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Fernando Pérez se pronuncia contra la censura a audiovisuales de realizadores cubanos

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MADRID, España.- El cineasta cubano Fernando Pérez se pronunció este jueves contra la censura a tres audiovisuales que serían proyectados el sábado 29 y el domingo 30 de abril en El Ciervo Encantado, en programación organizada por la directora de teatro Nelda Castillo.

“El espacio cultural en Cuba sigue empecinadamente cerrado a la diversidad, a la divergencia y al pensamiento complejizador de nuestra realidad”, dijo Pérez desde una publicación en Facebook, a través de su amigo y realizador Ricardo Figueredo Oliva.

“Una vez liquidada (no encuentro otra palabra) la Muestra de Cine Joven pensé que otros espacios alternativos comenzarían a suplir las confrontaciones y difusión del nuevo cine que es hoy y será mañana el rostro del audiovisual cubano más dinámico y renovador. El Ciervo Encantado dirigido por esa gran artista que es Nelda Castillo comenzó a hacerlo. Hoy me entero que nuevamente la censura impide la proyección de las obras más recientes de Fernando Fraguela, Ricardo Figueredo y Juanpin”, explicó.

No obstante, “la censura no impedirá que el pensamiento siga siendo empecinadamente libre y que, como afirma en el documental de Juanpin ese otro gran artista que es Fito Páez, el arte y la vida sigan expresando su derecho a la duda frente a las verdades absolutas”, agregó uno de los más grandes directores de cine en Cuba.

Fernando Pérez

Las obras censuradas fueron El encargado, un docu-ficción de Ricardo Figueredo; y los documentales La Habana de Fito, de Juan Pin Vilar, y Existen, de Fernando Fraguela y Yulier Rodríguez, había denunciado El Ciervo Encantado este miércoles.

En el caso del documental de Juan Pin Vilar, fue prohibido por las autoridades pese a haber obtenido el primer premio en la primera edición del Fondo de Fomento para el cine cubano que organiza el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICACI), entidad que cuenta con el patrocinio del MINCULT.

Tras trascender la censura, el locutor Yunior Morales, crítico acérrimo del régimen cubano, ofreció su casa para la proyección de los audiovisuales. Y dijo desde Facebook: “Yulier Rodríguez, Juan Pin Vilar y cualquier artista serio que vea censurada su obra puede hacer las proyecciones en mi casa y con mis equipos. Tienen mi afecto y respeto. En mi casa mando yo. Se me ocurre esto, es lo que siento”.




La Habana vista desde el cine cubano

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MADRID, España.- La Habana, con sus encantos y desencantos, ha sido escenario de grandes obras de la filmografía cubana. Hoy en CubaNet recordamos algunos largometrajes donde no solo se puede conocer un poco más sobre la capital de la Isla, sino también donde en ocasiones La Habana llega a ser protagonista

Se permuta (1984)

Con guion y dirección de Juan Carlos Tabío, el filme Se permuta recrea La Habana de los 80 a partir de una madre celestina, interpretada por Rosita Fornés, que se propone encontrar un barrio apropiado para ella y su hija. Para lograrlo, entre sus peripecias, activa una red de permutas que, de manera hilarante, muestra este fenómeno, así como distintas zonas de La Habana y a la sociedad de la época.

La película también contó con las actuaciones de grandes actores como Isabel Santos, Mario Balmaseda, Ramón Veloz (hijo), Silvia Planas, Manuel Porto, Maritza Rodríguez, José Manuel Litico Rodríguez, Rini Cruz y Mirtha Ibarra.

La vida es silbar (1998)

Las historias entrelazadas de Mariana (Claudia Rojas), Julia (Coralia Veloz) y Elpidio (Luis Alberto García) son contadas por Bebé (Bebé Pérez), una muchacha de 18 años.

Mariana, Julia y Elpidio no son felices en La Habana, ciudad testigo de sus conflictos, y deben elegir entre el amor o sus obsesiones e intentar encontrar la felicidad.

Dirigida por Fernando Pérez, La vida es silbar obtuvo el Premio Goya al mejor filme extranjero en el 2000 y el Premio de la Crítica Holandesa, Róterdam, Holanda, 1999; entre muchos otros.

