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Madre de manifestante del 11J sobre el juicio: “Los trataban como si fueran terroristas”

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MIAMI, Estados Unidos.- En la edición de este martes del espacio de CubaNet La Red con Cuba, la periodista Yaima Pardo actualizó sobre los procesos penales que se llevan a cabo en la isla contra los artistas Luis Manuel Otero Alcántara y Maykel Castillo Pérez (Osorbo), en el Tribunal Municipal Popular de Marianao. Asimismo, conversó con Dania López, madre de Richard Echevarría López, un joven cubano de 32 años que está siendo condenado a 11 años de prisión por su participación en las protestas del 11 de julio de 2021.

Sobre los casos de Otero Alcántara y Osorbo se ha conocido que los testigos de los acusados fueron sacados de la sala. De acuerdo al artista Julio Llópiz, que iba a testificar en el juicio, estuvieron todo el día en un salón esperando, y les cortaron internet. La hermana de Luis Manuel incluso estuvo afuera esperando, sin que pudiera recibir noticias.

Según fuentes desde Cuba, el juicio de Maykel estaba desbalanceado, pues el abogado no estaba preparado y Maykel tuvo que asumir prácticamente su defensa.

La jornada de este lunes estuvo marcada por una fuerte presencia policial, e incluso a representantes europeos que habían solicitado asistir a la audiencia les fue impedida la entrada.

Luis Manuel tiene una petición fiscal de siete años de cárcel, mientras que Maykel Osorbo enfrenta una de sentencia de 10 años de prisión. Ambos artistas fueron declarados presos de conciencia por Amnistía Internacional.

Richard Echevarría López

“Es muy triste ver cómo le está pasando esto a miles de personas en Cuba”, dijo visiblemente emocionada la madre de Richard Echevarría López.

Dania López viajó a la Isla para asistir al juicio de su hijo, quien participó en una especie de conga que los residentes de El Palenque, en La Lisa, llevaron a cabo durante las masivas protestas antigubernamentales del 11 y 12 de julio de 2021.

La audiencia se celebró en el Tribunal de Diez de Octubre, recuerda Dania, y asegura que los familiares d ellos cinco acusados tuvieron que esperar inicialmente a dos cuadras del lugar pues la presencia policial no dejaba a nadie acercarse.

Las madres que pudieron entrar al juicio no podían tocar a sus hijos, abrazarlos, besarlos, no podían ni siquiera hablarles o saludarlos, explicó. “Los trataban como si fueran terroristas”, dijo.

“Mi familia está destruida. Mi nieto de cuatro años ha tenido problemas para hablar desde que nació, su papá lo ayudaba mucho con eso, eran muy unidos. El de 13 años es excelente, pero está teniendo ahora problemas en la escuela. Quiere faltar para ir a ver a su papá”, señaló.

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Aviso al régimen: Este es tiempo de cualquier cosa menos de parar

Cuba, Cubalex, represión

LA HABANA, Cuba.- Ayer, sobre las cuatro de la tarde, mi madre recibió la visita de un agente de la Seguridad del Estado que ni siquiera se identificó. Ella lo describe como “muy joven, simpático; llevaba un pulóver azul marino y un casco de los grandes”. Advertida de que esas visitas no son de cortesía, mi madre no le permitió pasar; así que ahí mismo, en la puerta de casa, el pichón de esbirro desató las amenazas que hace dos años estuvieron en boca de la teniente Elizabeth, el teniente Ernesto y el capitán Jorge; y un poco antes también en la de los tenientes Camilo y Lucas.

Varios han sido los emisarios de la policía política que me han prometido persecución e incluso cárcel si continúo escribiendo para la prensa independiente. En algún momento las amenazas se hicieron extensivas a mi madre, incluso a mi pareja; pero he sido la primera en admitir que no figuro entre las periodistas más importunadas por el aparato represivo.

