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En medio de la crisis de vivienda en Cuba, régimen exporta arena y gravilla

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MADRID, España.- En medio de la crisis de vivienda que atraviesa Cuba, entre otras razones por la presunta falta de materiales, el Gobierno cubano exportó a Islas Caimán 5.000 toneladas de arena lavada, uno de los materiales más empleados en la construcción.

Según dio a conocer la prensa oficialista esta semana, por el puerto de Cienfuegos salió la segunda patana con el cargamento, como parte de un acuerdo entre ambos países.

Además, se han realizado dos envíos de gravilla proveniente del molino de piedra Santiago Ramírez, de Arriete, en el municipio de Palmira, también en Cienfuegos.

La información agrega que este mismo mes se efectuarán otros dos envíos de arena y gravilla.

El pasado año, como los anteriores, el gobierno de Cuba incumplió su plan de construcción de viviendas. Se terminaron 21 229 viviendas, lo que representó el 58 por ciento del plan anual previsto.

De acuerdo a Vivian Rodríguez Salazar, directora general de la Vivienda del Ministerio de la Construcción (MICONS), esto se debió a “las limitaciones materiales”.

En el 2021 la deuda habitacional del Gobierno cubano con la población era mayor del 40 por ciento en cuanto al plan de entrega de casas. Esta deuda aumentó durante el 2022, en el que la crisis de la vivienda empeoró tras el paso del huracán Ian, en septiembre pasado, que solamente en la provincia de Pinar del Río dejó afectadas más de 100 000 viviendas.

En marzo de este año, a cinco meses de que Ian azotara la Isla, según un reporte del periodista oficialista Lázaro Manuel Alonso, numerosas familias en Pinar del Río tenían “techos de nylon a merced del aire, otras ni eso”.

En dicha ocasión Lázaro Manuel Alonso recordó que en la región aún permanecen sin vivienda familias perjudicadas por el huracán Gustav en el 2008 y el huracán Lili en el 2002 (hace más de 20 años).

Solamente en la provincia Granma, por ejemplo, 35 834 viviendas tenían pisos de tierra a comienzos del 2022. El Gobierno se había propuesto a lo largo del año erradicar este problema para 4 439 viviendas; y ni siquiera esta ínfima cifra se cumplió. De esos 4 439, solo se logró eliminar el piso de tierra en 1 462; de ellas 1 110 por esfuerzo propio, y únicamente 352 por la vía estatal.




Cuba exportará a México toneladas de piedra para la construcción del Tren Maya

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MIAMI, Estados Unidos. – Cuba exportará a México hasta 200 000 toneladas mensuales de piedra rajón para la construcción del Tren Maya, uno de los proyectos estrella del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, informaron recientemente medios estatales cubanos.

De acuerdo con declaraciones a la Agencia Cubana de Noticias (ACN) de Andrés Díaz Guerrero, jefe del grupo de operaciones de la Empresa Servicios Portuarios del Centro, en los almacenes a cielo abierto, de la zona dos en Obourke (Cienfuegos), se encuentran unas 20 000 toneladas de piedra en espera de su embarque para Yucatán.

Cuando comience la comercialización, en su primer mes deben manipular 90 000 toneladas de piedra, cifra que se incrementará por etapas, hasta lograr un ritmo de 200 000 toneladas por mes, indicó el funcionario.  

De acuerdo con la misma fuente, la piedra que se exportará a México procede de la cantera de Arriete, en el municipio cienfueguero de Palmira. Las cargas se han transportado por ferrocarril hasta el patio de la terminal marítima. 

El Tren Maya es un megaproyecto del Gobierno mexicano que consiste en una línea ferroviaria de pasajeros y de carga a través de Yucatán, según informa la agencia de noticias EFE.  

En noviembre pasado, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), indicó que su país podría comprar balasto a Cuba para construir la ruta del Tren Maya.

En una de sus habituales conferencias de prensa, el mandatario indicó que la piedra triturada utilizada para las vías férreas podría llevarse a México en cantidades mayores por vía marítima desde Cuba, aunque reconoció que una decisión así desataría críticas.

“Voy a comentar algo para que nos cuestionen nuestros adversarios. Es muy probable que para este tramo traigamos balasto, que sí hay acá”, dijo AMLO mientras señalaba a Cuba en un mapa.

Las obras del Tren Maya se encuentran en desarrollo desde 2018. Su inauguración está prevista para diciembre de 2023.

El proyecto prevé la construcción de 1460 kilómetros de vías en la península de Yucatán, que la conectarán con los estados de Tabasco, Campeche, Chiapas, Yucatán y Quintana Roo.