Suite Habana (2003)

También escrita y dirigida por Fernando Pérez, probablemente sea uno de los filmes imprescindibles para conocer La Habana y su cotidianeidad.

A través de un día cualquiera de la vida de diez habaneros (personajes reales), se muestra la realidad cubana alejada de los estereotipos y con sus vicisitudes.

Sobre el filme, ganador en las categorías de Mejor película y Mejor director en el Festival Internacional de Cine de La Habana, Fernando Pérez explicó: “Escogí reflejar un día de vida cotidiana en la ciudad a través de personajes que, para mí, pertenecen a la parte más representativa de la ciudad, porque es la más popular y la menos representada (tanto en los medios cubanos como fuera de Cuba)”.

Habana Blues (2005)

En el filme Habana Blues, del director Benito Zambrano, La Habana es casi un personaje más: su underground, su gente, las calles, el día a día y su música, son elementos esenciales en la historia.

La película cuenta los avatares de Ruy (Alberto Yoel García) y Tito (Roberto Sanmartín), por convertirse en estrellas musicales, hasta que una pareja de productores españoles les hace una oferta internacional, aceptada por Tito y rechazada por Ruy.

Con la emigración como tema central, Habana Blues ganó los premios Goya 2005 por Mejor Música Original y Mejor Montaje.

 




Arte cinematográfico de Fernando Pérez regresa al Festival de Cine de Miami

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MIAMI, Estados Unidos. – El mundo de Nelsito, el más reciente largometraje de Fernando Pérez tendrá su estreno en Estados Unidos durante la celebración del cuadragésimo Festival de Cine de Miami, del 3 al 12 de marzo del presente año. Casi simultáneamente, la obra será presentada en el Festival de Cine de Málaga.

Pérez está considerado el más importante director de cine que todavía filma en la Isla y se ha manifestado en contra de censuras sufridas por otros de sus colegas así como en defensa de protestas públicas de artistas e intelectuales.

En 1998 el fundador y director del Festival de Cine de Miami, Nat Chediak lo invitó para que presentara La vida es silbar, que causó gran conmoción por su valiente contenido, propuesto en metáforas y otras claves subrepticias, a la manera del cine producido por grandes directores de los que fueron países socialistas en Europa.

La secuencia donde personajes deambulan por La Habana y se desmayan al escuchar palabras como “libertad” y otras de la misma índole democrática, creó impacto en el seno cultural del exilio cubano.

Luego en el 2003 su cine regresó a Miami con Suite Habana, suerte de carta de amor a la mítica ciudad. La noche que se estrenó en el Teatro Gusman fue elocuente el impacto de tristeza que provocaron entre el público las historias de habaneros reales tratando de lidiar con la angustia cotidiana de sobrevivir el absurdo de una sociedad abatida.

El mundo de Nelsito resume, con madurez, la insondable visión del director sobre la tragedia nacional, prefigurada en el cortometraje Madagascar de 1995, donde los personajes deambulan como zombis en un caos gris y desvencijado.

Esta nueva película se las arregla para dilucidar dos Cubas que conviven por sendas paralelas, aquella de la impotencia social y la iniciativa coartada de ciudadanos comunes que ven la vida pasar, enredados en la madeja doctrinaria, sin estímulos que los hagan prosperar, y el ambiente tóxico de seres disfuncionales, sin escrúpulos, tanto humildes como tránsfugas enriquecidos, que pudieran  prefigurar el futuro de la Isla cuando la política ceda definitivamente a la presión de la insostenible crisis económica.

Nelsito, adolescente autista de 16 años ha sufrido un accidente automovilístico. Durante su convalecencia, elucubra en privadas reflexiones la Cuba encanallada y pavorosa que Fernando Pérez presenta minuciosamente, donde todos se atienen a la ley de la selva, al sálvese quien pueda. Es la decadencia de una sociedad innoble, sin cabida para los vulnerables y necesitados. 

Cuando Nelsito se recupera, sus personajes regresan a la realidad del barrio donde quienes padecen el agobio cotidiano aún sostienen una conexión de solidaridad para subsistir.

La película parece especular sobre el misterioso verso de Martí donde menciona dos patrias: “Cuba y la noche”. La “noche” en El mundo de Nelsito sobrecoge porque es tanto lo mellado por la cantaleta ideológica ajena a la realidad que el futuro sigue siendo una quimera algo tenebrosa.

