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Impiden a periodista independiente salir de su casa para que no documente las elecciones

Reportero Osniel Carmona Breijo

La Habana. El periodista de CubaNet Osniel Carmona Breijo fue acosado este sábado 25 de marzo por un oficial de la Seguridad de Estado (SE), quien amenazó con apresarlo si volvía a salir de su domicilio durante el resto del día o en la jornada siguiente, fecha en que el régimen celebra elecciones parlamentarias.

Según informó a CubaNet el propio periodista, el miembro del cuerpo represivo lo abordó en plena calle a pocos metros de su vivienda, cuando retornaba de comprar algunos alimentos. “Sin presentarse me dijo que si en las jabas no llevaba de todo estaba embarcado, porque hasta el lunes no podía salir de la casa”, aseguró.

De acuerdo con su reporte, aunque el oficial no quiso admitir el propósito de la limitación de movimiento, de manera indirecta confirmó que la medida estaba encaminada a garantizar que Carmona Breijo no pudiera divulgar parte del acontecer citadino durante “las elecciones”.

“No te vamos a permitir que estés por ahí haciéndote el documentalista, si vuelves a salir hoy o mañana vas de cabeza para la estación. Esto es una cosa seria, no estamos para payasos como tú. Tú elijes: casa o calabozo”, cuenta Carmona Breijo que le aseveró el oficial de la SE. El represor también lo últimó con que pronto llegaría la hora del reportero.

El periodista amplía que no pudo lograr que el represor se identificara, a pesar de insistir. “Siempre respondía lo mismo, que no necesitaba presentación porque yo sabía perfectamente quién era él”.

Entre las advertencias lanzadas, el oficial mencionó el arresto sufrido por el comunicador el 19 de febrero pasado, cuando grababa la Feria Internacional del Libro de La Habana.

En aquella ocasión fue amenazado con enfrentar una sanción de 7 años por difundir propaganda enemiga.

Asimismo, lo convidó a abandonar el país de manera voluntaria para evitar unas supuestas represalias que se preparan en su contra. En los últimos tiempos la misma táctica ha sido usada para coaccionar a varios miembros del gremio.

“Para mí el periodismo es una profesión, un modo de vida y también mi hobby favorito. Con el tiempo entiendes que estás atado a un compromiso ético y moral, al deber de seguir destapando aquellas cuestiones que, intencionalmente o no, permanecen ocultas y dibujan la realidad de muchas personas. No tengo intenciones de ceder ante eso”, resaltó.

Por último, Carmona Breijo hizo un llamado de alerta a la comunidad internacional en el que responsabiliza al régimen de cualquier acción negativa en contra suya o de su familia.

“Todos sufren. L familia muchas veces siente en la nuca esa respiración tóxica de los represores, o llora por dentro ante los abusos a los hijos, a los nietos. Muchas veces también se fragmenta”, puntualizó.

La represión contra Osniel

A finales de abril del pasado año, el reportero fue detenido en las afueras del Parque Infantil La Mariposa, perteneciente al complejo Parque Lenin del municipio Arroyo Naranjo, donde tomaba imágenes para un trabajo periodístico.

En ese entonces, Carmona Breijo fue trasladado a la Novena Unidad de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), en San Miguel del Padrón, donde permaneció aproximadamente 18 horas encerrado en una habitación de apenas dos metros cuadrados, sin luz ni ventilación.

“La sensación de claustrofobia y de asfixia fue enorme, incluso sentí alivio cuando entraron los oficiales de la Seguridad de Estado (SE). Pensé que después del interrogatorio y las amenazas seguro me pasarían a un calabozo común, y con suerte me pondrían en libertad ese mismo día”, detalló el periodista, quien amplía que es la segunda ocasión en que es llevado a la misma unidad de la PNR.