Según el Gobierno mexicano, el proyecto del Tren Maya tiene como objetivos mejorar la calidad de vida de las personas, incrementar el turismo, el conocimiento del patrimonio nacional, proteger el medio ambiente y apoyar el desarrollo sustentable.

Sin embargo, varios grupos ambientalistas han criticado el impacto en el ecosistema provocado por la construcción del tren.  

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Exportaciones de pollo desde EE. UU. hacia Cuba alcanzaron récords históricos en 2021

Paquetes de pollo importados por Cuba desde EE. UU.

MIAMI, Estados Unidos. — Las exportaciones de carne de pollo desde Estados Unidos hacia Cuba registraron récords históricos en 2021, indicó el economista cubano Pedro Monreal.

El experto confirmó en Twitter los envíos superaron por primera vez la barrera de las 300 000 toneladas, con 307, 6 mil TM por un valor anual de 279,7 millones de dólares estadounidenses.

Cifras del Servicio de Agricultura Extranjera y del Departamento de Agricultura de EE. UU. muestran que la tendencia al aumento se mantuvo durante el pasado mes de diciembre, cuando las exportaciones de carne de pollo desde EE. UU. hacia la isla caribeña registraron un incremento de 15,7% en las toneladas y de 7,1% en el valor, en relación con el mes de noviembre.

“Las estadísticas estadounidenses de 2021 indican un nivel relativamente estable de exportaciones mensuales de carne de pollo a Cuba, generalmente con niveles superiores a los del año inicial de la crisis (2020), y también a los de 2019, antes de la pandemia”, escribió Monreal en Twitter.

Añade el economista que en diciembre de 2021 también se registró una reducción del valor del kilogramo del pollo estadounidense exportado a Cuba (0,87 USD) en comparación con el 0,94 USD de noviembre de 2021.

Monreal recordó que entre 2001 y 2021, Estados Unidos exportó a Cuba un total de 2,78 millones de toneladas de carne de pollo con un valor acumulado de 2 368 millones de USD.

El experto destaca, además, que solo el 39,5% del total de toneladas de esos dos decenios fue exportado en los últimos cinco años.

Pese a las quejas del régimen cubano contra las sucesivas administraciones estadounidenses por causa del embargo, el país norteño sigue siendo uno de los principales mercados para la compra de alimentos.

Solo en noviembre de 2021, las exportaciones de productos agrícolas y alimentos desde Estados Unidos hacia Cuba crecieron en un 144,2% en comparación con noviembre de 2020, según un reciente informe publicado por el portal Cuba Trade.

Las exportaciones de ese mes incluyeron pollo, soya, fruta, café, salsa de tomate, vegetales frescos y comida para animales.

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Exportación de productos agrícolas y alimentos de EE.UU. a Cuba subió 144.2% en noviembre

Paquetes de pollo importados por Cuba desde EE. UU.

MIAMI, Estados Unidos.- El Gobierno cubano culpa a Estados Unidos de todas sus desgracias, y utiliza el embargo económico como excusa a su ineficacia. Sin embargo, lo cierto es que, durante el pasado mes de noviembre de 2021, las exportaciones de productos agrícolas y alimentos de Estados Unidos a Cuba crecieron en un 144,2% en comparación con noviembre de 2020, según un reciente informe de CubaTrade.org.

Las exportaciones incluyeron pollo, soya, fruta, café, salsa de tomate, vegetales frescos y comida para animales, y el monto por ello, de acuerdo al reporte, ascendió a 27 699 046 dólares, suma que representa más del doble de los 11 339 843 dólares invertidos en noviembre de 2020 y de los 2 965 515 invertidos durante ese mismo mes en 2019.

Entre enero de 2021 y noviembre de 2021 Estados Unidos exportó a Cuba diversos productos por un valor de 276 683 109 de dólares en comparación con los 149 209 570 dólares del período de enero de 2020 a noviembre de 2020, cifras que representan un aumento del 85.4%.

De acuerdo a los datos de CubaTrade, desde diciembre de 2001 hasta la actualidad las exportaciones de productos agrícolas y alimenticios que han sido reportadas desde Estados Unidos a la Isla ascienden a más de 6 572 millones de dólares (6.572.910.533 USD).

El informe del Consejo Económico y Comercial EEUU-Cuba “contiene información sobre las exportaciones de Estados Unidos a Cuba, productos dentro de la Ley de Reforma de Sanciones Comerciales y Mejora de las Exportaciones (TSREEA) de 2000, la Ley de Democracia Cubana (CDA) de 1992 y las regulaciones implementadas (1992 hasta el presente) para otros productos por la Oficina de Control de Activos Extranjeros ( OFAC ) del Departamento del Tesoro y la Oficina de Industria y Seguridad (BIS) del Departamento de Comercio”.