Precisamente por haber permanecido en la Isla durante todos estos años de desasosiego, Fernando Pérez es dueño de una preocupación legítima por los olvidados en medio del conflicto cubano, que suelen protagonizar muchas de sus películas. 

Es por lo mismo que su visión desde Últimos días en La Habana (2016) hasta El mundo de Nelsito, ambos guiones coescritos con Abel Rodríguez, manifiesta un dolor insondable sobre la sociedad, suerte de llamado de alerta.

Paradójicamente, dos de los actores de la película, Yerlín Pérez y Mario Guerra viven actualmente en Miami, así como el extraordinario fotógrafo Raúl Prado, que ha logrado una atmósfera de luces y sombras consustancial a la debacle que manifiestan las historias imaginadas por Nelsito. 

Valga la pena recordar que Prado fue sometido a un acto de repudio y luego detenido frente a los estudios del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), junto a otros artistas, durante las protestas antigubernamentales de julio de 2021.

El mundo de Nelsito nos coloca en la encrucijada de especular cuál es la Cuba real. Desafortunadamente, todo parece indicar que el espejismo del adolescente se encuentra enraizado en la más absoluta certidumbre.

ARTÍCULO DE OPINIÓN
Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no necesariamente representan la opinión de CubaNet.




“Suite Habana”: La realidad cubana mostrada a través de diez habaneros

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MADRID, España.- A veinte años del estreno de la película-documental Suite Habana, escrita y dirigida por Fernando Pérez, el filme sigue emocionando a los cubanos, por sus historias tan desgarradoras como reales; por su reflejo de la realidad de la Isla vista desde diez habaneros, cuyas vidas podrían ser la de muchos.

A través de un día cualquiera de la vida de diez personajes reales, por lo tanto, actores improvisados, se muestra la realidad cubana alejada de los estereotipos, con sus vicisitudes y con la verdad por delante; elementos que hacen emocionarse al espectador.

Estos personajes son Armanda, una señora de 79 años que se gana la vida vendiendo cucuruchos de maní; Julio, un remendero de zapatos que baila en las noches; el niño Francisquito, síndrome de Down; su abuela, antes profesora de arte que ahora se dedica a cuidarlo; y su padre Francisco, que después de morir su esposa tuvo que dejar su profesión de arquitecto para cuidar del niño; Heriberto, un trabajador de las vías del tren que en las noches toca el saxofón en una iglesia; el médico Juan Carlos, que quiere ser actor y trabaja como payaso y su hermano que se va a Estados Unidos; Iván, de 30 años, que por las noches se trasviste para actuar en un espectáculo y por el día trabaja en la lavandería de un hospital; y el joven Ernesto, un bailarín preocupado por arreglar la casa de su madre, que se encuentra en muy mal estado.

La fotografía, uno de los tantos méritos de Suite Habana, estuvo a cargo de Raúl Pérez Ureta. Aunque el filme carece de diálogos, este vacío no se nota gracias al excelente montaje y la banda sonora.

Tras su estreno, en el 2003, el diario El País reseñó: “Todos los días es lo mismo: el público suspira, llora, se revuelve en el asiento y, al final, la sala estalla en aplausos. No es ninguna exageración: el preestreno en una sala de la capital cubana de la última película del realizador Fernando Pérez, Suite Habana, sin duda el mejor filme que se ha rodado en la isla desde Fresa y chocolate, ha provocado una verdadera conmoción”.

Ese mismo año el filme ganó en las categorías de Mejor película y Mejor director en el Festival Internacional de Cine de La Habana; y estuvo nominado a mejor documental y película extranjera de habla hispana en los Premios Goya, entre otros.

Sobre la película el director ha explicado que se planteó “no hacer un documental tradicional y emplear un lenguaje cercano a la ficción (con iluminación y una puesta en escena muy cuidada)”. Así como “evitó las entrevistas y confió en el lenguaje de la imagen y los sonidos”.

Además, ha apuntado: “Escogí reflejar un día de vida cotidiana en la ciudad a través de personajes que, para mí, pertenecen a la parte más representativa de la ciudad, porque es la más popular y la menos representada (tanto en los medios cubanos como fuera de Cuba)”.




