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Rusia desafía a EEUU: “Deben dejar la histeria y aceptar la anexión de Crimea”

rusia desafia a EU“¿Qué podemos recomendarles a nuestros colegas estadounidenses que hagan? Pasen más tiempo al aire libre, practiquen yoga, sigan dietas de combinación de alimentos, tal vez miren alguna comedia en la televisión”, ironizó el viceministro de Relaciones Exteriores, Sergei Ryabkov a la agencia de noticias Interfax. “Esto sería mejor que terminar agotado y agotando a otros, sabiendo que el barco ya ha zarpado. (…) Los berrinches, los llantos y la histeria no ayudarán”, agregó.

El vicecanciller de Vadimir Putin dejó de lado las declaraciones diplomáticas a las que el ministro de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, tenía acostumbrada a la prensa local e invitó a EEUU a aceptar que “Crimea es parte de Rusia”

“Los berrinches y los llantos no ayudarán”

La anexión de la región ucraniana de Crimea a Rusia el mes pasado profundizó la peor crisis entre Oriente y Occidente desde que la Guerra Fría culminó hace más de dos décadas. Occidente impuso sanciones a funcionarios y empresarios que se cree que tienen vínculos cercanos con el presidente Vladimir Putin. Muchos de los afectados se burlaron de las sanciones, hasta se ufanaron de recibirlas, pero éstas también irritaron a Moscú, donde funcionarios han advertido que Occidente sólo estaba perjudicándose a sí mismo.

Las polémicas declaraciones se dieron luego de que funcionarios estadounidenses revelaron que Washington había agregado a la agencia espacial NASA a una lista de instituciones que tienen prohibido contactar a enviados del gobierno ruso, un gesto mayormente simbólico, para elevar la presión sobre Rusia.

Para Ryabkov, ese tipo de congelamiento de los contactos bilaterales provocó “situaciones ridículas”, como la cancelación de reuniones entre meteorólogos de ambos países.

Un referendo celebrado el mes pasado en Crimea, después de que soldados rusos tomaron el control de la región de mayoría rusa, resultó en un apoyo abrumador a la unión con Rusia; pero la votación fue denunciada por Washington y la Unión Europea como una farsa equivalente a una toma de territorio. 

Rusia intervino en Crimea después de la destitución del presidente ucraniano Víktor Yanukovich, luego de enfrentamientos letales entre la policía antidisturbios y manifestantes que intentaban revocar su decisión de desechar un acuerdo comercial y de cooperación con la Unión Europea a cambio de cultivar relaciones más estrechas con Moscú.

 




Crimea: una aventura peligrosa

Jovenes envueltos en banderas rusas en Sumferofol, Crimea

LA HABANA, Cuba. – Una vez más la propaganda de los “socialistas del siglo XXI” se ha alineado con las políticas adoptadas por uno de sus líderes extranjeros predilectos: En esta oportunidad, Vladimir Putin. La cobertura noticiosa dada en los países de la ALBA a los recientes sucesos de Crimea, deja traslucir las simpatías izquierdosas por la secesión de esa península y su incorporación a Rusia.

En realidad, no están claras las razones para que esos señores se identifiquen con un régimen corrupto, oligárquico y mafioso como el que encabeza en Moscú el ex coronel de la tenebrosa KGB. Es probable que el carácter de Rusia como hipotética alternativa al poder de Estados Unidos sea la que explique ese contubernio.

En Cuba, los medios de propaganda oficialistas, al cubrir ese tema, ponen de manifiesto que ven la secesión con muy buenos ojos. El pasado lunes, por ejemplo, la Mesa Redonda difundía las declaraciones de una madre rusa residente en la mencionada península, que expresaba sus simpatías por ese proceso.

Con el mayor desparpajo, la buena señora afirmaba que todo eso era necesario porque, en caso contrario, ella y sus hijos corrían un “peligro real” de ser asesinados. Como no existe antecedente alguno de “limpieza étnica” en Crimea, la dama igual hubiera podido hablar del riesgo objetivo de que un aerolito cayera sobre su cabeza.

Parece evidente que quienes de manera tan alegre se han puesto a apoyar esta aventura política, no han meditado sobre los nefastos precedentes que le sirven como marco de referencia. Tampoco han sopesado las implicaciones diversas, contradictorias y nada halagüeñas que ella ofrece.

En el plano histórico, lo primero que acude a la mente es la actividad pre-bélica de Adolfo Hitler. También el funesto Führer presentaba a sus vecinos reclamaciones territoriales basadas en argumentos étnicos. Un ejemplo es la población de la región fronteriza de los Sudetes, en Checoslovaquia, que en los años treinta del pasado siglo era de habla alemana en su gran mayoría.

En base a esto, los nazis y sus partidarios en esa provincia, encabezados por el títere Konrad Henlein, escandalizaban hablando de las supuestas “atrocidades” perpetradas contra ellos por los checos. Como se sabe, todo aquello terminó con el desmembramiento del país y la anexión de los Sudetes al Tercer Reich. Al año siguiente comenzó la Segunda Guerra Mundial.

Por consiguiente, si quienes ahora apoyan la anexión de Crimea a Rusia desean tener un mínimo de coherencia, deberían aplaudir el antecedente histórico del bochornoso Pacto de Múnich. Y también el anterior zarpazo de Putin, al apoderarse del territorio georgiano de Osetia del Sur. A nivel mundial, este otro despojo sólo recibió el apoyo de Daniel Ortega, el gran despistado nicaragüense.

Manifestantes pro rrusos bajo estatua de Lenin

Según datos oficiales, la idea de independizar a Crimea de Ucrania e incorporarla a Rusia, obtuvo en el reciente referendo el respaldo del 96,7% de los votantes. Si esto es fundamento suficiente para justificar ese rediseño de las fronteras entre ambos países eslavos, ¿no deberíamos pensar entonces que el 99,8%  de apoyo que los habitantes de las Islas Malvinas otorgaron a su permanencia bajo la bandera británica justifica la renuncia argentina a sus pretensiones sobre ese territorio!

