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“En Cuba no hay nada, estamos pasando tremenda hambre”

Vecina de Marianao muestra picadillo de soya en mal estado

LA HABANA, Cuba. – La cubana Emma Gronlier Blanco, vecina del municipio Marianao, se quejó airadamente este miércoles luego de que le vendieran un picadillo de soya en mal estado mediante la libreta de racionamiento, como parte de la cuota mensual que reciben todos los residentes de la Isla.

“Yo no puedo comerme esto, díganme a dónde tengo que ir con este picadillo (a quejarme) porque yo soy madre de una familia y tengo dos niñas chiquitas (que alimentar)”, denunció Gronlier Blanco ante CubaNet.

La mujer, consumidora de la bodega 1487 en el municipio Marianao, precisó que el producto en cuestión debía ser el plato principal en la mesa de su familia. Sin embargo, el estado del picadillo los obligó a olvidarse de la proteína.

“Con esto contábamos para comer hoy”, lamentó.

El producto, grabado por la cámara de CubaNet, presentaba un color negro además de una fetidez insoportable.

“El que se coma esto va a parar en el hospital, pero a la mayoría de los cubanos no les importa eso, pues no tienen más opciones. En Cuba no hay nada, estamos pasando tremenda hambre”, advirtió la mujer.

Cada vez son más los cubanos que denuncian, fundamentalmente en redes sociales, la venta de productos alimenticios en mal estado. Sin embargo, la crisis alimentaria que en la actualidad azota a la Isla no les deja más opciones que adquirir estos productos, se quejan los afectados.

En ese sentido, la cubana Addis Suárez asegura que la misma situación también afecta a los alimentos vendidos en las tiendas recaudadoras de divisas, donde en muchas ocasiones ofertan productos caducados o próximos a su fecha de expiración, asegura.

“En varias ocasiones yo he comprado picadillo de res vencido o mayonesa o perritos (salchichas) o cualquier otra cosa que nos sirva para la comida, pues comerse un pedazo de pollo en Cuba es hoy prácticamente un lujo”, lamentó.

A pesar de los riesgos de contagio por el nuevo coronavirus, numerosos cubanos duermen en las afueras de las tiendas y mercados en aras de obtener turno para poder comprar alimentos o productos de aseo.

Asimismo, Caridad Hernández residente en el municipio La Lisa, explicó que en la tienda “Victoria de las Alturas” los turnos son repartidos por el Ministerio del Interior días antes de que entren los productos.

“Por ejemplo, desde el lunes, luego de hacer tremenda cola, cogí turno para el pollo. Sin embargo, hoy miércoles es que puedo comprarlo. Ah, y solo dan dos paqueticos por persona… Aunque los productos estén vencidos o próximos a vencer tenemos que comprarlos, porque si no, ¿qué comemos?”, interroga.

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Cerradas cinco bodegas en Bejucal por peligro de derrumbe

MAYABEQUE, Cuba.- Desde el año 2016 hasta la fecha en el municipio Bejucal se han cerrado cinco instalaciones pertenecientes a la Empresa de Comercio y Gastronomía. La causa fundamental: el inminente peligro de derrumbe.

Varias de estas bodegas antes de cerrar fueron saqueadas en múltiples ocasiones donde algunos productos de la canasta básica como arroz, pasta dental y café quedaron en falta por varios meses. Administradores entrevistados para este trabajo nos plantearon que los robos han sido producto del mal estado y la falta de seguridad que presentaban estos locales, la Empresa de Comercio y Gastronomía finalmente decidió cerrar estas bodegas antes que se derrumbaran por completo.

“Aquí en mi bodega han robado dos veces, en ambas ocasiones entraron por el techo porque había un hueco, ahora en estos momentos se encuentra cerrada por peligro de derrumbe y están vendiendo por una pequeña puerta que da al almacén. Ya nos han dicho que nos quieren reubicar en otra bodega, nosotros no queremos ser reubicados porque sabemos que en las otras ya han mandado más gente de otros locales que han cerrado y las colas son infernales”, comentó Alina Viera, una anciana de 78 años consumidora de la bodega “La Nueva” ubicada en la calle 10 esquina a 17 de dicho municipio.

La falta de mantenimiento sumado a que en la mayoría de los casos las instalaciones son muy antiguas y han sido pocas veces remodeladas; es la causa principal de que hoy se encuentren en inminente peligro de derrumbe.

Un funcionario del Poder Popular del municipio, que por razones de seguridad prefirió el anonimato, explica: “El propio local donde radica la Empresa de Comercio y Gastronomía del municipio se encuentra en peligro de derrumbe. ¿Qué esperaremos para las unidades? La mayoría que se han cerrado son bodegas, incluso en una de ella, “La primera”, se derrumbó el techo completo hace unos meses. Por suerte no tuvimos que lamentar víctimas porque fue en horario de almuerzo y no había nadie, pienso que la empresa provincial debería asignar un presupuesto grande para reparar estos locales, el comercio (refiriéndose a las bodegas) no es rentable como la gastronomía y por eso es que está más abandonado. Los subsidios para mantener viva la canasta básica cada vez son menores”.