Fernando Pérez: “Dondequiera que esté voy a estar del lado del cambio”

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MADRID, España.- “En Cuba estamos en un momento de crisis muy fuerte, porque hay un proyecto de país que tiene el Gobierno que va por una línea y la realidad va por otra”, consideró el director de cine cubano Fernando Pérez en reciente entrevista con el blog Fonoma.

El autor de icónicos filmes como Suite Habana, Madagascar y La vida es silbar, señaló además que los jóvenes son los que traerán el cambio que necesita Cuba.

“El cambio tiene que suceder porque es ley de vida. No lo pueden retrasar más y es lo que estoy tratando de expresar en mis películas. Quienes tienen la posibilidad de favorecer ese cambio desde la dirección del país lo demoran mucho, por eso entiendo que haya muchos jóvenes en posiciones muy radicales, que dejan de creer en un posible diálogo”, señaló.

Preguntado sobre los acontecimientos del 27N, en los cuales participó, explicó que estuvo presente no como mediador, sino porque quería apoyar.

“Sentí que las puertas se podían abrir, que iba a ocurrir un diálogo dentro de la diversidad. Pero no fue. Los intentos han sido fallidos. Entonces, eso ha traído que los jóvenes se radicalicen, se vayan, no crean lo que les dicen. Ese cambio no debe ser nunca de una manera violenta, pero la historia no se equivoca, la vida va hacia eso y dondequiera que esté voy a estar al lado de ese cambio”, dijo al respecto.

Así como profundizó que el 27N va a quedar y se siente muy orgulloso de haber estado ahí.

“Quedará como una chispa en la historia que prometía llegar al horizonte de un país abierto al que piensa diferente, para que no se le recrimine ni se le fusile mediáticamente. Pero no pasó y estamos ante una situación que no parece que eso vaya a ocurrir, porque cada vez más conozco jóvenes que se van o dejan de participar porque no creen”.

En sus declaraciones consideró también que es el Estado cubano el que tiene que preguntarse por qué los jóvenes están actuando así, por qué se van o no quieren participar, y acusó al Gobierno de contribuir a que la situación se haga más tensa, a que haya espacios para la deserción y para la no participación.

No obstante, “los jóvenes van a traer el cambio”, señala el multipremiado cineasta.

En cuanto a la actual crisis migratoria que atraviesa Cuba, apuntó que muchos jóvenes quieren abrirse camino con la libertad de movimiento que no encuentran en Cuba, porque pueden llegar solamente hasta donde se les permite. Otros también se van por razones políticas, porque quieren tener su propio espacio.

“Cada joven que se va es algo que perdemos. No debería ser así y hay que actuar sobre eso. Siento que la situación se complica más porque no hay respuestas. Me entristece realmente”, lamentó Fernando Pérez.

En la entrevista con Fonoma también se refirió a su renuncia como director de la Muestra Joven, debido a un desacuerdo con las autoridades del ICAIC por la censura de un documental.

Sobre la censura que padecen los realizadores en Cuba, el cineasta comentó: “Esta es la historia cotidiana de cómo no se entiende la necesaria diversidad de las proyecciones cinematográficas. Regular la exhibición es una cuestión importante, porque también se han puesto películas que son críticas y fuertes. ¿Por qué algunas películas sí y otras no? ¿Quién está detrás de la censura? La censura normalmente no tiene rostro, responde a una mentalidad, que siempre resurge cuando menos te lo esperas”.

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A dos años de la muerte de Broselianda: cinco motivos para recordarla

Broselianda Hernández

CUIDAD DE MÉXICO, México.- El cuerpo de Broselianda Hernández, de 56 años, apareció sin vida en una playa de Miami Beach el 18 de noviembre de 2020. El dictamen médico apuntó que la actriz se adentró al mar para suicidarse. Cuando la noticia de su muerte fue pública las redes y medios se inundaron de mensajes de condolencias. No podía ser de otra manera.

Sus colegas de profesión, admiradores, instituciones culturales y medios de prensa manifestaron su desconcierto y recalcaron la exitosa trayectoria en el cine, el teatro y la televisión de Broselianda.

Catalogada como una de las más grandes artistas de su generación, CubaNet presenta cinco motivos para recordarla.

