1

Reportan derrumbe en Buenavista, La Habana: una anciana queda atrapada bajo escombros

Derrumbe en Buenavista, La Habana

MIAMI, Estados Unidos. — Un derrumbe total se reportó este miércoles en el municipio habanero de Playa, confirmaron a CubaNet fuentes presenciales del suceso.

La vivienda donde ocurrió el siniestro era habitada por una mujer de la tercera edad, que quedó atrapada bajo los escombros.

El inmueble donde ocurrió el derrumbe estaba ubicado en la calle 66, entre las avenidas 23 y 25, reparto Buenavista.

“La mujer perdió su vivienda por recursos que el gobierno no le ha dado”, declaró a este diario una fuente cercana al hecho.

Imágenes a las que tuvo acceso a este diario mostraron el momento en que un comando del Cuerpo de Bomberos arribaba al lugar, aunque los primeros en asistir fueron los vecinos de la zona.

También llegaron al lugar del derrumbe agentes de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) y de la Seguridad del Estado.

Al cierre de esta información se desconocía el estado de la mujer que habitaba el lugar.

Debido a la antigüedad de muchas de sus edificaciones, La Habana es una de las provincias que peor estado de su fondo habitacional exhibe. Por tal razón, Año tras año, con la llegada de la temporada de lluvia son comunes los derrumbes e incendios generados por cortes de electricidad.

El pasado 1 de mayo se registró un derrumbe parcial en una zona límite entre los municipios de Centro Habana y La Habana Vieja. Al día siguiente, vecinos del lugar se plantaron en medio del Paseo Martí, más conocido como Prado, a protestar por lo sucedido. Las quejas trajeron consigo el despliegue de un operativo policial para silenciar los reclamos de los lugareños.

Noticia en desarrollo…




Joven habanero convierte bache con agua en un “jacuzzi privado”

Joven, Jacuzzi, Bache, Cuba

(Foto: Captura de pantalla/Facebook)

MIAMI, Estados Unidos. – Un joven cubano se ha hecho viral en redes sociales tras “convertir” un bache con agua de un salidero en un “jacuzzi privado”.

Se trata de Pedro Pumarino Miñoso, quien “aprovechó” el mal estado de la calle y una avería en las redes hidráulicas para disfrutar de una “piscina natural”.

“Ya que no tengo amigo coronel tengo jacuzzi privado”, escribió Pumarino Miñoso en su cuenta de Facebook.

El suceso tuvo lugar en el barrio de Buenavista, en el municipio habanero de Playa.

“Eso es para que vean el clase de salidero que hay aquí en 74 y 23”, dijo uno de los presentes mientras grababa la escena.

El propio Pumarino Miñoso comentó en su publicación que llevaba más de un mes alertando sobre la avería y el mal estado de la calle.

“Llevo un mes en esto y no han venido. Si no vienen mañana lo hago un estanque de clavado. Ya verás”, escribió.

Varios usuarios le advirtieron que corría grave peligro acostándose en el bache. Sin embargo, el joven recordó que en Cuba la salud es gratuita y que, de enfermar, se recuperaría sin problemas.

“Yo tengo de todo. No sé tú, pero yo no tengo problemas con eso de la medicina, aquí es gratis los hospitales (sic) y me curo sin problema ninguno”.

Pese a las graves condiciones higiénico sanitarias que atraviesa el país, muchos cubanos, incluso niños, continúan desafiando enfermedades ante la ausencia de ocio y entretenimiento.

En ese sentido, los baches con agua suelen ser una diversión para muchos menores de edad, fundamentalmente en zonas del interior del país, donde no abundan las piscinas y las ofertas recreativas.

La exposición a las infecciones tampoco parece ser un problema para algunos adultos, tal y como se evidenció la pasada semana en la ciudad de Cienfuegos, donde un hombre se sumergió en una fosa y pescó más de una docena de clarias para paliar el hambre y la escasez de alimentos.

Recibe la información de CubaNet en tu celular a través de WhatsApp. Envíanos un mensaje con la palabra “CUBA” al teléfono +1 (786) 316-2072, también puedes suscribirte a nuestro boletín electrónico dando click aquí.




Buenavista: brujería para escapar

Foto-reportaje Polina Martínez 

LA HABANA, Cuba – Cuando caminas por la avenida 31 hacia abajo, en la capitalina zona de Playa, te encuentras con el populoso barrio de Buenavista, hogar  santeros, babalaos y paleros: “Lo que da negocio es la santería, vender yerbas para los servicios religiosos no se agota nunca. Hay demanda de productos mágicos, sobre todo por mujeres que quieren enganchar a un extranjero, para ver como le venden a esto”, explica Juana la yerbera de las calles 60 y 29.

En muchas casas, en los portales, en las salas, ves muñecas ataviadas como las orishas Ochún o Yemayá, altares de Babalú Ayé (San Lázaro), el santo de las muletas y los perros, y de Changó (Santa Bárbara) con su capa roja, su espada, y su manzana. Aquí, en Buenavista, todos creen, por si acaso. Todos los santos ayudan a escapar.

Juana me comenta: “Vienen a comprar flores, velas, aguardiente, miel, melao de caña, cocos para los muertos. Por aquí circulan los carros de los turistas extranjeros y los diplomáticos que van hacia la 5ta avenida. Algunos autos se detienen. Las mujeres que los acompañan, se bajan, y colocan ofrendas a los santos, para que las ayuden a coger el avión”, afirma  José Ylmer, Babalao de la esquina de 64 y 41.

En este barrio, de religiosidad y carnales deseos, se mueve la marihuana: “La traen de la zona oriental. Se consume a escondidas… Ya sabes, si te cogen, te parten las patas y pal tanque”, me comenta un carretillero conocedor del contrabando. Aquí florecen los paladares (restaurantes privados) como Los Compadres, La Guadalupe, CafeSong,  Bon Apetitte,  Costa Bella, WakaWaka, La Casa del Cliente y muchos más: “La carne prohibida (de res) es la predilecta de los clientes cubanos y sus acompañantes, la carne de res o caguama, el queso gouda, el jamón serrano… hay una clase de gente que ama lo exótico y paga su precio”, me dice Ramoncito, dependiente de unos estos lugares.

En Buenavista, como en cualquier barrio de La Habana, son visibles los “apuntadores de la bolita”. Se les encuentra sentados en las esquinas, jugando dominó y tomando “ron peleón”. También coexiste una fauna que vive de la estafa y del trapicheo.

En Buenavista los establecimientos del estado abren y cierran a las horas que les da la gana a sus administradores. Las calles están destruidas. Se acumula basura en las esquinas. Y los vecinos pierden las esperanzas: “Quiero salir de esta miseria, mi salario es ridículo, mi marido trabaja en comunales ganando 700 pesos (28 dólares) al mes. Eso no alcanza para nada”, dice Olguita, una costurera que vive en la esquina de las calles 64 y 39.

En este pedazo de la capital cubana gobierna “el mal de ojo”. Y cada cual se protege cómo puede, con brujería o con un palo. Reina la violencia. La gente del barrio piensa que la verdadera buena vista está a 90 millas al norte del muro del Malecón. Y en eso andan, en tratar de escapar.