La aventura alentada por Vladimir Putin entraña una serie de consecuencias adversas para él mismo y su gobierno. Entre ellas, la posible erosión del apoyo popular al actual inquilino del Kremlin y el bajón sufrido ya en los mercados bursátiles por el rublo y las acciones de compañías de Rusia.

A lo anterior se suma que los actuales aliados de este país (por ejemplo, antiguas repúblicas soviéticas como Kazajstán y Bielarús) rechazan la medida. Razón tienen para adoptar esa posición, pues en todas ellas existen importantes poblaciones rusófonas, que pudieran convertirse en foco de situaciones análogas a la de Crimea.

A más largo plazo, la actual política del Kremlin denota un grado de aventurerismo difícil de superar. Si algún país debería andar con pies de plomo en estos asuntos es justamente Rusia. El gigantesco estado eurasiático alberga en su territorio gran número de etnias diversas, muchas de las cuales son mayoritarias en sus respectivas regiones.

Tatarstán, por ejemplo, cuenta con más de tres millones de habitantes (una población mayor que la de Crimea). Otras repúblicas autónomas han dado muestras de su voluntad separatista; Chechenia y el abigarrado Daguestán son los mejores ejemplos. En una palabra: Putin está abriendo una verdadera Caja de Pandora.

Ojalá surtan efecto las medidas adoptadas por la Unión Europea y los Estados Unidos para conjurar las ansias expansionistas de la oligarquía moscovita. Esperemos que en el Kremlin prevalezcan las mentes más lúcidas.




Rusia la superpotencia pobre

Putin mapaLa actuación rusa en Crimea exuda toda la firmeza, ambición y pompa de una potencia imperial. Una acción militar sin complejos; discursos grandilocuentes en la espléndida sala de San Jorge del Kremlin; indiferencia desafiante ante las amenazas de represalias de Occidente: todas las piezas parecen encajar en el mosaico imperial. Pero por debajo de esas demostraciones de fuerza subyace una realidad llena de fragilidades.

El PIB de Rusia (dos billones de dólares) es, en la actualidad, del mismo tamaño que el de Italia, un país económicamente estancado desde hace lustros, políticamente paralizado y sustancialmente irrelevante a escala global. Las titánicas ambiciones del Kremlin viven en un cuerpo económico relativamente menudo: una cuarta parte del PIB chino; una octava del estadounidense.

Naturalmente, varios elementos sitúan a Rusia en otro planeta geopolítico con respecto a Italia. Un aterrador arsenal nuclear; unas fuerzas armadas vetustas en ciertos aspectos, pero poderosas y en vías de renovación; poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU; extraordinarias reservas energéticas; la profundidad estratégica que ofrecen los lazos históricos con las otras exrepúblicas soviéticas; una extensión territorial sin parangón.

Pero la llamativa equivalencia de los PIB italiano y ruso sirve como recordatorio de las serias fragilidades internas de Rusia. Un país con un grave desafío demográfico (la población ha caído de 148 a 143 millones en las últimas dos décadas, y una esperanza de vida para los varones de solo 64 años); una economía monocultivo, por tanto muy expuesta a cambios en los precios en el mercado energético (¿alguien recuerda el nombre de alguna empresa rusa más allá de Gazprom?); un claro retraso tecnológico en comparación con otras potencias; un sistema educativo con resultados mediocres, según el informe comparativo PISA.

No son asuntos marginales. La capacidad de influencia internacional y el poderío militar no pueden subsistir sin una subyacente prosperidad económica.

Aun así, el espíritu político marca el destino de las naciones, y puede orientarlo hacia horizontes sorprendentes. El régimen de Putin encarna en ciertos aspectos la voluntad de potencia de memoria nietzscheana. Esa voluntad parece ser el impulso primigenio de toda su política, y no tiene frenos internos. En un país no exento de dificultades sociales, el Kremlin puede invertir el 4,4% del PIB en gastos militares sin que nadie discuta. En Europa casi nadie llega al 2%.

El sentimiento de agravio por los manejos de Occidente tras la disolución de la URSS; el orgullo de su historia; y un espíritu nacional claramente proclive a no rendirse nunca alimentan esa actitud que no cuadra con el peso económico del país. Los rusos no soltaron Stalingrado. Las maravillosas páginas de Vida y Destino de Vasili Grossman que relatan la resistencia de los soviéticos en ese asedio trazan los rasgos del alma que explican, quizá, al menos en parte, esa disposición a boxear por encima de su peso. ¿Orgullo? ¿Capacidad de sufrimiento? Difíciles de definir. Pero cuentan. No hay que olvidarse de ellos. Pero tampoco del PIB.

Fuente: Una superpotencia con el PIB de Italia, publicado en El País de Madrid




Crimea decretó la independencia de Ucrania

Crime banderasTras el resultado del referéndum, los legisladores se reunieron en sesión extraordinaria este lunes. Estados Unidos y la Unión Europea estudian sanciones contra Moscú. Kiev aprobó una movilización parcial de tropas. 

El Parlamento de Crimea pidió formalmente este lunes, en una sesión extraordinaria, al presidente de Rusia, Vladimir Putin, la incorporación de esta autonomía a la Federación Rusa, tal como había adelantado el primer ministro crimeo, Serguéi Axiónov, después del referéndum en que el 96.6 por ciento de los electores votó por la anexión a Rusia. 

“En una reunión del Consejo Superior de la Crimea, todos los 85 diputados votaron a favor de la adhesión de la República a la Federación Rusa”, expresó Axiónov a través de su cuenta de Twitter.

El decreto sobre la independencia de Crimea también fue aprobado por el mismo número de diputados y, por lo tanto, la península adoptará formalmente el nombre de Estado soberano independiente República de Crimea. Mientras que el Consejo Superior (Parlamento) recibirá el nombre de Consejo Estatal.