Varias unidades pertenecientes a Comercio y Gastronomía en Bejucal en el año 2010 fueron remodeladas y reconstruidas. La empresa encargada de llevar a cabo las reparaciones fue “Empresa de Mantenimiento Constructivo”, los administradores de las unidades que recibieron este servicio en ese momento debían controlar los materiales y vigilar a los obreros para que el trabajo se hiciera con calidad. Evelio Sosa, exadministrador de la unidad de gastronomía “La Nevada”, comentó lo difícil que resultó este proceso.

“Tenía que vigilar constantemente a los albañiles de la construcción, lo mismo le echaban la mitad del cemento a la mezcla para poder vender la otra mitad, que se llevaban cualquier otro material necesario y lo vendían; es por eso que hoy está todo hecho un desastre y nada quedó con calidad. Sé que hay cinco bodegas en peligro de derrumbe y algunas de esas como ‘La Primera’ fueron ‘reparadas’ en ese momento”.

“Las reparaciones capitales en este momento están detenidas, no hay presupuesto para eso, la orientación que nos dieron fue reubicar en los dos grandes mercados con del municipio a todas esas pequeñas bodegas, sabemos que es más difícil para los consumidores pero no podemos hacer nada más”, comentó Alexis Sierra, administrador de “La Carioca”, una de las bodegas en peligro de derrumbe.

Bejucal ocupa 120 km2, siendo el de menor extensión territorial pero mayor densidad poblacional de la Provincia de Mayabeque. Cuenta con 25 425 habitantes y en todo el municipio existen 20 unidades de comercio encargadas de distribuir la canasta básica a través de la libreta de racionamiento.




Cubanos van hasta Uruguay para aprender de producción láctea

Campesino cubano ordeñando una vaca (radioreloj.cu)

MIAMI, Estados Unidos.- Una delegación de técnicos cubanos asiste desde este jueves a un diplomado sobre producción de leche organizado por Uruguay, informó un medio local.

El curso, que incluye aspectos del sector lechero de la nación anfitriona, “es parte del acuerdo de fortalecimiento y profundización de las relaciones entre Uruguay y Cuba firmado en febrero de 2014”. Tiene lugar en la Escuela Superior de Lechería de Colonia Suiza, informó otro medio uruguayo.

Una primera edición de este evento ocurrió en el 2015, con 20 jóvenes cubanos que llegaron para estudiar en la Escuela de Lechería de UTU. En el actual curso participan 18 cubanos, profesionales vinculados a la veterinaria y disciplinas afines.

Hace más de diez años, Raúl Castro prometió mejorar la calidad de vida de los cubanos asegurando, entre otras cosas, que todo el mundo pudiera acceder en cualquier momento a tomarse un vaso de leche.

Los cubanos pueden acceder a comprar leche “subsidiada” por el Estado hasta que cumplen los siete años de edad. A partir de ahí, el racionamiento ya no garantiza ese alimento, que hay que obtener entonces a precios elevados en el mercado negro o aún mayores en las tiendas estatales que cobran en divisas.

En otros casos, solo los diabéticos y personas con enfermedades digestivas crónicas continúan recibiendo una cuota de leche.

“Hay que borrarse de la mente eso de hasta los siete años. Llevamos 50 años diciendo que hasta los siete años. Hay que producir leche para que se la tome todo el que quiera tomarse un vaso de leche”, dijo entonces el gobernante.

El diplomado se da en medio de la visita a la isla del líder de la Cámara de Representantes de Uruguay, José Carlos Mahía, en busca de “afianzar los lazos bilaterales”, según medios oficiales cubanos.

Uruguay busca ampliar sus relaciones comerciales con Cuba y extender su presencia, centrada hasta ahora en el sector agroalimentario, a áreas como las de las energías renovables, la tecnología y la exportación de talento.




El ‘socialismo revolucionario’ recula otra vez

El tubérculo se hace difícil de conseguir (Archivo)

LA HABANA, Cuba.- ¡Llegaron las papas por la libreta! Vociferaban los vecinos en  La Habana, al correr para ser los primeros en la cola del Mercado Agropecuario Estatal (MAE), con el pensamiento fijo en las cuatro libras por persona hasta que “volvieron a tocar”, vendidas por la libreta de racionamiento y la esperanza de que luego lleguen liberadas 20 libras como en años recientes, cuando cesó el sistema de cuotas.

Este 24 de febrero comenzaba con las batallas por la papas y la infinidad de escaramuzas de la difícil vida cotidiana, nada conmemorativo al Grito de Baire, inicio de la Guerra de Independencia de 1895 inspirada por José Martí, aunque en algunas colas las acaloradas lides cesaron al llegar la Policía Nacional Revolucionaria (PNR). Mucho menos los pensamientos de la mayoría estaban en la Hora 0, a un año de que Raúl Castro dejaría de ser presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, como prometió, e inevitablemente los demás líderes históricos cedan espacios a sus herederos, acontecimientos que ocuparon cintillos en los medios internacionales.

Los cubanos padecen la desidia política por no poder participar en la realización de los grandes acontecimientos, sino ser meros sujetos de las consecuencias de las  decisiones de los dirigentes máximos, el reforzamiento de la propaganda y la represión.  Durante 58 años, las mentes fueron amoldadas a la espera, las carencias, los sacrificios y las esperanzas frustradas.  La jovialidad y los chistes siempre han sido los mecanismos de defensa, que despistan a los visitantes extranjeros, quienes los traducen como mensajes de que “todos somos felices aquí”.