Por su parte, agrega el documento, la Ley de Reforma de Sanciones Comerciales y Mejora de las Exportaciones volvió a autorizar la exportación comercial directa (en efectivo) de productos alimenticios (incluidos los productos alimenticios de marca) y productos agrícolas de Estados Unidos a Cuba, independientemente del propósito, pero no de productos para el cuidado de la salud, los cuales siguen autorizados y regulados por la CDA.

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Exportación de productos agrícolas de EE. UU. a Cuba aumentó en un 91%

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MADRID, España.- De acuerdo a datos ofrecidos por el Consejo Económico y Comercial, las exportaciones de alimentos de Estados Unidos a Cuba se duplicaron durante el último año, a pesar del embargo.

A finales de octubre pasado, el valor de la exportación de los alimentos de producción agrícola de EE. UU. a la Isla fue de 22.271.632 de dólares, lo que representa un 91% más que en octubre de 2020 y un 501% más que en octubre de 2019, precisa el documento.

Las mayores exportaciones fueron de: Cuartos de pierna de pollo (congelados); Carne de pollo (congelada); Patas de pollo (congeladas); Fosfato de calcio; Arroz y Fruta.

La información del Consejo Económico también indica que desde diciembre de 2001, las exportaciones de productos básicos agrícolas y alimenticios de los Estados Unidos a la República de Cuba ascienden a 6.545.211.487,00 dólares.

En el reporte también se señala que la venta de estos alimentos está autorizada por la Ley de Reforma de Sanciones Comerciales y Mejora de las Exportaciones (TSREEA) del año 2000, que permite exportar de manera directa a Cuba desde Estados Unidos, cumpliendo determinadas condiciones, como el pago en efectivo y anticipado.

Según informó el Consejo Económico y Comercial, este reporte será ampliado muy pronto.

Con estas cifras, Cuba se convierte en el número 63 del mercado de exportación de alimentos agrícolas de Estados Unidos.

Además, se hace evidente que EE. UU. es uno de los principales abastecedores de alimentos para la Isla.

A finales de noviembre pasado, el régimen castrista volvió a culpar al embargo de impedir el pleno desarrollo socioeconómico del país.

“La persistencia de la política estadounidense de bloqueo atenta contra todos los cubanos sin importar el lugar donde residan”, expresó el director general de la Dirección General de Asuntos Consulares y Cubanos Residentes en el Exterior (Daccre), Ernesto Soberón Guzmán, en entrevista con el medio oficialista Juventud Rebelde.

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Exportaciones e importaciones en Cuba: el fracaso del modelo Malmierca

LA HABANA, Cuba. ─ Desde agosto de 2020 ha venido funcionando en Cuba el denominado modelo Malmierca de fomento de la exportación para los agentes privados. Hasta la fecha, no se han facilitado datos oficiales del impacto de este en el sector exterior. Tan solo aparecen informaciones fragmentarias relativas a contratos y ventas.

Conviene recordar que el modelo surgió por dos motivos. En primer lugar, para paliar la escasez de divisas en la economía como consecuencia de la parálisis del turismo. En segundo, situar al Estado como agente de control de las actividades del comercio exterior de los agentes privados, una vía para limitar el enriquecimiento.

El modelo Malmierca establece unos procedimientos para la exportación e importación por parte de las denominadas “formas de gestión no estatal”, a partir de la obligatoria prestación de servicios de comercio exterior por medio de empresas especializadas dependientes del Estado.

Este método tiene como referentes una serie de resoluciones, entre ellas la 315 del Ministerio de Comercio Exterior, que publicó el reglamento de las relaciones comerciales entre las entidades autorizadas a ejecutar actividades de comercio exterior y las formas de gestión no estatal, así como la resolución 112 del Banco Central de Cuba, que estableció el procedimiento para la apertura y operatoria de las cuentas corrientes en moneda libremente convertible (MLC).

El modelo establece una distribución en el negocio del comercio exterior donde el 80% del ingreso en divisas pase a manos del exportador, mientras el 20% restante el Estado lo entrega en moneda nacional. El mismo se abrió desde el primer momento a todo tipo de entidades privadas, cooperativas y trabajadores por cuenta propia; también para todas las formas de gestión no estatal, en sentido amplio, como pequeños agricultores que no son cooperativistas o usufructuarios de tierras estatales, artesanos o creadores. Cualquiera puede exportar con este modelo siempre que se respete la mediación estatal y el reparto de los beneficios del negocio.

