por el Mundo, muestra alrededor de cinco agentes de las fuerzas represivas del régimen discutiendo con dos hombres, mientras la persona que graba relata: “Los perros en el Malecón que no dejan poner música. Ni en las bocinas que trae la gente”.

La discusión escaló y terminó con los policías agrediendo a los cubanos. “Los perros de Cuba que no dejan poner música aquí en el Malecón de La Habana”, se le escucha decir una y otra vez al testigo que graba las imágenes.

Luego de que la policía lo tirara al piso y lo mantuviera allí con una llave de estrangulación, uno de los hombres comenzó a gritar ¡Patria y Vida!, mientras el resto de las personas que miraban protestaban por la violencia policial.

El testigo, mientras grababa el incidente, se quejó de la actitud de la policía, que no deja ni escuchar música en un espacio abierto, “todo el mundo tranquilo, todo el mundo sano”.

“Te estás equivocando conmigo”, se escucha decir a uno de los hombres. “Solo por poner música bajita”, dijo el testigo, al tiempo que llega “La técnica”, un van de la policía en el que se llevan a los detenidos.

Las denuncias de violencia policial son comunes en la Isla, un episodio similar ocurrió en noviembre de 2020, cuando agentes de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) se enfrentaron a estudiantes sudafricanos en la Universidad de Ciencias Médicas de Villa Clara por un cumpleaños y música alta.

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UJC convoca a caravana en el Malecón en pleno pico de muertes y contagios por COVID-19

UJC, Malecón de La Habana, Cuba

MIAMI, Estados Unidos. – La Unión de Jóvenes Comunistas de Cuba (UJC) convocó este jueves 5 de agosto a una caravana “por la paz, el amor y la solidaridad” en fecha coincidente con el aniversario de las protestas populares desarrolladas en 1994 y conocidas como “El Maleconazo”.

La convocatoria fue lanzada en Twitter por Aylín Álvarez, una egresada de la Escuela de Instructores de Arte recién electa como primera secretaria del Comité Nacional de la UJC.

“El jueves 5 de agosto la UJC te invita a participar en la caravana Victoria Popular. Por la paz, el amor y la solidaridad. La salida será a las 9:00 am desde la Chorrera hasta el Parque 13 de Marzo. No olvides tu nasobuco y mantener el distanciamiento”, señala el anuncio.

El llamado a la caravana se produce el mismo día en que la Isla registró 98 muertes por COVID-19, nuevo récord de fallecimientos en el país por causa de la enfermedad.

Entre los fallecidos reportados se encontraba una niña de tres años, que falleció en la provincia de Ciego de Ávila, y una mujer embarazada, de 32 años, en Villa Clara.

“Hubo 98 fallecidos hoy y ustedes siguen con su irresponsabilidad. No vengan a decirme que se cumple las medidas. Yo vivo frente a la Chorrera y la vez anterior estaban todos tirándose fotos con el nasobuco abajo, pasándose los pomos de agua, abrazándose. Irresponsables…”, respondió a la publicación Aylín Álvarez la usuaria Thais Liset.

“Soy estudiante de salud y he estado durante un año pesquisando día tras día sin descanso, estuve en un vacunatorio, me he expuesto a enfermarme en muchas ocasiones, atendí casos positivos, para que ustedes, banda de ineptos, hagan esta mierda”, lamentó otra joven tuitera identificada como Lenna.

Otra usuaria, Yuni, aseguró que “esas caravanas sólo van a conseguir el aumento de los casos”. “Esos jóvenes vienen con personas vulnerables. Hay que tener responsabilidad”, añadió.

El hecho también fue criticado por el virólogo cubano Amílcar Pérez Riverol, quien calificó el llamado de la UJC de “vergonzoso” e “irresponsable”.

“Esto es una burla al sufrimiento de un país entero que atraviesa uno de los peores brotes que se han producido en el mundo. Esto es una completa falta de respeto a la vida”, escribió el biólogo, radicado en Brasil.

Una nota de la Agencia EFE fechada este miércoles señala que el régimen de la Isla “invitó a la prensa internacional a cubrir el evento, en el que los participantes podrán desfilar a pie o en cualquier medio de locomoción, desde patines hasta bicicletas, motos o automóviles”.

Con 1 141 casos por cada 100 000 habitantes, Cuba es el país con mayor incidencia de la COVID-19 en el continente americano y uno de los primeros del mundo.

