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Auto se vuelca en la Autopista Nacional de Cuba

accidente, tránsito, Cuba

MADRID, España.- Este domingo un auto se volcó en el kilómetro 217 de la Autopista Nacional de Cuba. Según informó el usuario Adrián Suren a través del grupo de Facebook “ACCIDENTES BUSES & CAMIONES por más experiencia y menos víctimas!”, no se reportaron heridos ni fallecidos.

En la publicación de Suren, donde se aprecia el auto totalmente volcado y oficiales de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), los cubanos comentaron el mal estado en que se encuentra esta carretera.

Cuba, accidente

“La velocidad no (influye) tanto como la cantidad de huecos que tienen las carreteras, que están desbaratadas. Uno paga la chapa todos los años y supuestamente ese dinero es para arreglar las carreteras y sabrá dios qué le estarán haciendo porque están que son terraplenes”, dijo Alberto García.

Por su parte, Edel Mondeja consideró que si esta vía “estuviera en condiciones y bien señalizada cosas como esta no sucedieran”.

“Esto pasa lo mismo a 100 km/h de velocidad que a 80 km/h; lo que deberían es arreglar para que esto, que pudo ser una desgracia, no pase”, agregó.

Mientras que Osvaldo Paz aseguró que en ese tramo han ocurrido unos cuantos accidentes.

El recién finalizado mes de enero trajo consigo numerosos reportes de accidentes de tránsito en Cuba. Uno de los últimos —una colisión que dejó sin vida a un turista dominicano y provocó heridas a otras seis personas— volvió a dejar al descubierto el riesgo que implica para nacionales y extranjeros moverse en las carreteras de la Isla.

Según cifras de la Policía Nacional Revolucionaria, durante el 2022 ocurrieron en Cuba 9 848 accidentes de tránsito —a razón de 27 por día— que costaron la vida a 700 personas y dejaron 7 547 lesionados.

Solo en La Habana se produjeron el pasado año 3 300 accidentes en la vía, con un saldo de más de 100 fallecidos; siendo la mayoría de las víctimas fatales niños y ancianos.




Ni ciudad nuclear ni autopista nacional ni marina mercante: los proyectos fracasados de Fidel Castro

Central Nuclear de Juraguá

LA HABANA, Cuba. — Durante sus cuarenta y siete años de gobierno, Fidel Castro emprendió varios megaproyectos que fracasaron y causaron pérdidas millonarias a la economía cubana. Uno de ellos fue la construcción de la Central Termonuclear de Juraguá, en Cienfuegos, que se proponía generar electricidad por medio del átomo.

Se inició con la ayuda de la Unión Soviética a principios de la década de 1980, y sería una réplica de la planta de Chernobyl, en Ucrania. El modelo, denominado la “utopía socialista de Atomgrado”, pretendía lograr un sitio ecológico, sin contaminación ambiental, con residentes en el sitio.

El enclave escogido para edificar la planta fue uno de los extremos de la bahía de Cienfuegos. El proyecto contemplaba una ciudad nuclear con cuatro mil casas que acogerían a técnicos rusos y al personal cubano que laboraría en dicha instalación.

Fidel Castro aspiraba a que en Cuba predominaran las energías eólica, solar y marítima en vez del costoso combustible fósil de importación. Se suponía que la central de Juraguá podría brindar hasta un 15 % de la electricidad necesaria para todo el país. De existir dicha planta hoy, es posible que no sufriéramos los grandes apagones que tanto descontento crean en la población; pero sucedió que de los cuatro reactores proyectados, solo se construyó uno, que nunca llegó a funcionar.

Luego de que el 26 de abril 1986 se produjera el accidente de Chernobyl, considerado como el mayor desastre nuclear en la historia, se detuvo la construcción de la central nuclear de Juraguá.

Fidel Castro Díaz-Balart, primogénito del dictador y encargado del proyecto, fue destituido por su padre, presuntamente a causa de su incompetencia. Hace pocos años se suicidó en extrañas circunstancias y ya casi no se habla de él.