La experiencia transcurrida desde entonces, en ausencia de datos oficiales, no permite constatar que se haya incrementado el comercio exterior del sector no estatal, y mucho menos que se diversifiquen los servicios y bienes a exportar. Y ello, a pesar de la sustanciosa devaluación de la moneda (en un 2 300%) como consecuencia de la Tarea Ordenamiento.

El modelo Malmierca fue rápidamente integrado en lo que se denomina plan de desarrollo nacional 2030 y en la estrategia económica para la recuperación post COVID-19. Sin embargo, al igual que las tiendas en MLC, parece el tipo de medida que desaparecerá tan pronto se normalice la captación de divisas en la economía.

No obstante, el régimen trata de hacer ver las cosas de forma distinta. Así, por ejemplo, Granma destaca las 42 las empresas estatales que han surgido (empezaron siendo 36) para mediar en los negocios de exportación e importación en Cuba. Según la versión oficial, estas agencias estatales ayudan a “no dejar desamparados a los agentes privados, y menos en cuando al apoyo para su conexión con contratos en el exterior”, cuando es justo lo contrario que estos demandan.

Para justificar el supuesto éxito citan los 2 457 contratos firmados con las empresas estatales destinadas a facilitar la exportación e importación de sus bienes y servicios, una cifra que, a todas luces, parece ridícula si se compara con el número de trabajadores por cuenta propia que existen en el país, más de 600 000 según la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI). De hecho, son muchos más los que acuden a informarse de las condiciones del modelo para exportar, y cuando son conocidas, más de la mitad se retira y aparca su deseo de abrirse al comercio exterior.

En cambio, lo que sí ha funcionado en el conjunto de contratos antes citado han sido las importaciones, ya que el 95% de los contratos han sido firmados para traer productos a Cuba del exterior. Justo lo que no quieren las autoridades, pero, al menos, reciben la comisión por la intermediación y las divisas correspondientes.

El control de las exportaciones e importaciones de los agentes privados del modelo Malmierca ha ido acompañado de sucesivas normas cuyo objetivo era facilitar el acceso al comercio exterior al sector no estatal, viendo que el plan no daba los resultados previstos en materia de promoción y diversificación de las exportaciones, sustitución efectiva de importaciones y obtención de recursos a través de créditos comerciales. Un buen ejemplo de la escasa atención del sector privado al modelo Malmierca se encuentra en el frente de las cooperativas no agropecuarias, que apenas se ha interesado por esta fórmula a fecha de hoy.

Una de las normas que más han llamado la atención por su voluntad de control ha sido el denominado “mapa territorial de las formas de gestión no estatal” identificadas con potencial para las exportaciones, en el que han ido trabajando los funcionarios del ministerio, y sobre el que existen dudas técnicas, pero, sobre todo, políticas, a la hora de constatar quien puede entrar a formar parte de ese mapa de oferta exportable. Observando los resultados del mapa en provincias como Pinar del Río, Granma y Las Tunas se ve que no están todos los que son, ni son todos los que están.

Sin embargo, existen evidencias del fracaso del modelo que van más allá de las consideraciones políticas. No se difunden datos oficiales, pero parece evidente que el objetivo de promover desde el Estado servicios con calidad exportable ─y que el proceso se haga rápido y se implemente con eficiencia─ no se ha cumplido, como tampoco que las importaciones sean más racionales y que se logren los encadenamientos con el tejido productivo.

La obligatoriedad en la firma de contratos para la prestación de los servicios ha sido otro factor que no ha funcionado por los costes asociados a las operaciones y los retrasos burocráticos. Y otro tanto se puede afirmar de la exigencia de que los agentes privados dispongan de cuentas corrientes en moneda libremente convertible, así como de cuentas en pesos cubanos. A ello hay que añadir el reducido número de bancos que ofrecen estos servicios.

Consultados algunos agentes privados que se han interesado por operar con este modelo, señalan como principal obstáculo la necesidad de llegar a acuerdos entre las partes; es decir, de un lado el Estado comunista con su agente intermediario, de otro, el operador privado interesado en comerciar con el exterior. La diferencia de poder entre ambos es tan grande que condiciona el resultado del acuerdo entre las partes, de antemano, con un lo tomas o lo dejas. La referencia que se exige para fijar el valor con respecto a los precios de la competencia internacional tampoco sirve por cuanto es ajena a la realidad de la economía cubana.