Además de reportar 98 muertes, este miércoles la Isla volvió a superar los 9 000 casos diarios, de ellos 1 145 en La Habana.

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Conductor que mató a cinco personas en La Habana irá 10 años a prisión

Accidente de tránsito en el Malecón cuba

Accidente de tránsito en el Malecón cuba
Accidente de tránsito en el Malecón (Captura de pantalla)

LA HABANA, Cuba. – Un tribunal cubano condenó a diez años y tres meses de prisión al conductor del automóvil que en mayo del año pasado causó la muerte de cinco personas y dejó a otras veinte heridas al salirse de la carretera cuando circulaba por el malecón de La Habana, informaron medios estatales.

El Tribunal Provincial Popular de La Habana sancionó en sentencia firme a Luis Alberto M.H. por un delito de homicidio, lesiones y daños y otro de conducción bajo los efectos de bebidas alcohólicas, según recoge este domingo el diario Tribuna de La Habana.

A la condena, que tuvo en cuenta la “alta peligrosidad” de lo sucedido, se le añade la suspensión de la licencia de conducción por cinco años y la obligación de indemnizar económicamente a los damnificados.

“Los jueces explicaron de manera detallada los sucesos ocurridos y cómo durante la práctica de pruebas se demostró que el acusado había ingerido bebidas alcohólicas y se encontraba incapacitado para conducir el vehículo, además del exceso de velocidad y la distracción”, señala Tribuna.

El accidente tuvo lugar en la madrugada del 19 de mayo de 2019, cuando el vehículo, un Mercury del año 1952, se salió de la vía en el malecón habanero, irrumpió sobre la acera y atropelló a numerosas personas.

Tras el siniestro, que tuvo una gran repercusión en el país, las autoridades redujeron el límite de velocidad permitido para circular por el malecón y decidieron cerrar al tráfico algunos de sus tramos durante la noche de los fines de semana, cuando centenares de personas se congregan en las aceras de esta emblemática vía.

Los accidentes de tráfico representan desde hace años la quinta causa de muerte en Cuba, donde se reporta uno cada 55 minutos, fallece una persona cada 15 horas y hay un lesionado cada hora y 15 minutos, de acuerdo con un reciente informe de la Dirección de Tránsito de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR).

Desde enero hasta el cierre de octubre de 2019 fueron registrados 7.800 accidentes de tráfico en Cuba, que dejaron un saldo de 5.735 lesionados y 490 fallecidos.

No prestar la debida atención, violar el derecho de vía, el exceso de velocidad y el consumo de bebidas alcohólicas figuran entre las causas más repetidas de los siniestros.

Cuba arrastra un alto índice de accidentes en las carreteras y las vías urbanas, atribuido también a la avanzada edad del parque móvil (la mayoría de los vehículos en circulación tienen más de 20 años y muchos más de 60) y su precario mantenimiento que frecuentemente se realiza de manera artesanal.

(EFE)

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Cuba y ese muro que aún no cae

Malecón habana cuba habanero muro berlín
(foto: Flickr)

LA HABANA, Cuba. – Osvaldo acostumbraba a recorrer el malecón habanero en toda su extensión; siempre iniciaba el recorrido en el Castillo de la Punta y, según él, contaba cada uno de los pasos que le permitían llegar hasta el final. Mientras hacía el camino buscando el oeste de la ciudad, Osvaldo acariciaba el muro con los dedos de su mano derecha, con los de la izquierda lo manoseaba durante el regreso al este, esa vuelta que lo ponía otra vez frente al Castillo de La Punta, su punto de inicio, su punto final. Allí después de la caminata se miraba los dedos rociados con sangre.

Osvaldo aseguraba que el malecón era “nuestra frontera más visible”. Ese habanero siempre creyó que aquel muro resultaba nuestro sometimiento más perceptible, nuestro muro de las lamentaciones. “¿Quién no se ha preguntado qué hay más allá de ese muro?”. Así me preguntó algunas veces, y yo siempre me quedaba callado para que él asegurara que más allá del muro estaba la libertad. Lo mismo decía si caminaba por el malecón cienfueguero o en cualquier desolada costa del sur cubano.