1. Reconocimientos merecidos

En tres ocasiones la Unión de Escritores y Artistas de Cuba confirió el premio de actuación femenina a Hernández. La primera vez lo recibió por su interpretación en el dramatizado de televisión “Cuando el agua regresa a la tierra” en 1994. Un año después repitió el galardón por su desempeño teatral, y en 1999 por su papel en la obra “Yerma”. En 2006, por “Barrio Cuba”, una de sus películas emblemáticas, mereció la Mención Especial del Festival de Cine de Providence.

2. Su nombre está vinculado al cine cubano

Su nombre aparece como parte del elenco de al menos 18 películas cubanas o coproducidas. Ella tuvo el lujo de trabajar con varios de los mejores cineastas de la isla: Fernando Pérez, Humberto Solás, Enrique Pineda Barnet, entre otros. Además estuvo bajo la dirección del español, Manuel Gutiérrez Aragón en “Una Rosa de Francia”. Filme donde actuó junto a Ana de Armas y Jorge Perugorría.

Probablemente uno de sus personajes más recordados sea su interpretación de Leonor Pérez, la madre del Apóstol, en “José Martí, el ojo del canario” (2010).

3. “Ella será por siempre primera actriz de Teatro El Público”

Broselianda comenzó a trabajar con el el Grupo de teatro “El público” en los años 90 y de inmediato fue parte esencial de la compañía, que es una una de las más populares y polémicas de Cuba. Al grupo también la unió su amistad con el director Carlos Díaz. Sobre quien dijo: “Para mí es un ser entrañable, es un ser que vive a lo grande”

En su página de Facebook, la compañía teatral El Público dejó el siguiente obituario cuando conocieron su muerte: “Ella será por siempre primera actriz de Teatro El Público. Con Broselianda Hernández en el corazón”.

4. Desde “Cuando el agua regresa a la tierra” hasta “Doble juego”

Su paso por la televisión, aunque menos prolífico que en el teatro, legó personajes inolvidables. En 1993, representó uno de los más más amados, una jovencita espontánea y libre, en “Cuando el agua regresa a la tierra”. Diez años después se alió al director Rudy Mora para dar vida a una madre controversial. En “Doble Juego”, Brose sobresalió en un personaje secundario que rompía con las tradicionales representaciones de la maternidad.

5. Actuar como placer y agonía

En una entrevista que en 2010 dio a Amaury Pérez confesó que a la hora de enfrentar los personajes, lo hacía con muchos miedos y mucha exigencia. “Para mí actuar es un gran placer, pero también es una gran agonía. Siempre tengo esa doble mirada, esa mirada crítica todo el tiempo, lo mismo hacia mí, que hacia un guion”. Hasta para las escenas más pequeñas, Hernández confesó que estudiaba mucho. Era parte de su infinita exigencia hacia ella misma.

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Seis películas imprescindibles de Fernando Pérez

Fernando Pérez

MIAMI, Estados Unidos. – Este 19 de noviembre cumple 78 años Fernando Pérez, considerado el más importante de los cineastas cubanos vivos. CubaNet repasa seis películas imprescindibles de su filmografía e invita a verlas.

Clandestinos (1987): Relata la vida de un grupo de jóvenes que lucharon contra la tiranía de Fulgencio Batista en la década de 1950. Ernesto (Luis Alberto García), preso por sus actividades políticas, recibe la visita de Nereida (Isabel Santos), una joven desconocida de quien desconfía. Ya en libertad se reencuentran al unirse la joven al grupo clandestino que él dirige. Un amor surge entre ellos, paralelo a la lucha armada que condicionará sus vidas.

Madagascar (1995): Este filme marcó el cambio del estilo de dirección de Fernando Pérez hacia un mayor aprovechamiento lírico del cine, de alguna forma para salir del sentido realista del documental que se aprecia en sus primeros trabajos. La película cuenta el deterioro de la relación entre una madre y su hija durante el llamado eufemísticamente Período Especial.

Suite Habana (2003): Ocupa el puesto número uno en la categoría “Documental” de la lista del ICAIC sobre las mejores películas cubanas hechas después de la fundación de esta institución. 