Tras la disolución de la Unión Soviética Fidel Castro buscó alternativas para continuar la construcción de la central de Juraguá con nuevos socios, pero al no encontrarlos tuvo que declarar cerrado el plan en el año 1992. Estados Unidos, que había alertado del gigantesco peligro que significaba la construcción de la planta termonuclear en Cuba, respiró aliviado.

A pesar de que la obra quedó inconclusa, muchos residentes decidieron quedarse a vivir en la ciudad construida. Aunque las oportunidades laborales se perdieron, continúan allí, aislados por una gran muralla de hormigón. Se estima que el costo de la planta de Juraguá fue de 1 100 millones de pesos, sin haber ofrecido utilidad alguna para el país.

Al igual que ocurrió con la central nuclear de Juraguá, también se quedó sin terminar la Autopista Nacional, concebida como una gran vía rápida de ocho carriles que se extendería por toda la isla de Oriente a Occidente. Solo se completaron dos tramos: uno que parte del Barrio Obrero, al este de La Habana, hasta Santa Clara y Sancti Spíritus; y otro que comienza en la calle 100 del municipio capitalino de Boyeros, hasta la provincia de Pinar del Río, con solo 6 vías y sin extenderse hasta el municipio de Guane, el extremo más occidental del país. El resto de las ciudades tienen algunos segmentos concluidos e insertados en carreteras secundarias para comunicar los distintos poblados con la arteria principal.

La construcción de la Carretera Central, con 1140 kilómetros de longitud, inició el 2 de marzo de 1927 y se inauguró de manera oficial el 24 de febrero de 1931. Es decir, solo demoró tres años y once meses. La Autopista Nacional, en cambio, se empezó a construir a finales de 1979 y hoy, al cabo de 42 años, sigue inacabada.

Otro proyecto fracasado de Fidel Castro fue la marina mercante cubana. En la década de 1960 se invirtieron enormes sumas de dinero a la adquisición de barcos modernos; no solo con el objetivo de traer mercancías a Cuba, sino también para fletarlos a empresas extranjeras. Hoy nada queda de esa flota. Los navíos, inservibles, fueron vendidos como chatarra hace años.

La escuela “Andrés González Lines”, destinada a graduar marineros profesionales, se convirtió hace 23 años en la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM).

Algo similar ocurrió con la Flota Cubana de Pesca, que ahora solo cuenta con navíos pequeños para la captura de peces y mariscos que se destinan a la exportación y al turismo.

En la década de 1960 Ernesto “Che” Guevara, entonces ministro de industrias, impulsó por órdenes de Fidel Castro la creación de nuevas fábricas en diversos ramos de la economía. Muy pocas operan en la actualidad. La mayoría son edificaciones en ruinas.

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Dos muertos y siete heridos por accidente de tránsito en Pinar del Río

Accidente de tránsito, Pinar del Río, Cuba

LA HABANA, Cuba. — Dos personas murieron y otras siete resultaron heridas en un accidente de tránsito ocurrido esta mañana en un tramo de la Autopista Nacional correspondiente al municipio de Los Palacios, en la provincia de Pinar del Río.

Según la periodista Yoslaine Sánchez Arronte, reportera de Telepinar, “el siniestro ocurrió cuando un vehículo particular con exceso de pasajeros perdió un neumático y con ello el control del mismo, según refiere uno de los pacientes”.

Seis de los siete lesionados fueron trasladados al Hospital General Docente Abel Santamaría, donde están siendo atendidos.

Sánchez Arronte señala que autoridades del Ministerio del Interior (MININT) se encontraban en el lugar de los hechos investigando las causas del siniestro.

(Captura de pantalla/Facebook)

De acuerdo con cifras de la Comisión Nacional de Seguridad Vial divulgadas por la Agencia Cubana de Noticias (ACN), entre enero y septiembre de 2021 se reportaron en Cuba más de 5 612 accidentes de tránsito — 84 más que en igual período de 2020— , en los que fallecieron 350 personas y 3 700 resultaron heridas.