Pero Raúl Castro se supone que está bien informado con las “Opiniones del Pueblo” recogidas por el Partido Comunista y el Ministerio del Interior sobre los sentimientos reales de disgusto, frustración, desesperanza y decepción de varias generaciones, que afloran sin recato por todas partes.

Hace tiempo pasó la justificación de que no se sabía arriba lo que ocurría abajo para expresarse o acallar la inconformidad. Los reportajes de “Cuba Dice” en los noticieros de la televisión pretenden dar la sensación de apertura informativa y atención por los dirigentes, pero parecen constituir un hábil método del General para conocer las insatisfacciones de la población, tomar medidas coercitivas aduciendo que son respuestas a sus planteamientos y en cierta medida lograr soluciones puntuales y perecederas al comprometer a los directivos de niveles intermedios y bajos.

Sin embargo hace más de 10 años los métodos y problemas eran similares, lo cual denota los fracasos de la Actualización del Modelo Económico. En el artículo “Reclama Raúl más rigor y transparencia”, publicado por Granma el 23 de diciembre de 2006, refiriéndose a la primera intervención como presidente en funciones ante la Asamblea Nacional del Poder Popular, se señalaba: “Raúl, quien dijo ser el promotor de recientes trabajos investigativos publicados por el diario Granma acerca de los problemas en la producción, acopio y comercialización de alimentos, solicitó que la evaluación que deberá conocer la Asamblea en su próxima reunión, se realice sin justificaciones, “porque de justificaciones estamos cansados en esta Revolución”.

La crisis económica cíclica del socialismo revolucionario cubano será abarcadora en 2017, precisamente en el período de supuesta consolidación de las llamadas reformas del presidente, para facilitar el ejercicio de los dirigentes designados, carentes de la aureola rebelde.

No obstante, la recesión no podrá adjudicarse al embargo-bloqueo de Estados Unidos y a las condiciones internacionales adversas, por el peso del bloqueo interno y el desperdicio del tiempo y las oportunidades brindadas por el presidente Obama y muchos gobiernos están pasando factura.

Si no hay liquidez, difícilmente se pueda continuar pagando los compromisos por la cancelación de gran parte de la deuda externa y los créditos a mediano y corto plazo, indispensables para lograr el prestigio internacional, las inversiones, nuevos créditos y la producción para el mercado interno y el turismo mediante la sustitución de importaciones y la exportación.

Con bombo y platillo los medios cubanos anuncian los acuerdos con importantes países, incluidos los Estados Unidos, pero muchos son cartas de entendimiento y documentos no vinculantes, a fin de sentar las bases para cuando existan las condiciones propicias, el levantamiento del embargo, fundamentalmente.

“Comenzó la distribución de papa en la provincia” fue el titular de la entrevista a Luis Carlos Góngora, vicepresidente del Consejo de la Administracion Provincial (CAP), publicada por el semanario Tribuna el 26 de febrero.  El funcionario narró cómo el 23 de febrero 120 camiones se movilizaron para trasladar los sacos de papa hacia la red de venta, unas 300 unidades, integradas fundamentalmente MAE y el Ejército Juvenil del Trabajo (EJT) entre 5 de la tarde y 6 de la mañana del 24.

Hasta el 5 de marzo, cada consumidor recibirá cuatro libras y se entregarán 8 libras en marzo y abril. Al concluir la cosecha, según la conservación que se logre en los frigoríficos de La Habana, se extenderá la venta.

En julio y diciembre deberán realizarse las dos reuniones de la Asamblea Nacional del Poder Popular correspondientes al año. El presidente tendría que informar sobre el desempeño económico y cumplir sus promesas de presentar los proyectos de nueva Constitución y otras leyes, que se correspondan con sus tímidas reformas, como el reconocimiento de la propiedad privada.

Las regulaciones y facilidades a la inversión extranjera y la apertura real a los cuentapropistas son imprescindibles para estimular el auge económico y social. Las ataduras a los emprendedores deberían zafarse hasta llegar a todas las actividades, incluidos obreros y  profesionales. A falta de apertura política, el éxodo hacia Estados Unidos taponeado, el incremento de las carencias, y la importación de mano de obra extranjera en detrimento de la nacional, los improductivos isleños dentro de Cuba deberían tener estímulo para convertirse en complemento importante de la macroeconomía y resolver muchos problemas que el gobierno fomenta con su rígida planificación, inoperante control Estatal y bajos salarios.

No será hasta el 24 de febrero de 2018 que se despejen las incógnitas sobre el futuro presidente y sus adláteres. Hasta entonces, no se atreverán a poner en peligro su ascenso con opiniones y propuestas novedosas. En definitiva, Raúl Castro mantendría las riendas del poder como Primer Secretario del Partido Comunista hasta 2021, cuando ronde los 90 años.




¿La papa…? Para el turismo

Las papas se han convetido en una limento casi de lujo en la cocina cubana (Archivo)

LA HABANA, Cuba.- La papa fue excluida de la libreta de racionamiento cuando en el 2010 el gobierno comenzó el presunto plan para la eliminación de esta. Ahora en los mercados agropecuarios, regresa a la libreta de racionamiento a cuatro libras por persona en una ‘primera vuelta’.

La nota informativa publicada en el periódico Juventud Rebelde el viernes 24 de febrero (“La papa llega…”), y que no se divulgó en ningún otro medio oficialista, no sorprendió a la población, que ya conocía por los comentarios callejeros que su distribución sería por la libreta de racionamiento.