Dentro de la multiplicidad de rostros y lugares, se entrecruzan las historias de personajes anónimos en el decursar del día y la noche. Varios seres sumamente peculiares alternan sobre el tejido vivo de la ciudad, y cada uno de ellos representa la curiosa diversidad de grupos sociales que se mueven en La Habana. No hay actores profesionales en el filme. Los personajes reales interpretan en pantalla sus auténticas vidas. Un joven bailarín, una anciana vendedora de maní, un niño con síndrome de Down y su entorno, un médico que despide al hermano y sueña con ser actor…

José Martí: el ojo del canario (2010): Está inspirada en la niñez y adolescencia de José Martí, en el período de su vida que abarca desde los nueve hasta los 17 años de edad. El filme busca adentrar al espectador en la complejidad cotidiana que forjó la personalidad y el carácter de Martí durante sus años de infancia y adolescencia. La ficción de la película narra la vida de un Martí rodeado por problemas familiares, vicisitudes económicas, conflictos e incomprensiones. También refleja los primeros contactos del personaje con el mundo político y con la naturaleza.

La pared de las palabras (2014): Desde su infancia, Luis (Jorge Perugorría) padece una distonía y no puede comunicarse a través del lenguaje corporal ni de las palabras. Entre la institución médica y la familia, su vida interior es un muro infranqueable. Más que una película sobre la discapacidad, “La pared de las palabras” intenta reflexionar sobre el difícil ejercicio de la comunicación humana, el dolor y los límites del sacrificio.

Insumisas (2018): Codirigida por Laura Cazador. Cuenta la historia de Enrique Faber, un doctor transmasculino que se establece en Baracoa a principios del siglo XIX. En esa ciudad del oriente cubano comprende paulatinamente la compleja y contradictoria sociedad cubana y contrae matrimonio con Juana León. Tres años después de su casamiento, queda al descubierto su identidad: Enrique había nacido como mujer. Enviado a la cárcel, Enrique se enfrenta entonces al juicio más escandaloso de la historia colonial cubana.

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Fernando Pérez: el naufragio de su quimera parece inevitable

Fernando Pérez

MIAMI, Estados Unidos.- El reconocido director de cine cubano Fernando Pérez concedió una entrevista al sitio Luz Nocturna, en la que habla de su carrera y de la fe que deposita en las nuevas generaciones de coterráneos.

Pérez se refiere a la creación del Grupo G-20 en el 2013, cuando los cineastas hicieron reclamaciones largamente obliteradas por el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), y responde una pregunta sobre la protesta del 27 de noviembre del 2020 frente al Ministerio de Cultura, cuando fue recibido por los burócratas, junto al actor Jorge Perugorría, para tratar de lidiar con aquella suerte de rebelión cultural.

La visita de ambos artistas, junto a otros miembros del movimiento 27N, previamente seleccionados por las instancias oficiales, no tuvo resultados notables.

No es primera vez que el cineasta tropieza con la intolerancia, al parecer nunca aplicada a sus más controversiales películas. Pérez dirigió la Muestra ICAIC de Cine Joven y la abandonó en el 2012 como protesta a la censura de un documental que había recomendado en la programación de ese año.

En su reciente entrevista, el director de la memorable Madagascar, donde se subliman ideas en franca oposición a la cerrazón castrista, dice echar de menos los años sesenta cuando “todo parecía posible”.

Mientras Fidel Castro trazaba su ruta hacia el totalitarismo que la Unión Soviética prodigaba a sus satélites, el cineasta asegura que su “generación estaba cambiando este país”. “La dinámica del pensamiento vibraba y, aunque todo el mundo no pensaba igual, las ideas predominantes eran las del cambio”.

En La vida es silbar hay unos personajes que cuando escuchan las palabras “libertad”, “democracia” u otras anatemizadas por el castrismo se desmayan, no lo pueden soportar.

José Martí: el ojo del canario presenta a un joven Martí que increpa al vejestorio colonial español por no dejarlo expresarse y vivir libremente.

En la propia Madagascar la protagonista siente angustia en una reunión de mediocres colegas profesores, donde parece no haber salida a sus reclamos, y se pregunta si mejor es poner una bomba en aquel lóbrego cónclave.

A diferencia de otros cineastas de generaciones precedentes a la suya, la obra de Fernando Pérez no parte de la posibilidad de restaurar la llamada “revolución”.