Luego de la aprobación del referéndum y la sesión extraordinaria para pedir formalmente la adhesión de Crimea a Rusia, los funcionarios de la península abogan por una rápida inclusión. “Creo que (las autoridades rusas) responderán rápidamente (a la solicitud de Crimea).

No se trata de un evento sólo de Crimea, sino de un evento ruso y mundial. Por lo tanto, creo que la reacción será rápida”, aseguró el presidente del Consejo Supremo, Vladímir Konstantínov, según informa Ria Novosti.

Una delegación del Parlamento de Crimea viajará a Moscú para acelerar la adhesión de la ciudad ucraniana a Rusia. Según informó el primer ministro Axiónov, los representantes de la península llegarán en las próximas horas a la capital rusa para “realizar otras actividades con la Duma Estatal de la Federación Rusa y el Consejo de la Federación para adoptar los actos jurídicos y normativos, necesarios para la entrada en la Federación Rusa”.

Crimea nacionalizó todos los bienes del Estado ucraniano en su territorio

De acuerdo con el viceprimer ministro del Gobierno prorruso crimeo, Rustam Temirgálev, los habitantes de la península podrán recibir el pasaporte ruso, el permiso de conducir y otros documentos por el “procedimiento de urgencia”. Asimismo, según consigna AFP,  Crimea nacionalizó todos los bienes del Estado ucraniano en su territorio.

En respuesta a los últimos movimientos realizados por Crimea tras la consulta popular de este domingo, el Parlamento ucraniano aprobó este lunes una movilización parcial de las tropas para hacer frente a “la injerencia de Rusia en los asuntos internos de Ucrania”.

Tras el cierre de los recintos electorales, la comisión electoral informó que la participación fue superior al 80% de los 1,5 millones de personas con derecho al voto. En la ciudad de Sebastopol, donde tiene su base la flota rusa del Mar Negro, y con un estatuto especial, la participación alcanzó el 85 por ciento.

Los ministros de Exteriores de la Unión Europea (UE) tienen previsto aprobar este lunes sanciones dirigidas a los responsables de la escalada de tensión en la región ucraniana de Crimea, después de que Rusia no haya tomado medidas para suavizar la situación y ante la falta de un diálogo entre Kiev y Moscú.

El Consejo de Exteriores discutirá si respalda una lista de personas, mayoritariamente de nacionalidad rusa, a las que se les congelarían sus activos en territorio europeo y se les prohibiría viajar a la UE.

“El referéndum es ilegal e ilegítimo y su resultado no será reconocido”, declararon este domingo el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, poco antes del cierre de los colegios en Crimea.

Los Veintiocho deberán estudiar cómo dotar de una “sólida base jurídica” a las sanciones contra Rusia, que estarán centradas en “personas que tengan una responsabilidad directa en la amenaza de la soberanía e integridad territorial de Ucrania”, según fuentes comunitarias.

Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión acordaron la semana pasada una primera ronda de sanciones contra Rusia, mediante la suspensión de la negociación para liberalizar visados y para un nuevo acuerdo marco.

Los líderes también condenaron “firmemente” la violación de la soberanía e integridad territorial de Ucrania y pidieron una retirada inmediata de las tropas rusas a sus bases, a la vez que abogaron por el diálogo entre Kiev y Moscú.

Los ministros podrán pasar este mismo lunes a la segunda fase de sanciones acordada por el Consejo Europeo, que incluye la citada restricción de visados y activos e incluso la cancelación de la preparación de la siguiente cumbre entre la UE y Rusia.

En una tercera fase de medidas restrictivas, si no mejora la situación, el Consejo Europeo contempla opciones que pueden tener “consecuencias” para las relaciones entre la UE y Rusia en diversas áreas económicas.

La Comisión Europea prevé aprobar una ayuda a Ucrania de 1.000 millones de euros

El presidente de los Estados Unidos se comunicó este domingo nuevamente por teléfono con su homólogo ruso, para hablar sobre la situación en Ucrania, tras la celebración del referéndum. Obama alertó de que los ejercicios militares rusos en las fronteras de Ucrania “solo exacerban la tensión”.

Estados Unidos convocó a la comunidad internacional a tomar medidas concretas contra Rusia. “Las acciones rusas son peligrosas y desestabilizadoras”, dijo Obama. El mandatario norteamericano subrayó que el referéndum de este domingo en Crimea “viola la Constitución de Ucrania” y que se realizó bajo “la coerción” de la intervención militar rusa en esa península, por lo que sus resultados no serán reconocidos por EEUU ni por la comunidad internacional, según la Casa Blanca.

Putin, por su parte, volvió a defender la consulta e hizo referencia al derecho a la autodeterminación de los pueblos, según informó el Kremlin. Los países occidentales condenaron la realización de la consulta y consideran que viola el derecho internacional.

Fuente: Agencias




Alemania advierte “sanciones masivas” a Rusia, si no cambia rumbo en Crimea

angela_merkel_efe_2403Cuando solo faltan tres días para el polémico referendum que debe llevarse a cabo en Crimea,  una medida que ha sido calificada como “ilegal” por Occidente, la canciller Angela Merkel  utilizó la principal tribuna política de Alemania para amenazar a Rusia con “daños políticos y económicos masivos” si no cambiaba su política en Ucrania.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha decidido aplazar las actividades relacionadas con el proceso de adhesión de Rusia, mientras que ha expresado la voluntad de sus miembros de fortalecer su cooperación con Ucrania, informó la organización internacional en un comunicado.

Asimismo, la institución conocida popularmente como el “Club de los países desarrollados” ha acordado responder positivamente a la solicitud de Ucrania de fortalecer la cooperación existente en la actualidad con el fin de aprovechar la experiencia de la OCDE para afrontar los desafíos a los que se enfrenta.

En una enérgica declaración de su gobierno Merkel que leyó ante el pleno del Bundestag (Parlamento alemán), Merkel también señaló que todos los países de la Union Europea,  preparados y de acuerdo para implementar sanciones contra Rusia, en el caso de que estas medidas tuvieran que aplicarse.

