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Frank González, el hombre de las mil voces

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MADRID, España.- El 9 de abril de 2021 conmovió a los cubanos la noticia de la muerte del actor Frank González. Tras años alejado de los medios audiovisuales por motivos de salud, González falleció de infarto cerebrovascular, a la edad de 73 años.

Inmortalizado por dar voz y vida al mambí Elpidio Valdés, popular personaje de dibujos animados ideado en 1970 por Juan Padrón (1947-2020), Frank vocalizó otras creaciones de este caricaturista y guionista como Más Vampiros en La Habana; y del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC); entre no pocas, Filminutos y Matojo no nada, nada (1981, Manuel Lamar (Lillo)); además del doblaje en los animados extranjeros Mazinger Z y Voltus 5. No por gusto se le ha llamado el hombre de las mil voces.

Actor de la radio, la televisión, el teatro y el cine, trabajó en filmes como El otro Francisco (1974, Sergio Giral), En tres y dos (1985, Rolando Díaz), Baraguá (Jorge Massip, 1986), y Plaff o Demasiado miedo a la vida (1988, Juan Carlos Tabío). Se desdobló en obras como Los diez días que estremecieron al mundo, con el grupo Teatro Estudio; La cuadratura del círculo y Romance a Federico, en el Teatro Nacional.

De sus muchas reconocidas actuaciones en la televisión pueden citarse las de la versión de la novela Las ilusiones perdidas, de Honorato de Balzac; en las aventuras Los pequeños fugitivos (versión de 2001); en las telenovelas La séptima familia y Si me pudieras querer.

Quien comenzó como aficionado de grupos musicales y teatrales, pasó por diseñador de vestuario en el Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), y luego por cursos de actuación, llegó a recibir, entre múltiples reconocimientos, el Micrófono de la Radio Cubana, la distinción por la Cultura Nacional; el Premio ACTUAR por la Obra de la Vida (2016) conferido por la Agencia Artística de Artes Escénicas; y el Premio Nacional de Televisión en 2019.

Su “¡Hasta la vista, compay!”, en boca de Elpidio, seguirá resonando por mucho tiempo en generaciones de cubanos.




Elpidio Valdés y las votaciones del domingo en Cuba

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LA HABANA, Cuba. — Este viernes, una excelente crónica fechada en nuestra capital y publicada en este mismo diario digital, rememora Vampiros en La Habana y la saga del mambí Elpidio Valdés. El autor —anónimo, por desgracia— recuerda el lamentable deceso, hace tres años, de su brillante autor Juan Padrón.

En un párrafo digno de ser reproducido, el cronista destaca los indudables méritos del simpático personaje: “Sin sesgos ideológicos ni manipulaciones, Elpidio Valdés reivindicó la cubanía, el amor por la libertad y el respeto a los próceres de un modo más efectivo que cualquier perorata o discurso”. Padrón —creo— logró una verdadera hazaña intelectual: crear un material que es anticolonialista, pero no antiespañol.

Durante mis años de permanencia, como inquilino involuntario en las inhóspitas islas del “Archipiélago DGP” (Dirección General de Prisiones) castrista, tuve ocasión de constatar el extraordinario interés que la saga del coronel mambí despertaba en ese público tan problemático. Y conste que estoy hablando de los presos comunes que los carceleros castristas nos ponían como compañeros de infortunio.

Sucedía que esos ladrones, asesinos o violadores no sólo se ponían a ver sin falta los episodios creados por Padrón cada vez que los ponían por televisión. Es que se los sabían ya de memoria, y mientras se desarrollaba la aventura de turno, repetían en voz baja los diálogos que iban sosteniendo entre sí los diversos personajes de la serie.

Pero he aquí que en el asunto intervino el fatídico castrismo. Estamos hablando de una especie de Rey Midas, sólo que de signo inverso. Si el monarca original del mito griego transformaba todo lo que tocaba en oro, su grosero imitador de la tragedia cubana actual convierte todo aquello en lo que pone sus sucias manos en excremento.