Lo que sí ha generado muchas críticas ha sido su venta en los Mercados Agropecuarios Estatales (MAE), pues el gran número de bodegas a comprar provoca largas colas. A esto se le suma que para muchas personas, sobre todo ancianos, estos agromercados quedan bastante lejos. Y es que las placitas o puestos desaparecieron desde que las viandas dejaron de venderse racionadas: Unos fueron abandonados a su suerte; otros, entregados para hacer garajes o viviendas, y algunos incluso arrendados a cuentapropistas.

Uno de los afectados es Vitalio, que hace poco se operó de la vista y además perdió la visión de un ojo. Vive con su esposa, también anciana.

A ambos les corresponde comprar las papas en el ‘agro’ de Porvenir y Tejar, a diez cuadras de su casa. Ayer Vitalio perdió el viaje, porque ya se habían acabado. El empleado le dijo que debía mantenerse pendiente de cuando llegara el camión. Otra afectada, Rafaela Trujillo, de 72 años, se queja: “La distribución me parece mal hecha. Vivo a dos calles del mercado de Dolores y tengo que ir al de Porvenir, a ocho cuadras de mi casa.”

La hermeticidad gubernamental sobre las causas del racionamiento de la papa a 13 libras por persona en toda la cosecha, suscita diversos comentarios. La opinión más generalizada es que con el incremento del turismo la han reservado para este ramo, como hacen con el camarón y la langosta. También hay quien teme que dentro de poco la compraremos solo en bolsa negra.

José Antonio, un taxista, comentó que con esta medida de venderla al turismo, que son los que pagan en dólares, el gobierno seguramente quiere sacarle más ganancias a las cosechas, porque varias veces ha leído que solo en semillas se invierten 15 millones de dólares. Desde 1989 se creó el Instituto de Biotecnología de las Plantas en Villa Clara (IBP). Uno de sus objetivos es obtener una semilla autóctona y de calidad; sin embargo, por una u otra razón esto no lo han logrado.

Llamé a Mareisi Castro, una guantanamera, para comentarle sobre la nota del Juventud Rebelde (“… las provincias orientales desde Camagüey no se beneficiarán con la venta controlada, ante la falta de transporte especializado para el traslado del preciado producto.”) y ella me respondió que allá nunca han vendido papa. “La que consumimos, la compramos en bolsa negra o la traigo cuando viajo a La Habana”.

Raúl, que durante muchos años fue rastrero y transportaba mercancías de La Habana a Santiago de Cuba, al comentarle esto profirió: “Estos bárbaros han acabado con el transporte. Antes, llevábamos esos productos en rastras refrigeradas”.

Con relación a esta situación, los medios han hecho silencio absoluto. No he visto a ningún periodista preguntarle a ningún funcionario qué está sucediendo con la cosecha de este vegetal. De ahí que algunos especulen que la papa que se vendió durante todo el año en bolsa negra era la destinada a semilla, y que como se la roban, por eso no hay para sembrar.

El Estado cubano se adjudica el derecho exclusivo de producir y comercializar este alimento a través de la entidad Acopio. “Deben dejar que los campesinos siembren papa. Así sí vamos a comerla todo el año, aunque el precio sea de oferta y demanda”, me dice un vecino.




La papa, otra vez a merced del racionamiento

Así son las papas que le venden a la población (Archivo)

2016-2017 comenzó esta semana en varios municipios de la capital. Este año la distribución del tubérculo vuelve a estar racionada mediante la libreta de productos alimenticios y corresponderán unas pocas libras por persona.

El regreso a la cartilla de racionamiento, reinante en Cuba desde 1962, ha sido por partida doble. Por un lado, los consumidores sólo podrán adquirir un total de diez libras distribuidas en dos entregas de 4 y 6 libras respectivamente, mientras que por otro, la venta a cada individuo estará controlada por el Estado una vez más.

No obstante las medidas tomadas en aras de garantizar la entrega del producto a la población “de manera equitativa”, su venta estuvo acompañada de las tradicionales colas, empujones y alguna que otra trifulca.

“¿Quién se cree ese cuento de que los camiones vienen con el peso exacto?”, se preguntaba indignado Erasmo Ledezma, un comprador, quien además sentenció: “Antes, para poder comprar la papa teníamos que fajarnos con la gente, ahora tenemos que fajarnos además con el dependiente porque él siempre se va a llevar lo suyo”.

Lázara Gutiérrez, vecina de Diez de Octubre manifiesta que “eso es inconcebible”. “¿En qué cabeza cabe que a un cubano le alcanzan 10 libras de papa?”

Desde el año 2009, en que la venta de papa se liberó y su precio pasó de 40 centavos a un peso la libra, su compra se ha convertido en una difícil tarea.




El Estado se ‘entretiene’ jugando con el racionamiento

(Foto: lapuntilla.cu)
(Foto: lapuntilla.cu)

LAS TUNAS, Cuba.-  La dirección provincial del ministerio del Comercio Interior en Las Tunas publicó una nota de prensa recién comenzado el nuevo año diciendo: “A partir del primero de enero de 2017, se implanta un reordenamiento en la distribución normada del pollo y pescado que recibe la población, unificándose las normas en distribuciones del producto pollo, (…) con modificaciones en los ciclos de entrega”.

Según la nota de prensa, este reordenamiento “no implica afectación a las cantidades per cápita anuales que actualmente se distribuyen” de pollo a la población a través de la cartilla de racionamiento.

