Elecciones libres, el deseo de Jorge Mas Canosa para Cuba

LA HABANA, Cuba. – En septiembre de 1996 Jorge Mas Canosa, fundador y presidente de la Fundación Cubano-Americana, sostuvo un debate inédito con el entonces presidente del Parlamento cubano, Ricardo Alarcón. El encuentro, que fue transmitido por la cadena estadounidense CBS a más de 20 países de América Latina, sigue siendo prácticamente desconocido para los cubanos, incluso en la era de internet.
Como ocurrió con todos los miembros del denominado “exilio histórico”, la propaganda de Fidel Castro construyó la peor imagen de Jorge Mas Canosa para exacerbar en los cubanos el rechazo hacia aquella primera ola migratoria que no comulgó con la ideología de Castro y sus planes para la Isla. “Agente de la CIA”, “narcotraficante” y “socio del terrorista Luis Posada Carriles” son algunas de las acusaciones no demostradas que pesan sobre el político nacido en Santiago de Cuba y que dedicó su vida a exponer los atropellos, incoherencias y engaños del régimen comunista.
El debate que protagonizaron Mas Canosa y Alarcón, este último autorizado previamente por Fidel Castro en medio de un escenario político muy grave, se caracterizó por la prevalencia del respeto y la compostura; aunque ambos políticos mantuvieron sus respectivas posiciones, radicales e irreconciliables.
Mientras Alarcón ensalzaba a la Revolución Cubana y la figura de Fidel Castro, Mas Canosa justificó la postura del exilio largamente calumniado y repudiado por la dictadura castrista, al punto de tratarlos como “no cubanos”. El político dejó claro, entre varias cuestiones, que los cubanos exiliados en los años inmediatamente posteriores al desastre de 1959, no llegaron a Estados Unidos buscando fortuna, sino libertad.
De igual modo insistió en la necesidad de celebrar elecciones libres dentro de Cuba, único camino posible para alcanzar la prosperidad, y defendió a la oposición interna que sobrevivía bajo un acoso despiadado por parte de la policía política del régimen.
A sus argumentos Ricardo Alarcón respondió, con ironía, que se trataba de novelas inventadas por el exiliado. Asimismo, a los comentarios sobre la falta de libertades y el desabastecimiento que sufrían los cubanos, el presidente de la Asamblea Nacional reaccionó poniendo el foco sobre los problemas que afectaban a Estados Unidos, una estrategia que los voceros de la dictadura siguen empleando en las lides internacionales, para evitar exponer la real y cada vez más grave situación que atraviesa la Isla desde hace seis décadas.
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