Mayabeque y Holguín fueron las provincias con mayor peligrosidad, al reportar un fallecido cada siete accidentes y al menos una víctima en cada uno.

El “horario pico” de accidentes de tránsito en la Isla fue identificado entre las tres y las seis de la tarde.

Autoridades indicaron que la no atención al control del vehículo fue la primera causa de accidentes en la Isla. Entre los factores de incidencia también estuvieron las violaciones del derecho a la vía y el exceso de velocidad.

Entre enero y septiembre de 2021 fueron identificadas 16 372 personas sin licencia de conducción, la mayoría choferes de ciclomotores. Asimismo, el 17 % de las pruebas de alcoholímetro realizadas a conductores por agentes de tránsito resultaron positivas.

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Cuatro muertos por accidente de tránsito en Taguasco, Sancti Spíritus

Accidente de tránsito, Sancti Spíritus

LA HABANA, Cuba. – Cuatro personas murieron este viernes en un accidente de tránsito ocurrido en el kilómetro 349 de la Autopista Nacional, en la provincia de Sancti Spíritus.

De acuerdo con el periódico Escambray, el siniestro tuvo lugar en las cercanías de la localidad de Taguasco cuando impactaron dos automóviles de renta de turismo que viajaban en sentido contrario.

La dirección del Hospital Provincial Camilo Cienfuegos de Sancti Spíritus aseguró al medio oficialista que “todas las víctimas perdieron la vida en el acto”.

Los fallecidos fueron identificados como Michel Vilma Lorenzo, de 29 años de edad y residente de Santa Cruz, Camagüey; Antonio David Ávila Felipe, 29 años y residente en Camagüey; Yatnolis Zamora Bembó, 38 años y residente en Habana Vieja; y Maykel Bermúdez Morales, residente en Banes, provincia de Holguín.

(Foto: Periódico Escambray)

Minerva Toranzo, vecina de la zona, declaró a la prensa local: “estaba levantada cuando de pronto escuché un estruendo grande, como un tanque que se explotaba, corrimos al lugar y ya estaban todos muertos”.

Por su parte, el Mayor de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) Humberto Rodríguez indicó que “en el lugar de los hechos se presentaron de inmediato los peritos y demás especialistas del Ministerio del Interior”.

El pasado 2 de julio un accidente masivo en la Habana dejó una persona herida de gravedad. En el choque estuvieron involucrados un almendrón, una moto, una camioneta y un auto moderno marca Hyundai.

Reportes de las autoridades cubanas indican que las principales causas de accidentes en la Isla son la avanzada edad del parque móvil, la mala señalización de las vías, el exceso de velocidad y el consumo de bebidas alcohólicas.

Pese a que el 2020 fue un año con menor accidentalidad en la Isla, debido en gran medida a las restricciones de desplazamiento por causa de la pandemia de COVID-19, durante los primeros meses del 2021 se han registrado un gran número de accidentes en la vía, registrándose en muchos de ellos víctimas fatales.

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Jugarse la vida en una carretera de Cuba

SANTA CLARA.- Raúl Ortega visualiza la línea de asfalto en la cual está a punto de adentrarse. Tiene con ella sentimientos encontrados, una relación amor-odio que debe desafiar porque de recorrerla depende el sustento familiar. Bordea cada tramo poroso o bache para que el Peugeot 309 de 1990 que maneja se deteriore lo menos posible. Ortega es chofer profesional desde 2012 y recorre la Autopista Nacional de Centro a Occidente casi a diario.

Al momento de su construcción, tres décadas atrás, la autopista se presentaba como un megaproyecto que finalmente quedó mutilado por las carencias económicas del denominado “Período Especial” en los años 90 del pasado siglo. Desde la capital cubana hasta el kilómetro 32 consta de ocho carriles, cuatro en cada senda, de ahí que en algún momento la nombren “Ocho Vías”. Desde ese punto adelgaza a seis carriles hasta las cercanías de Santa Clara.