Antes de ayer, la última vez que aparecieron en mi casa fue el 6 de mayo de 2020, cuando la teniente Elizabeth, aprovechando un momento de vulnerabilidad de mi madre, que acababa de perder a uno de sus hermanos, decidió que ese era el mejor momento para aterrorizarla con la posibilidad de que yo sufriera “las peores consecuencias” por causa de mis artículos. Fue tan desalmada que ese día mi madre acabó en el policlínico con la presión disparada.

La ebullición popular, que alcanzó niveles máximos durante la pandemia hasta su desbordamiento el 11 de julio de 2021, mantuvo a la Seguridad del Estado alejada de quienes solo se dedicaban a escribir. Otros colegas también tuvieron un respiro; pero luego de los destierros y encarcelamientos a connotadas figuras del activismo y la oposición política, parecen haber retomado los ciclos de intimidación contra todo el que disiente, sea desde la calle o desde el teclado de un ordenador.

El nuevo compañero que me atiende no ha leído los informes que supongo escribieron mis vigilantes anteriores. De ser así sabría que mi madre nada conoce sobre mi trabajo y en nada puede influir. Tampoco sabe que las madres no hablan ni aunque sepan, y mi madre es de una estirpe temible; la teniente Elizabeth puede dar fe de ello.

El agente, que a mi madre le pareció demasiado joven para tan innoble menester, habló de supuestas asociaciones y órdenes provenientes del exterior; todo ello sin mencionar nombres ni mostrar una sola prueba. En algún momento él le hizo saber que vienen nuevas leyes, refiriéndose sin dudas al Código Penal que dentro de poco será aprobado por la unanimidad cómplice y cobarde de la Asamblea Nacional del Poder Popular. Le aseguró a mi madre que si continúo escribiendo me van a sancionar, y a través de ella me hizo llegar el mensaje de que “ya es hora de parar”. Así no más.

El joven esbirro no sabe que ya estoy sancionada. Desde mayo de 2018 figuro en la lista de los regulados, un castigo que me ha traído agudos pesares a nivel personal, quitándome para siempre la posibilidad de ver y abrazar a seres amados que ya no están. Tal vez cuando habló de sanción se refería a una larga condena en prisión, porque la brutalidad de esas leyes que pronto estarán vigentes tiene como único propósito destrozar a golpe de terror y cárcel lo que queda de este país.

Le creo cuando profiere sus amenazas. Y él también debe creerme cuando le digo que este es tiempo de cualquier cosa menos de parar. Cuba se halla en condiciones tan deplorables que hacerlo sería un suicidio moral. Para bien o mal, me cuento entre los cubanos que cargan en sus brazos el cuerpo de una nación moribunda, aunque cada día se apaguen de a poco junto con ella.

Este lugar, en esa fila que sostiene una patria hecha jirones, fue lo que elegí; tal vez impulsada por mi ingenuidad política de entonces, o por la esperanza de que si perseverábamos lo suficiente la Isla volvería a levantarse, daría un paso, luego otro y otro, y finalmente echaría a andar.

No ha sido así, pero aquí me quedo hasta verla morir, exactamente como haré con mi madre, quien dicho sea de paso goza de buena salud, excepto por un ligero incordio cardiovascular y la presión que se le descontrola cuando recibe malas noticias. Lo dije una vez y lo repito hoy: en ella está el límite de mi prudencia.

El agente anónimo prometió volver y confío en que lo hará. Espero, aunque sé que la seguridad del estado es incapaz de conducirse con honor, que la próxima vez traiga la citación dirigida a mi persona, como han hecho siempre. Sé que no tienen papel, ni tinta para la impresora, ni bolígrafos, y que sus muchas faltas de ortografía evidencian el descalabro del sistema educacional cubano. Sin embargo, nada de eso es motivo para no apegarse a la ley. Espero sin ansias la “entrevista”, pero garantizo que asistiré puntual, como siempre lo he hecho.

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Madre cubana denuncia maltratos de una maestra a su hija de 12 años

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Foto referencial (Granma)

MIAMI, Estados Unidos.- Una madre cubana buscó apoyo en la plataforma Yo Sí Te Creo en Cuba para denunciar los abusos de los que su hija de 12 años es víctima en una escuela primaria de la provincia de Cienfuegos, y que tienen como principal responsable a su maestra.