Es el caso que, ante la popularidad de los episodios, a algún burócrata doctrinario del tenebroso Departamento Ideológico, en el Comité Central del único partido, se le ocurrió una idea peregrina: ¡hacer un largometraje en el que el coronel mambí, en alianza con determinados españoles, se enfrentaba a los yanquis! Fue así que surgió un bodrio asqueroso y antihistórico: “Elpidio Valdés contra dólar y cañón”.

Por supuesto que deploro que Juan Padrón haya prestado su talento, su pluma y los entrañables personajes de su autoría para esa cochinada; que haya cedido al chantaje comunista. Pero, para mí, ahí termina su responsabilidad en esa manipulación repulsiva. No me parece justo atribuirle a él toda la culpa de una trapisonda cuyos verdaderos ideadores son otras personas.

Ha querido la casualidad que, también este viernes, CubaNet haya publicado la noticia de unas declaraciones formuladas por un prominente anticastrista contra la farsa electorera que ha organizado el régimen de La Habana para el venidero domingo. En esta ocasión se trata del doctor Orlando Gutiérrez-Boronat, coordinador de la Asamblea de la Resistencia Cubana (ARC).

El dirigente del Exilio formuló su llamado en Montecristi, República Dominicana, ciudad memorable para nosotros los cubanos. Como se recordará, fue allí que, en 1895, los líderes político y militar de la Guerra de Independencia —José Martí y Máximo Gómez— firmaron el manifiesto en el cual se proclamaron, ante los cubanos y la opinión pública internacional, los fines de esa nueva campaña emancipadora.

En la nota informativa se recuerda una gran verdad: que lo que aspiraban a constituir nuestros próceres era “un país de hombres y mujeres libres que prosperaría por el arduo trabajar y la inteligencia de los cubanos”. Como puede apreciar cualquier observador objetivo, se trata exactamente de lo contrario a lo que, para desgracia de nuestra Patria, ha entronizado en ella el comunismo ateo y extranjerizante.

Durante estas últimas semanas se han sucedido los llamados de opositores y periodistas independientes a no acudir a los colegios electorales el domingo 26. Para ello se han esgrimido argumentos enjundiosos: el pantano maloliente en el que el castrismo ha sumido a Cuba, la catástrofe económica, la inflación insostenible, la emigración incontenible de jóvenes y de quienes no lo son, las lúgubres amenazas de “Continuidad”…

Pero, más allá de los argumentos políticos, esta vez yo quisiera retornar al difunto Juan Padrón. Me refiero a la deplorable anécdota de haber cedido a los planteamientos castristas y haberse prestado a perpetrar Elpidio Valdés contra dólar y cañón. Si reconocemos eso como una lamentable claudicación que empaña la valía de su obra, entonces es justo y necesario que los cubanos de a pie eviten imitarlo.

Pido a estos un acto sencillo: que no cedan al chantaje castrista. Ya señalé que este régimen convierte todo lo que toca en excremento. Las llamadas “elecciones de diputados” no pasan de ser otra faceta de eso mismo. Sería un contrasentido que un cubano decente y digno que esté en desacuerdo con lo que está pasando en su país, preste su nombre y su cara para convalidar esa mojiganga. ¿Por qué habría él o ella de meter sus manos en ese inmundo estercolero!

ARTÍCULO DE OPINIÓN
Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no necesariamente representan la opinión de CubaNet.




Juan Padrón ya no está, y Elpidio sigue de luto 

Juan Padrón

LA HABANA, Cuba. – Este viernes se cumplen tres años desde que una afección respiratoria terminara con la vida del historietista Juan Padrón, creador de incontables dibujos animados que acompañaron a varias generaciones de cubanos. Todos eran divertidos, ocurrentes y didácticos; pero quizás ninguno hizo reír tanto a los nacionales como “Vampiros en La Habana”, o logró cimentar el patriotismo como Elpidio Valdés. 

