“Vamos a derrotar al dólar paralelo”

LA HABANA, Cuba, marzo, 173.203.82.38 -El actual Encargado de la Presidencia de Venezuela pidió de manera pública este martes “que vayan presos los que están detrás del sabotaje económico a través del dólar paralelo”. De inmediato, la Fiscal General se sumó a la campaña: “Inicio una investigación por los hechos que usted está denunciando”, informó a Maduro, y agregó: “Vamos a derrotar al dólar paralelo”.
El inicio de esta cruzada, en plena campaña electoral, posee indudables visos propagandísticos. El venezolano de a pie ve cómo, en la vida real, los ingresos que recibe en bolívares pierden cada vez más su valor. Es por esto que Maduro se siente en el deber de anunciar medidas que, en su imaginación, servirán para arreglar ese desaguisado de cuya implantación son responsables él mismo y su difunto jefe Hugo Chávez.
Este asunto pone de manifiesto cómo el “socialismo del siglo XXI” se parece cada vez más a su homólogo de la centuria pasada. En este caso, se trata del uso sistemático de las instituciones del Derecho Penal para resolver los problemas que genera la misma ineficiencia del sistema. Por ejemplo, en la antigua Unión Soviética era delito emplear pan en la alimentación de ganado.
Por su parte, en Cuba, durante cierto tiempo, existió la figura delictiva de la “prestación deficiente de servicios”; es decir, que, en esencia, la solución propuesta al problema de -digamos- un cocinero que quemara una pizza, era meterlo preso. Algo parecido sucede ahora en la Venezuela chavista con el inmenso descontrol instaurado en la economía por el régimen bolivariano.
Maduro arremete contra “esta burguesía que no ama a la Patria”, contra la “oligarquía capitalista” y contra los creadores de lechuga.com, un sitio de internet que refleja las oscilaciones del valor verdadero que tiene el dólar estadounidense en las calles venezolanas. Es decir, atacando la vida misma, y defendiendo la entelequia artificial creada por su gobierno, con tasas de cambio irreales fijadas de forma arbitraria.
Mientras tanto, como otras medidas para solucionar la catástrofe creada por ellos mismos, el ex guagüero devaluó la cotización oficial de la moneda nacional, e ideó subastas de dólares, en las que podrán pujar los representantes de sectores escogidos de la economía.
Lo más irónico de toda esta situación es que la debacle tiene lugar en medio de una bonanza increíble en el país sudamericano, surgida de los altos precios que ha mantenido en el mercado mundial su principal rubro exportable: el petróleo. Las sumas fabulosas de dólares que recibe el monopolio estatal PDVSA parecen convertirse en sal y agua en medio del alegre derroche de los chavistas y la corrupción increíble que permea al actual gobierno de la patria de Bolívar.
Los socialistas en general, y en particular los de Venezuela, no acaban de meterse en la cabeza que la economía de un país no puede funcionar en base a decretos ni órdenes militares; que la misión correcta de un gobierno es adoptar medidas que sirvan para encauzar y ordenar el libre juego de las fuerzas económicas. Que hay que respetar y alentar al empresariado.
Maduro, en su lucha desesperada por continuar en el poder, hace todo lo posible para ganar el favor popular durante la presente campaña electoral. Pero las políticas populistas mantenidas durante años, y el acoso sistemático contra el empresariado nacional le pasarán la cuenta más temprano que tarde.