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Pierre de Coubertin, el padre del olimpismo

Pierre de Coubertin, Juegos Olímpicos

MIAMI, Estados Unidos. —  Pierre de Coubertin, cuyo nombre completo era Pierre Fredy, Barón de Coubertin, fue un educador e historiador francés conocido por ser el fundador de los Juegos Olímpicos modernos. Coubertin nació el 1 de enero de 1863 en París, Francia, y falleció el 2 de septiembre de 1937 en Ginebra, Suiza.

Pierre de Coubertin se inspiró en los antiguos Juegos Olímpicos y creía en el poder del deporte para promover la paz, la educación y el entendimiento internacional.

El sabio francés dedicó gran parte de su vida a revivir los Juegos Olímpicos, que habían estado inactivos desde la antigüedad. En 1894, Coubertin fundó el Comité Olímpico Internacional (COI) y trabajó incansablemente para organizar los primeros Juegos Olímpicos modernos.

Los Juegos Olímpicos modernos inaugurales se llevaron a cabo en Atenas, Grecia, en 1896, y contaron con atletas de 14 naciones que participaron en varios eventos deportivos.

La visión de Coubertin para los Juegos Olímpicos enfatizó la importancia del amateurismo, el juego limpio y el espíritu de competencia amistosa.

Los esfuerzos de Coubertin fueron recibidos tanto con elogios como con críticas. Algunos vieron los Juegos Olímpicos como una forma de fomentar la unidad internacional y promover la buena forma física, mientras que otros se mostraron escépticos sobre la comercialización del evento y su potencial para promover el nacionalismo.

Sin embargo, con el paso del tiempo los Juegos Olímpicos modernos se convirtieron en un importante evento mundial, que se celebra cada cuatro años y en el que participan atletas de todo el mundo.

Además de su trabajo con los Juegos Olímpicos, Coubertin abogó por la educación física en las escuelas y creía en el desarrollo holístico de las personas a través del deporte. Escribió extensamente sobre educación y deportes, enfatizando la importancia del desarrollo del carácter y los beneficios de la actividad física.l legado de Pierre de Coubertin es perdurable. Los Juegos Olímpicos continúan siendo uno de los eventos deportivos internacionales más destacados y reúnen a atletas de diversos orígenes para competir en un escenario global. Su visión de utilizar los deportes como un medio para promover la paz, la comprensión y el desarrollo personal sigue siendo una parte integral del movimiento olímpico.




El cubano Ramón Fonst, primer latinoamericano en ganar un oro olímpico

Ramón Fonst, olímpica, esgrima

MADRID, España.- El 14 de junio de 1900 el esgrimista cubano Ramón Fonst Segundo se alzó con la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de París. 

Con este triunfó, a sus 17 años, alcanzó el primer oro olímpico de Cuba y América Latina tras derrotar a atletas experimentados. 

En declaraciones posteriores a la prensa Fonst expresó: “Cuando gané el campeonato olímpico, en el año 1900, contaba sólo 17 años, y a pesar de la franca y potente hostilidad de los jueces, que no sólo veían en mí a un extranjero, a un latinoamericano, a un intruso, sino a un muchacho que debía únicamente estar estudiando en liceo y no derrotando a ídolos consagrados”.

Cuatro años más tarde, en las Olimpiadas de San Luis, Estados Unidos, ganó los títulos individuales en florete y espada. Así se convirtió en el primer esgrimista con dos medallas de oro seguidas en esa modalidad. 

En 1915, durante un torneo de esgrima desarrollado durante la exposición de San Francisco, en California, terminó invicto tras derrotar a más de 100 oponentes. 

Fonst había estudiado y aprendido esgrima en París, pero siempre representó a Cuba en los eventos internacionales.

A lo largo de su carrera conquistó 64 medallas de oro, plata y bronce, 44 de ellas en tiro con pistola y el resto en esgrima y ciclismo. 

Ramón Fonst falleció en Cuba el 10 de septiembre de 1959, a sus 75 años de edad, debido a un coma diabético. 

En 1991, con motivo de los XI Juegos Panamericanos, se inauguró en La Habana la sala polivalente Ramón Fonst. La instalación deportiva, que le rinde homenaje, acoge diversos eventos nacionales e internacionales, fundamentalmente de baloncesto y voleibol. 