Para Osvaldo el mar era siempre una frontera, el muro que dividía y alejaba, una pared que se dilataba en las aguas del océano atlántico o el mar caribe. Osvaldo siempre soñó con unas fronteras más visibles, más evidentes, como suelen ser las fronteras de verdad. Osvaldo se quejaba del comunismo en Cuba, y aseguraba que la ausencia de una división manifiesta hacía más patético nuestro encierro. Osvaldo amaba las fronteras reales que podría evadir, violentar. Osvaldo soñaba un continente.

“Ni siquiera tenemos fronteras de verdad”, así solía quejarse, así entendía su desgracia. Y Osvaldo desapareció; algunos dicen que trató de violentar esas fronteras invisibles, y nunca más se supo de él. Me gusta pensar que consiguió vencer, evadir, esos límites intangibles y que llegó al punto deseado, que consiguió su sueño finalmente, pero la verdad es que no tengo esa certeza, porque “la maldita circunstancia del agua por todas partes”, esa de la que hablaba el gran Virgilio Piñera, es muy real en estas tierras. La ausencia de una frontera real y definida es también una desgracia, un malestar, otra vejación para los cubanos, un límite a la libertad.

Nadie sabe a estas alturas en qué lugar está Osvaldo, su madre murió sin enterarse, se consoló diciendo que la felicidad de haber conseguido el sueño lo hizo olvidar su pasado. “Él siempre quiso irse”, decía su madre…, quien se consolaba asegurando que su hijo no escribía porque escribir sería una manera de estar de vuelta, y que él se había ido para siempre. Osvaldo consiguió ir más allá del muro del malecón, de cualquiera de los muros acuosos que rodean esta isla.

Recuerdo que su obsesión se hizo mayor cuando cayó el muro de Berlín, cuando lo tumbaron. Cuando llegaron las noticias a la isla creció su entusiasmo y se mostró eufórico, no escondía su arrebato y hasta escribió a un amigo que estudió por allá, que por allá se matrimonió y se quedó, para que guardara para él un pedazo de aquel muro. Osvaldo soñaba con tener en sus manos un pedazo de aquella pared que dividió a Berlín; conquistarla era mantener la esperanza de que algún día el comunismo desaparecería también en Cuba, pero no soportó la espera y todos creímos que emprendió el camino por mar, el único posible para él.

Nada sé de Osvaldo, nada saben sus otros amigos, y ahora que la caída del muro cumple treinta años pienso más en él, y supongo que está vivo, y quién duda que desanda las calles de Berlín, que allí celebrará el desmoronamiento del comunismo en Alemania, y hasta podrá suponerlo en Cuba, y chillar, vitorear, suponer el mismo final para la isla.

Lo malo es que Cuba no tiene más fronteras que ese muro del malecón y las aguas que rodean toda la isla en sus “malditas circunstancias”. Cuba no tiene un muro real y definido, solo tiene un mar que no se puede vencer como se vence a una pared real y de concreto. Yo no sé en qué lugar está mi amigo, pero si está vivo sabrá celebrar el derrumbe; quizá frente a uno de esos fragmentos de muro que hoy están en Buenos Aires, en Washington, quién duda que saca su miembro en aquel fragmento que dicen se conserva aún en un urinario de Las Vegas, en los Estados Unidos, y lo salpica con sus desechos.

Puedo imaginar a Osvaldo evacuando sobre ese fragmento de muro de Las Vegas, desafiando al comunismo, a los muros que en el mundo han sido, a los que todavía son. Este 9 de noviembre se cumplen treinta años de la caída del muro de Berlín, un emblema del comunismo europeo, y yo vuelvo a recordar a Osvaldo frente a unos de esos retazos de muro. Quizá Osvaldo no murió en su intento de evasión y hoy está en Buenos Aires, frente al fragmento del muro que se conserva allí, o en Uruguay, en Costa Rica, en cualquier lugar donde pueda tirar sus desechos o simplemente lanzar una trompetilla, sacarle la lengua a ese fragmento de comunismo.

Quizá mientras deja por allí sus desechos piensa, como yo, en lo que sería Cuba con unas fronteras más reales, más visibles, no unas fronteras que inviten al exilio, que lleven a la desesperación y la muerte. “La maldita circunstancia del agua por todas partes”, las fronteras invisibles, nos retardaron el derribo de los muros. Los comunistas no tuvieron que levantarlos acá, porque les bastó con el agua, con el agua por el norte y el sur, por el este y el oeste, por todas partes, como la desesperación y la miseria, que son también nuestros muros.

