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Lo expulsan del trabajo por expresiones “contra el sistema socialista”

Jorge Félix Vázquez Acosta
Jorge Félix Vázquez Acosta. Foto 14yMedio

MIAMI, Estados Unidos.- La directiva del hotel Grand Packard de La Habana expulsó de su puesto de trabajo a Jorge Félix Vázquez Acosta como consecuencia de sus expresiones “en contra del sistema socialista y de la Reforma Constitucional”, informó este miércoles 14yMedio.

De acuerdo al documento oficial, el cual fue confirmado al medio de prensa independiente por el departamento de Recursos Humanos del hotel, el trabajador fue separado definitivamente de la entidad pues entre las “pruebas” en su contra estuvieron las “declaraciones de trabajadores que fungen como testigos de la indisciplina” y un “informe de la comisión investigadora”.

Frida Arias Sánchez, directora adjunta del hotel Grand Packard, propiedad del conglomerado militar Grupo de Turismo Gaviota S.A (Gaesa), dijo que conoció el pasado 7 de mayo que “el trabajador Jorge Félix Vázquez Acosta hubo de emitir criterios en contra de nuestro sistema socialista y de la Reforma Constitucional”, reza el texto.

Y agregó que además se manifestó “en contra de nuestro Grupo de Administración Empresarial, acciones que afectan el prestigio y la moral de nuestra Unidad Empresarial de Base y menoscaba el estado político-ideológico que debe primar en nuestros trabajadores”.

El documento oficial dice que las supuestas opiniones de Vázquez Acosta, técnico en ahorro y uso racional de la energía, “denigran” al Grupo de Administración Empresarial, por lo cual “perdió” la confianza que se había depositado en él, “necesaria y requerida para todos los trabajadores civiles de la sociedad mercantil cubana Grupo de Turismo Gaviota S.A”.

Vázquez Acosta dijo a 14yMedio que el viernes al mediodía lo llamaron para una reunión en la oficina de la directora, donde se encontraba un “miembro del sindicato, un miembro del Partido [Comunista], la jefa de Recursos Humanos, mi jefe y la propia directora”.

En la reunión le explicaron que se había manifestado “en los pasillos en contra del Gobierno, en contra el socialismo. Que abogo por el pluripartidismo y que estoy en contra de que Gae [Gaesa], como institución militar tenga tantas empresas bajo su poder”.

En sus declaraciones, Vázquez Acosta aseguró que “desde la primera reunión dije que no iba a contestar esa acusación porque en primer lugar ellos no me estaban mostrando pruebas y porque yo en su oficina solo le respondo temas de trabajo”.

“Es como si preguntara cuál es mi preferencia sexual o cuál es el equipo de fútbol o béisbol que me gustan, cosas que son personales, no tienen que ver con cuestiones de trabajo. Les pedí que me exigieran por cuestiones de trabajo, pero ella me dijo que me ha puesto a prueba y que soy un buen trabajador pero que los principios de la revolución están por encima de su madre y de su padre, yo me quedé sin palabras”, dijo.

La directiva del hotel Grand Packard le entregó a Vázquez Acosta un documento en el que le aseguran que que la medida “se toma sobre la base del inciso C del artículo 150 de la ley 116/2013 del código de trabajo. Además, expone que el trabajador puede apelar la medida en primera instancia dentro de un término de siete días.

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Cocina tradicional cubana: ¿con el sabor de Cuba?

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Plato cubano (foto archivo)

LA HABANA, Cuba. – Hablar de la tradición y vigencia de la cocina cubana en uno de los salones del capitalino hotel Iberostar Grand Packard es fácil y cualquier zascandil orillero de Italia, Brasil, la India o Katmandú, lo puede percibir y degustar sin ninguna objeción; hacerlo desde las primitivas cocinas y las vacías alacenas del cubano de a pie, es para tirarse de los pelos y sonar un cacerolazo de alcance nacional.

Pero como el cinismo alimenta y la mentira engorda los cuerpos y las mentes de la dirigencia del país y a sus acólitos de ocasión; el engaño se cuece y pone a ilusos o masoquistas a babear frente a una receta de cocina elaborada en la televisión, mientras su olfato de perro huevero no puede detectar el olor de una langosta termidor, ni su paladar percibir la tersura de un boliche de res.

Por esa y otras falsedades, la celebración en días recientes y a todo trapo del taller Gastrocul 2019 Cuba, más que una fiesta para el paladar, resultó un retortijón de estómago entre los pocos que aún pueden recordar aquellos olores y sabores desaparecidos con la llegada de la revolución; y una pesadilla para las generaciones de la compota de palo, el perro sin tripas, la soya, el jurel sin cabeza, la croqueta estructurada, el picadillo saborizado, el guayafongo, el fricandel y el cerelac.