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Ilegítimas, baja participación y activistas detenidos: así van “las elecciones”

Elecciones, Cuba, Asamblea de la resistencia, farsa electoral

CDMX, México. –Hoy el gobierno cubano celebra las elecciones de delegados a las Asambleas Municipales del Poder Popular. El pronóstico es que 8 millones de ciudadanos y ciudadanas acudan a las urnas. Con estas votaciones inicia el ciclo electoral que acabará con la renovación del Parlamento y la elección (o reelección) del presidente de la República.

Cubanet resume tres ideas que debes conocer sobre “las elecciones” de hoy.

Son ilegítimas

El observatorio Transparencia Electoral que ha estudiado el sistema de elecciones cubano ha declarado estas elecciones como ilegítimas y estos son los motivos:

1. El sistema electoral está diseñado para que el Partido Comunista (PCC) controle todo el proceso e impida la libre participación.

Según las propias cifras oficiales el 70 por ciento de los candidatos que hoy serán votados pertenecen al PCC (el único partido legal en Cuba).

2. En teoría, en el nivel municipal cualquier persona puede postularse. Sin embargo, las asambleas de nominación, de las que resultan los candidatos a delegados municipales, se celebran a mano alzada para obstaculizar candidaturas opositoras.

Para esta jornada la plataforma opositora “Consejo para la Transición Democrática en Cuba”, confirmó que solo uno de sus siete candidatos para postularse en el proceso fue nominado para ser votado. Mientras que a tres que no se les permitió presentarse.

Esto, por supuesto, no es una práctica nueva. En 2018 el opositor José Díaz Silva fue arrestado al salir de su casa para impedir su participación en la nominación de diputados. Tres activistas mujeres intentaron presentarse como candidatas y no se les permitió: María Elena Mir, Elsa Litsy Isaac y Susleydis Pérez Velázquez.

Hasta hoy ningún candidato de la oposición ha resultado electo.

3. Las y los cubanos pueden votar, pero no elegir, ya que en la boleta solo están las candidaturas que seleccione el PCC. El omnipotente dios que permite o no todo en Cuba.

 

Criminalizan la observación independiente

Varios activistas cubanos que pretendían ejercer la observación electoral fueron impedidos de llegar a los colegios.

Hoy en la mañana, la casa de Marthadela Tamayo y Osvaldo Navarro amaneció sitiada. La policía política les advirtió que no se atrevieran a salir. El escrutinio lo tenían prohibido. La activista María Mercedes Benítez también denunció una situación semejante. Ayer Benítez fue detenida en la mañana cuando recorría algunos colegios electorales. La liberaron casi cuatro horas después.

Cuba está en el último lugar del Índice de observación electoral de América Latina de Transparencia Electoral, en la categoría de  observación electoral fallida.

Baja participación ciudadana

Desde las siete de la mañana abrieron los 23 mil 480 colegios electorales habilitados en todo el país. Sin embargo para las 11,  apenas habían votado cerca del 19 % de los electores. Esta cifra está 10 puntos por debajo del reportado a la misma hora en los comicios de 2017.

Un reporte de la agencia EFE describe así el panorama que hoy observaron al recorrer los colegios:

“Cuando abrieron los colegios electorales en Cuba para las elecciones municipales de este domingo había una fila más larga en una panadería que en el centro de votación de la capital que se encontraba a unos metros de ahí”.

Para estos comicios la oposición ha llamado a no votar como muestra de que no se respalda al sistema político.




 Votaron para que todo siga igual

eleccionesLA HABANA, Cuba. — El domingo 19 de abril los que votaron en las elecciones de delegados municipales del Poder Popular lo hicieron bajo la compulsión  acostumbrada. Votaron, quiéranlo o no, para que todo siga igual y con “la misma gente”. O sea, “esta gente”, como dicen muchos cubanos para referirse al régimen.

A la mayoría no le importa la votación. Sus más caros y preciados intereses son la comida y el dinero necesario para adquirirla.