En una enérgica declaración de su gobierno Merkel que leyó ante el pleno del Bundestag (Parlamento alemán), Merkel también señaló que todos los países de la Unión Europeaestaban preparados y de acuerdo para implementar sanciones contra Rusia, en el caso de que estas medidas tuvieran que aplicarse.

“Si Rusia continua con su curso de las últimas semanas, no solo sería una catástrofe para Ucrania, dijo la canciller en un tono que sorprendió por su dureza y agresividad. “No solo volveríamos a ver a nuestros vecinos de Rusia como una amenaza. Y no solo cambiaría la relación de la Unión Europea con Rusia. No. Todo esto podría causar masivos daños a Rusia, políticos como económicos”, sentenció la canciller.

En su discurso, Merkel dijo que si Rusia no cambiaba su curso, en breve entraría en vigor una segunda etapa de sanciones, que prevén un congelamiento de las cuentas bancarias que tienen políticos, militares y oligarcas en el extranjero y de las visas para viajar. En el caso de que Rusia prosiga con su política de desestabilización de Ucrania entrará en vigor una tercera etapa. “Podría verse afectada de diferentes formas la cooperación económica”, advirtió la canciller.

En su discurso, Merkel acusó también a Rusia de estar utilizando métodos del siglo XIX y XX para sus propios intereses, una estrategia, dijo que representaba una abierta violación al derecho internacional y que era inaceptable. “Una fase de gran inseguridad para Ucrania, Rusia no actúo como un socio, sino que se aprovechó de sus debilidades. Ha utilizado el derecho de los poderosos contra el poder del derecho”, dijo.

A pesar de la dureza de sus palabras y la energía que mostró para amenazar a Rusia, la canciller dejo abierta la puerta para buscar una solución política a la grave crisis que afecta a Ucrania. En primer lugar descarto la opción militar y apostó por la creación de un grupo de contacto internacional en el que sea posible un diálogo directo entre Moscú y Kiev que pueda hablar sobre todos los temas que sea necesario, incluido el derecho a la autonomia de Crimea. 

“Una cosa es clara: la intervención militar no es una opción”, afirmó Merkel. “Para solucionar la crisis necesitaremos un largo aliento, pero tenemos que enfrentarla con entereza porque se trata de la defensa de la integridad de un país europeo”.

En su declaración de Gobierno la canciller también rechazó las comparaciones de la crisis de Crimea y el referéndum para poder declarar la independencia de Kiev, con lo sucedido en Kosovo,  que declaró su independencia violando el derecho internacional y una importante resolución de Naciones, Unidas después de que la OTAN llevara a cabo una intervención militar sin mandato de Naciones Unidas. LA intervención en Kosovo se dio después de que la comunidad internacional observara impotente operación es de limpieza étnica y de que Rusia bloqueara toda resolución del Consejo de Seguridad”, dijo.

  •  Publicado en El País de España

 




Crisis ucraniana o el legado de Stalin

Un opositor ucraniano posa  frente a la prensa extranjera.  Detrás, la policía de Kiev_EFE
Un opositor ucraniano posa frente a la prensa extranjera. Detrás, la policía de Kiev_EFE

LA HABANA, Cuba.- El pueblo de Ucrania, al costo de un centenar de mártires, obtuvo un formidable triunfo derrocando al régimen autoritario y gangsteril de Víktor Yanukovich. Los problemas se centran ahora en la postura asumida ante ese importante acontecimiento por el gobierno de Moscú, así como por los rusoparlantes, que predominan en el oriente y el sur del país.

La presencia minoritaria de los ucranianos en buena parte de su república se debe al proceso de rusificación, que comenzó con el zarismo, pero se incrementó bajo el comunismo. La cuenca del Donbass y la ciudad portuaria de Odessa, inundadas durante decenios por trabajadores procedentes de otras zonas del gigantesco estado soviético, son buen ejemplo de ello.

Mención aparte merece Crimea. Esta península se ha convertido en tema noticioso de primer orden y centro de atención de la diplomacia mundial. Hace unas horas, las autoridades de ese territorio —la única república autónoma de Ucrania— tomaron acuerdos encaminados a separarse de este país e incorporarse a la Federación de Rusia.

Esta maniobra no carece de antecedentes étnicos e históricos. La población rusófona predomina ampliamente en Crimea. Desde 1918, la península formó parte de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia. Pero poco antes de morir, el tirano Stalin dispuso otra cosa.

Resultan sorprendentes los enrevesados razonamientos del déspota georgiano. Molesto por la masiva resistencia de los campesinos ucranianos a la colectivización, el “Padrecito de los Pueblos” organizó y ejecutó contra ellos, en los años treinta, el Golodomor, una terrible hambruna inducida que ocasionó la muerte de más de cinco millones de seres humanos. Se calcula que otra cifra similar fue a parar a las islas del tenebroso Archipiélago GULAG.

Con esas dos medidas genocidas, el tirano del Kremlin logró frenar el desarrollo del movimiento nacionalista. Sin embargo, en 1953, el mismo Stalin, de manera contradictoria, decidió hacer un peculiar “regalo” a los ucranianos: Crimea pasaría de una república a otra. La decisión fue implementada al año siguiente, cuando ya el bigotudo georgiano había abandonado este mundo.

Es sobre esta base que surge el actual conflicto. Los sentimientos secesionistas han sido exacerbados por las poses chovinistas de los líderes y el aliento de la administración de Putin. El diferendo ha creado una situación difícil, cuya única solución razonable debe ser en base al principio de la intangibilidad de las fronteras existentes, que en su momento fuera proclamado en los Acuerdos de Helsinki. Esta sabia regla ha puesto fin a los innumerables conflictos territoriales que sufrió la vieja Europa durante siglos.

