1

La ‘droga’ que está matando a los culturistas cubanos

[youtube]https://www.youtube.com/watch?v=UB8LhNjyj30[/youtube]

 

LA HABANA, Cuba.- Resaltar la belleza física de manera que emule con los patrones estéticos que nos llegan desde el exterior prevalece como un propósito compartido entre las nuevas generaciones de cubanos que andan tras los pasos de la moda.

Para ellos, proyectar una imagen de musculatura pronunciada y bien definida resulta imprescindible. Sin embargo, hay quienes intentando incrementar la masa muscular sustituyen las cargas de ejercicios por el uso de sustancias que deterioran la salud.

La utilización de aceites comestibles inyectados se ha popularizado, principalmente entre aquellos que se encuentran en el límite de la adolescencia y la juventud y cuya finalidad consiste en exhibirse durante la pasarela de verano, la playa.

El método consiste en suministrar con una jeringuilla altas dosis de aceite en el músculo que se desea aumentar. Toda vez que en cortos plazos el método “ofrece sus resultados”, se vuelve adicción. Algunas personas llegan a suministrarse hasta 300 ml diarios de aceite de girasol, repartidos entre las zonas del cuerpo de mayor interés.

“La supuesta ganancia es engañosa, una burbuja que en cualquier momento puede explotar”, advierte Armando Cabrejas, un doctor de la capital con experiencia en atender este tipo de casos.

Lejos de actuar como un estimulante saludable, refiere el especialista en Medicina Interna, los aceites comestibles, por su composición orgánica, crean un efecto inflamatorio en los músculos inyectados y, a la postre, secuelas que en ocasiones son irreversibles.

Teniendo en cuenta que el organismo humano solo alcanza a desechar menos del 40% de los lípidos, los placeres triviales que brinda este método no se equiparan con los riesgos que incorpora.

Según Cabrejas, las primeras reacciones inlcuyen “calambres, dolor en el área de inyección, inflamación y náuseas”.

Más problemas pueden aparecer a la hora de inyectar la sustancia, donde “se puede comprimir un nervio o arteria y dañar estas estructuras. A la vez, si las zonas infectadas no responden a los tratamientos con antibióticos, se hace ineludible intervenir quirúrgicamente, y en ocasiones extirpar el músculo.”

En el gimnasio “Strong” de la barriada capitalina de Cayo Hueso, varios jóvenes que se ejercitaban manifestaron haberse inyectado aceites comestibles en algún momento.

“Lo hice porque vi como otros también se inyectaban; por suerte lo dejé a tiempo. Sé de amigos que han sufrido por esa causa y de algún que otro caso que perdió la vida. Yo le recomiendo a todos los que llegan nuevos aquí que no lo intenten”, expresó un levantador de pesas que pidió ser nombrado bajo el seudónimo de “el plomo”.

Un colega suyo, que se identificó como Roger Manduley, argumentó que muchos practicantes de fisiculturismo utilizan el aceite de cocinar confundidos con el uso que se le da al aceite de maní.

“Se escucha decir que en otros lugares del mundo se usa como estimulante muscular para los ejercicios, pero incluso ni en este caso tenemos confirmación aquí de que el aceite de maní no es dañino, así que mucho menos los aceites comestibles”, puntualizó Manduley.

Otro factor de riesgo que alegaron saber —aunque reconocen que muchas veces lo pasan por alto— es la transmisión de agentes mortales como el VIH, y las hepatitis B y C, mediante el uso colectivo de jeringuillas.

“He presenciado como se inyectan dos y tres personas con la misma jeringuilla sin antes esterilizarla. No se quieren la vida”, cuenta Manduley.

De la antena al gym

A raíz del desabasto en la red de comercios estatales de vitaminas y estimulantes avalados por la ciencia, el mercado subterráneo es el único capaz de garantizar este tipo de productos que, a decir del Máster en Cultura Física Joel Carrió Vazconcelos, “son imprescindibles para que los músculos rebasen el crecimiento macro de cada constitución física”.

No obstante, explica Carrió, el uso de estos estimulantes debe ser prescrito por doctores o especialistas en la disciplina.

Eduardo Delá Correa, entrenador del gimnasio “Strong”, dijo que la mayoría de los practicantes del fisiculturismo en la isla desconocen el tipo de sustancias que pueden consumir.

“La gente viene al gimnasio con todo tipo de polvos o pastillas, y aunque aconsejes que no tomen nada sin antes consultarlo, se lo toman porque dicen que lo vieron en una propaganda de los canales de afuera”, destacó Delá.

De acuerdo con Luis Ángel Pillief, entrenador en “GYMCUBA”, la creatina es el producto que más persiguen quienes hacen ejercicios, a pesar de que al mismo tiempo es la sustancia más cara en el mercado negro.

Pillief comenta que las llamadas mulas son quienes surten desde los Estados Unidos la mayoría de los estimulantes que demandan los fisiculturistas cubanos.

“Encargas lo que quieres comprar y a los pocos días lo tienes en la mano, pero todo un poco más caro. La creatina puede valer hasta 120 CUC, aunque se pueden encargar otras cosas más baratas y que ofrecen resultados bastante parecidos”, comentó Pillief.

Así mismo, abunda que ante lo prohibitivo que pueden ser los precios, además de las inyecciones de aceites muchos jóvenes que desean hacer crecer los músculos recurren a comprar anabólicos y esteroides de bajo costo y contraindicados para la salud.

En la lista de los más consumidos, ilustra, resaltan la testosterona y el nerobol.