Tengo unos vecinos que viven en una miseria de espanto. La más joven, que era muy bella, consiguió casarse con un italiano y se mudó para Génova. Hace unos años, cuando vino de visita a Cuba, compró regalos y les trajo  euros. Pero  esa familia no usó ese dinero para comprar muebles ni arreglar la desvencijada vivienda: lo usó para comprar un equipo de música.  En la actualidad, mitigan el hambre  con música atronadora, que escuchan mientras beben ron o cualquier alcohol  barato.

A menudo sacan las bocinas para el portal. Para que se sienta la música en todo el barrio. Las sacan cuando es el cumpleaños de alguno de ellos, el Día de las Madres, el fin de año o cualquier día que hay algo que celebrar. Y también cuando hay alguna fiesta de la revolución o eso que llaman elecciones.

El pasado domingo, ya desde antes del mediodía, mis vecinos sacaron las bocinas y pusieron la música. Si es que a eso se le podía llamar música. Ellos fueron de los primeros en votar. “Para salir rápido de esa mierda”, me comentaron. Votaron por cualquiera de los candidatos. Les daba lo mismo. Después terminaron el día con reguetón y alcohol barato.

Mis vecinos hablan horrores de “esta gente”, dicen que no le deben agradecimiento alguno, pero no se señalan dejando de votar y exigen cada vez que las necesitan para algo, las certificaciones de recomendación que otorga  el CDR a “los que cumplen  con las tareas de la revolución”.

La compulsión, la extorsión y el chantaje, son los mecanismos para disponer de  membresía masiva en los CDR, la FMC, la CTC y las demás organizaciones oficialistas que él régimen presenta como “sociedad civil”. La represión, siempre presente, completa el cuadro de la unanimidad necesaria.

Ese fue el panorama del domingo 19 de abril en las circunscripciones abiertas a los comicios convocados para delegados de las asambleas municipales a lo largo de toda Cuba.

Las biografías de los candidatos estuvieron con los errores ortográficos de costumbre a la vista de todos sin que a casi ninguno les interesara leerlas. Quizás con un poco de más discreción que en otras oportunidades, los PC (personas de confianza del partido único)  indicaron por quien se debía votar.

Según las cifras oficiales iniciales, votó el 85% de los electores inscritos. Luego rectificaron y aumentaron un poco: 87,30%.  Suponemos que el verdadero porciento de abstención haya sido bastante más elevado. Ya el gobierno no se atreve a hablar de más del 97 % de participación, como hacía hasta hace unos años.

Que haya de un 13 a un 15% de abstención puede resultar normal en otros países, pero en Cuba es bastante significativo: aquí solo dejan de ir a votar los que están abiertamente en contra del régimen.

No responder a la convocatoria a la votación implica pérdidas que no todos están dispuestos a asumir. Quien trabaja para el estado patrón, omnipresente, omnipotente y omnisciente, puede perder el empleo. Quien sea cuentapropista puede perder su licencia. Quien viva en el limbo de la ilegalidad tolerada, como los listeros de bolita o los vendedores de algo sustraído por alguien, tendrá que enfrentar a la policía.

En estos términos, lo mejor es ir temprano a votar y no buscarse problemas.  “¡Total, si todo va a seguir igual!”, es el consenso general. Nadie quiere buscarse problemas y no acudir a las urnas es ciertamente buscarse grandes y muy serios problemas.

Mi vecina Nelly, cuando supo que no fui a votar y le volví a  aclarar que no quiero irme de Cuba, me dijo: “¡Ustedes, los periodistas independientes y los disidentes se van a quedar solitos con los factores! ¡Qué va, hay que irse, no hay más ná!”

Se trata de una verdad desoladora. Especialmente si se trata de jóvenes. Como Nelly. Casi ningún joven tiene planes  para el futuro en Cuba. Todos aspiran a irse. A cualquier sitio. En avión o en balsa, con pasaporte o sin él. No quieren más compartir el aire con “esta gente” que no deja vivir. Mucho menos traer hijos a este ambiente viciado. Entonces, Cuba languidece, envejece, se muere de inmovilismo.

El domingo 19 de abril  se votó para que todo siga igual, lo que no solo quiere decir mal, sino peor.

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