Por supuesto, el respeto a la integridad territorial de Ucrania debe ir acompañado por una política razonable de parte de las autoridades de Kíev, en el sentido de respetar las minorías étnicas que existen en ese país. En especial a la mayor de éstas, constituida por la población ruso-parlante.

En el largo plazo, los ucranianos deberán tener presente las experiencias de algunas otras antiguas repúblicas soviéticas. Un ejemplo es Estonia. Al disolverse la URSS, en ese país báltico surgieron conflictos con la población rusófona, que predomina en zonas fronterizas como la ciudad de Narva. En un inicio, se habló también de la secesión de esos territorios.

En alguna medida exacerbó el conflicto la demanda de las nuevas autoridades de Tallinn: que la población no autóctona acreditara conocer el idioma local. En realidad, el nivel de conocimientos que se exigía no era elevado; pero los rusos, como malos colonos, se habían radicado allí sin siquiera molestarse en aprender las frases de uso más corriente. Felizmente, el conflicto se superó, y al momento actual la situación ha cambiado en forma radical.

Si a los rusos étnicos de Estonia les plantearan hoy la opción de reintegrarse a su Madre Patria o continuar habitando en el estado báltico independiente, su decisión sería indudable. Antes que sumergirse en el gigantesco país plagado por el autoritarismo, la corrupción y las mafias, con seguridad preferirían seguir viviendo en la pequeña república, cuyo desarrollo económico y democrático ha sido ejemplar.

Resulta razonable esperar una salida similar para Ucrania. Por desgracia, este tipo de solución se ha demorado, pues este país eslavo, desde el logro de su independencia, ha permanecido la mayor parte del tiempo bajo el control de grupos politiqueros que también han propiciado la corrupción y el estancamiento.

Esperemos que la decisión adoptada ahora por el pueblo ucraniano, que ha dejado bien claro que prefiere Bruselas a Moscú, permita el establecimiento de un gobierno progresista y dinámico, que haga surgir un nuevo estado, en el que ucranianos, rusos y otras etnias tengan acceso igual al bienestar, la seguridad y las libertades públicas.

 




La Unión Europea no reconocerá referéndum en Crimea

Enfrentamiento Ucrania y RusiaEl canciller español José Manuel García-Margallo dijo que “ninguno” de los 28 países aceptará el resultado de la votación que se hará el 16 de marzo. Es contraria a las leyes internas de Ucrania

El ministro de Relaciones Exteriores ibérico hizo estas declaraciones durante su presentación del viceprimer ministro y ministro de Economía y Desarrollo Sostenible de Georgia, Giorgi Kvirikashvili, en un desayuno informativo en Madrid.

El jefe de la diplomacia española señaló que “la mayor preocupación” de la comunidad internacional está centrada en Ucrania, ya que el 16 de marzo está convocado en Crimea, el referéndum de independencia para anexarse a la Federación Rusa.

“El referéndum es contrario a la Constitución ucraniana, que proclama la integridad territorial del país”, explicó.

García-Margallo indicó que además ese texto constitucional, al hablar de la república autónoma de Crimea, dice que todos sus actos “deben enmarcarse dentro del ordenamiento interno”.

“Ninguno de los 28 Estados miembros de la Union Europea reconocerá un referéndum que es ilegal, por ser contrario a la carta de la ONU, al acta final de Helsinki y al acuerdo de amistad y cooperación entre la Federación Rusa y Ucrania”, insistió.

En respaldo de esta postura, el primer ministro británico David Cameron y la canciller alemana Angela Merkel advirtieron de que el referéndum de Crimea del 16 de marzo puede ser “ilegal”, y anticiparon “consecuencias” para Rusia si busca legitimarlo, según reveló un vocero de la residencia oficial de Downing Street.

“Ellos acordaron que la prioridad es rebajar la tensión, y que Rusia participe en un grupo de contacto lo más pronto posible” para abordar la crisis ucraniana, agregó la fuente consultada.

Ambos políticos además coincidieron en la necesidad de trabajar para apoyar al gobierno ucraniano, y ver la manera en que la comunidad internacional pueda ayudar a estabilizar la situación económica en ese país.

Por otra parte, el derrocado presidente de Ucrania, Victor Yanukóvich, hará este martes una declaración pública desde la ciudad de Rostov del Don, ubicada en el sur de Rusia,informó la agencia oficial rusa RIA-Nóvosti, “la hora y el lugar se informará más tarde”, le dijo a la mencionada agencia una fuente cerca próxima al ex mandatario ucraniano.

No teme sanciones

El ex presidente georgiano y ex jefe de la diplomacia soviética, Eduard Shevardnadze,consideró que Rusia no le teme a las eventuales sanciones internacionales que le puedan ser impuestas por su intervención militar en Crimea.

“No creo que Rusia tema a sanciones de Estados Unidos y la Unión Europea por los acontecimientos en Ucrania”, dijo Shevardnadze.

Sin embargo, destacó que “la realidad es tal que Rusia no podrá conseguir fácilmente sus objetivos, ni la comunidad internacional podrá arreglar la situación en el corto plazo”.

“Será un proceso largo, y la preocupación fundamental ha de ser que ninguna de las partes incurra en un error que suponga una amenaza para la seguridad de todo el mundo”,indicó Shevardnadze.

El viceprimer ministro de Georgia, Giorgi Kvirikashvili, instó hoy a la Unión Europea y a EE.UU. a que “hagan oír su voz en contra de la invasión rusa” de Crimea e impongan sanciones económicas porque de lo contrario, avisó, “se acabará al final otra vez en una Unión Soviética”.




Frederick Forsyth: Sin histerias, por favor, o será la guerra

putin19, Ill Messagero
Cubierta de Ill Messaggero, Italia

Algunos sectores de los medios claman que deberíamos ofrecer garantías absolutas sobre la soberanía de Ucrania. ¿Y quién se encargaría de hacerlas respetar? ¿La Infantería Ligera de Dortmund? Está un poco lejos. No está preparada, y el Ejército ruso rodea Ucrania por dos de sus tres lados. Bielorrusia, al norte, es otra vez un Estado vasallo, y en el sur la Marina rusa controla el mar. Salvo atravesando Rumanía, no hay forma de llegar a Ucrania.