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Política y deportes en Cuba: un gancho al mentón del régimen

LA HABANA, Cuba. ─ En días recientes hemos sido testigos de actuaciones de compatriotas nuestros que han tenido un excelente desempeño en el exigente mundo del deporte. Esto tuvo lugar durante los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, finalizados hace un par de semanas. Y se ratificó este sábado con la formidable victoria del gran campeón Yordenis Ugás sobre la leyenda filipina Manny Pacquiao.

La excelencia de los cubanos en el terreno deportivo es bien conocida desde hace años. La propaganda comunista trata de presentar los buenos resultados de estos últimos decenios como un gran aporte hecho por lo que ellos se empeñan en seguir llamando “la Revolución”. Pero los que tenemos un poco de memoria sabemos que eso es sólo una fabulosa mentira —¡otra más!— de los cotorrones del régimen.

Ahí están, para demostrarlo, nombres como los de Ramón Fonst, José Raúl Capablanca, Kid Chocolate y Kid Gavilán, por sólo mencionar unos pocos. ¿Qué tuvieron que ver esos distinguidos compatriotas con los desembarcos y asaltos dirigidos por Fidel Castro, con las bombas detonadas (en nombre de esa misma “Revolución”) en las calles, los cines o los cabarets de la Isla!

A nadie que estuviera en su sano juicio se le habría ocurrido vincular los nombres de esos grandes atletas del pasado con el de los mandamases de turno (sin importar que estos se llamaran Menocal, Machado o Batista). Después de 1959 no. La actuación de los deportistas cubanos destacados en los últimos seis decenios sí ha sido enlazada de modo sistemático con el nombre del fundador de la dinastía castrista.

Durante muchos años fue una constante que los autores de cualquier triunfo nacional en el deporte dedicaran su éxito al “Máximo Líder”. A veces lo hacían de manera espontánea. Otras no tanto, pues tenían que ser los cronistas con vocación de cotorrones los que, cuando algún atleta consagraba su triunfo a seres queridos o entrenadores, insistían: “¿Y a quién más!”. Y no quedaban satisfechos hasta que el aludido pronunciaba el nombre, apellido o título del dictador.

Esa vinculación con “la Revolución” ha sido una constante durante la era actual. El apoyo a las políticas del régimen ha tenido un carácter no sólo ideológico o verbal. En ocasiones ha tenido expresiones físicas. Como aquella vez que un jugador del equipo Cuba de béisbol se consideró en el deber de emprenderla a puñetazos contra un compatriota que se había lanzado al terreno con un letrero anticastrista.

Aunque en el plano personal no despiertan mis simpatías los deportistas oficialistas que explicitan su respaldo —real o fingido— al régimen imperante, constato que, felizmente, el porcentaje de los que así actúan tiende a reducirse de año en año. Aunque hasta el momento echo de menos la existencia, entre ellos, de ciudadanos conscientes que critiquen —digamos—  la represión brutal contra manifestantes pacíficos, como la del 11 de julio.

Eso fue lo que sucedió en la popular barriada habanera de La Güinera, que tuvo el triste privilegio de aportar el único occiso oficialmente reconocido de aquella jornada gloriosa. Afirman las autoridades castristas que el disparo que recibió por la espalda el joven Diubis Laurencio fue propinado “en legítima defensa”. Y ahora tratan de hacer olvidar su crimen asfaltando calles y dotándolas de aceras.

Es justamente en ese barrio que reside el campeón olímpico Luis Alberto Orta. El mandón de turno, Miguel Díaz-Canel, se consideró en el deber de saludarlo durante su reciente visita, así como congratularlo por su cumpleaños. Ha trascendido el texto de su trino: “Felicitaciones campeón”. Así, sin coma vocativa; que un Jefe de Estado que “hace revolución” no está para esas exquisiteces.

Los órganos castristas de agitación exaltan los éxitos deportivos del propio Orta —primer cubano que obtuvo el oro olímpico en Tokio-2020— o Mijaín López —autor de la hazaña de alcanzar igual galardón en cuatro olimpiadas consecutivas—. Pero silencian el de otro compatriota nuestro: Pedro Pablo Pichardo, que ganó esa misma presea en el triple salto.

Pudiera pensarse que esto último se debe a que, a raíz de su triunfo, el santiaguero enarboló no la bandera de la estrella solitaria, sino el pabellón portugués. Pero nada parecido pueden decir del autor de otra gran proeza deportiva: me refiero a Yordenis Ugás, quien este sábado alcanzó un triunfo unánime ante la leyenda filipina Manny Pacquiao.

