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Fusilados en La Cabaña “morían como hombres, gritando ¡Abajo el Comunismo!”

MIAMI, Estados Unidos.- Tomás Ramos, un expreso político cubano al que apodaron en Isla de Pinos “El Tigre”, pues según él se enfrentaba a los guardias sin miedo ninguno, contó en un video de Palenque Visión las crudas historias de los fusilamientos en La Cabaña.

Ramos relató que fue juzgado porque abastecía y servía de mensajero al grupo guerrillero de Cheíto León, anclado en el Escambray en 1961. “El fiscal me pidió Pena de Muerte, pero como yo era jovencito solo me dieron 9 años de cárcel”.

“Todos los días había fusilamientos en La Cabaña, en los pozos. A los hombres que iban a morir los oíamos gritar ¡Viva Cristo Rey, Abajo el Comunismo!”

En los años 80, cuando la crisis del Mariel, Ramos abandonó el país vía Estados Unidos, pero poco tiempo después regresó a la Isla a reavivar una célula del MRR, pero fue apresado y condenado a tres años de cárcel, aunque nunca el gobierno le pudo comprar nada.

En el año 90 Ramos se encontraba en Miami, pero ese mismo año regresó a Cuba con el objetivo de hacerle un atentado a Fidel, Raúl y a Ramiro Valdés, cuenta.

Fue apresado luego de que quien lo acompañaba lo delatase, y volvió a la cárcel. Desde su salida de la prisión en 2008 se gana la vida como puede. En la actualidad trabaja cargando carros boteros en la ruta La Palma – Reparto Eléctrico, en La Habana.

Para Ramos, un ferviente opositor al régimen que impusieron en Cuba en 1959, la democracia hay que conquistarla, porque el comunismo no entrega el poder así como así.

“Cada noche le pido a Dios poder ver el final de esta historia. Algún días tendrán que venir los cambios, que venga la democracia a Cuba, que venga la libertad al pueblo cubano, pero no es que te la den, hay que conquistarla. hay que luchar por ella. ¡Y no te calles!”

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Aleida March sobre los fusilamientos en La Cabaña: “fue un legítimo acto de justicia revolucionaria”

Aleida March, exesposa del Che. foto tomada de Internet

MIAMI, Estados Unidos.- Pedazos de la historia cubana salen a la luz, pero nunca todos los que quisiéramos. Ahora la exesposa del Che Guevara, Aleida March de La Torre, habló de los fusilamientos en 1959 en La Cabaña. Lo hizo en su libro Evocación, del que Cubadebate ha publicado fragmentos, y en el que asegura que en esas ejecuciones “no medió ni el ensañamiento ni la improvisación”.

La madre de cuatro de los hijos de Ernesto Guevara, compartió en su texto una visión idílica de los primeros años de la Revolución en la fortaleza de La Cabaña que, en su opinión, lejos de ser un paredón de fusilamientos con juicios sin garantías legales, se convirtió en “una gran escuela formadora (de cuadros), donde se crearon pequeñas fábricas”, dice.

March reconoció que el tema de los fusilamientos en La Cabaña siempre ha sido “controversial”, y agregó que, en su opinión, se ha tergiversado todo, porque el Che “no asistió a ninguno de los juicios ni tampoco presenció los fusilamientos”, pero admitió que “sí participó en algunas apelaciones y se entrevistó con algunos familiares que iban a pedir clemencia”.

Sin embargo, no se conoce ni un solo caso en el que el Che hubiera anulado una sentencia de muerte.

Aleida (izquierda) y su hija Aleida Guevara (derecha). Foto tomada de Internet.

Él escuchaba a las familias, según Aleida March, “en correspondencia con nuestro actuar humanista y de respeto para con el enemigo, ante una decisión que, aunque justa, no dejaba de ser desagradable”. No obstante, Aleida March defendió que los fusilamientos de La Cabaña fueron “un legítimo acto de justicia revolucionaria”.

Según el historiador y biógrafo del Che, Jon Lee Anderson, Guevara de la Serna ordenó la ejecución de al menos 21 personas en la Sierra Maestra. Después de que el 3 de enero de 1959 Fidel Castro lo nombrara comandante de la fortaleza de La Cabaña, que entonces servía como prisión, el proyecto Archivo Cuba le adjudica 79 muertes ejecutadas por órdenes directas del Che. Estimaciones de la embajada de Estados Unidos en Cuba cifran el número de fusilamientos entre 200 y 700.

El 11 de diciembre de 1964, Ernesto Guevara reconoció en la ONU que en Cuba se estaba fusilando, pero negó que fueran asesinatos. “Fusilamientos, sí, hemos fusilado, fusilamos y seguiremos fusilando mientras sea necesario”.