De modo que vamos a tranquilizarnos y a pensar en lo que ha ocurrido, por qué y cómo, y qué podemos hacer al respecto.

En primer lugar, dejemos de pensar que, después de Gorbachov, se produjo algún cambio en el carácter del Oso Ruso. En absoluto. En mil años, Rusia nunca ha liberado a nadie, solo ha conquistado y ocupado. Y está volviendo a suceder. El hombre al mando no es un nuevo ruso, sino un resto del pasado, entrenado como agente del KGB y lleno de la tradicional paranoia rusa que dice: “Estamos rodeados por enemigos y debemos atacar primero para protegernos”. El hecho de que Rusia se extienda desde la frontera polaca hasta Vladivostok y Catherine Ashton tenga muy difícil rodearla no viene al caso. La paranoia no tiene lógica.

Es evidente desde hace años que Vladímir Putin tiene algo raro. Cualquier hombre de mediana edad que insiste en fotografiarse en poses homoeróticas, cabalgando con el torso desnudo por Siberia, luciendo pectorales y acariciando un fusil de asalto, tiene un problema. Se puede arreglar yendo a ver a un bondadoso profesor que trabaja detrás de una puerta en la que pone “Psiquiatra”. Pero los diplomáticos tienen que trabajar con lo que hay y lo que hay es a Vladímir Putin.

En cuanto a la supuesta provocación de Occidente, también eso suena a finales de los años treinta. En Occidente sabemos que no hacía la menor falta que nuestros agentes provocadores empujaran al pueblo de Ucrania occidental a rebelarse de nuevo contra el estúpido, incompetente y corrupto Yanukóvich. Los patos no necesitan que les enseñen a nadar.

Ucrania, no es un solo país desde el punto de vista político, étnico ni cultural. En las disputas suele haber dos bandos. En Ucrania hay cuatroEstá además la propia complejidad de Ucrania, que no es un solo país desde el punto de vista político, étnico ni cultural. En las disputas suele haber dos bandos. En Ucrania hay cuatro. La parte occidental habla ucraniano y siempre ha mirado a Occidente en busca de cultura, ejemplo y un futuro. La parte oriental también habla ucraniano pero siempre ha mirado al norte, a la madre Rusia, y 70 años de unificación bajo la URSS no disminuyeron ese magnetismo. Y a partir de aquí las cosas se vuelven más extrañas. En cinco provincias, la población, aunque es de etnia ucraniana y capaz de hablar la lengua, prefiere el ruso. Luego están los rusos puros, los restos de tres generaciones de colonizadores, desde Stalin hasta Gorbachov. Así que, aunque los rebeldes del oeste gritan en favor de la democracia, ese escurridizo sueño tan fácil de proclamar pero tan difícil de encontrar, es muy posible que en realidad no constituyan una mayoría democrática. Hay que tener cuidado con lo que se pide.

Aun así, la caída de Yanukóvich, el designado y protegido de Putin, ha sido para este una humillación inaceptable y no puede admitir que se trate de un fenómeno espontáneo. Putin no acepta que, cuando alguien discrepa, lo haga sin motivos ocultos. De modo que tiene que haber sido culpa de los occidentales, sobre todo de los angloamericanos. Por eso su venganza está para él y para Rusia totalmente justificada. Más vale que lo aceptemos. Las guerras no nacen de la calma y la lógica. Nacen de los egos estridentes, el orgullo herido y la ira desenfrenada, y aquí nos encontramos con todo eso.

Para dar rienda suelta a su rabieta ha escogido Crimea, mucho más vulnerable. La península está habitada por una minoría de ucranianos del oeste y una mayoría de ucranianos del este, además de rusos puros. Y es imposible de defender: estaríamos locos de intentarlo. Por supuesto, había que inventarse las “provocaciones” necesarias, y así ha sido.

Los rusos de Crimea agradecen que se les “defienda” de sus horribles vecinos, cuando estos no les han puesto jamás la mano encima.

Piensen en 1938, piensen en los Sudetes. Entonces, la inmensa maquinaria de propaganda de Berlín nos abrumó con las “revelaciones” de los horrores que los terribles checos infligían a los pobres alemanes de la región. Era todo una patraña, y los matones de Henlein cumplieron su papel, pero sirvió para justificar la invasión “liberadora” y “protectora”. Hoy vemos en nuestras pantallas a los rusos de Crimea que agradecen entre lágrimas que se les “defienda” de sus horribles vecinos, cuando estos no les han puesto jamás la mano encima. Moscú está vengándose de Kiev.

¿Qué podemos hacer por Crimea? Absolutamente nada. ¿Qué podemos hacer contra una ocupación que cuenta con el alborozado apoyo popular de Ucrania del este? Nada, tampoco. ¿Y ante la invasión sin más de Ucrania del oeste y la matanza de sus habitantes cuando intenten resistirse, como sucedió con los finlandeses en la Guerra de Invierno? Desde el punto de vista militar, muy poco, a no ser que queramos comenzar la III Guerra Mundial contra un loco. Pero entonces estaremos hablando de un holocausto nuclear.

¿Eso quiere decir que Putin tiene todos los ases en la manga? Ni mucho menos. Aunque parece no tener rivales políticos con posibilidades, sus ministros no son estúpidos y pueden reconocer el desastre que se les viene encima. Hay dos elementos de presión que muchos de los que le rodean considerarían claves si Occidente decidiera utilizarlos. Pero no podemos activar ninguno de los dos ni en diez minutos ni en diez semanas. Así que puede parecer que se va a salir con la suya en Ucrania… Por ahora.

El primero es el comercio y la economía. La economía rusa es patética en comparación con la de Europa, la de EE UU o ambas. Nadie compra bienes de consumo rusos. ¿Coches? ¿Aviones? ¿Incluso armas? Tienen que regalarlos. Y Putin necesita vastas sumas de dinero para reconstruir la vieja URSS, el imperio ruso.