La ruina sistemática acontecida entre los nostálgicos años sesenta y los primeros veinte y tantos del siglo XXI pone en duda la idea de que “las ideas predominantes del cambio” significarían algún tipo de progreso para la nación sin libertad.

Pérez subraya que el ICAIC era una escuela, nunca con sentido académico, donde la cultura florecía y se “discutía constantemente”.

En medio de ese supuesto esplendor intelectual, algunos de sus colegas decidieron buscar el destino en otra parte y, durante muchos años, fueron eliminados de los anales culturales de la nación, hasta de la Cinemateca que debió protegerlos.

Actualmente, no pocos jóvenes cineastas hartos de esperar cambios que no acontecen han tomado el mismo camino del exilio. Algunos se interesan por la historia y están convencidos que el pecado original de tanto desasosiego nacional proviene de la trampa que significó sustituir dictadura, por tiranía y ya no se dejan engañar.

Las nuevas generaciones no guardan vínculos de ninguna índole con pasado tan abyecto. Fernando Pérez se queja lastimosamente de la realidad que apabulla esperanzas de recuperación ciudadana:

“El discurso oficial va por un lado y la realidad por otro. Eso es muy dañino. La gente necesita respuestas, necesita diálogo. ¿Cómo mantener un diálogo? ¿A nivel de oposición? Yo no quiero ser opositor, pero ¿cómo voy a seguirte si lo que me dices no tiene que ver con mi realidad?”.

El castrismo no repara ni en intelectuales de esta categoría, con alguna permisibilidad, que le pudieran dispensar buena promoción internacional. No le interesa lo que dice el cineasta, no lo respeta. Sus declaraciones ni siquiera son rebatidas por los medios oficiales.

“Mientras sigamos cerrados, con el mismo discurso; mientras no se abran nuestros medios y la Mesa Redonda vaya por una sola línea, esto no va a mejorar”, asegura Pérez con desilusión tardía.

“Tenemos que lograr un país más plural, como lo quería Martí. Esa era la idea de la revolución por la que luchamos. Y yo me siento revolucionario”, subraya Fernando Pérez, esperanzado, aunque el naufragio de su quimera resulta inevitable.

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Fernando Pérez: Es necesaria una Cuba donde no se excluya al que piense diferente

Fernando Pérez

MADRID, España.- El director de cine cubano, Fernando Pérez, no ve “a la vuelta de la esquina” la posibilidad de diálogo del Gobierno de Cuba con quienes piensan diferente.

En conversaciones con Diario de Cuba manifestó que “para que exista un diálogo va a ser un camino largo, porque para ello hay que tener voluntad de diálogo y hasta ahora eso no se ha manifestado”.

Al dar sus impresiones sobre los sucesos del 27 de noviembre de 2020 frente al Ministerio de Cultura, en los que “tuvo el privilegio de participar”, consideró que esta fecha va a ser muy precisa e importante para la historia del país.

“Fue la primera manifestación después de 1959 donde los jóvenes comenzaron lo que yo llamo un ‘cambio de lenguaje’, que es absolutamente necesario para Cuba”, dijo el cineasta.

Se refirió a los reclamos sociales y políticos que se hicieron ese día como “necesidades permanentes en Cuba porque forman parte de la definición de una verdadera república: el derecho que tiene todo individuo a pensar y a disentir”.

“Los reclamos de ese grupo que estuvo frente al Ministerio de Cultura eran la libertad de expresión y el abrir espacios a todo el que piense diferente y quiera tener una práctica independiente en distintas esferas de la realidad, pero fundamentalmente en la cultura”, expresó.

Fernando Pérez calificó las manifestaciones del 27N de hecho poético, donde está el futuro de la nación que viene desde José Martí hasta la actualidad.

Destacó además la necesidad de que exista una Cuba inclusiva, donde no exista un pensamiento único y donde no se excluya al que piense diferente, así como la necesidad de espacios de participación sin represiones y sin actos de repudio.

El también Premio Nacional de cine habló de las manifestaciones del 11 de julio y del 15 de noviembre y específicamente de la prohibición de la caminata en solitario al activista Yunior García.

“Si un joven cubano no puede caminar las 7 cuadras que existen del Parque Quijote al malecón, eso representa que el camino para ese diálogo va a ser todavía largo”, expresó en sus declaraciones.

