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Aferrada a la curva de declive, Educación reduce la entrega de materiales

Para completar la base material de estudio, los padres tienen que encuadernar libros que ya fueron usados en más de cinco años lectivos. Fotos del autor

LA HABANA, Cuba. La travesía del año escolar 2018-19 será una verdadera odisea para profesores y estudiantes. El anunciado déficit de más de 11 mil maestros, unido a nuevos recortes aplicados por el Ministerio de Educación (MINED) a la entrega de la Base Material de Estudio (BME) y otros instrumentos, presagian que el presente pudiera ser el peor curso de los últimos años.

De acuerdo a información facilitada por trabajadores del sector, en mayor o menor medida la austeridad tocó a todos los niveles de Educación, que para garantizar la distribución de libretas en enseñanzas priorizadas como la Primaria y Secundaria, tuvo que desempolvar sus ‘stops’ de reserva.

Desde hace varios años en cada edición del calendario escolar se suprime o reduce la entrega de materiales. En la actualidad, el suministro a estudiantes y docentes queda por debajo de la distribución realizada durante la época de período especial, a finales de siglo pasado.

Tanto aprendices como educadores, para completar los lápices, libretas, bolígrafos, gomas de borrar, etc, que utilizarán a lo largo de los diez meses que dura el curso, tienen que comprar en el mercado negro los materiales que por la ‘izquierda’ salen de los almacenes de Educación.

Según Yaima Almanza Rojas, docente del Departamento de Letras en la escuela primaria Felix Varela, de la capital, la BME distribuida para el presente año solo cubrirá de manera integra a los grados iniciales de cada enseñanza, excluyendo a Adultos que ha sido la más afectada.

Los profesores han sido los más afectados por los recortes de materiales. Fotos del autor

Con respecto al pasado curso, comunicó Almanza, cada educando recibió entre dos y cinco libretas de menos. La entrega de lápices se contrajo cerca del cincuenta por ciento, mientras que la disposición de reglas, cartabones, gomas de borrar y colores, apenas alcanzó para abastecer los grados Pre Escolar y Primero.

“Antes tocaban unos veinte lápices por alumno, este año está previsto distribuir once o doce. Las libretas, por ejemplo, en los preuniversitarios se asignaban doce y ahora han repartido solo siete”, dijo Almanza.

Evelyn Gómez Acosta, profesora de Inglés en la Enseñanza Universitaria, abundó que los estudiantes de carreras pedagógicas dispondrán de apenas seis libretas y 10 lápices para cada semestre, entrega que equivale a la mitad de la norma.

Contar con menos materiales no exonera a los profesores de cumplir al pie de la letra con los programas de clases. Sin embargo, teniendo que utilizar una libreta para dos asignaturas, una parte de los contenidos se quedará en el aire.

“Es como meter La Habana en Guanabacoa. A los muchachos de hoy no les interesa mucho la escuela, tienes que estar exigiéndoles constantemente y cuando se comiencen a acabar las libretas y no halla para repartirles, cómo logras que copien todas las clases”, señala Gómez.

La situación no será diferente para los maestros, a quienes de manera general les parece contradictorio que en medio del alto déficit de docentes en las aulas, el MINED no cuente con los materiales necesarios para planificar las clases y desarrollar el resto de las actividades curriculares.

“Si los claustros estuvieran completos tocarían menos materiales. Tendríamos que hacer más malabares para resolver dónde y con qué escribir”, expone Yolanda Cordero Ordúñez, profesora de la Enseñanza de Adultos.

Además del alto déficit de docentes, el nuevo curso escolar está marcado por la escasez de materiales. Fotos del autor

Adultos fue creada para que obreros y campesinos pudieran alcanzar el grado doce, establecido por el gobierno en los años 90’ como nivel educativo mínimo para ocupar la mayoría de las plazas estatales.

Sin embargo, en los últimos años ha ganado relevancia acogiendo en sus aulas el creciente flujo de jóvenes que abandonan la educación en la etapa preuniversitaria.

Según Cordero, los centros docentes de la enseñanza recibieron una asignación de cinco libretas para cada profesor, una regla, un bloc de notas y un estuche con seis bolígrafos.

“Sin herramientas es una porquería lo que se puede hacer. Los maestros le pasan por arribita a los programas y si los muchachos no aprueban, entre col y col, los pasan de semestre para asegurar su evaluación particular. La educación va en picada y este año pudiera ser el peor”, puntualizó Cordero.