¿De dónde lo saca? Del petróleo y el gas. Ambos le proporcionan montañas de dinero y, si hace falta, un arma con la que amenazar. Fue una locura que Alemania aboliera su producción de energía limpia y segura, de origen nuclear, para sustituirla por la servidumbre con Moscú por el suministro de gas y crudo. Todavía estamos a tiempo. Occidente está trabajando en nuevas fuentes de energía. Con dinamismo, esfuerzo, voluntad y la decisión de dejar atrás actitudes beatnik, podríamos liberarnos de la amenaza de los oleoductos y gasoductos orientales. La revolución del fracking en EE UU ha tenido un éxito espectacular: les ha hecho independientes. Los europeos siguen en manos de sus proveedores.

Y tal vez Putin no es consciente de otra revolución. La tecnología de la información y la concienciación. Cuando era joven, Moscú todavía podía aislar al pueblo ruso de las informaciones sobre el extranjero. Podían hacer que no se escuchara más que Radio Moscú, no se leyera más que Pravda. Podían lavar el cerebro a la gente para que solo confiaran y creyeran en sus propios líderes y en lo que les decían.

Ahora, cualquier chico con un iPhone tiene el mundo en sus manos. ¿Qué es lo que realmente derrocó a Mubarak en Egipto, puso al descubierto a Gadafi en Libia y denunció a El Asad en Damasco? La gente. ¿Por qué? Porque habían visto un mundo mejor. Sabían quién era responsable de su miseria. Si los precios aumentan en Rusia, el rublo pierde su valor y los suministros se agotan, los rusos no tendrán más que mirarse las manos para saber por qué: él. El verdadero motivo. En ese momento, los agentes del poder en el Kremlin podrían decidir que basta de invasiones imperiales y que ha llegado la hora de que el hombre tan aficionado a ellas se vaya cabalgando, con el torso desnudo, hacia el atardecer.

Pero por ahora, en Ucrania y Crimea, no hay nada que podamos hacer los occidentales aparte de mantenernos unidos, hacer planes y esperar. Llegará el instante de actuar. Eso sí, por favor, no nos engañemos más.

  • Texto publicado en El Pais, de Madrid
  • Frederick Forsyth es escritor británico. Su última novela es La Lista (Plaza y Janés). Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia
  • Ilustración publicada en Ill Messaggero, Italia




¿Moscú se conformará con Crimea o irá por más?

Putin y varios de sus generales en medio de la crisis de Ucrania

“El Parlamento de Crimea aprobó una moción para que Crimea se una a Rusia. Se le ha pedido al presidente de Rusia y al Parlamento que consideren esta petición”, indicó  Grigoriy Ioffe, uno de los líderes de los legisladores de la península. Otro diputado, Serguei Shuvaynikov, dijo que “formar parte de le Federación Rusa en calidad de miembro de la Federación” es la decisión que han tomado, según declaraciones que reproduce Russia Today (RT).

La agencia ITAR-TASS señala que la decisión fue recibida con júbilo por una multitud reunida frente a la sede del Legislativo local, que estalló al grito de “¡Rusia, Rusia!”. Moscú no ha definido postura alguna, pero el vocero de la presidencia, Dmitri Peskov, dijo que Vladimir Putin ya está al tanto de las novedades. El líder de Rusia Justa, Serguéi Mirónov, declaró a RIA Novosti que la Cámara Baja moscovita podría tratar la anexión “la próxima semana”.

En Kiev, el ministro de Economía interino de Ucrania, Pavlo Sheremeta, buscó restarle crédito a la decisión de Crimea: “No estamos considerando qué hacer si Crimea se une a la Federación Rusa porque creemos que es inconstitucional”.

Previamente se había confirmado que el referéndum de consulta a la población sobre los pasos a seguir para definir un estatus se fijaría para el 16 de marzo.  Se había mencionado la fecha del 30 del mismo mes, lo que ya constituía una demostración del interés en acelerar los pasos, puesto que la fecha original era el 25 de mayo.

La decisión contradice las afirmaciones del Primer Ministro de la península, Serguéi Axiónov -no reconocido por Kiev-, quien había asegurado que Crimea no buscaba la secesión, sino transformarse en “una auténtica república autónoma en el marco de Ucrania”,con la ampliación de sus competencias.

No se ha definido cuál será la pregunta que deberá contestar la población el 16 de marzo. La anterior decisión pautaba la siguiente: “¿Apoya usted la autodeterminación de Crimea en el seno de Ucrania sobre la base de los acuerdos y tratados internacionales?”.

Sin embargo, tras la decisión del Parlamento está claro que los pasos se han acelerado y ya no tiene sentido esa pregunta. La nueva consulta estará desdoblada : “¿Está en favor de unir a Crimea con Rusia y ser parte de la Federación Rusa? ¿Está de acuerdo con restaurar la Constitución de la República de Crimea de 1992 y mantener el estatus de Crimea como parte de Ucrania?”.

mapaAxiónov había asegurado también que las minorías tártaras y ucranianas que viven en Crimea “no tienen nada que temer”, aunque crece el pánico por una limpieza racial -hay antecedentes históricos- con la masiva presencia de tropas rusas o pro rusas, que el Kremlin insiste en llamar “autodefensas” y sostiene que “no responden a sus órdenes”.

Crimea: una historia marcada por los conflictos

Desde principios del siglo XX, la península de Crimea es objeto de disputa entre Rusia y Ucrania. Empezó a formar parte de lo que entonces era el Imperio Ruso en 1783, luego de que las tropas del zar derrotaran a los tártaros, pertenecientes al Imperio Otomano, los anteriores ocupantes.