Cierto que Malmierca dijo allá por el mes de agosto del año pasado, cuando lanzó su modelo, que del ingreso percibido por la exportación solamente se descontaría “un pequeño margen comercial por la empresa estatal” y que habría que restar los gastos asociados a la operación. Según algunos informantes, en determinados casos esta “pequeño margen” se acerca al 40% de la operación, lo que deja al operador privado sin interés por el negocio. Cabe señalar que tras la deducción de comisiones y gastos, además, solo se permite retener un 80% en divisas, siendo obligatorio el depósito en la cuenta de la forma no estatal (quedado sometido a la situación de escasez de divisas y los certificados de depósito que inmovilizan los fondos), mientras que el resto iría a las cuentas en CUP. Con las importaciones viene a suceder algo parecido.

De modo que los ingresos en divisas de la operación que pasan al agente privado para su financiación o desarrollo son tan reducidos que no vale la pena el negocio. De hecho, para adquirir divisas el modelo indica que solo se pueden obtener con la propia exportación y el porcentaje que se retiene, mediante transferencias bancarias en moneda libremente convertible desde el exterior o desde bancos cubanos, donde haya cuentas con liquidez, incluidas Visa y MasterCard. A lo largo del tiempo se han reducido también los márgenes de aranceles para las mercancías importadas, pero la medida todavía resulta insuficiente.

Además, las tarjetas magnéticas que se expiden a los operadores privados con referencia a las cuentas en MLC tan solo se pueden utilizar para hacer extracciones de moneda nacional en efectivo, pero no para extraer moneda libremente convertible, pues se quiere bancarizar lo más posible el proceso y que no circule la divisa en efectivo.

Finalmente, otro ejemplo del fracaso del modelo Malmierca tiene que ver con su escasa relación con las inversiones extranjeras en Cuba. Para empezar, hay problemas conceptuales claros a la hora de tratar el comercio exterior como una actividad independiente de la entrada de capital foráneo en la economía nacional. Tratar de afrontar cada proceso yendo por sitios distintos, y con políticas poco coordinadas, es un grave error. Y esto es más o menos lo que sucede en Cuba.

La atracción de capital foráneo para el desarrollo nacional se ha visto frenada por la crisis del COVID-19. Algunas informaciones no oficiales cifran en más de un 40% la caída de las inversiones extranjeras durante 2020. El hecho de que la inversión extranjera que llega a Cuba no pueda formalizar de manera directa operaciones con los agentes privados es un factor que condiciona la relación entre capital extranjero y relaciones comerciales. Basta contemplar la denominada “cartera de oportunidades” que el régimen ofrece a los inversores extranjeros para constatar la ausencia de operaciones con agentes privados. El modelo Malmierca ha fracasado en el estímulo al capital extranjero. Y ello porque las entidades no estatales cubanas, pese a su deseo de involucrarse en la creación o el diseño de proyectos de inversión extranjera, no son autorizadas por el régimen a participar, tratando de drenar cualquier proceso de enriquecimiento privado.

Por otra parte, las empresas de capital extranjero que operan en la Isla desde hace tiempo no se han visto beneficiadas por la Tarea Ordenamiento, ya que su actividad no solo depende de una posible eliminación de las distorsiones presentes en la economía, sino de que se facilite realmente su negocio con la libre contratación de trabajadores cualificados o la repatriación automática de beneficios a las casas matrices. Es el caso de las importaciones que realizan estas empresas extranjeras procedentes de sus sedes centrales, que tendrán que asumir un tipo de cambio mucho más complicado tras la devaluación del peso.

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Cuba: el lujo de exportar y el reto de sobrevivir

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Puerto de Mariel (Foto: AP)

MADRID, España. – La devaluación implica para las empresas exportadoras la posibilidad de obtener más ingresos. Básicamente, porque podrán aumentar las unidades vendidas por un precio más favorable. El incremento de competitividad de la producción nacional es el efecto directo más relevante de cualquier devaluación. Dicho en otros términos: la economía nacional se abarata con respecto al resto del mundo. Sin embargo, los efectos no son tan directos, ni tan claros. Si no se consiguen, mal asunto.

La oferta exportable de una economía es un flujo de productos y servicios que continuamente cambia en función de las demandas internacionales y la especialización productiva del país. En un mundo globalizado, las empresas buscan sus suministros allí donde obtienen mejores condiciones de calidad y precio. La base exportadora de una nación se construye por las empresas con años de sacrificios, adaptación a las necesidades de la demanda internacional y compromisos de excelencia para no romper las cadenas de suministro o errar en la fijación de precios, sobre todo cuando se compite en mercados muy estrechos.