Según publicó en el Juventud Rebelde la periodista Aracelis Bedevia, “sobran razones para que la cocina cubana sea declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad”, pero se le olvidó explicar dónde encontrar los productos, cómo los ingredientes, y si por azar estos aparecieran, con qué comprarlos para elaborar los platos que aparecen en los libros de recetas culinarias del país.

Además, si de nada sirvió a los cubanos que ya la UNESCO otorgara esta condición patrimonial al punto cubano, la rumba y la tumba francesa; para qué hacerlo con la cocina nacional, si resulta más fácil para la inventiva, experiencia y paladar del cubano común, desayunarse un bongó grillé, almorzar unas claves a la bechamel, o cenar un laúd asado en una tonada Carvajal, que lograr la elaboración de algunos platos “tradicionales” degustados por los asistentes al taller Gastrocul.

Para la mayoría de los cubanos es común escuchar a una vaca mugir, en la televisión, o ver una langosta desovar y hasta el salto en el agua de un salmón, en el Acuario Nacional. Pero, verlos en la mesa cocinados, sentir su olor y llevárselos a la boca, sólo le puede suceder a los hijos de papá y funcionarios de nivel, como demostró hace un mes Mariela Castro Espín, durante una cena en La Habana con la cantante española Paz Soler y la diputada socialista por Madrid, Carla Antonelli.

Pero, tal vez, la Bedevia nos diga cómo ella puede adquirir langosta, pescado, camarón, filete de res, pechuga de pollo, aceite, pan, sal, pimienta blanca, vegetales mixtos y aguardiente, entre otros productos necesarios para elaborar las brochetas mar y tierra, consideradas un plato común dentro del menú tradicional de los cubanos. ¿Nos dirá que mediante su salario mensual y la libreta de racionamiento? ¿O, gracias a la remesa familiar, o por cumplir una misión al extranjero?

Y no puedo imaginar cómo se las arregla para elaborar algunos platos tradicionales de la cocina cubana recogidos en el libro de Acela Matamoros y Pedro Fábregas, donde aparecen recetas alucinantes y escarnecedoras, al demencial estilo de una cazuela colonial de pescados y mariscos, un bacalao a la cubana, el pavo relleno con moros y cristianos o una pulpeta de carne de res.

Este utópico deleite, más que una indigestión por la sorpresa estomacal que sentiría un cubano al degustar estos manjares para dioses del olimpo gubernamental y sus oráculos del Partido, le costaría una visita policial y ser multado por receptación, o conducido a la cárcel bajo el delito de pesca ilegal —langostas—, o Hurto y Sacrificio de Ganado Mayor: vacas, para los desentendidos.

De ahí que, ante la manipulación, el engaño y la complicidad de las autoridades, Gastrocul 2019, la Unesco y los medios informativos en torno a la tradicional cocina cubana, les sugiero incluir el plato especial “Paella Revolucionaria”, elaborado en Cuba en los últimos 60 años a base de arroz, huevos, frijoles, azúcar y sal —que si no nutritivo—, al menos es socialista, próspero y sostenible.

vicdomíngueGarcí[email protected]




Cubanos opinan sobre apertura de lujoso hotel Grand Packard en La Habana Vieja

LA HABANA, Cuba.- El hotel Iberostar Grand Packard abrió oficialmente sus puertas el pasado domingo, con el mandatario cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez para presidir el agasajo. Ubicado en la céntrica avenida de Prado, el lujoso inmueble es apenas el primero del enjundioso programa de inversiones impulsado por Gaviota —emporio militar cubano— en asociación con comitentes privados.

Luciendo todo el glamour de sus cinco estrellas, contrasta con el humilde barrio de Colón, donde confluyen Habana Vieja y Centro Habana, dos municipios densamente poblados y cuyo fondo habitacional figura entre los más deteriorados de Cuba. Sus vecinos han recibido la inauguración del Packard con displicencia, y observan el acelerado crecimiento de otro coloso, localizado en Prado y Malecón, sin mayor satisfacción que la de saber que producto de la rehabilitación de la zona, por primera vez en décadas se han realizado inversiones en el turismo que tangencialmente benefician a los ciudadanos.