Tras su victoria, Yordenis se cubrió con la bandera de Narciso López. Pero igual los cronistas deportivos del castrismo prefirieron cubrir de silencio su gran hazaña. Resulta evidente, entonces, que lo determinante, para esos plumíferos y cotorrones del oficialismo cubano, no es la identidad nacional del atleta, sino su tendencia política.

Y forzoso es reconocer que Ugás ha dejado bien clara las preferencias que abriga en este último terreno. Como que, en la pelea contra Pacquiao, esgrimió de modo destacado el lema “Patria y Vida”, que se ha convertido en emblema de todos los cubanos que nos enfrentamos al macabro “Patria o Muerte” del castrismo.

Ese otro santiaguero despreció las posibilidades económicas que —supongo— le habrían brindado marcas de productos deportivos si él las hubiese exhibido en las ropas que vistió en el combate. En lugar de ello colocó en su short y zapatillas lemas a los que el régimen de La Habana es refractario, tales como “SOSCuba” y el mismo “Patria y Vida”.

El formidable atleta, tras su resonante triunfo, trinó en su cuenta de Twitter: “Esta pelea la ha visto medio mundo y Yordenis Ugás la ha dedicado a la causa por la libertad de Cuba. Este es otro golpe mediático a la dictadura”. Como él vive en un país libre, pudo perfectamente haberse mantenido alejado de los temas políticos. Pero no, optó por involucrarse de ese modo en la lucha contra el continuismo comunista. Por eso creo que todos debemos agradecerle (al menos yo lo hago) su valiente decisión.

ARTÍCULO DE OPINIÓN
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Krystsina y Mijaín: gloria o libertad

Krystsina Tsimanouskaya (izq) y Mijaín López

LA HABANA, Cuba. – Como amo la libertad y he pasado toda la vida bajo una dictadura no me oculto para decir que me alegra más la fuga de la corredora bielorrusa Krystsina Tsimanouskaya que las proezas en los Juegos Olímpicos de Tokio de mi compatriota el luchador Mijaín López.

Krystsina logró asilarse para escapar a Polonia, burlando a los esbirros del dictador Alexander Lukashenko, que la tenían prácticamente secuestrada en la delegación de su país al evento.

Mijaín López dedicó su hazaña a Fidel Castro y afirmó que fue el difunto dictador quien trajo el deporte a Cuba, como si mucho antes de su régimen no hubiesen existido Capablanca, Ramón Fonst, Martín Dihigo, Orestes Miñoso, Kid Chocolate, el Niño Valdés y otros campeones.

Se valora muy poco el fornido gladiador cuando, sofocado y sudoroso, atribuye todo lo que es como deportista a Fidel Castro –como si el Comandante fuese el mismísimo Dios– en vez de a su esfuerzo y dedicación personal.

Las medallas dedicadas a la dictadura por Mijaín López y el “Patria o muerte” del boxeador Julio César la Cruz más que alegrarnos deberían abochornarnos. Eso, si no somos masoquistas.

Es muy triste no poder alegrarnos por los triunfos de nuestro país en un certamen deportivo. Puede crearte cargos de conciencia si te reprochan lo que se puede interpretar como falta de patriotismo. Pero me consuela recordar a un argentino que conocí hace muchos años, que vivía asilado en Cuba, en Alamar, y que me confesó que se alegraba cada vez que el equipo de su país perdía en el fútbol, porque “esos jugadores no representaban a Argentina, sino a la dictadura militar asesina que se robaría el mérito”.

Esos deportistas que dedican sus medallas a Fidel y la Revolución, más que a Cuba, representan al régimen.

No se debería politizar el deporte, pero precisamente eso es lo que ha hecho siempre el régimen castrista, que presenta el deporte como “un logro de la Revolución”.

Los triunfos del deporte cubano, ampliamente propagandizados, pretenden un mensaje ideológico: la superioridad del sistema social cubano. Las proezas de los deportistas cubanos deben hacer suponer que el comunismo castrista produce seres fuertes y sanos, con mejores puños, músculos de acero, capaces de saltar, correr, nadar, lanzar y batear más que sus competidores. Si perdían, se culpaba a los árbitros, decían que se les había robado el triunfo, que el fallo había sido injusto.

Especialmente se politizó el deporte en los tiempos de Fidel Castro, y muy en particular el beisbol, que era su deporte preferido.