La aspiración que mediría miles de kilómetros y atravesaría la nación entera, solo llegó hasta el centro del país.

“Desde la localidad de Taguasco, en Sancti Spíritus, solo existen la senda sur y algunas ‘islas’ de lo que sería la norte, obviamente lastimadas por las propias condiciones de una obra a medio concluir, la falta de mantenimientos profundos, el sobreuso que implica circular por un solo carril y el azote de los temporales de los últimos meses”, describe el periódico Escambray.

“En Taguasco se acabó la autopista”, señala por su parte Ortega. “Lo que hay es Carretera Central, que las condiciones son peores, peores…” El chofer no repite el calificativo por gusto. Deja en suspenso la frase para ponerle el punto final con una expresión de desprecio.

La Autopista Nacional y la Carretera Central, un “fósil” vial de 1931, son las principales vías del transporte automotor para recorrer la isla. En los últimos tiempos se han convertido en escenarios constantes para colisiones y lamentables pérdidas humanas, lo que ha destapado un debate sobre el actual estado de estos viales.

Hacia Oriente: rutas intransitables

Conseguir un taxi que viaje hacia la porción oriental de Cuba es un desafío para cualquier viajero, tanto nacional como foráneo, pues “para allá atrás ya no hay carretera”, sentencia José Manuel Rodríguez, también chofer profesional.

(Foto: Marcelo Álvarez)

Para Ortega, la recta comprendida entre Ciego de Ávila y Florida, Camagüey, resulta intransitable. “Es un reguero de baches permanentemente en unos cincuenta y tantos kilómetros, que no hay auto que resista. Yo en lo personal, hace años ya, no quiero ir hacia el Oriente. Me gusta ir, si acaso, hasta Ciego de Ávila, Cayo Coco, Cayo Guillermo, hasta ahí se puede ir, pero de allí para atrás no vale la pena. Y las personas a veces no quieren pagar lo que vale”.

Sin embargo, Rodríguez apunta que “después que pasas Camagüey es cuando todo se vuelve crítico. El tramo de Las Tunas a Bayamo, de Vado del Yeso, toda esa zona está en estado lamentable, con huecos, incluso partes que no tienen ni asfalto. Entre Santiago y Guantánamo, que es un tramo relativamente corto, está muy mal”.

José Manuel Rodríguez, propietario de un Lada 2101 de 1985, dice que es negocio no ir hacia el Oriente del país: “Hay veces que las averías en el carro son grandes”, afirma con preocupación.

“De Santa Clara hasta el final de la Autopista hay tramos sumamente pésimos, está peor que para Occidente y las posibilidades de accidentes son mucho mayores”, insiste Ortega.

Los entendidos en el tema aseveran que los componentes de dirección del auto resultan los más afectadas con el mal estado de las vías, a lo que se adiciona el desgaste de los neumáticos, la amortiguación y la carrocería.

En el mercado negro, a decir de Ortega, una goma de baja o media calidad puede costar 110 CUC. En cambio, una dirección nueva, en cálculos de Rodríguez, puede ascender hasta 200 CUC. “En una carretera buena, la dirección del carro puede durar tres años, mientras que, en una deteriorada, la mitad”.

(Foto: Marcelo Álvarez)

“Yo he hecho miles de veces esta pregunta y nadie tiene una respuesta: ¿Cuánto le cuesta a este país comprar las piezas de repuesto del parque de autos en comparación con el costo de arreglar la carretera? ¿Cuánto se pudiera ahorrar? Yo estoy seguro que este país tiene que gastar millones de dólares en las piezas de repuesto para los vehículos”, cuestiona Ortega.

La Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) dejó de reportar en los últimos años datos sobre el parque automotor estatal en la isla. Según cifras de 2010 en la isla circulaban un poco más de 17 100 ómnibus, 3057 taxis y 12 787 vehículos de carga.