“Cada consumidor recibe al año 7 libras y 4 onzas de pollo por la libreta (cartilla de racionamiento), de las que 6 onzas mensuales sustituyen al pescado, que es el llamado pollo por pescado. Ahora eso no se afectará, la población recibirá la misma cantidad de pollo, sólo que con menos frecuencia”, dijo un empleado de comercio entrevistado para este reportaje.

La información gubernamental dice que, aunque la zona rural “mantiene las mismas distribuciones”, la población urbana sólo recibirá 10 raciones anuales de 230 gramos per cápita de pollo y nueve raciones de 345 gramos per cápita, especificando los meses que cada municipio de la provincia Las Tunas no recibirá pollo por la cartilla de racionamiento, de los que citamos tres municipios a modo de ejemplo:

“Manatí no va a recibir el producto (pollo) en los meses de marzo y junio y recibirá la vuelta (ración) de 230 gramos en el mes de abril”.

“Puerto Padre no va a recibir el producto en los meses de marzo y junio y recibirá la vuelta de 230 gramos en el mes de abril”.

“Las Tunas no va a recibir el producto en los meses de mayo y octubre y recibirá la vuelta de 230 gramos en el mes de abril”.

¿Por qué esos cambios en la distribución del pollo racionado si al final el consumidor recibirá igual ración, sólo que un poco más tarde?, preguntó este corresponsal a un empleado gubernamental de comercio, respondiendo éste:

“Mire, la semana pasada, en Puerto Padre, en unas 30 cajas de pollo de 15 kilogramos, había 65 libras de hielo, y eso es pollo que faltó en el mostrador, a media libra por persona, son 130 consumidores que no recibieron la cuota. Y ese no es un caso raro, eso siempre pasa, en mayor o menor medida, pero sucede; entonces, disminuyendo las vueltas (entregas mensuales) solamente no se ahorra combustible en la transportación, sino también se ahorra pollo, un pollo que no llega a los consumidores porque coge por otro camino.”

¿Pollo robado quiere decir usted?

“Seguramente, y yo creo que el robo del pollo comienza antes de llegar a Cuba. Imagine que alguien diga al proveedor: ´en cada caja un poco más de hielo y un cuarto de pollo menos y la ganancia nos la dividimos a partes iguales´. ¿Usted sabe cuántas toneladas suman u cuarto o dos de pollo por cada caja? Millones. Y luego aquí ya usted sabe: sobran los que meten la mano en las cajas de pollo, y por eso falta pollo al consumidor y sobra hielo en la carnicería”.

Nota de prensa de comercio en Las Tunas (Foto: Alberto Méndez)
Nota de prensa de comercio en Las Tunas (Foto: Alberto Méndez)

Según la describe el empleado de comercio, parece esta una solución para disminuir las pérdidas por robos de carne de pollo al estilo de Poncio Pilatos, y este es el parecer de los menos favorecidos.

“Ahora cuando usted pregunte en la carnicería uno de estos meses, ya sea marzo o junio, ¿cuándo llega el pollo?… el carnicero dirá: Pollo, el mes que viene. Y eso no es ninguna gracia para los viejos como yo, que no podemos comprar nada caro porque vivimos de una chequera (pensión de jubilados)”, dijo Ernestina, una octogenaria.

“Coja usted una chiva (cabra) y amárrela a comer en buen pasto por la mañana. Quizás usted piense que la chiva tendrá yerba para dos días. Pero la chiva comerá hasta donde dé la soga. Y por la tarde la chiva ya no tiene yerba. Igual pasará con la cuota (racionada) de pollo de un mes para otro. ¿A quién se le ocurre que gente necesitada puede guardar comida de un mes para otro? No, ahora mucha gente se pasará un mes sin probar un pedacito de pollo, no porque no quiera comerlo, sino porque no tiene con qué comprarlo”, opinó José, un obrero agrícola estatal, jubilado con una pensión equivalente a unos diez dólares al mes.

Según dijo recientemente a los medios el ahora saliente vocero de la Casa Blanca Josh Earnest, desde diciembre de 2014 “se había iniciado comercio por más de $ 6 000 millones entre Cuba y Estados Unidos, lo que obviamente ha tenido un importante beneficio aquí (en Estados Unidos)”.

Apreciando que el grueso de las exportaciones de Estados Unidos a Cuba fueron despachos de pollo, soya y maíz, lo que según el vocero de la administración Obama “ha tenido un importante beneficio” para los estadounidenses, cabe apuntar que las relaciones Obama-Castro no han sido igualmente beneficiosa para los cubanos y baste un ejemplo:

Quienes dependen de la cartilla de racionamiento en Las Tunas, que no son pocos, dos meses de 2017 no tendrán una ración de pollo en sus platos, con todo y las buenas intenciones de los demócratas en Estados Unidos y de los “comunistas” cubano-estadounidenses.




Las mil y una historias de las cocinas de inducción

HOLGUIN, Cuba.- El intenso sol no impide que una multitud se aglomere frente a la entrada del Mercado Artesanal, Industrial y de Servicio (MAIS) “La Marquesita”, donde desde horas tempranas se vende la cocina por inducción y su menaje.

Otro grupo espera enfrente, bajo la sombra, pero con menos posibilidades de comprar el codiciado artículo. La cola, que comenzó el día anterior, está organizada por turnos numerados que la mayoría de los presentes adquirió al precio de cuatro CUC.