El valeroso y noble mambí, que apareció por primera vez en una historieta de samuráis titulada “Cachivache”, allá por 1970, conquistó el corazón de su autor desde el primer momento. Por ello tuvo su reino en el lugar donde se forjó la nación cubana: la manigua. Desde allí, cada una de sus aventuras contribuyó a estimular el interés de niños y jóvenes por la historia patria, sobre todo la etapa colonial y las luchas independentistas contra España.  

Sin sesgos ideológicos ni manipulaciones, Elpidio Valdés reivindicó la cubanía, el amor por la libertad y el respeto a los próceres de un modo más efectivo que cualquier perorata o discurso. Juan Padrón se las arregló para proteger al personaje del dogma que devoraba toda expresión artística justo en los años 70. Elpidio nació en el marco de la “parametración”, del Quinquenio Gris, de tantas cabezas rodadas y proyectos malogrados. 

En un escenario tan hostil, el mambí logró mantener su esencia, separando las décadas de lucha contra la Corona española, de eso otro que llaman “proceso único e ininterrumpido”, y que invariablemente termina en la figura de Fidel Castro y su funesta revolución. Tal vez por eso todos los cubanos quieren tanto al coronel Valdés, a María Silvia, Eutelia, Pepito e incluso a los panchos.   

Juan Padrón legó al pueblo cubano un símbolo incontaminado de lo que alguna vez fuimos. A tres años de su muerte, su hijo Elpidio sigue de luto por él y por Cuba. Sigue vivo en las caricaturas de otros autores que también aman a esta Isla, y lo representan como un cubano de estos tiempos, de ahora mismo, con un realismo que duele. Elpidio sigue dando machete, extenuado y con el cabello encanecido, mientras llega, por fin, la hora de la libertad. 




Elpidio Valdés: un mambí que no envejece en el corazón de los cubanos

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LA HABANA, Cuba.- Cuando Juan Padrón creó el personaje de Elpidio Valdés en el año 1970, no podía sospechar que el valeroso coronel mambí se convertiría en el animado cubano más famoso y querido por los nacidos en la Isla.

Grande fue la producción audiovisual de quien ha sido considerado como el padre de la animación en Cuba; pero las peripecias de Elpidio en su lucha incansable contra el poder colonial marcaron a varias generaciones de insulares. Son muchos los que todavía hoy, a pesar de haber visto tantas veces los mismos episodios, se quedan hipnotizados frente a la pantalla de sus televisores cuando la inconfundible música anuncia varios minutos de risas y recuerdos de la mano del mambí, la valiente María Silvia, el pícaro Palmiche, la respondona Eutelia y los divertidos militares españoles.

Elpidio Valdés
Protagonistas de Elpidio Valdés. (Ilustración: Juan Padrón)

 

Según varias fuentes, Juan Padrón eligió el nombre de su personaje a partir de las “Cartas a Elpidio”, escritas por Félix Varela, y le dio el apellido Valdés inspirado en Cecilia Valdés, novela cumbre de Cirilo Villaverde, símbolo de la resistencia criolla y el antiesclavismo en el siglo XIX.

Para escribir la mayor parte de las historietas que vieron la luz a través de la revista Zunzún, Juan Padrón tomó como referencia los “Relatos de la Guerra”, de José Miró Argenter, y “Mis primeros treinta años”, de Manuel Piedra Martel, miembro de la escolta de Bartolomé Masó, ayudante de campo del general Antonio Maceo y uno de los últimos hombres que habló con José Martí, el 18 de mayo de 1895, víspera de la caída en combate del Apóstol.

El realizador ofrece un mundo de ficción principalmente para niños, donde emplea humor e ingenio con el fin de resaltar el coraje de los cubanos alzados en una guerra desigual. De un lado, los escuadrones de artillería de la metrópoli, perfectamente equipados, y del otro las tropas mambisas descalzas, que hicieron de un instrumento de trabajo —el machete— su arma de guerra, símbolo imperecedero de las contiendas independentistas.