En una publicación en la red social de Facebook, la plataforma hizo pública la preocupación de Kenia Muñoz Romero por el estado físico y mental de su hija adolescente.

La madre de la menor recurrió a Yo Sí Te Creo en Cuba, diseñada para exponer hechos de violencia de género contra las féminas cubanas, porque su pequeña “desde los 10 años, ha venido sufriendo abusos y violencias psicológicas repetidas de parte de la maestra Clara Berena Austin León, de la Escuela Primaria Guerrillero Heroico, en Cienfuegos”.

“El efecto del maltrato infantil en la salud física y emocional de Samanda resultan visibles. Ha debutado desde entonces, con una hipertensión arterial y se ha desencadenado un trastorno psicótico”, reza la denuncia.

Ambos padecimientos, agregan, “acentúan su vulnerabilidad biopsicosocial y han exigido tratamientos médicos inminentes ante su cronicidad. La situación de violencia vivida por esta familia y de forma especial por la adolescente, ha sido una de los estresores esenciales que ha impactado de forma perjudicial su estado de salud”.

Muñoz Romero ha buscado apoyo institucional en Educación municipal y provincial en su lugar de residencia; en la Fiscalía General de la República de Cuba; en la Fiscalía Provincial y Municipal; la PNR; el Gobierno y los órganos del PCC de su localidad; en la Oficina de Protección a Menores del MININT, sin embargo, no ha recibido una respuesta satisfactoria de ninguna de esas instituciones estatales.

“Solicitamos desde #YoSíTeCreoEnCuba, a todas las instancias comprometidas con garantizar protección y atención legal pertinente en este caso, desplieguen todas las acciones encaminadas a salvaguardar la integridad física y mental de esta menor”, reza la publicación.

Así mismo, exigen que Kenia, Samanda y familia encuentren la justicia que necesitan en correspondencia con los daños psicológicos, físicos y morales sufridos.

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Desalojan por la fuerza en Cuba a una madre con su bebé en brazos

desalojo Cuba

MIAMI, Estados Unidos.- Las autoridades policiales del régimen de Cuba desalojaron por la fuerza de una propiedad estatal a una cubana, madre de cuatro menores de edad, uno de ellos de tres meses que padece una miocardiopatía severa con peligro para su vida, informó Radio Televisión Martí.

Aylín Arjona había decidido ocupar el local deshabitado desde hace varios años en el municipio habanero de La Lisa, pues en medio de la pandemia por coronavirus en la Isla temía por la salud de su familia, además con la crisis de la COVID-19 “no hay alquileres”.

“Ellos me dicen que retorne para donde yo vivo. Yo no tengo casa allá. De Bayamo yo decido venir para acá, donde mi mamá llevaba cinco años alquilada”, dijo Arjona Martí.

La joven cuenta que les explicó a los agentes de policía que “yo parí aquí en Maternidad Obrera. Al niño me lo atienden aquí en el Pediátrico Juan Manuel Márquez. Yo les explico a ellos [la policía] que el niño, si no me lo hubieran atendido aquí, quizá se me hubiera muerto”.

El abuso policial al que fue sometida esta joven madre en Cuba quedó grabado en video, y al respecto, contó a Martí: “Una patrulla me dice que le enseñe mi identificación. Me cogen por el brazo. Mi mamá sale. La cogen, le hacen una llave. Me cogen a mí con el niño y me empiezan a empujar (…). A mi hermana la apretaron por el cuello”.

Miguel Díaz-Canel había dicho la pasada semana en una reunión de análisis sobre la dinámica demográfica de Cuba, que las autoridades de cada territorio debían prestar más atención al tratamiento de los problemas de vivienda de madres con familias numerosas.\

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Fallece la madre del senador cubanoamericano Marco Rubio

Marco Rubio Oriales Rubio
Marco Rubio y su madre. Foto Instagram del senador,

MIAMI, Estados Unidos.- La madre cubana del senador cubanoamericano Marco Rubio, Oriales Rubio, murió el pasado viernes a los 88 años de edad, según comunicó el propio político en su cuenta de Instagram.