“Mi turno se lo compré a unas que son ‘las dueñas’ de las colas. Vienen de tienda en tienda haciendo la lista y después venden los turnos”, dice un señor que está al punto de pasar a comprar el módulo, que incluye una hornilla, cazuela, jarro, sartén con tapa y cafetera, por un precio de 500 pesos cubanos.

Es la primera vez este año que se comercializan las cocinas por inducción en Holguín. La venta se ha realizado en diferentes tiendas MAIS de la ciudad capital.

En la provincia está previsto recibir de forma paulatina 27 000 cocinas, y aunque son 3 200 más que el año pasado, todavía “es una cifra insuficiente ante la demanda”, reconoció en el canal local Telecristal, Rafael Torres Martínez, Director Comercial de Almacenes Universales.

Como requisito para la compra, el cliente tiene que presentar la libreta de racionamiento, donde, en la página de “productos del agro” –que a mitad del año permanece en blanco– el dependiente anota la adquisición de la mercancía.

La medida se aplica para evitar el acaparamiento por la poca oferta, dijo a la televisión Omer González Velázquez, Director Comercial del Grupo Empresarial de Comercio.

La disposición precisa que solo se venderá una cocina por libreta, sin embargo hay libretas de racionamiento donde están incluidas seis personas o más.

Es el caso de Yanet. “Mi madre, que vive con mi padre y mis dos hermanos, ya compró su cocina y mi suegra también. Yo vivo con mi esposo en la casa de mi madre. Estamos  independientes y necesitamos una cocina”, subraya la joven.

Para resolver su problema, Yanet logró obtener una libreta prestada a cambio de uno de los dos turnos que tenía.

Desde la puerta, la administradora de la tienda  anuncia que ya las cocinas se acabaron, “pero por la tarde entrarán más”, aunque desconoce la hora de la llegada. Los que aún no han comprado se movilizan y averiguan en qué número quedó la lista, y alguien responde que en el 84.

Todos están dispuestos a esperar, incluso “pasar toda la noche en la cola si fuese necesario”, afirma un señor que por su condición de jubilado puede darse ese “lujo”.

Entre tantos disgustos por la larga espera, la nota “cómica” la ponen dos amigas que al parecer pensaron salir rápido de la cola. “Nos van a buscar con la policía ahorita… Muchacha, mi marido no sabe que estoy aquí y todavía no le hecho el almuerzo, pero yo no me voy hasta que compre la cocina”, enfatiza.

Una mujer que acaba de llegar pregunta por los turnos y le responden que no se están repartiendo porque no hay cocinas en venta. Aprovechando la situación, saca papel y lápiz de su cartera y comienza a hacer una nueva lista donde se incluye como primera.

Rápidamente vienen otras personas que están alrededor y se anotan con la esperanza de poder alcanzar un módulo de cocina de inducción, en la segunda vuelta de la venta.




El mercado negro del pan normado

LA HABANA, Cuba.- Inés sale todas las mañanas a comprar el trozo de pan que le corresponde por la libreta. Ella vive sola, está jubilada y su pensión, de apenas ocho dólares al mes, no le alcanza para comprar otro tipo de pan que no sea esa pieza de 80 gramos que le asegura el gobierno por solo cinco centavos en moneda nacional.

Un precio más que justo pero una ración insuficiente, impuesta como “medida coyuntural” durante la crisis de los años 90, que se ha vuelto un verdadero sinsentido cuando se habla de una recuperación de los niveles de producción de harina de trigo.

En la panadería donde compra Inés los mostradores están divididos. Igual sucede en la mayoría de las 1 700 que regenta el Estado, distribuidas por todo el país. En una parte se exhiben panes, galletas y dulces relativamente bien elaborados pero que son vendidos a precios que la mayoría de los clientes no puede pagar; de la otra, se amontona en cestas ese alimento de aspecto nada apetitoso al que todos llaman “el pan de la libreta” y que algunos prefieren dejar de comprar porque resulta incomestible.

Quienes lo elaboran, sugieren que se consuma en el momento. “Cuando pasan unas horas se pone mohoso, ácido, y es que no traen levadura de calidad ni existen condiciones para preparar el pan como debe ser. Por eso huele a petróleo. Los equipos son viejos, la harina no es buena: la que traen para el pan normado (…) La harina para los panes en venta libre está un poco mejor”, asegura Pedro Luis, panadero de la barriada de Mantilla, en Arroyo Naranjo.

Sin embargo, un cliente de la misma panadería interrumpe a Pedro Luis con una réplica: “Eso no está bueno ni para hoy ni para nunca. Yo ni siquiera se lo doy a los puercos, capaz que se mueran. [El pan] lo hacen para botarlo. Es un crimen cómo se bota harina en este país y solo para decir que te dan un pan diario. Eso no hay quien se lo coma. Es mejor que lo quiten ya”.

La mala calidad del pan es un tema que se reitera, sin solución, en la prensa nacional, tanto en la oficialista como en la alternativa. Las respuestas institucionales al problema son demasiado vagas y casi siempre consisten en desplazar culpas de un lugar a otro.

Véanse al respecto reportajes periodísticos como el publicado el 10 de junio de este año en el periódico Escambray, de Sancti Spíritus, donde la cadena de justificaciones de directivos y “cuadros del gobierno” se dilata en una maniobra para eludir el problema esencial, mientras salen a flote las contradicciones, divulgadas en otros medios de prensa oficiales.