Alemania celebrará otra vez los mandarriazos que destruyeron el muro, que desterraron el comunismo, que devolvieron la libertad, que consiguieron que Cuba perdiera a uno de sus aliados, que quedara más sola, más aislada, y aún sin fronteras visibles, es decir sin norte, sin saber muy bien qué hacer. Osvaldo decía que nuestro aislamiento, nuestra condición de isla servía de mucho a los comunistas, que nos ponía más lejos del mundo real.

“Si tuviéramos fronteras evidentes, palpables, otro gallo cantaría”, así decía; pero la verdad es que no las tenemos. Nuestras estrategias no podrán centrarse en derribar un muro de concreto ni en escapar en un avión, en balsa. Habrá que pensar también en quedarse para derrumbar esos muros “invisibles” que, aunque parezca incongruente, también son manifiestos. Lo importante será entonces derribar los límites que nos impusieron, como sucedió en Berlín hace ya unos años. Y luego sentarnos en el muro del malecón para contemplar la libertad de las olas y disfrutar la nuestra.

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Gobierno cubano anuncia cierre de parte del Malecón de La Habana

cuba habana malecon accidente tránsito

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esde el 2007 el vehículo marca Mercury, de 1952, no pasaba por la planta de revisión técnica (Foto Redes Sociales)

LA HABANA, Cuba. – La Comisión de Seguridad Vial de La Habana anunció este viernes el cierre del tráfico en un tramo de la emblemática avenida Malecón los fines de semana por la noche, una medida dispuesta tras un accidente ocurrido en esa zona el domingo pasado que dejó 5 muertos y más de 20 heridos.

La disposición señala que la medida estará vigente “mientras resulte necesario” desde las 9 de la noche y “hasta que concluyan las actividades culturales y recreativas programadas” en la avenida Malecón, según un comunicado divulgado por medios estatales.

La Comisión de Seguridad Vial precisó que el cierre de la avenida incluye el tramo comprendido desde la calle Peña Pobre en La Habana Vieja hasta la calle 15, donde radica La Piragua, una explanada situada frente al Malecón en la barriada del Vedado en la que habitualmente se celebran conciertos y fiestas bailables.

Además, informó sobre varias vías alternativas por las que los conductores de vehículos, así como algunas rutas de autobuses del servicio de transporte local, podrán circular en el horario nocturno los fines de semana.

Asimismo, las autoridades del tráfico instan a los conductores a cumplir con estas disposiciones y mantenerse atentos a las orientaciones de los agentes de la autoridad con el objetivo de evitar accidentes del tránsito.

En las primeras horas de la madrugada del domingo 19 de mayo ocurrió un accidente cuando el conductor de un auto antiguo -de los conocidos en Cuba como “almendrones”- irrumpió sobre la acera del paseo marítimo del Malecón y causó la muerte de cinco personas y dejó 23 lesionados.

La Comisión de Vialidad de La Habana informó que el conductor del automóvil -marca Mercury del año 1952- estaba bajo los efectos de bebidas alcohólicas y transitaba con exceso de velocidad cuando provocó el dramático siniestro en esa zona donde habitualmente acuden muchas personas, sobre todo en horas de la tarde y la noche.

Este accidente de tráfico es parte de una oleada reportada en lo que va de año en Cuba, donde en 2018 se registraron 10.070 siniestros que dejaron 683 muertos y 7.730 heridos, con una frecuencia de uno por cada 52 minutos, según datos de la Comisión Nacional de Seguridad Vial.

El país caribeño arrastra un alto índice de accidentes de tráfico atribuidos, entre otros factores, a la avanzada edad del parque móvil (la mayoría de los vehículos en circulación tienen más de 20 años y muchos más de 60) y su precario mantenimiento, que frecuentemente se realiza de manera artesanal.

Durante las inspecciones obligatorias realizadas en 2018, se detectaron deficiencias técnicas en el 44 % de los autos verificados (63.966), principalmente por el sistema de frenos, dirección y luces.

Además, se retiraron más de 36.000 permisos de circulación de vehículos que no tenían la revisión técnica actualizada.

(EFE)




Salen a la luz primeras imágenes del accidente de tránsito del Malecón

Accidente de tránsito en el Malecón cuba

MIAMI, Estados Unidos. – En las últimas horas han salido a la luz primeras imágenes del lamentable accidente de tránsito ocurrido este sábado en el Malecón de La Habana, donde, según el reporte oficial, fallecieron tres personas y otras 21 resultaron heridas.