Juan Padrón legó a los cubanos un ícono de patriotismo que no tiene par en el imaginario colectivo de la nación. Elpidio Valdés y demás personajes que integran el Ejército Libertador, representan a los padres fundadores de la República de Cuba en Armas, a los campesinos, esclavos y gente humilde que se unieron a la lucha por la libertad.

Más de medio siglo después de su creación, los cortos y los tres largometrajes que relatan las aventuras de Elpidio Valdés ocupan el sitial de honor en cualquier colección de dibujos animados cubanos que se precie de serlo.




Los muñequitos, imprescindibles del imaginario popular cubano

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MADRID, España.- Los dibujos animados cubanos, conocidos como “muñequitos”, son una parte imprescindible del imaginario popular. Hoy en CubaNet recordamos algunos de los más disfrutados, con los que han crecido varias generaciones de cubanos.

Elpidio Valdés

Sin duda el personaje icónico de los dibujos animados cubanos es “Elpidio Valdés”, creado por el caricaturista y cineasta, Juan Padrón (1947-2020) y que apareciera por primera en febrero de 1970 en el semanario Pionero.

En 1972, Elpidio llega a las pantallas con la animación del personaje: Protagoniza tres largometrajes: Elpidio Valdés (ICAIC, 1979); Elpidio Valdés contra Dólar y Cañón (ICAIC, 1983) y Elpidio Valdés contra el Águila y el León. (ICAIC – Telemadrid, 1995); una serie de televisión: Más se perdió en Cuba y casi 30 cortometrajes.

Este coronel mambí, que “representa” a un héroe de las luchas de independencia de Cuba contra la colonia española, ha acompañado a generaciones de cubanos, que conocen de memoria sus más típicas expresiones como “¡Hasta la vista, compay!”, “La suya, por si acaso, míste” o “Corneta, toque usted `A degüello´”.

Entre los personajes coprotagónicos que acompañan o se enfrentan a Elpidio se encuentran Palmiche, su caballo; María Silvia, su novia y sobrina del Jefe del cuerpo de voluntarios; Eutelia, niña siempre junto a María Silvia; Pepito, el corneta de los mambises; Comandante Marcial, ayudante amigo de Elpidio; Pomarosa, vaca que ayuda a los mambises; Míster Chains, latifundista estadounidense; Media Cara, capitán de la contraguerrilla y su ayudante Cortico.

Muchas de las voces de estos personajes corresponden a los talentosos actores de doblaje Frank González, Irela Bravo, Carlos González y Teresita Rúa.

Elpidio Valdés

Guaso y Carburo

Este popular dúo de un perro y su mascota (otro perro) fue creado por el humorista Luis Castillo. Eran inicialmente parte de Los Quemarrisas, pero Guaso y Carburo se separan del resto de los personajes para tener sus propias aventuras, que consistían, fundamentalmente, en enfrentarse a piratas, ladrones y ratas malhechoras.

Entre los cortos de animación de estos personajes sobresalen: “Sofrito y Carburo contra los ratones”, “Ratón huevero”, “Guaso contra ratones”, “Almacén de Acopio”, “Guaso contra los piratas”.

El tema de estos animados pertenecía al reconocido jazzista estadounidense Herbie Hancock.

Ratones de Guaso y Carburo

Chuncha

La viejita Chuncha, creada por el historietista y guionista Gaspar González, representa a los cederistas cubanos.

Estrenado en 1966, al principio el personaje –miembro del CDR y la FMC- se limitaba a transmitir mensajes de cumplir con la guardia cederista o ahorrar la electricidad y el agua. En 1967 Chuncha estrena otra imagen, más humorística y con una duración de unos 10 minutos.

Siempre acompaña a esta señora su perro Cacharro, otro simpático personaje.

Tan popular como ellos es la frase “Alabao”, que pronuncia Chuncha en todos los capítulos.

Chuncha

Cecilín y Coty

No menos recordados son el niño Cecilín y su cotorra Coty, del ilustrador Cecilio Avilés. Este dibujo surgió como tira cómica en 1979 en el semanario Pionero, y en 1980 fue llevado al cine y la televisión.