Las calles han sido reparadas, las fachadas pintadas y sustituidas las líneas de abastecimiento de agua, resolviendo a los residentes de la zona un problema de larga data. La mano de los inversionistas se ha ocupado de maquillar el desgaste que, de haber quedado tal cual, hubiera afeado la visualidad en torno al hotel; pero de las fachadas hacia adentro, el deterioro continúa.

Las personas entrevistadas por CubaNet consideran que la construcción de estas nuevas instalaciones hoteleras quizás beneficia a la economía del país; pero para ellos no representa ganancia alguna, más allá de las transformaciones citadas. El entusiasmo constructivo del gobierno no se ha visto acompañado por el esperado arribo de visitantes extranjeros. La falta de clientes ha perjudicado tanto a la infraestructura estatal como a las casas de renta, aunque siempre hay optimistas que esperan que el imponente hotel se convierta en un punto de referencia y el flujo de turistas, cuando llegue, se extienda también a los negocios privados aledaños.

Pequeñas esperanzas de un pueblo que ni siquiera conoce cómo se reinvierten los ingresos producidos por ese turismo al que se consagran recursos casi inaccesibles para la mayor parte de los cubanos.

Durante la inauguración el presidente del Grupo Iberostar, Miguel Fluxá Roselló, afirmó que el hotel “es de una categoría que podría estar en Londres, en Nueva York, en París. No los hay mejores”. Solo que no estamos en ninguna de esas tres magníficas ciudades europeas; sino en una capital caribeña que alguna vez fue hermosa para luego ser condenada a un abandono feroz por el mismo gobierno que hoy clava en su seno enormes disonancias arquitectónicas, símbolos de una riqueza que al pueblo cubano le ha sido negada.

Ya la prensa oficialista, además de deshacerse en elogios, ha considerado al Packard un “regalo a La Habana en su aniversario 500”, como si lo hubieran emplazado de gratis y no humillara con su majestuosidad capitalista a la arquitectura habitacional de la que el gobierno socialista jamás se ha ocupado.

No faltaron en la nota de Cubadebate las alusiones a esta “ciudad maravilla”, declarada como tal precisamente por su gente, esa misma gente que acepta resignada, ante las cámaras de CubaNet, que los hoteles no son para ellos, y una vez más aceptan ser relegados a un segundo plano con tal que La Habana luzca bonita, porque eso es lo importante.




Inauguran un nuevo hotel de lujo en el Paseo del Prado habanero

Fachada del hotel de lujo Iberostar Grand Packard. Foto Iberostar.com

MIAMI, Estados Unidos.- El próximo 10 de septiembre será inaugurado el segundo hotel de lujo en la Habana Vieja. Al parecer la industria sigue creciendo en Cuba, y ahora lo hace el nuevo hotel de 5 estrellas Iberostar Grand Packard, junto el Paseo del Prado capitalino.

La web del recinto hotelero publicó imágenes con las exclusivas instalaciones, que incluyen 321 habitaciones con servicios especiales y acabados de primer nivel.

De más está decir que los precios no son aptos para cualquier bolsillo. Una noche en el nuevo hotel va desde los 260 euros (301 CUC) por una habitación doble, hasta más de 1300 (1.505 CUC) por la Suite Star Prestige Packard, una de las joyas de la instalación.

Suite Star Prestige Packard. Foto Iberostar.com

 

El alojamiento en el Iberostar Grand Packard tiene desayuno incluido y el usuario que quiera media pensión tiene que pagar 30 euros (34 CUC) más por día.

La puerta de acceso acristalada, el spa, el jacuzzi y una piscina para 130 personas, entre otras cosas, son la guinda del edificio que ahora engalana el emblemático Prado y sus leones.

Entrada al hotel. Foto Iberostar.com

El hotel es administrado por la compañía española Iberostar Hotels & Resorts en coordinación con Gaviota, una empresa perteneciente a las Fueras Armadas en Cuba.

Iberostar, que estrenó su primer hotel en la mayor de las Antillas en 1993, posee en la actualidad unos 20 establecimientos de 4 y 5 estrellas, y pretende llegar a las 12.000 habitaciones dentro de dos años.

El recinto hotelero también cuenta con carta de almohadas, cocina gourmet, consulta médica y lavandería.

Recepción del Hotel Grand Packard de La Habana. Foto Iberostar.com

La construcción del hotel mantuvo, como detalle patrimonial, la fachada original de un edificio inaugurado en 1911 como hotel Biscuit, que en 1931 adquirió el de Packard en alusión a la marca estadounidense de automóviles.

El pasado año, en mayo de 2017, Cuba inauguró su primer hotel de lujo, el Manzana Kempinski, ubicado también en la Habana Vieja.