De modo que para que una devaluación aumente las exportaciones es condición necesaria, pero no suficiente, que exista esa base exportadora. En el caso de la economía cubana, históricamente, las empresas estatales se han concentrado en suministrar bienes y servicios al mercado interno, facilitando el abaratamiento de los precios por medio de subsidios, generalmente elevados, como consecuencia de los altos niveles de ineficacia (muchas ni siquiera alcanzan la escala técnica eficiente) con que operan estas empresas regidas con criterios políticos y no mercantiles.

Por otro lado, los pequeños emprendedores y productores agropecuarios independientes cubanos acaban de empezar la búsqueda de oportunidades en el comercio exterior, para lo cual tienen que ponerse en relación con las agencias intermediarias estatales para beneficiar al gobierno con la actividad exportadora privada. En todo caso, la oferta exportable cubana y su potencial de desarrollo a corto plazo se encuentran condicionados por los bajos niveles de utilización de la capacidad productiva con que operan las distintas actividades de la economía, la falta de tradición exportadora y un alejamiento provocado por el gobierno de los circuitos internacionales, donde tendía a primar la importación, y no la exportación. En cierto modo, para qué exportar si muchas empresas y sectores no son capaces de atender las necesidades del mercado interior.

Esta situación anómala con relación a las cuentas externas, que explica la tradicional posición deficitaria de la balanza de mercancías del comercio exterior cubano, no tiene que ver con la dualidad monetaria, como sostienen las autoridades, sino que es consecuencia directa del modelo social comunista que rige la economía desde 1959. Por supuesto, no es lo mismo competir en los mercados mundiales para colocar la oferta exportadora de un país que recibir todos los años un pedido concreto y cierto, a precios muy superiores a los de mercado, y limitarse a cumplir con lo ordenado. Esto marcó el destino de la economía cubana hasta 1991, cuando desapareció la Unión Soviética (URSS). Ningún otro país del mundo ha recibido una corriente de recursos financieros de esta magnitud a lo largo de la historia.

Por ello, no sorprende que los dirigentes comunistas cubanos señalen que otro elemento que es preciso tener en cuenta en la tarea ordenamiento es la sobrevaloración que tiene el cambio del peso cubano con respecto al dólar (1×1), por cuanto ejerce un efecto negativo en la economía de las empresas ya que supone abaratar las importaciones y encarecer las exportaciones.

Se han dado cuenta tarde, pero al menos lo han entendido. La coincidencia de un cambio irreal del peso con el dólar es lo que explica la generación de un círculo vicioso consistente en que el dinero que no se concede a los exportadores por sus ventas en el exterior sea utilizado de forma mayoritaria con el objetivo de abaratar las importaciones a los que no exportan y producen solo para el mercado interno. Un proceso que tampoco se puede atribuir a la dualidad monetaria, sino que es responsabilidad directa del control de cambios, una de las instituciones que se mantienen bajo la dependencia absoluta del estado y que en modo alguno el régimen se plantea cambiar.

Las autoridades consideran que con un nuevo tipo de cambio que refleje de forma más adecuada la posición del peso cubano -por ejemplo, 1 USD x 20 CUP- será posible corregir la distorsión provocada en el comportamiento del comercio exterior de las empresas. Y este tipo de cambio tiene que reflejar de forma correcta la situación comparativa de la economía cubana con la del resto del mundo; a saber, con la de EEUU.

Una forma de establecer dicha relación es utilizar los índices de precios relativos. Entre 1997 y 2018 es posible comparar la evolución del deflactor del Producto Interno Bruto (PIB) en Cuba y EEUU. En el primer caso, el crecimiento ha sido del 75,4%; en el segundo, del 48,5%. La distancia entre las dos evoluciones define una corrección cambiaria para asegurar el retorno a la situación inicial en 1997. Alrededor de un 30% sería el tamaño de esa devaluación compensatoria. Pero no parece que las autoridades se conformen con volver al punto inicial y lo más probable es que incrementen el porcentaje para dar más competitividad a la economía. Si se acierta con el tipo de cambio, en tal caso, las empresas exportadoras recibirán más dinero por vender sus productos en el exterior y, al mismo tiempo, sus costos disminuirán en caso de utilizar insumos nacionales. El régimen quiere que tengan más ingresos, eso está claro, si son capaces de exportar y hacerlo de forma continuada.

Sin embargo, nada asegura que esos ingresos se puedan destinar a las prioridades de las empresas, que es la cuestión de fondo a tratar. Los exportadores que salgan al exterior con éxito generarán más divisas, pero ¿quién será el beneficiario de ese esfuerzo? No parece que vayan a ser las empresas, ya que el control del mercado de cambios seguirá estando sometido al poder coercitivo del estado. Por ello, uno de los objetivos consiste en que los ingresos en divisas de las exportaciones se canalicen de forma directa a la empresa, privada o estatal, que los obtiene para que reviertan plenamente en su cuenta de resultados, y que la empresa haga uso de los mismos para atender sus prioridades. La idea es acertada, pero en el caso de las empresas estatales, dependientes de OSDEs y de mecanismos de control político que carecen de esa libertad de decisión, difícilmente se asumirán estas actuaciones con plena libertad. A pesar de lo que dicen las autoridades, la situación no va a cambiar y, por ello, el desánimo cundirá entre los exportadores.