“Hay que reclamar la voluntad de diálogo. La vía tiene que ser a través del diálogo y no con posiciones extremas, pero no lo veo a la vuelta de la esquina”, dijo.

El 27 de noviembre de 2020 Fernando Pérez dejó clara su posición y apoyo a quienes reclamaban la libertad de expresión en Cuba: “Estamos aquí para decirle al Ministerio de Cultura que los reciba y eso será el inicio de un nuevo lenguaje que le hace falta a la cultura cubana”.

Fernando Pérez, licenciado en Lengua y Literatura Hispánicas en la Universidad de La Habana, es una de las personalidades más influyentes de la cultura cubana. Por su trabajo cinematográfico ha sido laureado en numerosas ocasiones dentro y fuera de Cuba. Entre su extensa producción cinematográfica sobresalen los filmes Clandestinos (1990), Madagascar (1996), La vida es silbar (1998) Suite Habana (2003) y Martí, el ojo del canario (2011)




Pérez y Perugorría defienden su presencia en protesta del MINCULT

Perugorría Pérez MINCULT

Perugorría Pérez MINCULT
Jorge Perugorría y Fernando Pérez

MIAMI, Estados Unidos.- El actor cubano Jorge Perugorría y el director de cine Fernando Pérez, dos de las figuras más reconocidas de la cultura cubana de las últimas décadas, aseguraron que su participación en el plantón de cientos de jóvenes artistas frente al Ministerio de Cultura de Cuba (MINCULTT) este viernes fue espontánea.

Las declaraciones de ambos se dieron luego de que el viceministro de esa institución, Fernando Rojas, pusiera en duda la espontaneidad de Perugorría y Pérez, a pesar de que una de las demandas del mencionado plantón era que ninguno de los presentes iba a ser atacado desde las estructuras del poder.

“En la noche de ayer, 27 de noviembre, motivado por los acontecimientos que estaban ocurriendo frente al MINCULT, sentí que mi deber como artista y como cubano era el de intermediar, para que esos jóvenes que desde horas tempranas estaban reclamando ser escuchados fueran atendidos por la institución”, escribió Perugorría en Instagram.

Según el actor del icónico filme Fresa y Chocolate, después de su decisión convocó a Fernando Pérez porque “siempre ha apoyado a los jóvenes artistas y para todos nosotros es ejemplo de integridad y respeto”.

“Fernando y yo acordamos que la única acción posible era el diálogo. Yo por mi parte llamé al viceministro de cultura, que era el que se encontraba en la institución y le dije que esa reunión que reclamaban los artistas era necesaria e impostergable, por el curso que habían tomado los acontecimientos”, prosiguió.

“Fernando Pérez y yo llegamos a las afueras del MINCULT, Fernando se dirigió a todos y dijo: ‘Estamos aquí para decirle al MINCULT, que los reciba y eso será el inicio de un nuevo lenguaje que le hace falta a la cultura cubana’”, señaló.

“Después de ser invitados por los artistas a participar en la reunión, salí convencido de que es posible un diálogo, yo fui testigo y eso es lo verdaderamente importante. Ojalá que ese diálogo tenga continuidad y que la fecha de la próxima reunión sea convocada lo antes posible, si queremos concluir la patria que soñó Martí, de todos y para el bien de todos”, sentenció.

Por su parte, Fernando Pérez también defendió su posición en un post publicado en la cuenta de la red social de Facebook de Haydée Milanés: “Después de escuchar la transmisión de la TV Cubana sobre la congregación espontánea de jóvenes artistas para reclamar un diálogo con el Ministerio de Cultura este 27 de noviembre, me veo precisado a aclarar que mi participación en ese evento fue igualmente espontánea, sin coordinación previa con dicho ministerio, como se podría malinterpretar en esa emisión”.

Pérez aseguró que “el sentido de esa decisión está contenido en mis palabras a los jóvenes allí congregados (…): ‘estamos aquí para decirle al Ministerio de Cultura que los reciba y eso será el inicio de un nuevo lenguaje que le hace falta a la cultura cubana’”, finalizó.

Las declaraciones de ambos artistas esclarecieron sus posiciones ante una comparecencia del Rojas en la televisión estatal, como parte de un programa para desacreditar al Movimiento San Isidro y la protesta masiva de artistas frente al MINCULT en el Vedado.

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