En sus aventuras Cecilín y Coty protegen la naturaleza autóctona de Cuba y se enfrentan a delincuentes.

Entre los capítulos más populares se encuentra “Contra dos pillos”, en el que Coty es secuestrada por dos ladrones que la querían para adornar un cake y utilizarla en un robo. Cecilín se enfrenta a los ladrones y ayuda a la policía a atraparlos.

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Primera villa de Cuba: Baracoa, “presencia del mar”

Baracoa, Cuba

MADRID, España.- “Esta es la tierra más hermosa que ojos humanos han visto”, dijo el conquistador Cristóbal Colón al llegar a Cuba el 27 de noviembre de 1492 por la región de Baracoa, en la provincia de Guantánamo. 

Baracoa, que significa “presencia del mar” en lengua de los taínos (sus pobladores antes de la colonización), fue precisamente la primera ciudad fundada en la Isla.

Bautizada inicialmente como Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa por el conquistador español Diego Velázquez, se fundó el 15 de agosto de 1511. Fue también la primera capital y el primer obispado de Cuba.

Conocida también como la Ciudad Primada de Cuba, tiene unos 900 km2 de superficie, unos 82.000 habitantes y es una de las mayores reservas forestales de Cuba. 

Entre sus encantos sobresalen el contraste entre mar y montaña y la huella española que aún conserva en fortalezas como Matachín, la Punta o el Castillo. 

En la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción aún se encuentra la única cruz de madera que se conserva de las 29 que Cristóbal Colón clavó en su primer viaje. 

El 85 % del cacao que se consumía en la Isla salía de Baracoa, considerada la capital chocolatera de Cuba.

Uno de los caminos para acceder a Baracoa es el viaducto La Farola, una peculiar carretera entre montañas, con 11 puentes colgando al vacío y su punto más elevado está en el Alto de Cotilla, un parteaguas a más de 600 metros sobre el nivel del mar. 

Como otra de las curiosidades de esta ciudad, vale mencionar que es una de las pocas localidades de la Isla donde quedan vestigios de la población indígena, exterminada durante la colonización. 

Existe a 17 kilómetros de la ciudad de Baracoa una comunidad campesina denominada El Güirito, donde los rasgos de sus pobladores recuerdan a la fisonomía indígena. 

En Baracoa se encuentra el Parque Nacional Alejandro de Humboldt: el mayor atractivo de la Reserva de la Biosfera Cuchillas del Toa, elegido Patrimonio de la Humanidad. 

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Cincuenta y dos años de “Al machete y con la luz apagá”

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MADRID, España.- El personaje icónico de los dibujos animados cubanos, Elpidio Valdés, apareció por primera vez el 8 de febrero de 1970 en el semanario Pionero.

Su creador, el caricaturista y cineasta, Juan Padrón (1947-2020), en aquel año desarrollaba para Pionero la historieta sobre samuráis “Kashibashi”, en la que decidió incluir el personaje de un cubano (Elpidio).

Según explicó Juan Padrón, considerado el padre de la animación cinematográfica en la Isla, le “gustó tanto trabajar este cubanito que cambió el guion”, haciéndolo protagonista.

Decidió llamarlo Elpidio Valdés en alusión a la novela costumbrista de Cirilo Villaverde, Cecilia Valdés.

En 1972, Elpidio llega a las pantallas con la animación del personaje: Protagoniza tres largometrajes: Elpidio Valdés (ICAIC, 1979); Elpidio Valdés contra Dólar y Cañón (ICAIC, 1983) y Elpidio Valdés contra el Águila y el León. (ICAIC – Telemadrid, 1995); una serie de televisión: Más se perdió en Cuba y casi 30 cortometrajes.

Este coronel mambí, que “representa” a un héroe de las luchas de independencia de Cuba contra la colonia española, ha acompañado a generaciones de cubanos, que conocen de memoria sus más típicas expresiones como “¡Hasta la vista, compay!”, “La suya, por si acaso, míste” o “Corneta, toque usted `A degüello´”.