Durante décadas, los peloteros que salían a competir al exterior eran despedidos por Castro y otros altos dirigentes como si partieran rumbo a la guerra. Sus triunfos, que devotamente dedicaban a “Fidel y la Revolución”, eran celebrados con bombos y platillos, y premiados con un carro, una casa o simplemente –¡que más honor!- una cariñosa palmadita del Máximo Líder en el hombro.

A los que se escapaban al menor descuido de los “segurosos” de la delegación y pedían asilo, los tachaba el Comandante, con su habitual jerga bélica, de “traidores, desertores, vendidos al enemigo”, y los borraban de la historia del deporte cubano como si nunca hubieran existido. Una vez, cual dueño de las llaves del país, sentenció el Comandante: “No permitamos jamás que los traidores visiten después el país para exhibir los lujos obtenidos con la infamia”.

Poco ha cambiado con los sucesores de la continuidad post-fidelista. Solo que el desempeño de los deportistas en los últimos años deja mucho que desear. De ahí el ahínco –que llega a ser acoso– por obtener de los atletas que logran resultados meritorios, dedicatorias y declaraciones favorables al régimen. Como las de Mijaín López y Julio César la Cruz, que les vinieron como anillo al dedo a los mandamases, en este momento de dramática crisis y descrédito.

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Cuba llevará 69 atletas a los Juegos Olímpicos, la delegación más pequeña desde 1968

Cuba, Delegación, Tokio 2020

MIAMI, Estados Unidos. – El Instituto Cubano de Deportes Educación y Recreación (INDER) confirmó este miércoles a 69 atletas para los Juegos Olímpicos de Tokio, a disputarse del 23 de julio al 8 de agosto próximos.

Según dio a conocer el portal deportivo Jit, la delegación cubana quedó finalmente integrada por 36 hombres y 33 mujeres que competirán en 15 deportes.

José Antonio Miranda, director de Alto Rendimiento del INDER, organismo que posee rango de ministerio, señaló que la Isla será representada en las disciplinas de atletismo (18), lucha libre y grecorromana (12), boxeo (7), judo (6), canotaje (5), tiro (5), levantamiento de pesas (4), tenis de mesa (2), voleibol de playa (2), natación (2), pentatlón moderno (2), taekwondo (1), gimnasia artística (1), ciclismo (1) y remo (1).

Se trata de la delegación más reducida que lleve la mayor de las Antillas en una cita olímpica desde México 1968. Desde aquella edición, la Isla siempre fue representada por más de 100 deportistas.

Cabe señalar que Cuba asistió a Río 2016 con 123 atletas, casi el doble de los que verán acción en Tokio.

Al igual que en las tres últimas ediciones, la armada cubana estará encabezada por el triple campeón olímpico de la lucha grecorromana Mijaín López, quien aspira a convertirse en el único gladiador en obtener cuatro medallas doradas.

De acuerdo con el propio José Antonio Miranda, Cuba aspira a sumar tres o más títulos y a mantenerse entre las 20 primeras naciones del mundo bajo el escenario de los cinco aros.

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Muere en La Habana la velocista cubana Miguelina Cobián

Miguelina Cobián

Miguelina Cobián
Miguelina Cobián. Foto Internet.

MIAMI, Estados Unidos.- Miguelina Cobián Hechavarría, una de las grandes velocistas cubanas de todos los tiempos, medallista en Juegos Olímpicos, Panamericanos y Centroamericanos, hoy domingo en la ciudad de La Habana. Tenía 77 años de edad.

Con la muerte de Cobián, en sólo 11 días de diferencia el atletismo le dio su adiós eterno a dos mujeres estrellas que le dieron gloria a Cuba en eventos internacionales. En Miami, fue Bertha Díaz, la llamada ‘’Gacela de Cuba’’ que falleció el 20 de noviembre, y en La Habana este primero de diciembre Miguelina Cobián, también conocida como la “Gacela Oriental’’.

Miguelina nació el 19 de diciembre de 1941 en Songo-La Maya, Santiago de Cuba. Fue captada cuando tenía 19 años por el campeón olímpico checo Emil Zatopek, quien comenzó a entrenarla en las pistas de la Ciudad Deportiva de La Habana.

En los inicios de la década del sesenta la mejor atleta cubana aún era Bertha Díaz, especialista en 80 metros con vallas, que había sido campeona en Panamericanos (1955-1959) y Centroamericanos (1962), además de ser la primera mujer en competir en Juegos Olímpicos (1956-1960).