Sin embrago, no se aquí contabilizan los vehículos privados ni los autos asignados a las empresas estatales. Si solo la mitad de ellos resultaran averiados cada año, los gastos en sustitución de piezas fueran millonarios. Pero esas sumas tampoco están disponibles.

“Con una autopista en buen estado esos millones en piezas de repuesto se reducirían y se utilizarían en otras cosas”, sugiere Ortega. “Pero la pregunta es: ¿de dónde salen esos millones para reparar los carros? ¿Quiénes se afectan con ese gasto?”

Por otra parte, el periódico Escambray, de Sancti Spíritus, reportó que “solo por concepto de sellado de grietas, bacheo, supresión de ondulaciones y restitución del pavimento dañado demandan un volumen cercano a las 10 000 toneladas de hormigón asfáltico, con un valor superior al millón de pesos”. Estas estimaciones fueron realizadas solo para un tramo de apenas 75 kilómetros.

Hacia Occidente: la carrera por el mejor lugar

Rumbo a la capital cubana, la vía más rápida y popular resulta la Autopista, que, en opinión de Raúl Ortega, puede catalogarse “de mala a regular, porque hay tramos que están así. Hay otros mejores, pero son los menos. Entre las distancias más deterioradas está Santa Clara-Aguada de Pasajeros, provincia de Cienfuegos. Estamos hablando de casi 100 Km. También entre el kilómetro 92 y hasta el 82, que pertenece a Mayabeque, hay un tramo terrible. Más de ocho años sin una reparación”.

(Foto: Marcelo Álvarez)

La “estrategia” entonces resulta permutar constantemente de carril en una incesante búsqueda por un trozo liso de asfalto. La superficie exhibe orgullosa sus antiquísimas huellas, casi patrimoniales: grietas extendidas por varios metros, otras más pequeñas, pero contundentes; tramos desnudos de asfalto y otros vestidos con demasiado, conformando molestos desniveles; huecos, invariables “sorpresas” que el chofer debe memorizar para no visitarlos.

“Manejar en la Autopista es una carrera por el mejor lugar. Es un estrés añadido porque tienes que ir atendiendo el bache, los animales, a los choferes que conducen mal”, refiere Ortega.

Sin embrago, Rodríguez rebate que “el constate cambiar de vías es una de las causas de accidentes, porque de noche ves el carro que viene detrás, pero por el día te puedes descuidar y no lo ves y cuando cambias de senda puedes tener un incidente”.

Actuales reportes indican que cada 47 minutos ocurre un accidente de tránsito en Cuba, una isla con una de las cifras más bajas de vehículos de la región. Cada 12 horas muere un cubano en uno de estos accidentes.

El teniente coronel Roberto Rodríguez Fernández, jefe de la Dirección Nacional de Tránsito, declaró a medios oficiales cubanos que los 11 187 accidentes que ocurrieron en Cuba en 2017 dejaron 750 muertos y más de 8 000 lesionados. El año pasado superó en 292 accidentes al 2016, que registró 10 895, informó el periódico Escambray, aunque el número de muertos y lesionados disminuyó en 17 y 210, respectivamente.

Sin embrago, en lo que va de 2018 se ha registrado un balance de más de 20 muertos y 250 heridos, al decir de la prensa estatal cubana, quien ha alertado sobre el mal estado de las carreteras. Los accidentes de tránsito figuran como la quinta causa de muerte en el archipiélago y la primera para los jóvenes entre 15 y 29 años.

(Foto: Marcelo Álvarez)

Mientras Ortega maneja su Peugeot, recuerda que antes del llegar al kilómetro 44, rumbo a Occidente, dos huecos ocupaban el centro mismo de la ruta: “Venía un carro de turismo rápido, evadió el primero, pero cogió el segundo y se cayó entre dos puentes. Por suerte, no le pasó nada a nadie. Eso lo vi yo personalmente. Después que ese carro cayó allí, taparon los huecos. Pero tuvo que casi matarse un grupo de personas para que lo arreglaran. Todavía el puente tiene la huella del impacto”.