El día anterior, el programa televisivo Mesa Redonda había dedicado el tema a la producción de alimentos. Entre otras cosas, se elogiaba la calidad del trabajo en los molinos de la provincia de Cienfuegos, algo que contrasta con el artículo de la periodista espirituana, donde se ponen al descubierto las deficiencias de ese centro de producción y el mal funcionamiento de los organismos estatales encargados del aseguramiento de la materia prima para la elaboración del pan normado.

En el mismo programa televisivo del 9 de junio, del cual se publicó un resumen en el sitio Cubadebate, Betsy Díaz Velásquez, Viceministra del Ministerio de la Industria Alimentaria, hablaba, en un mismo segmento, de las producciones de pan y de cerveza.

Sobre el pan apenas dedicó un centenar de palabras, y todas para reiterar lo que es vox populi (robo de materias primas, tecnologías obsoletas, indisciplinas laborales), sin exponer estrategias efectivas que solucionen los problemas ni hablar de un posible incremento de la cuota de pan establecida durante el llamado Período Especial.

Sin embargo, al referirse a la cerveza, se extendió en detalles sobre los propósitos de incrementar la producción para satisfacer la demanda interna y la posible exportación, así como los ambiciosos planes de inversión extranjera, como si la bebida formara parte de los llamados “artículos de primera necesidad”.

“Convertir los debates más peligrosos en una disquisición infinita es una estrategia que no le ha fallado al sistema”, afirma Miguel Ángel Noda, economista y exfuncionario del Poder Popular: “Se identifican los problemas pero, si no hay solución o no se desea dar una, entonces vienen esos discursos donde sólo se apela a la buena voluntad de la gente (…) El problema del pan no es sólo el problema de la harina y la grasa: es el gran problema del mercado negro donde nadie quiere meter la mano, ni la misma policía; porque si lo desarticulas, todo se viene abajo. (…) Elimina el mercado negro y verás que el gobierno se cae al instante. Miles de funcionarios y directivos pedirán la baja y se marcharán del país y otros millones de trabajadores se irán a sus casas porque ya no tienen nada que robar”.

En todas las esquinas de La Habana abundan los puestos de ventas particulares, algunos de ellos ambulantes, donde se ofrecen variadas elaboraciones de panadería.

Panes, galletas, dulces finos, son vendidos incluso a las puertas de los comercios estatales donde se distribuye el pan normado. También los negocios privados de  pizzerías y dulcerías se han incrementado a más de dos mil tan solo en La Habana, en los últimos años; aun cuando las licencias obligan a los dueños a comprar sus materias primas en las tiendas recaudadoras de divisas donde el kilogramo de harina de trigo cuesta poco más de un dólar, un precio excesivo que hace pensar en el modo ilegal en que funcionan la mayoría de estos establecimientos de los emprendedores cubanos, incluidos los llamados “paladares”.

Julio Hernández, exadministrador de una panadería estatal, explica a CubaNet sobre algunos de los mecanismos que alimentan el mercado negro de la harina de trigo y las grasas destinadas a la elaboración del pan normado: “No es totalmente cierto que es en las panaderías donde se roba toda la harina y la grasa. Ya desde el molino comienza la parte grande del problema. En las panaderías la harina y las grasas están controladas y a un panadero le es más rentable sacarle dinero haciendo sus producciones particulares que vendiendo el saco (de harina de trigo) en 600 u 800 pesos (entre unos 25 y 35 dólares). ¿Cuánto dinero le toca de ahí si tiene que pagarle a un montón de gente?”

“Los que tienen grandes negocios de pizzas y dulcerías buscan la harina en los molinos de Regla, en los almacenes o les pagan a los camioneros. En primer lugar tienen mejor harina que la que nos llega a la panadería, que es muy mala, y en segundo lugar, los chismosos tienen los ojos puestos en la panadería porque piensan que ahí está la mata del robo y están equivocados (…) Los periodistas la emprenden contra el panadero pero olvidan que existe toda una cadena infinita de gente entre los molinos y ellos”, añade.

No obstante, hay quienes afirman que una buena parte de la harina de trigo empleada en los negocios particulares sí proviene de las panaderías donde se elabora el pan normado. Regulación que, como todas, ha abierto las puertas y sostiene todo el mercado negro asociado.

El dueño de un pequeño centro de elaboración de panes y dulces en Arroyo Naranjo afirma que toda la materia prima que utiliza la obtiene de allí.

“Los camioneros descargan más sacos de los que corresponden. Son los almaceneros de las panaderías quienes venden y después se arreglan con los camioneros, y estos, a su vez, le pagan a los del molino, al CVP [custodio] que se hizo el de la vista gorda y a todo el que está en la cadena (…) Yo compro directo en la panadería, incluso me lo traen hasta aquí (…) Según como esté el precio. Hay veces que baja a 500 [pesos cubanos, equivalentes a 20 dólares], otras está en 800. Pero ya en más de 1 000 pesos no vale la pena comprarlo (…) Por eso cuando baja a 400, la gente que tiene negocios compra bastante, y entonces vuelve a faltar la harina en la panadería y el pan sale malo, algo que nos conviene a todos, porque si no, la gente no viene a nosotros a comprar (…) Al mismo panadero le conviene hacer malo el pan, porque eso es negocio para él. Hay que vivir en Cuba para entender las ‘cosas buenas’ del socialismo”.