Pero si Bertha fue la primera en actuar en Olimpiadas, Cobián fue una de las pioneras entre las mujeres en ganar medalla en el más grande evento deportivo del planeta cuando en 1968, en México, la cuarteta integrada por Marlene Elejarde, Fulgencia Romay, Violeta Quesada y Miguelina logró la presea de plata con tiempo de 43.36, sólo superada por las damas estadounidenses Barbara Ferrell, Margaret Bailes, Mildrette Netter y Wyomia Tyus que marcaron 42.88 para una marca del orbe.

En esos Juegos Olímpicos de 1968, las mujeres no sólo fueron las que ganaron medalla de plata, pues también lo hicieron con el mismo metal la cuarteta de hombres integrada por Hermes Ramírez, Juan Morales, Pablo Montes y Enrique Figuerola con tiempo de 38.40, perdiendo ante los velocistas norteamericanos Charles Greene, Malvin Pender, Ray Smith y James Hines que establecieron récord mundial de 38.24.

Antes de aquella hazaña de 1968, Cobián se había convertido en la quinta corredora más veloz del planeta cuando en la final de los 100 metros en las Olimpiadas de 1964 en Tokio, detuvo los cronómetros en 11 segundos y 72 centésimas. Luego en 1968 terminó octava con tiempo de 11.61.

Su primera medalla internacional llegó en los Centroamericanos de Kingston, Jamaica, en 1962, cuando conquistó el oro en 100 metros con 12 segundos, y la plata en el relevo corto con 47.3. En estos Juegos, Miguelina Cobián y Bertha Díaz fueron las atletas cubanas más destacadas cuando ambas ganaron sus especialidades; Díaz en 80 con vallas y Cobián en 100 metros.

Miguelina repitió el triunfo en 1966 durante los Centroamericanos de San Juan, Puerto Rico, con tiempo de 11.7 en 100 metros, sumando dos de plata en 200 (24.8) y en relevo de 100 (46.5).

La atleta santiaguera también sumó tres medallas de plata en 100 (11.5), 200 (24.0) y relevo 4×100 (46.4) en los Panamericanos de 1963, en Sao Paulo, Brasil. Cuatro años más tarde en Winnipeg, Canadá (1967), sumó otras tres preseas; una de oro en relevo 4×100 metros (44.6), una de plata en 100 metros (11.6) y otra de bronce en 200 (23.8).

En su última competencia internacional (29 años de edad) en los Centroamericanos de 1970 en Panamá, ganó tres medallas doradas en 100 metros (11.4), 200 (23.5) y relevo corto (44.7). También logró triunfos en Universiadas y en Juegos Iberoamericanos.

Cobián es la segunda atleta cubana y de Latinoamérica con más medallas en juegos regionales, con 14; ocho en Centroamericanos y seis en Panamericanos. A la vez, es la única velocista latinoamericana en sumar tres triunfos consecutivos en Juegos Centroamericanos y del Caribe.

Miguelina Cobián fue elegida al Salón de la Fama de la Confederación Centroamericana y del Caribe de Atletismo, en 2005. Seleccionada en varias ocasiones entre las mejores atletas de Cuba y Latinoamérica.

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Gobierno cubano apela a sus deportistas “estratégicos” para Tokio 2020

Delegación cubana a los Juegos Olímpicos de 2016 en Río de Janeiro (Cubadebate/Archivo)

LA HABANA, Cuba.- Cuba tiene el propósito de mantener la condición de “potencia olímpica” en los próximos juegos de Tokio 2020, donde se propone la meta de situarse entre los 16 mejores países participantes en ese evento, informó hoy un directivo del deporte de la isla.

De cara a ese objetivo y otros importantes eventos deportivos internacionales, 1500 competidores reciben seguimiento en las Escuelas Superiores de Formación de Atletas Cerro Pelado y Giraldo Córdova Cardín, explicó el director de Alto Rendimiento del Instituto de Deportes (Inder), José Antonio Miranda.

Entre esos deportistas hay 272 que son “estratégicos” de cara a los mejores resultados, y 29 están llamados a garantizar los propósitos en Tokio, declaró el directivo al portal deportivo Jit.

Asimismo indicó que para lograr esos resultados se conformó una fuerza técnica de 263 entrenadores y una reserva inmediata de 1163 talentos.

Miranda ratificó el objetivo “invariable” de los cubanos de retener el primer lugar en los Juegos Centroamericanos que se disputarán en el verano de 2018 en la ciudad colombiana de Barranquilla y consideró que se celebrarán en un contexto “más agresivo” que en los anteriores celebrados en Veracruz, México.