“La región central está en los primeros lugares de índice de accidentalidad”, manifiesta Rodríguez desde el volante de su Lada. “Para mí, una de las causas fundamentales es el mal estado de las vías, la mala señalización, además de las irresponsabilidades de los choferes, pero el mayor porciento lo tiene el deterioro de las carreteras”.

“Este incremento de los accidentes últimamente, en mi opinión muy personal, no es por los baches, ni por los animales sueltos en la vía”, refuta Ortega, “son por imprudencias del ser humano, por negligencias, eso es un gran problema. Los conductores toman bebidas y manejan con sueño. Pero, aun así, si analizas, los cubanos somos muy buenos manejando, porque teniendo en cuenta todos estos factores en contra, pudiera haber más accidentes”.

En lo que sí coinciden ambos choferes es en la calidad de las reparaciones realizadas, pues persisten imperfecciones y algunos segmentos se muestran sin un buen terminado. “Las reparaciones pueden durar un año, dos, pero al cabo de ese tiempo regresan los problemas. Nosotros, como somos un país pobre, tenemos que hacer las cosas bien para que nos duren. Para el Estado debería ser una prioridad la carretera”, reafirma Ortega.

Si a eso se le adiciona que la Autopista no posee alumbrado para el tránsito nocturno, la idea de que es prácticamente un cementerio sobre asfalto no resulta tan descabellada. Raúl Ortega lo ha sufrido en carne propia. La noche del 26 de noviembre de 2017 sobre las 10:30 pm regresaba de La Habana con su familia cuando, en territorio cienfueguero, una manada de búfalos le “cerró” el camino. “Frené, pero era imposible no chocar con ellos. Eran muchos y no son fáciles de ver porque son de color oscuro”.

Nadie en su auto, ni en uno de turismo que también colisionó, resultaron lastimados, pero su Peugeot salió gravemente herido en el capó, el parabrisas delantero, los focos y la defensa, un choque que le substrajo del bolsillo más de 1200 CUC.

(Foto: Marcelo Álvarez)

Circular a oscuras es un riesgo que muchos prefieren no correr, pues las posibilidades de accidentes ascienden considerablemente. “Por la noche, cuando te cruzas con otro carro que viene en la dirección contraria es casi imposible ver qué hay detrás. Sales del cruce a ciegas. Generalmente no hay nada, pero si hubiera, chocarías irremediablemente. De día puedes ver dónde está el bache con antelación o una señal, pero de noche no visualizas hasta que estás ‘arriba’ de él”, sugiere Ortega.

“Hubo un tiempo en que la autopista estaba con cerca y los animales no pasaban, pero hoy la mayoría no tiene cercado”, recuerda Rodríguez. “La zona de Mayabeque, que tiene mucho ganado, yo le tengo pánico de noche, por eso trato de evitarla. En tiempo de invierno, el ganado se acuesta arriba de la carretera para coger calor”.

Los criterios aquí expuestos son naturalmente apreciaciones personales, mas resulta un hecho irrefutable que el 76% de las carreteras “posee un estado técnico de regular a malo y es inadecuado el completamiento de la señalización semafórica”. Así lo dijo en julio del año pasado un funcionario del Ministerio del Transporte en una sesión del Parlamento. Entonces, los juicios de Ortega y Rodríguez no se ubican lejos de la verdad, una que cada día resta vidas y suma accidentes.




Historia de otro gran fracaso de Fidel Castro

Autopista A1, Cuba (foto tomada de Internet)
Autopista A1, Cuba (foto tomada de Internet)

LA HABANA, Cuba. – Quizás el mayor y más costoso de todos los grandes proyectos de Fidel Castro en los años sesenta, de los que ya nadie se acuerda, fue el Plan General de la Autopista Nacional del Sur.

En Cuba, este proyecto general fue dividido en lo que Fidel Castro llamó frentes y puso al mando de cada uno de ellos a uno de sus comandantes. Trabajé como económico principal en uno de esos frentes, por lo que sobre este tema tengo conocimiento de causa.