Incluso, aunque todas las empresas exportadoras mejoraran su situación, y algunas duplicaran o triplicaran sus ingresos con el mismo nivel de actividad, no está claro que este resultado suponga necesariamente un aumento de los salarios de sus trabajadores. Inseguro de lograr dicho resultado, una vez más el gobierno prepara su intervención directa para lograrlo.

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Cubano gana USD 864 por exportar una tonelada de limones a España

Lázaro Rafael Fundora Hernández, Cuba, Limones, España

Lázaro Rafael Fundora Hernández (Foto: Trabajadores)

MIAMI, Estados Unidos. – El diario oficialista Trabajadores informó este lunes sobre la primera exportación agrícola hecha por un productor privado cubano como parte del nuevo mecanismo establecido para el sector no estatal.

La operación fue realizada por Lázaro Rafael Fundora Hernández, de la provincia de Mayabeque, quien exportó 1,08 toneladas de lima persa o limón hacia España a cambio de 864,33 dólares.

El campesino y su familia son dueños de una finca integral de frutales llamada La Esperanza, ubicada en el municipio de Madruga. Según el medio estatal, desde hace alrededor de tres años Fundora Hernández mantiene vínculos contractuales con la Empresa Frutas Selectas, entidad que lo representó ante el cliente europeo.

“Como ya teníamos un contrato, lo aprovechamos, reordenamos y acomodamos a la nueva legislación del Ministerio de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, y de otros organismos globales, que entró en vigor en agosto último, y comenzamos las gestiones para poder exportar”, explicó el campesino a Trabajadores.

Fundora Hernández señaló además que operaciones de este tipo son fundamentales para la recuperación de la economía.

“No solo es preciso alimentar al pueblo cubano, también el país requiere captar divisas en el exterior para que nuestra economía florezca y fructifique”.

Se espera que en los próximos días Fundora concrete una segunda exportación a otro país europeo, esta vez de aguacates.

“Y para el año que viene me propongo vender mucho más. Todo lo que pueda, lo voy a exportar, sin dejar de abastecer a mi municipio, que es una prioridad que siempre he tenido y seguido”, precisó.

Sin embargo, la polémica se hizo presente en el foro de la publicación, donde varios usuarios hicieron énfasis en la escasez de limones en el país, hecho reconocido por el propio gobernante cubano, Miguel Díaz-Canel.

“Es muy buena la noticia, pero primero hay que satisfacer la demanda interna del limón, que no hay ni en los centros espirituales, y si lo encuentras el precio está por las nubes. Esa no puede ser la fórmula. La fórmula tiene que ser primero satisfago la demanda interna del territorio o país y después exporto”, señaló uno de los foristas.

“Es triste ver como se exporta el limón y aquí en Cuba prácticamente se ha convertido en un cítrico exótico. Pienso que los ingresos de esas exportaciones sirvan para impulsar el desarrollo del limón en el país”, escribió otro usuario, identificado como Alex.

“¿Y la demanda nacional? ¿El pueblo trabajador no tiene derecho a consumir limonada?”, cuestionó José Oro.

En julio, autoridades del régimen cubano anunciaron que el sector privado de la Isla podría importar y exportar sus productos, pero solo a través de empresas estatales especializadas para ese fin.

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BioCubaFarma: Exportar o traficar con las necesidades del pueblo

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Cola en una farmacia de Santa Clara (Foto de archivo)

LA HABANA, Cuba. – Los gobernantes cubanos continúan obsesionados por aumentar las exportaciones. Esa actividad constituye un componente básico de la denominada “batalla económica”, una de las cuatro prioridades fundamentales -junto con el enfrentamiento a la “plataforma colonizadora del imperio”, la defensa del país y el ejercicio legislativo previsto en la Constitución- que han definido para el actual 2020.

En ese contexto han decidido aplicar un sistema de planificación más flexible -es decir, con menos indicadores directivos- a un grupo de ochenta empresas que se han destacado en la labor exportadora. Por supuesto, con el objetivo de que exporten aún más en el actual año. Aunque no lo manifiesten explícitamente, se trata de un reconocimiento a las trabas que supone el exceso de centralismo en la conducción de la economía.