“Se trata del evento más importante del cuatrienio, en un escenario que ha cambiado en el área. Colombia es un ejemplo de ello. En el ciclo anterior fue el país que más avanzó. Sus resultados en los Juegos Panamericanos de Toronto y los Olímpicos de Río ejemplifican lo que vamos a enfrentar”, recalcó.

Otra de las proyecciones del movimiento deportivo de la isla se enfoca en los Juegos Panamericanos que se disputarán en Lima (Perú) en el año 2019, cita en la que los cubanos aspiran a reconquistar el segundo puesto perdido en Toronto 2015, según expuso el directivo.

Cuba participó en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 con una delegación de 123 atletas en 19 disciplinas deportivas y sus atletas ganaron 11 medallas, de ellas, 5 fueron de oro, 2 de plata y 4 de bronce.

(EFE)




Cuba irá a las Olimpiadas de Río 2016 con una delegación rejuvenecida

Mijaín López (lucha grecorromana) está entre los que ya cuentan con experiencia olímpica (Foto: panamericanworld.com)
Mijaín López (lucha grecorromana) está entre los que ya cuentan con experiencia olímpica (Foto: panamericanworld.com)

LA HABANA, Cuba.- Cuba llegará a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 con una delegación compuesta por grandes figuras del deporte en la isla y cerca de la mitad de jóvenes atletas, que buscarán un debut decoroso en esta cita, donde el país caribeño aspirará a situarse entre los 20 primeros puestos.

El presidente del estatal Instituto Cubano de Deportes (Inder), Antonio Becali, dijo hoy a la prensa que 85 deportistas cubanos ya tienen boleto asegurado a Río, aunque esperan aumentar la lista hasta 110 o 120 atletas –aproximadamente el mismo número que asistió a Londres 2012– al cierre de las clasificaciones en junio próximo.

Para Becali, la “principal diferencia” de esta selección con la anterior radica en la juventud de los atletas, cuyo promedio de edad es de 25 años, y en la que “sólo 54 deportistas tienen experiencia olímpica”.

El directivo también llamó la atención hacia la preparación diferenciada que se ha aplicado con vistas a la gran reunión deportiva, con énfasis en las figuras y disciplinas que pudieran aportar buenas posiciones en el medallero.

“Estamos orgullosos de que estos Juegos Olímpicos se celebren por primera vez en América Latina y sobre todo en Brasil, un país con el que nos unen lazos especiales”, señaló Becali, quien además insistió en que la buena actuación de Cuba en los recientes campeonatos mundiales le hacen augurar un “buen desempeño” en la cita.

El director de Alto Rendimiento del Inder, José Antonio Miranda, confirmó a EFE que 70 atletas de 14 deportes buscan todavía un pase a la competencia olímpica, con sede en Río de Janeiro del 5 al 21 de agosto próximos.

Entre las disciplinas que pueden aportar medallas a la Isla y que constituyen “la base de las aspiraciones de Cuba”, Miranda mencionó la lucha, el judo, el tiro, el taekwondo, el atletismo y el boxeo, este último con nueve clasificados que tienen “grandes posibilidades todos de ganar medallas”.

Mijaín López (lucha), Idalis Ortiz (judo), Yarisley Silva (atletismo), Leuris Pupo (tiro), Angel Fournier (remo), Manrique Larduet (gimnasia), Rafael Alba (taekwondo) y Lázaro Álvarez, Arlen López y Roniel Iglesias (boxeo) son las esperanzas cubanas para subir o mantener la posición 16 alcanzada en Londres 2012.

Preguntado por la situación de Dayron Robles, campeón olímpico de 110 metros con vallas en 2008, quien solicitó su baja de la selección isleña en 2013, Miranda precisó a EFE que actualmente el atleta “se encuentra trabajando para homologar su marca” y de “llegar a ser clasificado” sería incluido en la delegación.

Luego de causar baja en la selección nacional, Robles reapareció poco después en el XIV torneo Memorial Primo Nebiolo en la ciudad italiana de Turín y también participó en Reims con los colores del AS Mónaco, y en mayo de 2014 ganó en la reunión internacional de Marsella (Francia), con un tiempo de 13 segundos y 46 centésimas.

La Federación Cubana de Atletismo lo vetó con el argumento de que había faltado a la “disciplina y ética deportiva”, hasta llegar incluso a afirmar que no podría competir más en representación de Cuba. EFE