De acuerdo a este plan, todo el país, desde Pinar del Río hasta Santiago de Cuba, quedaría enlazado, lo que posibilitaría el transporte de gigantescos volúmenes de productos que nunca hubo. El proyecto general fue encargado a la firma italiana Plana II, en Milán, la proyectista de la famosa Autopista del Sol, que enlazó a toda Italia de norte a sur. El régimen pagó el 70% del contrato con toneladas de mariscos, carne de res, cítrico y azúcar, un pago que dada la situación económica de la Italia de los años sesenta, fue muy apreciado.

De aquella época, quiero referirme a la construcción de un tramo de este plan. Tiene 651 metros de largo y cuatro vías de circulación. Es poco conocido, porque durante años, por orden expresa de Fidel Castro, no se habló sobre él.

En un principio se denominó el viaducto de Paso Seco. Su autopista de 4 vías enlazaría en una primera etapa a La Habana con el poblado de Melena del Sur, en una segunda llegaría hasta Batabanó, y posteriormente, con la construcción de un puente sobre el mar, uniría Cuba con la Isla de Pinos (la actual Isla de la Juventud).

Si alguien cree esto descabellado, les diré que incluso sé que a través de un amigo de Fidel Castro, el Sr. Inayama, el presidente de la primera asociación nipona de amistad con Cuba, el régimen entró en negociaciones con proyectistas japoneses interesados en una propuesta de un plan de cítricos en la Isla de Pinos.

Las obras del viaducto se iniciaron en 1967. Fidel Castro designó como jefe al comandante Reynaldo Mora, quien estuvo secundado por un nutrido grupo de oficiales del ejército. Como el viaducto pasaría sobre el embalse que sería nombrado Ejército Rebelde, a toda velocidad se hicieron los planos de la base náutica de un lago artificial de 6 kilómetros cuadrados. Incluso se compraron los botes y todo lo demás que lleva una instalación de ese tipo. Cientos de casas que se habían construido a lo largo de la Avenida 100, entre ellas las del poblado La Chorrera, fueron demolidas.

Hasta ahí todo iba como miel sobre hojuelas, pero cuando se procedió al cierre de la cortina que crearía el lago, el manto rocoso se fracturó y el lago desapareció: literalmente, se lo tragó la tierra.

La ira de Fidel Castro fue descomunal. Estuve presente en esa reunión, donde el ofuscado gobernante ordenó taponar a cualquier costo la fractura. Miles de metros cúbicos de hormigón fueron inyectados, pero fue inútil. Convencido del fracaso, Fidel Castro convirtió el revés en una nueva victoria: argumentó que la presa serviría para evitar inundaciones.

Así, quedaron en una gaveta, el lago artificial, el puente que uniría a Cuba con la Isla de Pinos, el negocio citrícola con los japoneses y otros planes. A partir de este chasco, Fidel Castro se apartó de este proyecto.

Hasta que se definiera un destino para los más de 500 hombres a los que esperaba el desempleo, la decisión fue mantener una brigada, puesta al mando de Eutimio Delgado, un operador de buldócer, en la terminación de la autopista hasta Melena del Sur.

La autopista demoró cerca de 20 años en ser terminada. Al final, el viaducto fue convertido en un ramal de la Autopista Nacional, que hoy sirve a muchos camioneros y automovilistas que se dirigen al sur de La Habana para ahorrar combustible.

Triste destino para los casi 200 millones de pesos que fueron invertidos, solamente en el puente. Las certificaciones de obra terminada que pasaron por mis manos en aquella época son mi fuente para dar esta cifra.

De haberse logrado los planes de Fidel Castro, el casco histórico de la Habana Vieja no existiría, ya que, según los planos que vi con mis propios ojos, toda esa parte de la capital sería convertida en almacenes y zonas de carga de las mercancías que se transportarían por la Autopista.

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