“Mi madre Oria Rubio regresó para estar con el Señor el viernes por la noche”, escribió Rubio. “Dios la bendijo con casi 89 años de vida llena de amor. Y con una muerte pacífica rodeada de quienes la amaban”, escribió el senador Rubio.

“Y la alegría que compartimos en esta vida presagia la alegría aún mayor que compartiremos en la próxima. Viviremos juntos de nuevo. Bajo un cielo nuevo y en una tierra nueva”, reza el post en la red social.

Nacida en Jatibonico, un pueblo en la provincia de Sancti Spíritus, Cuba, el 2 de noviembre de 1930, Oriales Rubio llegó a Estados Unidos junto a su esposo, Mario Rubio, en 1956.

La familia Rubio vivió en Miami hasta 1976, cuando se mudaron a Las Vegas por unos años, y en 1985 volvieron a la Ciudad del Sol, donde el joven Marco Rubio comenzó su carrera política.

La madre de Marco Rubio fue ama de llaves en el Imperial Palace Hotel en Las Vegas y dependiente de Kmart, según una biografía del senador cubanoamericano.

“Cuando eran jóvenes, mis padres tenían grandes sueños para sí mismos. Pero debido a que no nacieron en la riqueza o el poder, su futuro estaba destinado a ser definido por su pasado. Entonces, en 1956, vinieron aquí, al único lugar en la tierra donde las aspiraciones de personas como ellos podrían ser más que solo sueños”, dijo en una ocasión el senador republicano.

En su discurso de lanzamiento de campaña, Marco Rubio dijo que sus padres “nunca lo hicieron grande. Pero tuvieron éxito. Dos inmigrantes con poco dinero o educación encontraron trabajos estables, tenían una casa, se jubilaron con seguridad y les dieron a sus cuatro hijos una vida mucho mejor que la suya”.

Los honores fúnebres de Oriales Rubio se realizarán de manera privada.

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Madre de polizón cubano: “Quédate porque no sé qué pueda pasar contigo”

García Duarte

MIAMI, Estados Unidos.- “Yo le pido a Dios que él no regrese, que se quede, aunque me parta el alma, aunque me parta la vida”, dijo la madre de Yunier García Duarte, el cubano de 26 años que llegó a Miami escondido en la zona de carga de un avión el viernes pasado, al canal de noticias Univisión 23.

Daysi Duarte confesó que tiene miedo de lo que pudiera sucederle a su hijo si regresa a Cuba. “Yo voy a aguantar todo lo que tenga que aguantar, pero no regreses, niño. Quédate porque no sé qué pueda pasar contigo. Te prefiero allá y no aquí”, agregó.

La madre de Yunier, visiblemente afectada, contó a Univisión que él es “un buen hijo, buen padre, buen marido y buen hermano”.

García Duarte ingresó a Estados Unidos la madrugada del viernes pasado como polizón, escondido en el compartimiento de carga de un vuelo chárter que salió del Aeropuerto Internacional José Martí, de La Habana, donde trabajaba.

Actualmente García Duarte se encuentra en un centro de detención de ICE, en Krome en el cual espera que le otorguen asilo político en EE.UU. “Si puse mi vida en riesgo para llegar a este país, espero que este país me reciba”, dijo Yunier en una entrevista telefónica recientemente con Telemundo 51.

“Es un polizón, los polizones están limitados a cómo pueden legalizarse en EE.UU. Él solo se puede legalizar si solicita asilo político y lo gana (…) Pero también es un desertor, trabajaba en el aeropuerto de Cuba, por lo menos pueden escucharlo porque si regresa a Cuba de seguro lo van a encarcelar”, había dicho el abogado Willy Allen de García Duarte.

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Madre cubana vive en la extrema pobreza (vídeo)

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