Un deporte “para ricos”

Uno de los grandes obstáculos que deben enfrentar por igual quienes pretenden mostrar exuberantes musculaturas, lo constituye el poder alcanzar una dieta alimenticia acorde al ritmo que los propios ejercicios físicos exigen.

“De nada te vale tener el mejor de los productos, el mejor de los entrenadores, un gimnasio con todas las de la ley y darte el lujo de disponer de todo el día sólo para ejercitarte si no tienes una dieta correctamente balanceada”, aseguró David Hernández Duarte, también entrenador del gimnasio “GYMCUBA”.

Según indica Hernández, los practicantes de este deporte deben consumir varios tipos de frutas para aportar vitaminas al organismo, carnes magras, “es decir, sin grasas animales o que aumente los niveles de colesterol en sangre”, escasos carbohidratos y azúcares.

Reinier Planas Urrutia, quien en días alternos levanta pesas, consideró que “en las circunstancias actuales” llevar la dieta idónea al pie de la letra es una utopía, dadas las dificultades para encontrar los alimentos y los precios que han alcanzado.

Al respecto, citó a frutas, cítricos y carnes como alimentos de lujo.

“Una libra de limones puede costar 30 pesos, una libra de pescado o pechuga de pollo es el equivalente a lo que gano de salario en cuatro días. A ese ritmo, ¿quién puede cumplir con la dieta que indica el entrenador?”, espetó Planas.




La Habana se llena de gimnasios privados

Gimnasio privado- Foto EA
Hombres, mujeres, de todas las edades, llenasn los gimnasios privados. Foto EA

LA HABANA, Cuba — La Habana se llena de gimnasios. Garajes y patios se pueblan con diversidad de aparatos para hacer ejercicios.

Maité Álvarez Suárez,  dueña de un gimnasio en el reparto Palatino (Municipio Cerro) , nos habla de la imprescindible licencia para montar un gimnasio privado, emitida bajo el nombre de “Instructor de Prácticas Deportivas: “Por la licencia pago 150.00 pesos ($9.00 dólares), más una mensualidad que oscila entre 300.00 y 600.00 pesos, dependiendo de la recaudación mensual”.

“Las razones que motivan a practicar ejercicios son muchas” –nos dice Maité, también  instructora de aeróbicos. “Las dos motivaciones más importantes son la salud y el deseo de mejorar la apariencia personal. El cubano más que nunca quiere poseer un cuerpo erguido, apoyado en músculos firmes. Un cuerpo bello aumenta la autoestima y potencia la energía positiva, tan fundamental para la realización de cualquier proyecto humano. Por otra parte, en el gimnasio, la interacción entre personas que comparten un mismo interés contribuye a las relaciones fraternales” –concluyó.

Entrenando en un gimnasio particular- Foto EA

El profesor Dióceles Fernández Acanda, de 41 años, insistió en que “la práctica deportiva involucra a personas de todas las edades. Es cierto que la participación de los jóvenes es cada vez mayor, pero hay un aumento de participantes entre los 40 y 60 años, incluyendo grupos de la tercera edad que se benefician con la práctica del Tai Chi, un arte marcial chino de gran impacto mundial, al que los especialistas consideran, cada vez más, como un sistema de gimnasia muy provechoso para la salud.

Fernández Acanda,  licenciado en Cultura Física, asesor y profesor en el gimnasio de Maité Álvarez, y entrenador del Equipo Nacional de Triatlón (Natación, Ciclismo y Carrera), considera que “ha habido una evolución de los estereotipos que relacionaban la figura musculosa con el bajo nivel de instrucción.  La imagen del intelectual como un individuo delgado, de pelo largo y aspecto lánguido ha desaparecido. En nuestro gimnasio, hay una fuerte presencia de estudiantes universitarios y profesionales de diversas disciplinas.

El profesor de 41 años, defiende el criterio de que “el individuo –como ser social– se siente cada vez más comprometido con la necesidad de mejorar sus capacidades físicas, porque sabe que tendrá que lidiar con un mundo más dinámico y competitivo”.

Rostros del fisiculturismo

Algunos jóvenes, entrevistados al azar, hablaron de “el lado oscuro” del ejercicio físico:

Nadie quiere tener un cuerpo fofo. Foto EA

Ricardo Claxton Leliebre,  de 27 años, graduado de Técnico en Contabilidad, con 10 años de entrenamiento físico, nos dice:  “hay jóvenes (aunque afortunadamente es la minoría) que utilizan el fisiculturismo para desarrollar una musculatura poderosa con fines violentos” –Y agrega– “van por las calles como si todos los espacios le pertenecieran;  su comportamiento es desafiante y confrontativo. No parecen tener otro propósito que buscar problemas”.

Entre los aficionados al culturismo se encuentran también los narcisistas, “adoradores de sí mismos que viven encerrados en sus burbujas mentales; atrapados en una autocomplacencia improductiva que los impulsa a exhibirse como un adorno” –Según afirmó Arianna Loina Rodríguez, una joven informática de 26 años.

“Entiendo mejor – continuó la informática- a los que cultivan su apariencia personal con el propósito de dedicarse al modelaje; esos, al menos, promueven la elegancia y el buen gusto”.

Pero más allá de los aciertos y desatinos que puedan derivarse del ejercicio regular del fisiculturismo, y los diversos fines que persigan sus practicantes, es cierto –como señaló Loina Rodríguez- “que la preocupación por mejorar la calidad de vida está ganando cada vez más espacio, en el empeño humano por reducir los riesgos de una existencia achacosa y desmotivada”.