Para la confección del pan normado de un año, tan solo en La Habana se necesitan alrededor de unas 100 mil toneladas de harina de trigo, un volumen considerable si se tiene en cuenta el total de la producción actual de la industria molinera cubana, de unas 500 mil toneladas al año, según datos publicados por el Ministerio de la Industria Alimentaria.

Aun así, la venta de panes y dulces en el mercado paralelo se incrementa mientras la producción de pan normado continúa regulada y disminuyendo los estándares de calidad.

Teniendo en cuenta el número creciente de panaderías, pizzerías y dulcerías particulares –con licencia o sin ella– que operan actualmente en Cuba, más la producción estatal liberada, se puede deducir que el consumo de harina de trigo para panificación alcanza una cifra que rebasa la cantidad destinada para esos fines, lo que hace pensar en otras fuentes que abastecen ese mercado subterráneo que para algunos es, más que el “enemigo”, el verdadero sostén de la empresa estatal socialista.




Libreta de racionamiento, libreta de la discordia

(Foto tomada de internet)
(Foto tomada de internet)

LA HABANA, Cuba.- Se conoce que las autoridades cubanas han considerado la desaparición de la cartilla de racionamiento (Ley 1015) que perdura desde 1962, pero la inmensa mayoría de los ciudadanos hasta hoy, siguen dependiendo de ella para su alimentación y cuando sufre alguna extraña transformación –aunque parezca trivial– ponen el grito en el cielo.

Hace solo unos días un grupo de consumidores, en el mercado estatal situado en 27 y A en el Vedado, desencadenaron su irritación cuando el bodeguero de turno les indicaba que a partir de este mes, los frijoles negros fueron sustituidos por el conocido chícharo, un grano que desde hacía varios años fue desterrado de la cartilla de racionamiento y liberado al precio de 3.50 CUP.

“Ya nos quitaron los frijoles colorados de la libreta desde el pasado año y ahora nos quitan los granos negros. Mi sueldo no me alcanza para pagar por una libra de frijoles, 18 y 15 pesos en el agro mercado”, declaró una señora de unos 50 años vestida de enfermera que se encontraba en la inmensa cola de este mercado para comprar los víveres que una vez al mes recibe a través del vetusto documento.

Otra de las personas que descargaban su furor era la inspirada Tanita, una santera reconocida en la barriada del Vedado, quien expresó: “Los chícharos, a diferencia de los frijoles negros que resuelves con ají, sal y aceite, hay que echarle carne, huesos, patas de puerco, jamón o chorizo, y los que estamos aquí”, dijo refriéndose a los presentes, “no ganamos dineros para eso. ¿Hasta donde iremos a parar?”, preguntaba.

“El regreso de este grano a las hojas de anotaciones de la libreta, ahora importado desde Canadá, es una decisión de la Empresa Provincial del Comercio Minorista. Los clientes me colman a preguntas como si yo fuera el responsable de esto. A mí nadie me da explicaciones y nos limitamos a repartir lo que nos traen”, declaró el administrador del mencionado establecimiento estatal, quien se enteró de este reemplazo, gracias a una escueta nota aparecida en el periódico Tribuna, unos días antes de que llegaran aquel lugar los víveres del presente mes de febrero.

El descontento en el mercado de 27 y A no fue un hecho aislado. Se pudo conocer también que en otras bodegas del municipio plaza hubo mucho revuelo por este “inusitado” cambio. “Todos los clientes que hasta ahora han venido a buscar sus víveres se han quedado con la boca abierta al enterarse que recibirían 10 onzas de chícharo en sustitución de las 10 onzas de frijoles negros. Esto no había sucedido jamás y yo los mando a quejarse al Poder Popular”, dijo Etian, uno de los bodegueros del establecimiento ubicado en la calle 23 esquina E, quien añadió jocosamente, refiriéndose a un chiste que circula por toda Cuba: “no es lo mismo pollo por pescado, que chícharos por frijoles”.

De aquella libreta que se instituyó para garantizar a cada uno de los 11 millones de cubanos una escueta canasta básica de alimentos (limitada a arroz, frijoles, pan, café, huevos, carne, azúcar, aceite y otros pocos productos) a precios que el Estado declara subsidiados, ya va quedando muy poco.

Ya a mediados del año 2013, bajo el llamativo título de “Cincuentenaria estrategia contra el bloqueo”, el articulista del periódico Granma, Manuel E. Yepe, mientras elogiaba el papel de la libreta de abastecimiento, según él un instrumento de defensa contra el propósito de Washington para derrocar por hambre al gobierno revolucionario cubano. También suponía “que dado los sólidos avances que ha venido experimentando la economía cubana no obstante el embargo, era aconsejable proyectar ya, el objetivo de eliminarla”.

En aquella ocasión algunos especialistas en temas económicos consideraban que los cubanos con un ingreso que no rebasan los 20 dólares se sentían amarrados de pies y mano.

Por lo pronto, la pregunta que no pudieron contestar ni el administrador, ni los bodegueros y tampoco los consumidores presentes en el mercado de 27 y A, era si: ¿volverán los frijoles negros a la libreta? Al fin y al cabo mejor suerte tuvo el chícharo, porque la carne, la leche, el pescado, y otros tantos productos, jamás regresaron.

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