En una dirección parecida clasifica la creación de las Empresas de Alta Tecnología (EAT), que tienen entre sus fines fomentar las exportaciones en el sector empresarial.

A propósito, se piensa que una de las primeras entidades que obtendrá la condición de EAT  sea el Grupo Empresarial BioCubaFarma, encargado de producir los medicamentos que necesita el país.

Hace poco BioCubaFarma celebró la asamblea de balance de su gestión en el 2019, la que contó con la participación del mandatario Miguel Diaz-Canel Bermúdez.  Trascendió que la producción durante ese lapso solo representó el 57% del cuadro básico de medicamentos que necesita el país. Lo anterior significa que en el año faltaron, como promedio, 47 fármacos, ocho de ellos de la tarjeta de control que poseen aquellos pacientes aquejados de enfermedades crónicas.

Sin embargo, al benjamín del poder pareció no preocuparle mucho esa situación. Toda su atención  se centró en la faena exportadora de BioCubaFarma, la que -según se dijo- cumplió su plan anual de exportaciones con la comercialización de más de 300 productos en 43 países.

Tras aseverar  que no hay ninguna organización cubana que produzca ese número de renglones y pueda exportarlos a tantas naciones, Díaz-Canel apuntó que “cuando uno comparte con ustedes y los escucha hablar de cómo han sorteado y vencido muchos obstáculos, uno se va soñando y con  mucho aliento. Nos tiraron a matar en 2019, pero BioCubaFarma está viva, con nuevos sueños, pensando en nuevas realizaciones”.

Aquí cabría la siguiente pregunta: ¿Estarían comprendidos en la relación de medicamentos exportados aquellos fármacos que faltan en el mercado interno, o que su escasa presencia provoca interminables colas en las farmacias del país? Todo hace indicar que sí.

Situaciones como esta de los medicamentos explican el porqué de la mala voluntad con que el cubano de a pie contempla con frecuencia las exportaciones que realiza el país, del mismo modo en que muchas veces ha rechazado los privilegios que disfrutan los turistas internacionales en las instalaciones hoteleras y recreativas. Porque cualquiera podría entender que Cuba precise de aumentar sus exportaciones o prestar servicios que generen ingresos en divisas, pero de ahí a hacerlo a costa de las necesidades de la población, va un trecho considerable.

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Exportaciones de China a Cuba caen a su nivel más bajo de la última década

(Foto: EFE)

MIAMI, Estados Unidos. – Las exportaciones de China hacia Cuba cayeron a $ 791 millones en 2018, su nivel más bajo en la última década, reveló la Oficina de Aduanas del gigante asiático.

Sumido en una alarmante crisis de liquidez, el país caribeño depende de las importaciones para gran parte de su consumo. La situación comenzó a agravarse en el año 2015, cuando la Isla comenzó a retrasarse en los pagos a proveedores extranjeros.

Un reporte de la agencia Reuters asegura que la situación en Cuba ha empeorado en la misma medida en que disminuyen los subsidios enviados por el régimen de Venezuela, aliado estratégico de La Habana.

La economía de Cuba se estancó aún más en los últimos años debido a las nuevas sanciones introducidas por la administración del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, destinadas a la inversión y financiación extranjera, el suministro de petróleo, el turismo y otras fuentes de ingresos.

China sigue siendo uno de los principales aliados políticos y socios económicos del régimen cubano, con inversiones en energía alternativa y financiamiento para el desarrollo en la industria ligera, las comunicaciones y otras áreas. Sin embargo, los datos de ese país mostraron que las exportaciones a Cuba habían disminuido de casi $ 1.9 mil millones en 2015 y $ 1.1 mil millones en 2018.

La Isla aún tiene que informar los datos comerciales del año pasado. En 2018, el último año para el cual hay datos disponibles, el régimen cubano informó exportaciones totales de bienes y servicios de $ 14.5 mil millones e importaciones de $ 12.6 mil millones.

El gobernante cubano Miguel Díaz-Canel, que asumió el cargo en abril de 2018, redujo las importaciones, impuso medidas de austeridad y pidió a las empresas estatales que pasen de una “mentalidad de importación a exportación”.

El régimen de La Habana informó por última vez que su deuda externa fue de $ 18 mil millones en 2016, de los cuales más de $ 5.5 mil millones fueron para proveedores. La deuda de Cuba con China se estima en miles de millones de dólares.

La disminución de las exportaciones chinas contrasta con la de Rusia y la Unión Europea (UE), otros dos socios económicos importantes donde las exportaciones han aumentado en los últimos años, según el gobierno ruso y las autoridades de la UE.

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