Hace siglos que la península es objeto de disputa

Tras la revolución rusa de 1917, Ucrania se convirtió en una de las Repúblicas Socialistas que conformaron la Unión Soviética (URSS). Crimea pasó a ser una República Autónoma dentro de la unión de países.
Pero en 1954, Nikita Kruschev -por impulso del fallecido Stalin- concretó la expulsión de los tártaros de Crimea por haber colaborado con el nazismo en la Segunda Guerra Mundial. Desde entonces, dejó de tener el estatus de república y pasó a formar parte de Ucrania.

Con la disolución de la URSS en 1991 y la declaración de la independencia de Ucrania, la península volvió a convertirse en un botín de guerra entre el nuevo Estado y Rusia.

En 1992 el Soviet Supremo ruso anuló el tratado por el cual Crimea se incorporaba a Ucrania y la volvió a declarar República Autónoma. De todos modos, Ucrania logró mantenerla dentro de su territorio, aunque como una región con considerable autonomía. Desde entonces empezaron a sucederse los intentos secesionistas, pero todos fueron derrotados por el gobierno central.

¿Moscú se conformará con Crimea o irá por más?

Si el conflicto por Crimea entre Rusia y Ucrania no había estallado hasta este momento, fue porque desde 1991 la mayor parte de los presidentes ucranianos tuvieron una postura pro rusa. Y los que no, como Víktor Yúshchenko, líder de la Revolución Naranja y mandatario entre 2005 y 2010, no habían llegado demasiado lejos en la intención de cortar el cordón umbilical con Moscú.

Pero las masivas movilizaciones que comenzaron en Kiev a fines de 2013 contra la decisión del presidente Yanukovich de rechazar un acuerdo de asociación con la Unión Europea provocaron un inédito despertar europeista en la mitad occidental del país, donde los rusos fueron siempre minoría.

La crisis desatada desde entonces ha hecho que las fichas se movieran con extrema velocidad, tanto en la diplomacia como en el campo. El regreso de Crimea a la órbita rusa parece ser un hecho. Lo que no se sabe es si Moscú se conformará con la península o irá por el sector oriental y rusoparlante de Ucrania.




Rusia y EE UU negociarán cara a cara

Sergei Lavrov y Jhon Kerry se reunirán en París por la crisis de Ucrania

La OSCE ha anunciado hoy que 35 militares desarmados compondrán la misión de observación internacional. La visita se producirá entre el 5 y el 12 de marzo y será la primera vez que este tipo de mecanismo se activa, según la OSCE.

El jefe de la diplomacia rusa ha declinado también toda responsabilidad sobre las que ha denominado “fuerzas de autodefensa” –milicias uniformadas y armadas que han tomado los centros neurálgicos de Crimea–, alegando que Moscú no tiene ninguna potestad sobre ellas ni puede ordenar su retirada; aunque todos los testigos aseguran que se trata de tropas regulares rusas, pese a la carencia de insignias. Respecto a la Flota de Mar Negro, ha asegurado que permanece en sus bases y que solo se han tomado “medidas de alerta”. Eso sí, ha apostillado que “Rusia no permitirá un baño de sangre en Ucrania”.

El jefe de la diplomacia de EEUU ha declinado entrevistarse con su colega ucranio en París
Lavrov se ha reunido esta tarde en París, en el marco de una conferencia internacional sobre Líbano, con el secretario de Estado norteamericano, John Kerry,en el primer encuentro entre los jefes de las diplomacias de los dos países desde el inicio de la crisis. Kerry ha pedido a Lavrov conversaciones directas entre Moscú y Kiev sobre Ucrania, pero el canciller ruso ha rehusado entrevistarse con su homólogo ucranio, Andrii Dechtchitsa, en París.

Asimismo está prevista esta tarde una reunión de la OTAN con Rusia para hablar de la situación. El ministro ruso ha acusado a Occidente de haber alentado el derrocamiento del presidente ucranio, Víctor Yanukóvich, y ha advertido de que este tipo de comportamientos “son contagiosos”. Se ha quejado de que se exija a su país el cumplimiento escrupuloso de la legalidad internacional –empezando por la integridad territorial de Ucrania—mientras se amparan movimientos anticonstitucionales en Kiev.

Hablando desde  Kiev –a  la llegada al poder de un nuevo equipo proeuropeo– el secretario norteamericano de Estado, John Kerry criticó con dureza a Vladimir Putin. “Creo que está claro que Rusia está trabajando duro para crear una excusa que le permita seguir invadiendo” Ucrania, dijo Kerry a los periodistas tras reunirse con las nuevas autoridades del país, y advirtió de que Rusia podría quedar aislada.

Hillary Clinton comparó a Putin con Hitler

Pero nadie ha sido más radical con Putn que Hillary Clinton. Durante una cena de la fundación Boys and Girls Club en Long Beach, California, la ex Secretaria de Estado y ex Primera Dama de EEUU comparó las decisiones de Putin para invadir Ucrania con las que tomaba Adolf Hitler durante la expansión de Alemania, previa a la Segunda Guerra Mundial. “Esto suena familiar, es lo que Hitler hizo en los años ’30”, rememoró.”Cuando Putin mira a Ucrania, ve a la Madre Rusia”, dijo Hillay. Luego, se explayó describiendo el razonamiento del Fuhrer que elevaba la tensión en el mundo a fuerza de tropas de ocupación: “A todos los alemanes que estaban… los germanos étnicos, los germanos por descendencia, que estaban en lugares como Checoslovaquia, Rumania y otros lugares, Hilter decía que no los estaban tratando bien. ‘Debo ir y proteger a mi gente’. Y eso es lo que está poniendo muy nerviosos a todos”.

“La analogía entre el líder nazi y las palabras de Putin son evidentes. –continuó Hillary–  El presidente ruso dijo tener el derecho de proteger a los rusos que viven en Ucrania y se ven amenazados por nacionalistas. También señaló que la legitimidad internacional del uso de las fuerzas militares para ocupar Crimea está dada por el pedido del (derrocado y exiliado) presidente Viktor Yanukovich, única autoridad a la que el Kremlin se empecina en reconocer en Ucrania.