Entre los personajes coprotagónicos que acompañan o se enfrentan a Elpidio se encuentran Palmiche, su caballo; María Silvia, su novia y sobrina del Jefe del cuerpo de voluntarios; Eutelia, niña siempre junto a María Silvia; Pepito, el corneta de los mambises; Comandante Marcial, ayudante amigo de Elpidio; Pomarosa, vaca que ayuda a los mambises; Míster Chains, latifundista estadounidense; Media Cara, capitán de la contraguerrilla y su ayudante Cortico.

Muchas de las voces de estos personajes corresponden a los talentosos actores de doblaje Frank González, Irela Bravo, Carlos González y Teresita Rúa.

Frases más populares del dibujo animado

  • Ese maldito manigüero pillo insurrecto mambí
  • La suya, por si acaso, míste
  • ¡Hasta la vista, compay!
  • ¡Ay, mamacita qué dolor! ¿Y a ti qué te duele, Pelirroja? A mí ná, estoy traduciendo, ¿no?
  • ¡Maldito mambí, en la próxima aventura lo voy a hacer picadillo!
  • Corneta, toque usted “A degüello”
  • ¡Qué susto, Josú!
  • ¡Sssssepa, usted!
  • ¿Quién llamaba a Elpidio Valdés? / Ette que ‘ta acá atrá’
  • Caballero, al machete y con la luz apagá

Las aventuras del Elpidio Valdés, con mucha acción y situaciones humorísticas, muestran una parte de la historia de Cuba, alejadas del acostumbrado didactismo; razones entre muchas otras que hacen que la mayoría de los cubanos se sientan identificados.

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Fallece el actor Frank González, la voz de Elpidio Valdés

MIAMI, Estados Unidos. – El actor cubano Frank González, célebre por ser la voz del personaje de dibujos animados Elpidio Valdés, falleció en la madrugada de este viernes en La Habana, a causa de un infarto cerebro vascular, según informó el portal web de la Televisión Cubana.

González, de 74 años al momento de su deceso, se convirtió en la voz de decenas de personajes animados creados por el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC).

Tras la noticia de su fallecimiento, la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) recordó que, a lo largo de su extensa carrera artística, González incursionó en la televisión, la radio y el cine. “Su versatilidad y magistralidad será siempre recordada en los múltiples personajes que interpretó en diversas series y programas dramatizados. Pero, sin dudas, el que lo inmortalizará en todos los públicos es el personaje infantil de Elpidio Valdés”, apuntó el gremio oficialista en su página de Facebook.

Sobre su trabajo como Elpidio Valdés, el propio Frank había reconocido en una entrevista: “No es solo tener habilidad para cambiar la voz sino para darle vida a un personaje a partir de una caricatura (…). Es comenzar a probar en un micrófono hasta encontrar la voz, el timbre que funciona, las características sonoras que debe llevar el personaje a partir de sus cualidades físicas y psicológicas; yo diría que es casi innato”.

Al inicio de su carrera, el actor se desempeñó como aficionado en grupos musicales y de teatro. Poco después, comenzó a trabajar como diseñador de vestuario en el Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT) y matriculó en varios cursos de actuación, también recordó el portal de la TV Cubana.

Por su amplia carrera y sus logros, en octubre de 2020 González recibió el Premio Nacional de Televisión 2019.

A petición de sus familiares, sus restos mortales serán cremados, precisó la UNEAC.

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Muere Juan Padrón, el creador de Elpidio Valdés y Vampiros en La Habana

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Juan Padrón (foto: Facebook)

MIAMI, Estados Unidos. – El caricaturista, realizador de dibujos animados, historietista y director de cine cubano Juan Padrón Blanco falleció este martes 24 de marzo en La Habana a causa de una enfermedad pulmonar, según informó su propio hijo, el realizador audiovisual Ian Padrón, en su muro de Facebook.