Las imágenes muestran el caótico escenario que dejó el siniestro, con los cuerpos de las víctimas en el suelo y el auto -un almendrón de color verde- completamente encimado en la acera ante la desesperación y el desconsuelo de decenas de personas.

“Todo parece indicar que este vehículo presentaba desperfectos técnicos”, dijo uno de los funcionarios de tránsito entrevistados, quien agregó que en el Malecón hay una regulación de velocidad que oscila entre los 50 y 60 kilómetros por hora, en dependencia del tramo en que se encuentre el automóvil.

También señaló que es muy probable que el auto perdiera la dirección, razón por la que terminó sobre la acera, provocando el fatal accidente.

El Doctor Edelberto González Ortiz, director del Hospital General Calixto García, precisó que ese centro se vio obligado a intervenir quirúrgicamente a siete lesionados, dos de los cuales fallecieron. Entre los lesionados también se encontraban tres menores de edad, que fueron estabilizados y trasladados al Hospital Pediátrico Juan Manuel Márquez.

El especialista señala que aún permanecen en ese centro hospitalario siete personas heridas, y que cinco de ellas se encuentran en estado grave, con peligro para la vida.




Tres muertos y más de 20 heridos en accidente en el Malecón de La Habana

LA HABANA, Cuba. – Tres personas murieron y más de 20 resultaron heridas, entre ellas dos extranjeros, en un accidente ocurrido este domingo cuando un automóvil antiguo -de los conocidos popularmente como “almendrones”- invadió la acera de la popular avenida Malecón de La Habana y atropelló a un grupo de transeúntes.

Una de las víctimas falleció en el lugar del suceso -que ocurrió en las primeras horas de la madrugada de hoy- y otras dos en un hospital, informó la estatal Agencia Cubana de Noticias (ACN).

De la veintena de lesionados que dejó el siniestro, varios recibieron atención médica especializada en el hospital Docente Clínico Quirúrgico Calixto García, tres niños fueron remitidos al pediátrico Juan Manuel Márquez y las otras personas se encuentran internadas en diversos centros de salud de la capital cubana.

El director del hospital Calixto García, Edilberto González, explicó que cinco de los heridos internados en ese centro permanecen en estado grave, cuatro de ellos fueron intervenidos quirúrgicamente y una joven se encuentra en cuidados de “atención progresiva al grave”.

Además, informó que entre los lesionados atendidos en ese hospital se encuentran dos extranjeros -cuyas identidades y nacionalidades no se detallaron en el informe- con lesiones ortopédicas.

El especialista refirió que la mayoría de las lesiones de los pacientes afectados por el accidente se presentaron en los miembros, cráneo-encefálicas y traumatismo en el abdomen.

Asimismo, recalcó que el Calixto García posee los médicos y las enfermeras “certificados internacionalmente” para la atención a pacientes politraumatizados, así como los medicamentos, tecnología y materiales necesarios.

Este accidente de tráfico masivo se suma a una serie reportada en lo que va de año en Cuba, donde en 2018 se registraron 10.070 siniestros que dejaron 683 muertos y 7.730 heridos, con una frecuencia de uno por cada 52 minutos, según datos de la Comisión Nacional de Seguridad Vial.

Aunque decrecieron en un 10 % estos siniestros, en un 9 % las víctimas mortales y un 3 % los heridos en relación a las estadísticas de hace dos años.

El país arrastra un alto índice de accidentes de tráfico atribuidos, entre otros factores, a la avanzada edad del parque móvil (la mayoría de los vehículos en circulación tienen más de 20 años y muchos más de 60) y su precario mantenimiento que frecuentemente se realiza de manera artesanal.

Durante las inspecciones obligatorias realizadas en 2018, se detectaron “deficiencias técnicas” en el 44 % de los coches verificados (63.966), principalmente por el sistema de frenos, dirección y luces.

Además, se retiraron más de 36.000 permisos de circulación de vehículos que no tenían la revisión técnica actualizada.

Entre las principales causas la Comisión Nacional de Seguridad Vial identifica los adelantamientos indebidos, el no prestar atención al control del auto, la violación del derecho de vía, los excesos de velocidad, la conducción bajo los efectos del alcohol y los desperfectos técnicos.

(EFE)