“Nuestro amado padre Juan Padrón acaba de pasar a la posteridad a las 5:20 a.m. de hoy día 24 de marzo de 2020″, informó su hijo. “‘El último mambí’ batalló durante 20 días y se va lleno de amor y tranquilidad”, también precisó.

Ian Padrón agradeció “a todos los médicos, amigos y admiradores que durante estos días han mostrado su cariño y admiración por este gran artista que es parte ya de la cubanía y la independencia de Cuba”.

“Te recordaremos siempre como el ser humano más simpático, humilde y genial que conoceremos en nuestras vidas. Gracias por Elpidio Valdés, por los Vampiros en La Habana y por sobre todo ser un padre y esposo tan noble y amoroso. ¡Hasta la vista, compay!”, se despidió Ian, usando la misma fórmula que Elpidio Valdés, el personaje más célebre creado por su padre.

Una semana atrás Ian Padrón había esclarecido en Facebook que su padre se mantenía en “estado grave pero estable” y que todas las pruebas a infecciones virales habían dado negativas. “Nadie considera que sea coronavirus”, señaló el cineasta.

A lo largo de su carrera artística Padrón, de 73 años, ganó importantes reconocimientos, incluidos ocho Premios Coral del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana. En 2004 le fue conferido el Premio Nacional de Humor y en 2008 recibió el Premio Nacional de Cine.

Juan Padrón nació en enero de 1947 en Matanzas. Además de los célebres Elpidio Valdés y Vampiros en La Habana (un clásico de su género en Cuba) fue el creador de las series de animados humorísticos Filminuto y Quinoscopio.

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Manipulan imagen de Elpidio Valdés a favor del Sí por el referendo

Imagen de Elpidio Valdés por el Sí en el referendo constitucional. Foto Facebook

MIAMI, Estados Unidos.- El régimen cubano no repara en utilizar cuanto símbolo nacional existe en pos de su campaña por el Sí al referendo constitucional. ¿Lo nuevo? Nada menos que el icónico animado de Elpidio Valdés.

En un cartel diseñado con la bandera cubana de fondo, el héroe mambí y su inseparable Palmiche, en saludo de guerra responden a la pregunta “¿Ratifica usted la Constitución de la República?” con un “Claro que sí, compay!!!”

La viñeta fue publicada por Henry Omar Pérez Yera en su perfil de Facebook, y Yera, quien radica en Santa Clara, se presenta como el Presidente de la Comisión Electoral.

Al respecto, Cibercuba contactó a Ian Padrón, cineasta e hijo de Juan Padrón, el creador del animado cubano, quien respondió a nombre de su padre: “No tengo ni idea de dónde salió esta imagen”, y agrega, “Creo que es utilizar a un personaje muy popular como Elpidio Valdés, pero fuera de contexto”.

Padrón hijo, quien reside en la ciudad de Miami, también aseguró a Cibercuba que la utilización o manipulación del dibujo animado ha sido denunciada por él fuera de la isla:

“Esto ya ha sucedido antes sin contar con la aprobación de mi padre Juan Padrón, y sucede no solo dentro de Cuba. Este símbolo de la cubanía que es Elpidio, también se ha tergiversado inconsultamente fuera de la isla, para expresar puntos de vista muy personales de cada cual. En fin, el mar… Elpidio Valdés está a punto de cumplir 50 años y sigue vivo en el imaginario común de los cubanos dondequiera que vivan y piensen como piensen”.

La fuerte campaña propagandística con la que el régimen llama a los cubanos a votar por el Sí se hace presente en las actuales transmisiones televisivas de la Serie Nacional de Béisbol, en redes sociales, y en contenido propagado en “La Mochila”, un compendio multimedia estatal que busca contrarrestar “El Paquete Semanal”.

Así mismo, la empresa ETECSA comenzó a bloquear los mensajes cuyos textos contienen las frases “#YoVotoNo” o “#YoNoVoto”, aunque sigue cobrando su envío a 0,09 CUC.